7 de diciembre 2023
Una fallida operación de “salvataje financiero” a la empresa CISA Exportadora tiene en duda el resultado de la actual cosecha cafetalera nicaragüense, así como la estabilidad económica de miles de familias y decenas de empresas que dependen de esa actividad productiva, la que generó ingresos por 711 millones de dólares en exportaciones en todo 2022.
El anuncio, el viernes pasado, de que CISA Exportadora dejaría de recibir café en los beneficios “El Carmen” en el Pacífico y “San Carlos” en la zona norte del país, y su posterior suspensión de operaciones en el ámbito nacional, puso en zozobra a los productores de ese rubro, porque se trata del principal exportador de café de la nación, así como una importante fuente de apoyo técnico y financiero.
En un video difundido en sus perfiles en redes sociales, el economista Juan Sebastián Chamorro mencionó que en 2021, Mercon Coffee Group anunció la adquisición de una deuda de 450 millones de dólares, en una operación liderada por Rabobank —un banco neerlandés con presencia en 38 países y una cartera de crédito que supera los 74 200 millones de euros— en alianza con otras trece entidades financieras.
Diversas fuentes del sector cafetalero y empresarial nicaragüense coinciden en opinar, desde el anonimato, que “algo salió mal” porque en julio de 2023 la familia Baltodano, encabezada por José Antonio Baltodano, decidió vender el 70% de las acciones de la empresa a RRG Capital Management, fondo de inversión que capitalizó a Mercon, y siguió operando con el mismo personal.
Posibles razones de la quiebra
Un académico explicó a CONFIDENCIAL que la venta del 70% de las acciones “fue en realidad una forma de rescate financiero, porque el grupo estaba endeudado y necesitaba inyección de liquidez, lo cual no parece haber ocurrido”.
“Una quiebra significa reestructurar deuda, y si bien el momento en el que ocurre es el más adverso, asumo que no hay plata para comprar y operar a estas alturas”, detalló.
Por su parte, el economista Chamorro asegura que “Mercon, que es la empresa madre de CISA Exportadora en Nicaragua, entró en serios problemas de liquidez”, lo que empujó a la empresa cafetalera a anunciar el cese de sus operaciones a partir del viernes pasado.
Añadió que las razones para esa quiebra financiera podrían estar en los elevados precios del grano, siendo que entre 2022 y 2023 el precio del quintal de café osciló entre 180 y 200 dólares, “lo que encarece las operaciones de las comercializadoras”, sin descartar que el incremento de las tasas de interés, de entre tres a cuatro puntos porcentuales, encareciera la deuda de esta empresa más allá de su capacidad de pago.
Adicionalmente, la irrupción del Banco Lafise como un acreedor que quiere recuperar su inversión complica más el panorama de la empresa, y el de los cafetaleros que contaban con ella para exportar su producción.
Difícil cubrir a CISA Exportadora
Si es malo que desaparezca el intermediario que colocaba en los mercados internacionales cerca de la mitad de todo el café que se cultiva en Nicaragua, que ocurra en este momento lo hace peor, opinan varios productores entrevistados por CONFIDENCIAL, que destacan la persistencia de dos problemas notables: la disponibilidad de recursos para financiar la cosecha, y de espacio físico para beneficiarla.
Un cafetalero norteño opina que es muy difícil suplir las necesidades que CISA Exportadora cubría, al considerar que “se necesitaría mucho dinero para financiar a los productores que CISA habilitaba, y un mecanismo de implementación rápida que garantice la recuperación de ese dinero”.
Advierte también que si los productores no consiguen recursos, buscarán cómo obtener dinero para el corte, lo que posiblemente los lleve a vender su producto en los mercados locales en detrimento de la producción exportable, sin ignorar que esa decisión podría incentivar el contrabando.
Otro cafetalero observa que quizás en este momento la situación no sea tan apremiante para los productores, pero que sí llegará a impactarlos porque diciembre es mes de cosecha, y necesitan financiar los costos del personal que corta el café.
Una vez que el rojito haya sido cortado, el problema será la disponibilidad de espacio en los beneficios, al cerrar los que eran propiedad de CISA, lo que colapsará la capacidad de los que poseen las otras compañías.
Junto con la disponibilidad de espacio, opina que los productores deberán superar el temor a perder el producto que entreguen en los beneficios. Además de los tres grandes (Atlantic, OLAM y CISA, que manejaban la mayor parte del café que exporta el país), hay muchos otros pequeños exportadores. Al salir CISA, los productores tendrán que vender a las que siguen operando, lo que redundará en beneficio para OLAM, Atlantic, y los otros pequeños.
Anuncio del régimen no calma a cafetaleros
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ofreció “comercializar” y “exportar” el café que CISA Exportadora compraba a los productores nicaragüenses, y aclaró que la situación de la empresa se trata de una quiebra de operaciones global “que no está ocurriendo solamente en Nicaragua”.
CISA Exportadora es una de las compañías de café líderes en el mundo con casi siete décadas de experiencia y que operaba en Brasil, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y Vietnam.
En un comunicado, el Gobierno orteguista anunció que, con las instituciones que atienden al sector cafetalero, estarán “facilitando la comercialización y exportación del café que resulten de la producción y las cosechas cafetaleras”.
“También realizaremos gestiones con aquellos países interesados en adquirir nuestro café de calidad ahora que hemos abierto nuevos espacios comerciales internacionales”, precisó.
El café de Nicaragua tiene como principales mercados a Estados Unidos, Italia, Bélgica, Panamá, Canadá, Alemania, Costa Rica, España, Australia, Suecia, México, Países Bajos, Emiratos Árabes Unidos y Jordania, según datos oficiales.
Los productores dudan que el Gobierno sea capaz de calmar los temores, aunque en general reconocen que “el Gobierno está siendo cauto porque la situación es muy complicada”, también se advierte que lo dicho hasta el momento “no pasa de pura propaganda porque los productores que tenían previsto entregar su café a CISA se quedaron con el grano y ahora no saben qué hacer con él”.
“Ese comunicado no eliminó la incertidumbre, además que es muy genérico, y no da pautas de cómo procederán. No sería raro que estén trazando un plan a través de la Comisión Nacional para la Transformación y Desarrollo de la Caficultura (Conatradec), lo que serviría para revivir a ese ente que no ha hecho nada útil, pero si le ha quitado dinero al productor para crear un fondo que nunca implementó”, señaló un profesional del sector agrícola.