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“Tapón” en la cúpula militar se mantiene inamovible con los coroneles generales

Dictadura crea “ilusión” de movilidad en la carrera militar, pero refuerza el “tapón” con los coroneles generales Bayardo Rodríguez y Marvin Corrales

tapón militar Ejército Nicaragua

Los mayores generales Marvin Corrales (izquierda) y Bayardo Rodríguez (derecha) fueron ascendidos al grado de “coronel general” del Ejército. Foarte: CONFIDENCIAL

Redacción Confidencial

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La dictadura y el Ejército de Nicaragua saben que es un invento. El mismo dictador Daniel Ortega lo reconoció así: “No es simplemente inventar un grado por inventar un grado”, dijo. El caudillo del FSLN se refería al grado militar de coronel general, un nuevo rango que ha creado —según expertos en relaciones cívico militares— la “ilusión” de un cambio en la cúpula militar, pero que mantiene inamovible el “tapón institucional” que copa la dirección de las Fuerzas Armadas.

El rango de coronel general fue impuesto a los mayores generales: Bayardo Ramón Rodríguez Ruiz, jefe del Estado Mayor General, y Marvin Elías Corrales Rodríguez, inspector general. El ascenso se dio, oficialmente, en un acto en el Centro de Convenciones Olof Palme, el lunes 2 de junio de 2025, aunque los nuevos grados fueron otorgados desde el 9 de mayo, a través de un Acuerdo Presidencial, publicado en La Gaceta, Diario Oficial.

“Este día (2 de junio) es un día realmente de gran significación, porque no es simplemente inventar un grado por inventar un grado. Simplemente se trata de fortalecer al Ejército de Nicaragua, al Ejército de Sandino, al Ejército que nació de la Revolución. De eso se trata”, sostuvo Ortega al finalizar su intervención en la que sólo mencionó una vez a Rodríguez y Corrales, y no explicó las razones de los ascensos.

Se mantiene el “tapón” en el Ejército

Según un investigador especializado en relaciones cívico-militares, los recientes ascensos constituyen más bien una medida “superficial” que no ataca el problema de fondo: el “tapón” institucional en la Carrera Militar nicaragüense. “Los ascensos no implican promoción en los cargos, lo que significa que los oficiales ascendidos se mantienen como parte de la cúpula y los que se encuentran en posiciones jerárquicas inferiores, aunque sean ascendidos, no tienen oportunidad de ocupar cargos de mayor responsabilidad en la estructura militar”, explicó el experto.

“Se intenta crear —continuó— la falsa idea de que hay promoción dentro de la Carrera Militar, pero al interior del Ejército, los oficiales de nivel intermedio y superior saben que si no hay promoción en los cargos, no hay posibilidades de deshacer el tapón”.

Desde la perspectiva de un analista en temas de seguridad nacional, los ascensos tienen “efectos mixtos” sobre la estructura militar, ya que “por un lado se libera un poco el tapón, porque eso permite a los de abajo ascender, pero solamente en grados militares, no así en cargos”. Esta distinción es crucial para entender las limitaciones reales de la medida implementada por el régimen.

El especialista calificó esta estrategia como “una medida disuasoria contra la incomodidad que genera no poder ascender”, aunque “esa medida solo aplica a los grados”. 

En términos de estructura de poder, “con relación a los cargos, el tapón continúa, sobre todo en la Comandancia General, integrado por tres oficiales únicamente”, subrayó el analista.

Los nuevos coroneles generales Rodríguez y Corrales junto con el general de Ejército Julio César Avilés, jefe de las Fuerzas Armadas, integran un “tapón” de la Comandancia General, al permanecer entronizados en sus cargos, prorrogados por órdenes de Ortega.

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Bayardo Rodríguez fue ascendido a general de brigada en 2009. Antes fue jefe de la Dirección de Inteligencia y Contrainteligencia Militar y jefe de la Dirección de Operaciones y Planes Militares. En abril de 2025, el Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua de la ONU (GHREN) lo identificó como uno de los 54 altos funcionarios nicaragüenses “responsables de graves violaciones de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad” en el país. Igual que a Avilés, como jefe del Ejército.

Marvin Corrales es el más antiguo de los altos mandos militares ascendidos por Ortega, en 2007. Se formó en el área de Inteligencia y Contrainteligencia, y fue jefe de la Dirección de Personal y Cuadros y de la Fuerza Naval. En los últimos años, ha representado al Ejército de Nicaragua en las reuniones de la dictadura con los regímenes de Rusia y China.

Dictadura ata la sucesión del general Avilés

Un exfuncionario del Ministerio de Defensa señaló que, el nuevo rango de coronel general, provoca que ahora “un general de brigada deberá ascender dos escalones más, primero a mayor general y después a coronel general, antes de aspirar al cargo como máximo jefe del Ejército”.

“Esto significa —prosiguió— que el ‘tapón’ de los generales de brigada y los otros cargos superiores, se refuerza aún más, limitando las posibilidades de ascenso a los coroneles y tenientes coroneles”.

Desde su regreso al poder, en 2007, Ortega ha ascendido a 40 militares al grado de general de brigada, de los que 24 están activos, según una revisión de CONFIDENCIAL a las memorias anuales del Ejército, así como a las ediciones de su revista trimestral y notas de prensa.

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Los últimos ascensos de coronel a general de brigada —el tercer mayor rango actual en la institución castrense— se dieron en septiembre de 2024, durante el acto del 45 aniversario del Ejército de Nicaragua.

“Con el ascenso de los coroneles generales se mantiene intacto el ‘tapón institucional’ que bloquea los ascensos en la Carrera Militar, y además queda predeterminada la sucesión del general Avilés en uno de estos dos mayores generales”, aseguró el exfuncionario de Defensa.

“Están engrosando la cabeza del mando militar, sin otra lógica que la de fomentar el clientelismo en la institución militar, y esto también tiene costos para las finanzas del Ejército en el incremento de sueldos y pensiones en los altos cargos, en detrimento de los oficiales subordinados”, agregó la fuente.

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El analista en temas de seguridad adelantó que, “sin duda”, habrá “un aumento de la pensión por retiro” para los nuevos coroneles generales, aunque “no tanto así en el salario, porque solamente fueron ascendidos en rango, no en cargo ni en responsabilidades”. Sin embargo, consideró probable un incremento salarial debido a que “el régimen Ortega-Murillo es clientelista”.

Nicaragua con dos generales de “tres estrellas”

Carlos Barrachina, politólogo y sociólogo e investigador de la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea de México, ofreció una perspectiva académica y técnica sobre los cambios en el Ejército de Nicaragua. “En el fondo, la creación de la figura de coronel general es institucionalizar en Nicaragua la figura clásica que existe prácticamente en todos los ejércitos del mundo que es la de el general de tres estrellas”, comentó.

Explicó la lógica estructural detrás de esta decisión: “Siempre tiene que haber una escala jerárquica piramidal”. La nueva configuración permite completar los niveles intermedios entre los generales de brigada (una estrella) y el general de Ejército Avilés (cuatro estrellas), creando espacio para los mayores generales (dos estrellas) y ahora los coroneles generales (tres estrellas).

La dictadura Ortega-Murillo inventó los rangos militares de “coronel general, almirante y vicealmirante” a través de una reforma a la Constitución nicaragüense, que aprobó ilegalmente como una reforma parcial a finales de enero de 2025.

La Normativa Interna Militar nicaragüense —que regula la vida dentro del Ejército— establecía que los grados de los “oficiales generales” eran:

  • General de Ejército
  • Mayor General
  • General de Brigada
  • Contraalmirante

Con base en ese escalafón, Ortega creó el rango de “coronel general o almirante”, que se ubicará entre general de Ejército y mayor general; mientras que “vicealmirante” tendría el mismo rango de un mayor general.

El académico mexicano apuntó que la creación de “estos nuevos espacios” tiene implicaciones prácticas para toda la estructura militar, ya que se abre un “hueco” entre “los generales de tres estrellas y de los generales de dos estrellas”.

Barrachina concluyó que se trata de “un intento de abrir más espacios, teniendo en cuenta que se está envejeciendo esa élite militar”, aunque advirtió que “el impacto real” dependerá de cómo se implemente esta política en la práctica y si, efectivamente, se traduce en una mayor movilidad dentro de la estructura militar nicaragüense.

Ascensos solo para los que se “portan bien”

Respecto a las posibilidades de futuros ascensos a mayor general, el analista en temas de seguridad sugirió cautela: “Es posible, no se puede asegurar porque eso dependerá de la política de prebendas del régimen de Ortega, pero el camino está abierto aunque sea un poquito”.

Sin embargo, esta apertura mínima se dará siempre bajo la premisa de que “si se portan bien pueden ser ascendidos”.

El analista también prevé que “donde deberían haber ascensos inmediatos es en la Fuerza Aérea y Fuerza Naval”, aunque consideró “más probable” que las promociones se den en la Dirección de Inteligencia y Contrainteligencia Militar (DCIM) y la Dirección de Información para la Defensa (DID).

Ambas dependencias militares han sido acusadas de realizar “espionaje político” contra los ciudadanos nicaragüenses, según denuncias de opositores y organizaciones internacionales.

El investigador en relaciones cívico-militares aseguró que, para que se produzcan cambios reales en el Ejército, “varios oficiales del estamento superior tendrían que pasar a retiro, dejando el espacio libre para que otros oficiales puedan promoverse en los cargos”.

Subrayó que una solución integral requiere “retomar la debida rotación, promoción y retiro de oficiales de acuerdo con la periodicidad establecida en el Código Militar que se encontraba vigente en 2014”.

El 30 de enero de 2014, la Asamblea Nacional —controlada por la dictadura— aprobó una reforma a la Ley 181 o Código Militar. La reforma eliminó la prohibición de reelegir al jefe militar, establecida en la etapa de profesionalización del Ejército, que comenzó en 1995. Antes de la reforma de Ortega al Código Militar, cada cinco años salía y entraba un nuevo general del Ejército.

Los ascensos de Rodríguez y Corrales revelan —según los analistas e investigadores— una estrategia que combina “necesidades institucionales” reales con un “cálculo político”. El Ejército mantiene intacto su “tapón” en las estructuras de poder, mientras proyecta una imagen de dinamismo militar. Esta situación se resume en la paradoja —tomada de la novela El Gatopardo—: “cambiar todo para que nada cambie”.

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Redacción Confidencial

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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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