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Exportación de mano de obra del “modelo” Ortega “puede afectar la producción”

Economista Marco Aurelio Peña: “crecimiento sin desarrollo” puede prolongarse, pero trabajadores y técnicos “van a seguir saliendo del país”

Carlos F. Chamorro

9 de octubre 2023

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El economista Marco Aurelio Peña, exiliado en Costa Rica, es autor de dos investigaciones divulgadas por el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam): “El incierto bienestar: ciclo económico y calidad de vida 2018-2021”, y “Crecimiento sin desarrollo, la economía pospandemia en 2022-2023”.

En una entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL, Peña resaltó la desaceleración de la economía nacional en 2023 y advirtió que el “modelo” de “crecimiento sin desarrollo” del régimen Ortega-Murillo, que se basa en la exportación de mano de obra y la extorsión fiscal de las empresas, puede prolongarse indefinidamente si “no hay cambios”, pero “los trabajadores y técnicos seguirán saliendo del país”, y esto podría tener repercusiones en la producción nacional.


El economista cuestionó la falacia de las autoridades económicas del país que proclaman, sin evidencias, una situación de “pleno empleo” en Nicaragua, mientras el empleo informal alcanza el 75% de la población ocupada.

Según estos dos informes, después de tres años de recesión provocada por el estallido social y la represión en 2018, 2019 y 2020, el año de la pandemia, la economía nicaragüense tuvo una recuperación coyuntural en 2021 y nuevamente estaría entrando en una etapa de estancamiento en 2022 y 2023. ¿Cuál es la situación al iniciar el cuarto trimestre de 2023?

Para este año (2023), para la mayoría de las economías centroamericanas hay una desaceleración económica con respecto al año anterior (2022) y, a su vez, desaceleró con respecto al efecto rebote de 2021. Esto por el panorama internacional que es de incertidumbre debido a la invasión militar de Rusia a Ucrania, el encarecimiento en el mercado internacional de insumos que ha venido a afectar a economías altamente dependientes del comercio internacional, como son las nuestras.

En Nicaragua, la proyección reflejada en el informe es de que junto a El Salvador son las economías que van a registrar menores tasas de crecimiento económico; es decir, van a crecer igual, pero van a crecer menos que el año pasado. La última actualización que conozco, según el Banco Mundial, Nicaragua podría crecer hasta 3.3% esto es inferior al optimismo, como siempre exagerado de parte de las autoridades económicas de Nicaragua, que prevén que podrían alcanzar hasta el 4% o un poco más.

¿Cuál es la tendencia de la inversión privada y de la actividad del sector empresarial en estos últimos dos años? ¿Qué impacto ha tenido, por ejemplo, la cancelación de los gremios empresariales o las confiscaciones a las empresas, asociaciones, universidades privadas y también a propiedades?

En cualquier país del mundo, eso desincentiva por completo la inversión nacional y extranjera. Son señales muy negativas para el emprendimiento, para el espíritu de empresa, cuando el poder estatal, el intervencionismo es demasiado arbitrario, eso distorsiona el mercado y las fuerzas del mercado no logran desplegar todo su potencial innovador, transformador y dinámico.

¿Qué inversionista va a arriesgar su dinero? El inversionista, tanto nacional como extranjero, en un país donde hay una crisis sociopolítica, de la cual todavía el país no logra salir. Cuando no hay un Poder Judicial independiente que pueda resolver de manera transparente y expedita las controversias entre los particulares, cuando no se puede asegurar el cumplimiento de los contratos y donde no se respetan la libertad de empresa y el derecho de propiedad, tanto por razones políticas como por razones institucionales, porque a pesar de que los agentes económicos no se involucren en política, también se cometen muchos abusos y arbitrariedades al margen de la ley, principalmente en la parte fiscal, y cuando hay un Fisco demasiado abusivo también se desestimula por completo la actividad económica.

En el informe del “Incierto Bienestar”, ya en 2021 había una lenta recuperación de los flujos de inversión privada, medido en córdobas; y lo mismo ha pasado también con la inversión extranjera directa, reflejada en dólares. Las remesas monetarias siguen constituyendo, al menos, el doble del comportamiento del flujo de inversión extranjera directa, lo cual sigue mostrando una lenta recuperación.

Remesas sostienen la economía nacional

El rubro que ha tenido más crecimiento, en efecto, es el flujo de las remesas familiares, que este año se estima llegarán a los cinco mil millones de dólares, el 30% del Producto Interno Bruto. El doctor Carlos Muñiz, exdirector de FUNIDES, dice que las remesas son el principal soporte del consumo privado.

Sí, en efecto, en el informe “Crecimiento sin Desarrollo” nosotros reflejamos de que ya al cierre de 2022 el volumen total de las remesas monetarias constituyó un 21% del ingreso nacional, ocho de cada diez dólares proviene de Estados Unidos, y eso quiere decir que es el migrante el que está sosteniendo en 1/5 la economía nacional. Se trata de un dinero que es producido por nacionales, residiendo en mercados laborales de otros países, Estados Unidos, Costa Rica, España, Panamá, Canadá, entre otros. Básicamente, ayuda a equilibrar la balanza de pago, y el consumo nacional, y cuando aterrizamos microeconómicamente el consumo privado, particularmente el consumo individual y el consumo familiar. Es decir, con ese dinero las personas están pagando la colegiatura, están haciendo las compras en los mercados populares  cada quincena, están pagando una cuota al banco o a la institución de microfinanzas, y adquieren otros bienes de consumo básico. No hay evidencia, hasta el momento, de que sea utilizado para el ahorro de manera significativa o para la inversión, el emprendimiento y la creación de empleos.

En 2022 hubo 126 000 empleos formales menos que en 2017, y solamente en este año 2023, en la Zona Franca, se han perdido 15 000 empleos; pero, en las estadísticas del Banco Central se registra solamente un 3% de desempleo abierto, o sea que, según el Gobierno, el país estaría cerca del pleno empleo.

Exactamente, para el Gobierno, no sólo desde 2018, sino desde mucho antes,  el desempleo nunca ha sido problema y esto es algo verdaderamente insólito y no encuentro ninguna explicación convincente en las cifras oficiales ni en las declaraciones de las autoridades económicas. 

La tasa de crecimiento económico más alta del Gobierno es la reportada en 2012 con 6.5%, en ese año el desempleo abierto, reconocido por las autoridades económicas, increíblemente fue mayor que el desempleo abierto, reconocido en tiempo de recesión económica, de 2018 a 2020. Que alguien me explique,  porque cuando se crece económicamente se crean más empleos, particularmente empleos formales, y cuando no se crece o se decrece, se destruyen empleos principalmente los empleos formales. Pero hay una paradoja, porque en Nicaragua el desempleo en tiempos de crisis fue menor que el desempleo en tiempo de expansión económica.

Economista Marco Aurelio Peña, exiliado en Costa Rica. Foto: Cortesía

Explotación laboral

¿Cuál es la tasa de subempleo en la economía nicaragüense, y qué implicaciones tiene esto?

Las cifras oficiales sí admiten los altos niveles de empleo informal y subempleo. Eso quiere decir que una persona que está subempleada está trabajando menos horas de las que está dispuesta a trabajar o está trabajando más horas y no se le está pagando proporcionalmente por unidad de tiempo; es decir, hay explotación laboral. Cuatro de cada diez personas están subempleadas, en Nicaragua el 40% de la población ocupada está subempleada, está en un infraempleo.

En otros países el subempleo forma parte de las estadísticas de desempleo. En Nicaragua, metodológicamente, se toma como empleo y, por otro lado, el empleo informal llega hasta el 75% de la población ocupada. Eso es altísimo.  Quiere decir que tres de cada cuatro personas están desempeñándose en un empleo en el que no tienen protección social, no están cotizando a la Seguridad Social, no están pagando el Impuesto sobre la Renta y no necesariamente tienen un contrato laboral donde se le están asegurando sus prestaciones laborales.

En este contexto de estancamiento económico que se reinició el año pasado, ¿cuál es la tendencia de la inflación y del costo de la vida? La gente dice  que el incremento en la canasta básica se ha mantenido constante, en los últimos diez años.

El incremento sostenido del costo de la canasta básica evidencia el deterioro progresivo del poder de compra de los nicaragüenses. En abril de 2023, la canasta básica superó los 19 000 córdobas y estaba acercándose a los 530 dólares. La pregunta es ¿qué grupos y estratos sociales, de la clase trabajadora o del trabajo asalariado están ganando unos 500 o 530 dólares al mes para cubrir  una canasta de consumo básico?

Podemos pensar en algunos profesionales de bufetes, en algunos freelance, en la industria de los call center, donde el salario promedio anda en esa cantidad. Pero ni el salario mínimo más alto por sector, en aseguradoras, banca y construcción, no alcanza para cubrir ese costo total de la canasta básica, porque sólo se adquieren seis de cada diez y con el salario mínimo más bajo, ya ni digamos eso, definitivamente hay subconsumo.

¿Esta situación de crecimiento mediocre o de estancamiento económico, sin embargo, se puede prolongar indefinidamente en 2024, 2025 o 2026?

Sí, se puede prolongar indefinidamente mientras las cosas se mantengan constantes, principalmente que no se solucione la crisis sociopolítica para que al crecimiento y el desarrollo económico le vaya mucho mejor.

Desplazamiento de la mano de obra

Pero la economía nicaragüense se ha convertido en una economía exportadora de seres humanos, de mano de obra, y está empezando a exhibir un déficit de mano de obra y de fuerza de trabajo, los productores en el campo dicen que no hay mano de obra porque la gente está migrando.

Por eso hablamos de crecimiento sin desarrollo, mientras macroeconómicamente se dice que el país está bien y va por buen rumbo, la gente dice en las encuestas de opinión pública, que las cosas están mal y que el país no tiene rumbo cierto. Mientras se dice que hay pleno empleo, la gente en las encuestas siempre afirma que la falta de empleo es el principal problema de los hogares. Todo esto ocasiona un efecto de expulsión del talento humano y de la fuerza de trabajo. Cuando las personas concluyen que el beneficio de irse supera el costo de quedarse, entonces deciden migrar y eso ha ocasionado un desplazamiento de la mano de obra, particularmente agrícola, que va a países vecinos, si no busca más al norte u otro lado, para emplearse en el ciclo agrícola.

Pensemos en las familias del campo alejadas de los cascos urbanos, o en la mano de obra especializada, muy indispensable, pero esto lo que hace es descapitalizar la economía nicaragüense desde el punto de vista del capital humano, las destrezas y la experiencia de un obrero agrícola.

¿Puede tener un impacto en el ciclo productivo nacional?

Pienso que sí, si esto sigue así y no logra revertirse por la misma situación interna y por lo atrayente que pueda ser la oferta de trabajo en un país vecino como Costa Rica o en otro país, en el que esté pensando desplazarse el trabajador del campo o el trabajador especializado, porque acá también se estarían fugando técnicos, trabajadores que tienen conocimientos que deberían de estar siendo aprovechados por la economía nicaragüense. 

Entonces, las personas van a seguir saliendo no sólo por razones de seguridad, también por razones económicas, y eso a nivel agregado puede tener repercusiones, a mi criterio, en niveles de producción.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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