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INSS mantiene déficit millonario, a pesar del pago de la deuda del Estado

El déficit, entre 2021 y 2023, superará los 8500 millones de córdobas; número de afiliados apenas creció 1.7% en 2022, según el Banco Central

Edificio del INSS

Una pareja de nicaragüenses ingresa a la sede central de INSS, en Managua. Foto: Archivo

5 de abril 2023

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El Gobierno de Nicaragua terminó de pagar su deuda histórica con el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, según el Informe Anual 2022, elaborado y publicado por el Banco Central de Nicaragua (BCN), sin que eso signifique la extinción de su compromiso con la seguridad financiera del INSS, que tiene un déficit de casi cinco mil millones de córdobas, explicó a CONFIDENCIAL un economista que conoce el manejo de la Seguridad Social, y pidió mantener su nombre en el anonimato.

A inicios de la década pasada, la situación del INSS estaba en tal nivel de insolvencia, que se llegó a la conclusión de que era necesario calcular el valor de la ‘deuda histórica’ del Estado, y que esta se pagaría en 50 cuotas anuales de diez millones de dólares cada una, al cambio oficial en córdobas. Se suponía que, al pagar la primera cuota en 2014, la última se estaría cancelando en 2063, pero se pagó en 2022.


“Durante este año (2022), el Gobierno central incrementó las transferencias corrientes al INSS, en concepto de aporte estatal y pensiones a cargo del Estado. De igual manera, se desembolsó el último monto correspondiente a la deuda histórica del GC al INSS”, asevera el Informe.

“La Constitución dice que el Estado se hace responsable de la situación deficitaria del INSS, desde que se creó el Seguro Social, así que, aunque hayan terminado de pagar la deuda histórica tienen que cubrir los déficits, ahora vía transferencias. No tienen otra alternativa”, dijo el economista, basado en los artículos constitucionales 61 y 105.

El 61 dice que “el Estado garantiza a los nicaragüenses el derecho a la Seguridad Social para su protección integral frente a las contingencias sociales de la vida y el trabajo, en la forma y condiciones que determine la ley”, mientras que el 105 establece que “los servicios de Educación, Salud y Seguridad Social, son deberes indeclinables del Estado, que está obligado a prestarlos sin exclusiones, a mejorarlos y ampliarlos”.

Déficit de casi cinco mil millones de córdobas

Según el Informe Anual 2022, el INSS tuvo un déficit de casi cinco mil millones de córdobas, si se suma el ejercicio 2021, que fue de C$ 2904.7 millones, y el de 2022, que cerró en C$ 2091.2 millones, a lo que se le sumarán unos C$ 3571,7 millones el año en curso, según las previsiones incluidas en el Presupuesto General de la República 2023.

Datos consignados en el Presupuesto de 2022, incluyen una transferencia de C$ 1924,9 millones en concepto de “Aporte Estatal”, más las pensiones especiales. Ese monto se eleva hasta los C$ 2259,4 millones en 2023, lo que muestra que, lejos de disminuir, la dependencia del INSS aumenta cada año.

Entre las opciones más deseables —y menos traumáticas— está el aumento del número de cotizantes, siempre y cuando se trate de personas con empleos más productivos y salarios más altos. Ninguna de esas dos premisas parecen estar en vías de cumplimiento.

En lo que se refiere al aumento del número de afiliados a la Seguridad Social, el BCN admite que esta “aumentó en 13 430 nuevos empleos, mostrando un crecimiento interanual de 1.7% (6.5% en 2021), incidiendo positivamente en la formalidad laboral”. Añade que el promedio del año fue de 787.6 mil afiliados, aunque diciembre cerró en 783.4 mil.

Del contraste de esos datos con la población económicamente activa, se concluye que “la tasa de informalidad aproximada fue cercana a 76% en 2022”, lo que muestra que el INSS sigue siendo propiedad de un selecto club de asalariados.

Al tratar de explicar cómo es que el supuesto crecimiento del PIB no se corresponde con el del empleo, el BCN asevera que “el mercado laboral siguió reflejando la persistencia de los efectos que ha tenido la pandemia de covid-19… y que ha generado una recomposición entre la oferta y la demanda de trabajo, dando lugar a una menor tasa de participación laboral en comparación a los niveles previo a la pandemia”.

Aumento de impuestos para pagar

“Al cierre de 2022 las actividades del sector primario (agropecuario, caza, silvicultura y pesca), siguieron concentrando cerca del 29% del empleo total, seguido por el comercio con 21.7%”, dice el Informe, detallando que el sector servicios representó el 19.6% del empleo, al cerrar 2022. Esos tres sectores, que juntos representaron el 70.3% de la mano de obra ocupada, están entre las actividades de menor ingreso salarial en el país.

Otros rubros que suelen tener mejores remuneraciones (manufactura, hoteles y restaurantes; construcción, financiero, telecomunicaciones y minería), mostraron una leve contracción en el porcentaje de su participación en el empleo formal, al pasar de sumar 29,9% a 29,4%, entre 2021 y 2022.

El promedio de los salarios nominales del año pasado “mostró una tendencia al alza, lo que se tradujo en una tasa de crecimiento interanual promedio de 6.8% para los trabajadores asegurados al INSS, y de 5.8% para los empleados del Gobierno Central (7.6% y 3.5% en diciembre 2022, respectivamente)”, con lo que el salario nominal promedio de asegurados al INSS cerró en diciembre en 13 075 córdobas, mientras que, el salario promedio de los empleados gubernamentales finalizó en 12 810 mil córdobas, se lee en el documento.

El economista observa que “como no se puede dejar de pagar a los pensionados”, el Estado tendrá que hacer uso de sus propios fondos, quizas aumentando los impuestos, siendo que “ni van a rebajar los gastos del Estado, que es supernumerario, ni a disminuir la burocracia del INSS”, que se mantuvo inalterable (4167 personas), aunque la masa salarial que reciben creció 5%, desde los C$ 1552,4 millones en 2022, a C$ 1630 millones en 2023.

Sustenta su tesis de un necesario incremento en los montos a recaudar, al recordar “las campañas para que la gente pague el impuesto de rodamiento, o el de bienes inmuebles, pero también por el aumento en las multas”, que se aplican a los que tiran basura, como a los motociclistas, o a los conductores en general, en un contexto en el que es previsible que comience a disminuir la cooperación externa.


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Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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