28 de mayo 2023
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El Plan Nacional de Producción, Consumo y Comercio del ciclo 2023 - 2024, prevé un crecimiento de 0.29% (8.6 millones de dólares) en las exportaciones agropecuarias de Nicaragua en 2023, con marcadas disminuciones en las ventas de café, cebolla, aceite de palma africana, langosta, camarón, atún, y resina de madera, entre otros.
El exdirectivo de una de las cámaras afiliadas al Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), que fue ilegalizada por el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, describió que cuando los gremios productivos eran parte del Gabinete de Producción, esos planes eran bastante precisos porque los gremios compartían sus análisis, evaluaciones y proyecciones por sector, pero desde que no hay más intercambio de información “esos planes se hacen al bolsazo”.
En los últimos días, tanto el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, como el presidente del Consejo Directivo del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes, se han dedicado a promover el Plan, destacando algunos de los números más importantes del documento, pero sin compararlos con los de los años previos.
En una entrevista concedida al Canal 4 de televisión, Reyes explica que el Plan Nacional de Producción, Consumo y Comercio es clave para que se cumpla la meta de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de 3% para este año 2023, (la cifra es el promedio exacto de un piso de 2.5% y un techo de 3.5%), porque esos productos mueven la actividad económica en el campo, para pasar luego a la manufactura, al comercio, y al transporte y comunicaciones.
Este año, el Plan se lanzó en una fecha más temprana que en 2022, cuando sufrió un atraso de más de cuatro semanas, hasta que finalmente se dio a conocer, presentando las metas para ese año.
Más café; menos ganancias
Pese a que ni Reyes ni Acosta la mencionaron, los planes de producción de los principales gremios productivos del país, están condicionados por varios factores que podrían hacer una gran diferencia entre lo proyectado y la realidad: la sequía, (producto de la instalación del fenómeno de El Niño); los altos precios de los insumos agropecuarios, y la mano de obra.
En el primero de los casos, varios productores agropecuarios compartieron con CONFIDENCIAL su temor de que la falta de agua genere un descenso de 30% a 40% en la producción cafetalera de este año, mientras que los ganaderos ven con preocupación cómo adelgazan sus reses por falta de pastos, o sufren por falta de agua y extremo calor.
Los datos del Plan muestran que no hay esperanza de recuperar en este año, la caída de 12.4% en la matanza de reses, observada en 2022, después que en 2021 se sacrificaran 910 781 semovientes; y que ese número se desplomara el año pasado, hasta quedar en 797 591, mientras que solo se espera llegar a 820 000 animales este año. El alto desempeño observado en 2021, fue porque “los precios de la carne subieron de manera importante y los productores aprovecharon en ese momento”, dijo Reyes.
En el caso del café, se espera que la producción crezca 1.4% (52 525 quintales, hasta llegar a 3.8 millones), pero que los ingresos por exportación del grano decrezcan en 8.0%, al pasar de 714 100 millones de dólares en 2022, a los 656 900 millones proyectados para 2023.
También se espera un descenso de 21.3% en las exportaciones de aceite de palma africana (de 100 700 toneladas métricas exportadas en 2022 a 79 300, en 2023); langosta (de 45 600 a 41 300 libras, o sea -9.3%); camarón de cultivo (de 166 900 a 126 200 libras, para -24.4%), atún (de 34 800 a 29 200, para -16%), y resina de madera, producto del que se espera exportar 2.1 millones de kilos este año, después de haber exportado 4 millones de kilos en 2022, marcando una caída de 46.4%.
Es difícil producir más
La falta de lluvias al inicio del período, también puede afectar a muchos otros rubros que no pesan tanto en las cifras exportadoras, pero sí en el consumo local (plátanos, yuca, cebollas y tomates, entre otros), porque las semillas no se sembraron a tiempo, lo que se verá reflejado en una menor producción.
Los productores también hacen notar que el alto precio de los fertilizantes, semillas, insecticidas, herbicidas, parasiticidas, y muchos tipos de implementos necesarios para la producción, (a veces, por causa del mercado mundial; en otras, por la voracidad recaudatoria del régimen) les obligará a decidir si los usan o no y en qué cantidad, o si simplemente siembran menos para gastar menos en agroquímicos, lo que implicará que produzcan menos.
Finalmente, la falta de mano de obra observada en aquellos rubros que dependen de ella de manera intensiva, (como el café o el tabaco) en especial los que están situados en zonas de alta migración, también sufren por esa causa, previendo la posibilidad de sufrir pérdidas si no se logra resolver antes que llegue el momento de corte.
Un economista consultado por CONFIDENCIAL hizo notar que una menor producción de alimentos, provocará que estos se sigan encareciendo. El año pasado, la inflación interanual fue de 11.59%, mientras que en el primer cuatrimestre de este año ha oscilado entre 9.53% y 11.1%, según datos oficiales del Banco Central.
“Hay evidencia clara que cada vez mas, los trabajadores tendrán muchas limitaciones para acceder a los alimentos (y más aquellos que tienen su salario cordobizado y sin incrementos suficientes y a tiempo), aunque las remesas sirven como contrapeso para ayudar a muchas familias”, explicó.
Del lado de los productores, hizo notar que la posibilidad de trasladar el aumento de los costos de producción al precio de venta al consumidor, depende del tipo de producto, porque “entre más básico es, menos opción hay de venderlo más caro”.
