Para la comandante guerrillera Dora María Téllez, el arresto ilegal y condena exprés contra el general en retiro Álvaro Baltodano, uno de los operadores políticos y económicos más cercanos a Daniel Ortega, representa algo más que una purga política: es la evidencia de que ya “la incondicionalidad no paga” en el actual esquema de poder.
“Ser incondicional de Daniel Ortega, incluso ser incondicional de Rosario Murillo, ya no tiene ninguna retribución”, afirmó la historiadora en una entrevista con el programa Esta Semana, que se transmitió en el canal de CONFIDENCIAL en YouTube.
Baltodano no era un funcionario cualquiera. Formaba parte del “círculo íntimo, de hierro” de Daniel Ortega. Su caída envía un mensaje inequívoco a la cúpula sandinista: “Todo el que no sea de la familia Ortega Murillo va a terminar yendo a ‘El Chipote’ o ‘La Modelo’, acusado de cualquier cosa”, advirtió la excarcelada política y desnacionalizada nicaragüense.
Según su análisis, el silencio que ha rodeado las capturas de figuras sandinistas obedece a una razón simple: el miedo. Un temor que se extiende desde los cuadros medios del FSLN hasta la jefatura del Ejército, donde figuras como el general Julio César Avilés podrían estar “en la fila” para ser los próximos en caer.
El lunes 9 de junio de 2025 fue condenado en un juicio secreto en la cárcel a 20 años de prisión, el general en retiro Álvaro Baltodano ¿Tiene esto algún impacto en la cúpula del Frente Sandinista y del Ejército de Nicaragua?
Creo que sí, porque el mensaje es clarísimo: la incondicionalidad no paga. Es decir, ser incondicional de Daniel Ortega, incluso ser incondicional de Rosario Murillo, ya no tiene ninguna retribución. Hace años, la incondicionalidad pagaba, pero ahora no. Baltodano era del círculo íntimo, de hierro, de Daniel Ortega, como lo era (Alberto) Acuña, el jefe de escoltas de Ortega. El mensaje es clarísimo: Todo el que no sea de la familia Ortega Murillo va a terminar yendo a (las cárceles) “El Chipote” o “La Modelo”, acusado de cualquier cosa, porque la paranoia en el círculo de los Ortega-Murillo es creciente.
A Baltodano lo capturaron en la madrugada del 14 de mayo en su finca, un contingente de oficiales de la Dirección de Auxilio Judicial y ahora ha sido sentenciado, en menos de un mes, en un juicio por videoconferencia en la cárcel. ¿Es esta una señal de radicalización del régimen?
Creo que es una muestra total de debilidad, realmente. Si ellos ya se han comenzado a carcomer su propio entorno, ahí lo que sigue son los jefes del Ejército. Creo que (el general Julio César) Avilés puede estar en la fila, porque tiene 15 años de ser jefe del Ejército, ha acumulado mucho poder. Y también los dos coroneles generales (Bayardo Rodríguez y Marvin Corrales), que me da la impresión que eso de nombrarlos coroneles generales es para írselos despachando ya. Estas son personas que han acumulado mucho poder; y nadie que acumule demasiado poder o información es del gusto de Rosario Murillo. Me parece que la jefatura del Ejército está francamente en la fila. Además, notificada de previo.
A Baltodano lo condenan por el presunto delito de traición a la patria, le atribuyen elementos políticos a la hora de capturarlo y también capturan después a otros exmilitares, cuya situación no se conoce. También capturaron a unos exconcejales y exalcaldes de CxL. ¿Representa esto señales de alguna inconformidad entre los sandinistas con Daniel Ortega y Rosario Murillo?
Creo que sí, dentro del Frente Sandinista hay una inconformidad creciente, que cada vez es más amplia y, además, hay una erosión muy importante en la base del Frente Sandinista. En los cuadros medios está el ánimo de que pueden, en cualquier momento, caer en la cárcel, como han caído varias decenas de funcionarios gubernamentales y funcionarios medios del Frente Sandinista, que todavía están en el “Chipote” en condición de desaparición forzada, porque nadie sabe de ello y la familia no quieren decir nada porque se sienten en riesgo.
La cúpula del Frente Sandinista está amarrada por la corrupción, pero de ahí para abajo hay gente que tiene el temor de que le muevan la alfombra en cualquier momento, y saben que, por cualquier razón, pueden ser destituidos, le pueden quitar sus cosas o terminar presos, como ya ha estado sucediendo en los últimos 24 meses. En la medida en que el régimen se sienta más debilitado, va a acelerar ese proceso de estarse canibalizando a sí mismo, porque se están comiendo su propio entorno, su propio grupo; de manera que lo único que va a terminar quedando es la cúpula de la familia Ortega-Murillo con un pequeño grupo, que nadie sabe quiénes son, porque esas incondicionalidades están en desgracia.
Silencio por condena contra Álvaro Baltodano
Sin embargo, hay un silencio sepulcral en el Frente Sandinista. No dice nada el Gobierno de esta captura de Baltodano y tampoco dicen algo los sandinistas y los exmilitares. ¿Por qué tanto silencio?
Por miedo. Ese es el miedo del régimen. Ellos saben perfectamente que haber desaparecido, secuestrado a Álvaro Baltodano y ahora enjuiciado, en esos juicios ultraveloces por videoconferencia, que esos sicarios judiciales ejecutan, eso no es bien visto ni en el Ejército ni en el Frente Sandinista, donde Baltodano tenía cierto prestigio y reconocimiento. Y lo mismo entre los exmilitares, que también reconocen en Baltodano un antiguo militar que estuvo en la de ellos. Y lo mismo en el entorno gubernamental, Baltodano tuvo cargos importantes en el Gobierno y también en la promoción de las alianzas de Daniel Ortega y el Frente Sandinista. De manera que esa captura tiene un impacto y ellos lo saben, entonces quieren mantenerlo escondido, hacen este juicio a toda velocidad para mandar un mensaje, y tratan de mantener la información cerrada, pero es imposible. Esa acusación de “traición a la patria”, es la acusación de clavar, es lo que van a estar usando, porque es lo más fácil, no es demostrable, es subjetiva, a los jueces le sale fácil aplicar eso y es un solo disparo, la traición a la patria, te tiran tus 20 años, te mandan a confiscarte, etcétera, y ya está.
¿Esta purga de Álvaro Baltodano, que era un aliado cercano de Daniel Ortega, significa la consolidación de la sucesión dinástica del poder de Rosario Murillo en esa cúpula?
Creo que sí. Hay tres señales importantes en eso. La captura de Jorge “El Cuervo” Guerrero, que después quedó en el aire, probablemente lo sacaron. Después, la destitución con baja de sonrosa, captura y confiscación del comisionado general Acuña, que era jefe de escolta de Ortega. Y el caso de Baltodano, que también era del círculo más íntimo de Daniel Ortega. Y que Daniel Ortega haya sido incapaz de vetar que se produjeran de esta manera ese tipo de desenlaces, porque los hubieran podido sancionar o correr, hay miles de maneras de enfrentar ese conflicto entre ellos, pero la manera de Rosario Murillo es deshacerse de ellos completamente y hundirlos totalmente. Esa es, sin duda, la muestra de la incapacidad de Daniel Ortega de ejercer el veto sobre algunas acciones represivas que Rosario Murillo ejecuta.
En 2024 murió como preso político el propio Humberto Ortega, exjefe del Ejército, hermano de Daniel Ortega.
En ese caso, pienso que Daniel estuvo totalmente claro de esa decisión. Se molestó creyendo que Humberto fue infidente, sacando una foto con él. Ahí veo la mano de Daniel, clarísimo. Ahora, en lo de Acuña y Baltodano, me parece que son las decisiones de Rosario Murillo de ir limpiando el camino de gente que siente que no le conviene, que no la quieren, que, tal vez, hablaron algo mal de ella y dijeron: “¿Qué problema es este?”. Para Rosario Murillo cualquier comentario mínimo se convierte en una amenaza terrible y en objeto de una enorme venganza y una gran represalia.
La situación en el Ejército de Nicaragua
Mencionaste la posición del general Avilés, que tiene más de 15 años en el cargo de jefe del Ejército, el ascenso de estos dos miembros del Estado mayor, que ahora son coroneles generales y que junto con 25 generales representan el tapón del Ejército que bloquea la posibilidad de ascenso de más de 100 coroneles que hay en la institución. ¿Ese ejército está alineado y subordinado al mando de Rosario Murillo o Daniel Ortega mantiene un liderazgo sobre el Ejército?
Daniel Ortega mantiene un liderazgo sobre el Ejército, por lo menos en términos de políticos, que es exactamente lo que no tiene Rosario Murillo, y Humberto Ortega lo señaló con toda claridad, razón por la cual lo sembraron, primero, en su casa y después en un hospital a morir.
Aquí hay un ejército que ha sido puesto de rodilla por Avilés, y ahora esa puesta de rodilla incluye a Rosario Murillo, quien lo está aporcando para que se arrodille en frente de ella. Avilés lo sabe con toda seguridad, y estos dos coroneles generales más, que Rosario Murillo va por sus cabezas. El estilo de Rosario Murillo es que se lleva por delante a todas las cabezas que no obedecen exclusivamente a su designación personal. Hay que esperar que ella tenga en la cabeza alguna designación personal y se vaya a volar a estos tres, que además son el tapón principal de todo el Ejército y los responsables, en primer lugar, de que el Ejército esté de rodillas frente a una familia dictatorial. Y claro, este cuerpo de generales está trabando el desarrollo del Ejército como institución, porque los Ortega-Murillo es una dictadura que liquida la institucionalidad de todo con lo que se tropieza.
Con Álvaro Baltodano hay ya más de 20 presos políticos en condición de desaparición forzosa, si agregamos algunos exmilitares y políticos del partido CxL. Pueden abrir las cárceles de Nicaragua organizaciones internacionales. La Comisión Internacional de la Cruz Roja ha sido expulsada del país. La ONU dice que el Gobierno no le responde sus solicitudes, y mucho menos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. ¿Permanecerán cerradas las cárceles?
Sin ninguna duda. La tendencia ha sido que el Gobierno Ortega-Murillo, esta dictadura bicéfala, se retire de todos los organismos internacionales, de los Consejos de Derechos Humanos, de la Comisión Interamericana de Derecho Humanos, de la Corte Interamericana de Derecho Humanos, de la OIT, de la OMS, de la UNESCO. Y ahorita se acaba de retirar de ACNUR, que es para los refugiados.
Vos tenés una dictadura que se esté encerrando en sí misma. Eso es un símbolo de debilidad, no de fortaleza. Una dictadura con fortaleza mantiene sus nexos internacionales, pero aquí están bien encerrados, completamente enconchados, como que eso los va a librar del escrutinio internacional, que se mantiene. Las Naciones Unidas mantienen un Grupo de Expertos (GRHEN), que hacen una investigación a profundidad y presentó unos datos importantísimos que evidencian que el Grupo de Expertos tuvo fuente dentro del Ejército de Nicaragua. Ese escrutinio va a seguir, quieran o no.
Ellos cierran las cárceles porque, de alguna manera, la familia Ortega Murillo disfruta con el sufrimiento, no solamente del preso o presa, sino de las familias. El aislamiento, la desaparición forzada, la falta de visitas familiares, la mala alimentación, la desinformación, las amenazas constantes a los familiares de la presa y preso político. Eso es parte de las torturas que los Ortega- Murillo ejercen contra presas y presos políticos en Nicaragua, contra quienes han sido opositores, contra quienes han caído de pura casualidad, contra quienes acusan de corrupción y contra gente de su propia fila a la que tienen presos porque consideran que se le han desviado y por gente a la que tienen casa por cárcel, como Carlos Fonseca hijo y Henry Ruiz, condenados a estar conscriptos dentro de su casa. Esta es una dictadura que tiene una enorme debilidad y esa debilidad la trata de compensar por la vía de la represión, la fuerza y la tortura.