16 de diciembre 2023
Las exportaciones de los tres principales rubros agrícolas de Nicaragua (café, azúcar de caña, y productos derivados de la ganadería), están llamadas a tener comportamientos más bien normales, en un año en el que no se esperan grandes incrementos, según cuatro fuentes del sector agropecuario que pidieron el anonimato.
Del maní, aunque todavía es temprano para ofrecer tendencias exportadoras, se señala la posibilidad de una baja productiva importante, por la combinación de sequía con que inició el período lluvioso, con las copiosas lluvias del mes de noviembre. Ante la falta de datos precisos, “preferimos ser conservadores. En este momento todavía no se puede afirmar nada”, dijo a CONFIDENCIAL un productor de maní.
Desde que se elaboró y presentó el Plan Nacional de Producción, Consumo y Comercio del ciclo 2023 - 2024, en mayo pasado, se preveía un crecimiento pírrico de 0.29% (8.6 millones de dólares) en las exportaciones agropecuarias del país para 2023, con marcadas caídas en las ventas de café, cebolla, aceite de palma africana, langosta, camarón, atún, y resina de madera, entre otros.
A los problemas causados por el clima, los altos costos de los insumos agropecuarios, la escasez de mano de obra agudizada por la alta migración de ciudadanos nicaragüenses huyendo de la represión política y de la pobreza, se suma ahora la declaración de quiebra de Mercon Coffee Group, dueña en Nicaragua de CISA Exportadora, lo que tiene en zozobra a los productores cafetaleros, rubro que en 2022 generó USD 711 millones en exportaciones.
La nicaragüense es una economía atrasada, en la que el desempeño del sector agropecuario condiciona el dinamismo de los demás, de modo que la actividad económica comienza en el campo y pasa luego a la manufactura, al comercio, y al transporte y las comunicaciones, lo que le confiere una alta capacidad para marcar el comportamiento del producto interno bruto.
Café sin dinero, insumos ni gente
Desde antes que el anuncio de CISA Exportadora, hecho el viernes 1 de diciembre, indicando que dejarían de recibir el grano alertara a los cafetaleros, los productores del rojito venían enfrentando una serie de dificultades para sacar la cosecha. Quizás la más angustiante de todas fuera el incremento en los precios de los insumos.
Un profesional del sector cafetalero relató que algunos productores decidieron solucionar la carestía de los insumos, “eligiendo las áreas donde fuera más conveniente aplicarlos, o reduciendo (en ocasiones hasta la mitad) las cantidades recomendadas a aplicar. Si sigue así, eso va a afectar la próxima cosecha”, alertó.
Otro elemento que escasea -además de los fertilizantes y agroquímicos- es el personal que irá surco por surco, eligiendo el grano que ya maduró, para continuar el proceso que habrá de ponerlo a punto para su exportación. ¿La razón? Al régimen se le ocurrió que era buena idea exportar gente.
“La falta de cortadores es un problema grande también. Grande, grande, grande”, expresó un productor norteño destacando que “la migración que ha habido en Nicaragua es espantosa, lo que nos tiene bien mal... y eso que todavía no estamos en el pico de la producción, que entra a finales de diciembre cuando empieza a salir el café jinotegano, que es donde se cultiva el grueso del café nicaragüense”, complementó.
El profesional del sector cafetalero mencionado antes también citó a la migración como un problema acuciante para el sector, añadiendo a esto una tercera carencia: la de dinero, porque “obviamente, la gente quiere que le paguen más, y eso es un problema serio para los pequeños cafetaleros, que talvez cultivan alguna finquita y les cuesta más desembolsar dinero, lo que puede agudizar el problema de falta de mano de obra”.
Mal momento para el quiebre de Mercon
La falta de dinero se ha visto exacerbada por el cierre de Mercon en Nicaragua, cuyas empresas no solo exportaban cerca de la mitad del café que el país coloca en los mercados internacionales, sino que también poseía una red de instalaciones para beneficiar el grano, sin dejar de lado su función como empresa de microfinanzas, lo que le permitía habilitar a muchos productores.
“Lo que está pasando es peligroso, y más en este momento, cuando más necesitan los fondos para financiar el pago de la mano de obra que cortará el café, y el café no espera, ni para cortarse ni para trillarlo”, explicó un productor ganadero que conoce de primera mano los problemas que están pasando sus colegas cafetaleros.
El profesional del rubro café dijo que entre los productores existe la esperanza que al haberse acogido al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas en Estados Unidos, a Mercon se le permita seguir operando en Nicaragua con toda su capacidad instalada para comenzar a pagarle a los cafetaleros que les vendieron, y amortizar las cuentas que los llevaron a declararse en quiebra. “La suerte es que la cosecha todavía no ha salido en grande, pero ya están comenzando a crecer los volúmenes de producción”, señaló.
El productor norteño también suscribe esta tesis, en especial al ver a su alrededor que los pequeños productores no tienen cómo financiar la recolección de sus granos, por cuanto ellos le vendían su cosecha a Mercon y este los financiaba, así que su producción estaba prendada.
De paso, descarta la opción que los otros dos grandes exportadores -Atlantic y OLAM- puedan crecer lo suficiente como para dejar a CISA en el recuerdo, aunque reconoce que “Atlantic tal vez es más grande que Mercon a nivel internacional, así que tiene capacidad para comerciarlo, pero no tiene espacio en sus beneficios”, por lo cual opina que “Atlantic, así como está, podría captar 20% o 30% de lo que tenía Mercon”.
Ganado, azúcar, maní
La ganadería está estable, porque se mantienen los precios internacionales de la carne, y a pesar que hubo sequía, las copiosas lluvias con que cerró el invierno permitieron recuperar fuentes de agua, lo que garantiza que “habrá algo de pasto para el verano, sin olvidar que ha estado lloviendo en las zonas húmedas, que es donde se cría el 70% del ganado”, dijo el productor ganadero.
Si bien los precios se mantienen, el gremio no descarta que haya una pequeña fluctuación, no mayor de 1% o 2% en cualquier dirección, por cuanto los productores saben que la época de sequía no es un buen momento para enviar sus animales al matadero, dado que no pueden llevarlos hasta el peso óptimo ante la falta de pastos para alimentarlos.
En occidente (pero también en Managua y en Rivas), los ejecutivos de la industria azucarera confían en que la zafra será bastante mejor porque las lluvias de última hora beneficiaron los cultivos, cancelando el temor que tuvieron porque la falta de lluvias pudiera generar menores rendimientos.
En vez de eso “estamos teniendo rendimientos agrícolas muy buenos, y aunque la cantidad de azúcar que acumularon las plantas no es tan buena, la cantidad de caña que estamos llevando compensa con mucho lo que perdemos en azúcar, por lo que mantenemos la previsión de que vamos a tener una zafra bastante buena. Tal vez no vamos a romper el récord, pero deberíamos andar con una cantidad cercana al récord de producción que tuvimos hace un par de años, que fue como 17.7 millones de quintales”, detalló.
En materia de precios, explicó que estos cayeron en las últimas semanas, pero ese movimiento a la baja se está viendo como “una corrección técnica, porque debería de mejorarse en el corto plazo”. Si hasta hace poco el precio internacional superaba los 27 dólares, la especulación los ha hecho bajar en los últimos días, hasta llegar a casi 21 dólares.
Finalmente, el sector manicero está a la expectativa del rendimiento que puedan tener este año, considerando la sequía con la que inició el ciclo, y luego el exceso de agua con el que cerró, lo que “no es bueno para el maní, que no es muy amigo del agua”, dijo un productor, mientras esperan a ver cómo se comportan sus cultivos.