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EIU prevé un crecimiento “mediocre” para Nicaragua entre 2024 y 2028

Esperan que el Gobierno “afloje ligeramente” sus finanzas “para apaciguar a la población después de varios años de lento crecimiento del PIB”

Imagen de varios fajos de billetes de córdobas. Foto: Tomada de El 19 Digital

Iván Olivares

15 de noviembre 2023

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La Unidad de Inteligencia Económica (EIU, por sus siglas en inglés), del diario The Economist, mantuvo su previsión de que el producto interno bruto (PIB) nicaragüense tendrá un crecimiento promedio “mediocre” de 2.6% entre 2025 y 2028, por lo que no descarta que se ralentice el crecimiento explosivo que han mostrado las recaudaciones tributarias durante los últimos años.

El documento analiza que “aunque el Gobierno ha logrado extraer más ingresos fiscales de las empresas en los últimos años, es probable que el lento crecimiento económico y las malas relaciones con el sector privado detengan esta tendencia”, por lo que concluyen que los ingresos y gastos gubernamentales no lograrán seguir el ritmo del crecimiento del PIB entre 2024 y 2028, alertando de las debilidades en las finanzas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y otras empresas estatales en ese período.


“El crecimiento del PIB se desacelerará ligeramente en 2024, debido al impacto retardado de las tasas de interés más altas, un pobre clima de inversión, bajo crecimiento del crédito y disminución de los salarios reales, aunque las remesas de los trabajadores sustentarán el consumo privado. Algunas de estas tendencias durarán entre 2025 y 2028, manteniendo el crecimiento a un nivel promedio mediocre del 2.6% anual”, dijo la entidad en su reporte de noviembre.

¿Oro y tabaco a China?

Ante esa perspectiva, pronostica que la prioridad para 2024 será la consolidación fiscal, “especialmente porque su carga de amortización será bastante pesada y es probable que el tibio crecimiento económico afecte los ingresos tributarios”, reconociendo que China podría destinar recursos (dentro y fuera del presupuesto) que proporcionen “cierto alivio” en la segunda mitad del período previsto, sin que eso “elimine la necesidad de medidas de ajuste”.

Otras formas en las que China podría ayudar a impulsar una recuperación económica continua de la recesión vivida por Nicaragua entre 2018 y 2020, es la aplicación del acuerdo para ser parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, con la esperanza de atraer inversiones chinas en infraestructura a sectores como energía y transporte.

Otra forma en que China podría aliviar las carencias financieras del régimen es con la firma del tratado de libre comercio entre ambos países, siendo que la EIU detecta que hay empresas chinas interesadas en importar cigarros y oro nicaragüense, lo que podría ayudar a mejorar las relaciones con la comunidad empresarial local.

“El objetivo final para Nicaragua es estimular nuevas inversiones internas; sin embargo, un entorno empresarial débil, una pesada carga fiscal y procesal, graves limitaciones logísticas y un alto nivel de riesgo político, mantendrán el potencial de crecimiento en niveles moderados”, asevera.

El apoyo chino llegará… algún día

Ante ese escenario, esperan que el Gobierno “afloje ligeramente sus finanzas en 2025 y 2028 para apaciguar a la población después de varios años de lento crecimiento del PIB, aunque es poco probable que se produzca un derroche de gastos debido a las restricciones financieras”, mientras sentencian que la deuda pública de Nicaragua (que estiman en 62.7% del PIB en 2023) “es alta para un país en desarrollo y con acceso limitado a financiamiento externo”.

Dado lo largo del período analizado, reconocen que “los préstamos y las inversiones de China eventualmente se materializarán”, y aunque no compensarán los montos que aportaban las instituciones multilaterales, serán suficientes para evitar que se abra una brecha financiera importante, advirtiendo que el Gobierno seguirá colocando deuda en los mercados financieros locales, pero “necesitará ofrecer altas tasas de interés para atraer inversionistas, lo que elevará los costos del servicio de la deuda”.

Siendo un pronóstico, admiten que el principal riesgo para que se cumplan esas previsiones es el nivel de generosidad que llegue a mostrar la asistencia financiera china. “Si las entradas de capital son decepcionantes, la política fiscal será más contractiva de lo que proyectamos actualmente, ya que las autoridades nicaragüenses son generalmente reacias a monetizar los déficits”.

Nicaragua, el último de la región

La publicación advierte que “los abusos de los derechos humanos y las violaciones del Estado de derecho reducirán las perspectivas de crecimiento”, y aunque detecta que puede haber “oportunidades lucrativas” en campos como la minería, la generación de energía, y la manufactura, reitera que “Nicaragua seguirá siendo uno de los países más pobres de Centroamérica”.

Eso seguirá siendo así porque “la represión del régimen de Ortega [y Murillo] contra sus opositores ha provocado la condena internacional, así como sanciones económicas y financieras por parte de Estados Unidos”, en parte también porque “no habrá elecciones libres y justas mientras los Ortega estén al mando”, recordando cómo, durante las votaciones de 2021, el FSLN se autoasignó 75 de los 92 escaños de la Asamblea Nacional, y luego, en las de 2022, se tomó las 153 alcaldías del país.

Ante ese panorama, la EIU prevé que Estados Unidos pueda utilizar su influencia sobre organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para restringir el acceso de Nicaragua al financiamiento externo.

Sin embargo, admiten que hay un límite a la presión que Estados Unidos está dispuesto a ejercer sobre la economía dadas las dificultades que eso infligiría al ciudadano común, lo que generaría un aumento de la migración indocumentada, por lo que prácticamente descartan que Estados Unidos adopte medidas más agresivas como excluir a Nicaragua del Tratado de Libre Comercio que firmó con República Dominicana y Centroamérica, (DR-Cafta).

Cuidar al BCIE

La perspectiva es distinta cuando se trata del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), en donde pesan especialmente los votos del resto de países del istmo, más Taiwan, (con el que Ortega y Murillo rompieron relaciones en diciembre de 2021) que es el socio mayoritario del Banco, que está a punto de cambiar de presidente ejecutivo, con lo que el régimen perderá a un aliado incondicional dentro de esa entidad.

Al presentar su análisis regional, la EIU señala que las relaciones de Ortega y Murillo con sus vecinos (excepto Costa Rica y Colombia) son normales, por lo que descarta cualquier tipo de sanciones, pero también que haya algún cambio significativo en el nivel de esas relaciones porque el Gobierno no querrá poner en peligro el financiamiento que recibe del BCIE, que es su principal acreedor.

“Aunque los flujos de financiamiento del BCIE se desacelerarán, suponemos que el Banco seguirá apoyando a Nicaragua; una pérdida más sustancial del financiamiento del BCIE es un riesgo notable para nuestras previsiones económicas”, alertan señalando que China puede cubrir “parte del vacío dejado por las fuentes de financiación multilaterales y bilaterales”.

“Desde la perspectiva de China, Nicaragua es un aliado estratégico barato de adquirir en una región que Estados Unidos considera dentro de su propia esfera de influencia”, aseveran a la vez que descartan que los socios a los que Ortega busca con más énfasis (Rusia, Irán, Cuba y Venezuela), “esté en condiciones financieras de convertirse en un benefactor importante”.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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