4 de mayo 2024
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El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo prevé que en 2024 tendrá menos acceso a recursos externos, revelan una serie de documentos emitidos por el Banco Central de Nicaragua (BCN) y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP).
Aunque el Presupuesto General de la República se financia mayoritariamente con recursos internos —impuestos, en su inmensa mayoría—, el acceso a capitales externos —inversión, remesas, préstamos, donaciones, exportaciones de bienes y servicios, así como ingreso de turistas—, permite aumentar la cartera de proyectos e incrementar el consumo, además de fortalecer las reservas internacionales, generalmente expresadas en dólares estadounidenses.
Si hasta antes de 2018 el régimen contaba con sólidos números macroeconómicos y una actitud complaciente de cara a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), que favorecían el cumplimiento de sus metas de financiamiento externo, la represión generalizada llevó al cierre de varias de esas fuentes de recursos.
“Hemos visto una reducción en el financiamiento que otorgan estas instituciones, que no solo te prestan porque manejás bien los números o porque presentás bien los informes, también te prestan en dependencia de si sos una democracia, si sos respetuoso de los derechos humanos, y claramente Nicaragua no ha respetado esos tratados”, comentó Jesús Téfel, miembro del Directorio Político de la Concertación Democrática Nicaragüense - Monteverde.
Tamara Dávila, directiva del partido político Unamos, valoró que “Daniel Ortega y Rosario Murillo están cada vez más aislados interna e internacionalmente”, destacando la pérdida de USD 116.6 millones que le canceló el Fondo Verde.
“En términos de cooperación internacional, su gran entrada, que era el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), ya anunció que va a suspender los préstamos que tenía para Nicaragua”, porque el Banco le ha prestado al país más dinero de lo que resulta prudencial, agregó.
Un economista que conoce el funcionamiento de los organismos financieros multilaterales, dijo a CONFIDENCIAL, a condición de anonimato, que al régimen “le pasó la cuenta” su estrategia de captar en los últimos años, todos los recursos que pudiera, antes que las sanciones les imposibilitaran seguir consiguiendo fondos.
“Esto llevó a que Nicaragua alcanzara un alto grado de endeudamiento con el BCIE, que ponía en riesgo el rating del Banco. Eso también provocó que el índice de endeudamiento del país aumentara a un nivel en que resultara muy arriesgado darle recursos a un país que está al tope de su capacidad de endeudamiento, la que depende en parte de su producción exportable, y de su capacidad para atraer inversión extranjera, en un entorno de alta inseguridad jurídica”.
Remesas crecen menos y exportaciones decrecen
Si la comparación de los ejercicios presupuestarios de 2023 y 2024, permite detectar una serie de contrastes entre las expectativas del régimen sobre la captación de divisas entre un año y otro, los informes del BCN en materia de recepción de remesas familiares y de exportaciones, constatan la continuación del descenso observado desde 2023.
En 2023, el país obtuvo ingresos por USD 12 200 millones, sumando exportaciones con remesas, aunque las primeras mostraron una disminución interanual de 2.4%, y las remesas un descenso notable en su ritmo de crecimiento: si los envíos crecieron 50.2% en 2022, ese desempeño fue más modesto en 2023, al crecer solo 44.5%.
El problema para los administradores de la dictadura es que el comportamiento de ambos ítems no da muestras de mejorar. Al menos, no en el primer bimestre, que es de donde se disponen los datos publicados.
Según el Informe de Comercio Exterior IV trimestre 2023, el año pasado se exportaron USD 7543.3 millones, (2.4% menos que en 2022), “como consecuencia de la disminución de 8.9% en las exportaciones de zona franca, que fue contrarrestado parcialmente por el aumento de 4.0% en las exportaciones de mercancías”.
En el reporte del primer mes del año, el Banco ya advertía que “los términos de intercambio siguen mejorando, sin embargo, a enero se observa una menor demanda externa, lo que ha incidido en las exportaciones de mercancías y Zona Franca, pero se espera que esta situación sea revertida en el resto del año”.
Los resultados de febrero de 2024 muestran que no se cumplió el deseo de los economistas del Banco, porque el monto acumulado de las exportaciones del primer bimestre del año, es de USD 698.3 millones, lo que representa una disminución de USD 8.6 millones (-1.2%) al comparar con los USD 706.9 millones que se habían recibido a febrero 2023.
El comportamiento de las remesas es aún más pobre. Según el Informe del BCN, “en el sector externo se mantiene una dinámica favorable de flujos hacia la economía. De acuerdo a lo esperado, las remesas familiares se han desacelerado, no obstante, continúan creciendo a tasas de dos dígitos”.
Las estadísticas oficiales muestran que, en enero de 2023 se recibieron USD 317.0 millones en concepto de remesas, cifra que escaló hasta los USD 330.6 millones en febrero, para un acumulado de USD 647.6 millones en ese bimestre. Si bien el acumulado de enero y febrero de 2024 es USD 93.7 millones mayor que en el mismo período del año pasado, el crecimiento de 14.5% que ello implica, es más de tres veces menor que el crecimiento de 47.9% observado en el primer bimestre de 2023 con respecto al primer bimestre de 2022.
Visto de otra manera: en enero de 2024, el monto de remesas recibidas creció USD 49.8 millones, (15.7%), con respecto a enero de 2023. Las estadísticas de febrero reflejan un aumento de USD 43.9 millones, lo que es 13.3% más que en febrero de 2023.
Régimen busca C$ 21 055 millones para 2024
Otros elementos que exhiben muestras de fatiga, son la captación de inversión extranjera, (cayó 4.9% en 2023) y la recepción de préstamos y donaciones (cayó USD 4485 millones en 2023), cifras que el régimen confía en poder remontar en 2024.
Según el Informe sobre la Evolución de la Inversión Extranjera Directa en Nicaragua al segundo semestre de 2023, el acumulado neto del año fue de USD 1230.1 millones, menor en 4.9% a los USD 1293.8 millones captados en 2022.
El economista Marco Aurelio Peña descartó que el país pueda recibir una ola inversionista extraordinaria, mientras “se tenga una muy mala reputación a nivel internacional en términos de Estado de derecho, de seguridad jurídica, respeto a los derechos de propiedad y clima de inversión”.
“En este momento, Nicaragua tiene una muy mala reputación debido al alto riesgo político”, sentenció.
Téfel resaltó también el argumento de la inseguridad jurídica, al recordar que en Nicaragua no hay instituciones a las cuales recurrir y ampararse, esperando que estas garanticen el cumplimiento de la ley.
En el renglón de préstamos y donaciones, el régimen espera revertir en 2024, el desplome de 19.4% (C$ 23 113.3 millones en 2022, versus C$ 18 628.6 millones en 2023), toda vez que esperan captar C$ 21 055 millones, “lo que se traduce en la confianza que tienen los organismos internacionales al pueblo nicaragüense”.
A tenor con las opiniones de Téfel y Dávila, lo más probable es que la dictadura esté pecando de “ingenua” o “arrogante”, ya que “tanto el Fondo Monetario Internacional, como el BID y el Banco Mundial, han venido reduciendo los préstamos para obras públicas, y básicamente han quedado prestando para cuestiones humanitarias”, dijo el integrante de Monteverde.
Dávila desgranó las posibilidades de que los “amigos” de Ortega puedan extenderle el salvavidas que tanto anhela, recordando que la crisis venezolana afectó el flujo de recursos desde hace varios años; que Cuba tampoco tiene mayores posibilidades de dar nada; que Rusia dona buses y apoya algún tipo de construcción, pero no envía efectivo; que China no regala dinero ni les está financiando ningún proyecto que no sea en carácter de préstamo pagadero con intereses, y que Irán es solo un aliado geopolítico que tampoco destaca por su generosidad.
