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Sequía, precios e inseguridad jurídica afectarán producción ganadera en 2023

Fuentes del sector apuntan que será difícil cumplir meta de producir 343 millones de libras de carne de res en 2023 como pronostica el régimen

vaca

Iván Olivares

16 de junio 2023

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El clima, los precios internacionales de la carne, la inseguridad jurídica que impera en Nicaragua, y los altos costos de los insumos para la producción en el campo, conspiran para sembrar una sombra de duda sobre los planes oficialistas que prevén la matanza de 820 000 reses este año, así como el crecimiento de la producción pecuaria en 3.5%, según el Plan Nacional de Producción, Consumo y Comercio 2023 - 2024.

El documento declara la intención oficial de que este año se produzcan 343.4 millones de libras de carne (2.8% más que en 2022); y se exporten 270 millones de libras, generando un ingreso de USD 659.7 millones, lo que representa una merma de -3.0%. A su vez, supone producir 401.4 millones de galones de leche fluida (2.5% más que el año pasado), y exportar leche y otros productos lácteos por USD 282.7 millones, 28.8% más que en 2022.


La meta de 820 000 reses para este año, “no es plausible ni posible. Es totalmente improbable, porque el fenómeno de “El Niño” podría dificultar la recuperación en los niveles de extracción del hato, y por las fluctuaciones a la baja en el precio internacional de la carne empujadas por cambios en los gustos y preferencias de los consumidores”, dijo a CONFIDENCIAL un experto del sector ganadero que conoce el vaivén de los mercados internacionales, y pidió mantenerse en el anonimato.

Añade como obstáculos “las nuevas normativas en los grandes mercados consumidores, por ejemplo, las nuevas regulaciones de la Unión Europea denominadas ‘importaciones con cero deforestación’ y de manera general la tendencia hacia sistemas productivos ‘carbono neutrales’, así como las campañas que se realizan contra la importación de carne de origen nicaragüense vinculada con la supuesta afectación de áreas protegidas o territorios indígenas”.

“Los datos con los que se elaboran esos planes son al bolsazo, desde que se perdió el contacto con las asociaciones”, dijo a CONFIDENCIAL un antiguo líder gremial que también pidió el anonimato. “No sé cómo hará el Gobierno para saber lo que pasa en el campo, si ya no nos tienen como interlocutores”, dijo a su vez un ganadero norteño que también pidió el anonimato.

El aumento de 2.8% en la matanza de reses implica un crecimiento de solo 22 409 animales, (fueron 797 591 en 2022), y se queda muy lejos de las 910 781 sacrificadas en 2021, año en realidad atípico, motivado por los altos precios de la carne en los mercados internacionales, igual que en 2012, cuando el precio estuvo tan alto, que se registró una matanza de casi un millón de animales, y provocó que los mataderos aumentaran su capacidad para poder atender el alza en la demanda de sus servicios.

De forma adicional, los datos compilados por el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), al primer cuatrimestre de 2023, muestran una disminución de casi 26.5 millones de dólares por exportación de ganado en pie y carne de bovino en ese período, en comparación con el mismo lapso de tiempo de un año antes.

En el caso de la venta de ganado vivo, se reporta una disminución de -1.8 millones de kilos (-72.7%), lo que generó menores ventas por 3.4 millones de dólares, o sea -69.0%. En la venta de carne, la estadística muestra que se han exportado 2.7 millones de kilos menos (-6.6%); lo que generó un merma de casi USD 23 millones (-9.5%) en el mismo período.

Riesgo de mayor pérdida ganadera

Cuando hay un buen invierno, hay salida de ganado, porque los animales engordan rápido, y los ganaderos aprovechan a vender para cumplir los compromisos que no han podido honrar por causa de la crisis económica que vive Nicaragua, explicó un productor boaqueño que duda que este año pueda repetirse esa oportunidad, viendo las inclemencias del clima.

Se refiere a los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), que pronostica “una transición a El Niño entre mayo y julio de 2023, con posibilidades de hasta 90% que se establezca el fenómeno de El Niño, y persista en el hemisferio norte a lo largo del invierno”.

“El invierno entró apenas hace una semana, y ya viene la canícula, del 15 de julio al 15 de agosto”, señaló el boaqueño, determinando que la llegada de un año seco provoca una menor tasa de reproducción, porque “las hembras se preñan por su estado corporal”, detallando que cuando las vacas están amamantando, “comen para mantenerse con vida; luego, para producir leche para su ternero, y si hay suficiente alimento, para levantar el celo que la lleve a la preñez”.

Dada la menor precipitación que se espera en este período lluvioso, él espera ver menos nacimientos así como menor producción de leche y de carne, porque “ambas dependen en mucho de la alimentación del ganado”. Por su parte, el productor norteño citado antes, refiere que el retraso en el inicio de las lluvias generó “una afectación seria” a la ganadería, porque la sequía dejó ganado muy débil en muchos lugares, y “el invierno sigue irregular”.

Al analizar la influencia de los precios nacionales e internacionales en los planes para este año, el productor norteño dijo que “en Nicaragua existe la peregrina idea que como ya llovió, quieren pagarte más barata la leche o el queso, porque el mercado local es de temporada, pero lo que cae es agua, no leche. Para que haya pasto y producción, falta que la vaca se recupere, engorde y logre producir esa leche que nos quieren comprar barata”, sentenció.

A la par, observa que los insumos para producir siguen caros, recordando que la pandemia de covid-19 afectó las cadenas de suministros, a lo que le siguió la invasión de Rusia contra Ucrania que encareció todos los precios, de tal modo que “ahora cuesta que todo regrese a su normalidad: si no es el importador, es el mayorista, y la actividad no da para pagar todas esas alzas, y más algunas que son especulativas”, como la que ejecuta la Dirección General de Servicios Aduaneros (DGA), en contra de los importadores.

Una barrera más que tienen que superar, es la de los mataderos a los que señala de que “siempre han sido un cartel, ofreciendo precios que no tienen nada que ver con los mercados internacionales, a diferencia de otros rubros como el café, que tiene como precio de referencia a la Bolsa de Nueva York”.

Insiste en que los mataderos “nunca han querido negociar una matriz para calcular los precios con base en los mercados internacionales, sino que lo hacen de manera antojadiza, lo que afecta a los ganaderos”, a la vez que denuncia una competencia desleal, porque los mataderos están comprando terneros para engordarlos ellos mismos, usando “una legión de compradores, que trabaja con plata de los bancos”, sin que los productores tengan capacidad para competir con ellos.

Finalmente, reflexiona que si no pudieron negociar con los mataderos “ni siquiera cuando existía el Cosep”, tampoco ve posibilidades que eso suceda en el contexto actual, en el que la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), sigue existiendo, pero nadie quiere hablar de los temas públicamente, por temor a sufrir cárcel o decomiso de su propiedad.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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