16 de junio 2021
Un extraordinario ataque por parte de cuentas orteguistas en las redes sociales han sufrido esta semana personajes y medios de comunicación internacionales, con la pretensión de tornar a su favor el relato político que tiene desprestigiado al régimen de Ortega y Murillo en la opinión pública mundial.
La estrategia de comunicación digital orteguista se ha ensañado con Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, y han enfilado sus ataques también hacia los periodistas Camilo Egaña, que presenta su programa en la cadena de televisión CNN en Español, y Andrés Oppenheimer, de la misma cadena televisiva y columnista del The Miami Herald; también contra Joaquín López Doriga, un reconocido periodista que publica desde México, y ha experimentado tremendo ataque la BBC World (@BBCWorld), que es el canal internacional de la televisión pública inglesa.
Incluso, las cuentas efeselenistas (del partido FSLN, en el Gobierno) han traspasado líneas rojas de la ética diplomática en comunicación política digital, pues también han atacado a cuentas que representan a Estados, como la emprendida contra el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España (@MAECgob); la de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México (@SRE_Mex). Y a Julie Chung (@WHAAsstSecty) quien es Subsecretaria interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de EE. UU.
🔴La @SRE_mx informa lo siguiente respecto a la situación en 🇳🇮:
México ha seguido con preocupación las recientes acciones desplegadas por el gobierno de Nicaragua.
— Relaciones Exteriores (@SRE_mx) June 14, 2021
Cómo funciona la estrategia orteguista
Según las evidencias que arroja nuestra investigación periodística a base de observación y medición con herramientas de análisis de redes sociales durante dos años y medio, así funciona la estrategia de comunicación rojinegra:
En Twitter es una operación de propaganda que funciona diariamente organizada desde el partido FSLN que consiste, en números, en utilizar aproximadamente una decena de cuentas en redes sociales que actúan a la manera de líderes o locomotoras, al menos tres decenas de cuentas con subliderazgo, cuentas personales de trabajadores del Estado (que participan en Facebook siguiendo la orden de al menos dar un “Me Divierte” donde les dirijan) y varias cuentas no-auténticas (anónimas, falsas y duplicadas de cuentas originales) en un número no definido pues las abren a voluntad para participar e inflar numéricamente la actividad y así engañar al algoritmo de la red social que mide la “vida” de una cuenta por los clics que recibe. Y engañar a los usuarios de las redes sociales que se guían por la cantidad de Me Gustas y no por la actividad más cualitativa, como sería del tipo de comentarios.
En contenido, la estrategia consiste en publicar al menos dos tipos: uno, el informativo sobre la actividad turística y social del Gobierno orteguista para reforzar la idea de que siguen trabajando en medio de la crisis sociopolítica y dos, consignas de refuerzo partidario que exigen lealtad al universo rojinegro y eslóganes de adoración por los líderes revolucionarios Ortega, Fidel Castro y Hugo Chávez.
Las cuentas no-auténticas han sido el recurso utilizado por el aparato orteguista de propaganda para tener presencia en las redes Twitter, Facebook, Instagram y Tik tok. Detrás de estas cuentas (por eso no les decimos usuarios, que es como se mediría a una persona real con una sola cuenta) puede existir solo una persona operando varias cuentas.
Otra de las características de las redes orteguistas es que participan en conjunto con la red venezolana que apoya a Nicolás Maduro y así obtienen respaldo numérico, tal y como se demostró en la investigación publicada en CONFIDENCIAL con el título: Así opera la red orteguista, una pieza periodística que desveló la dependencia rojinegra en redes sociales y la honda penetración de la red del PSUV en Nicaragua y por la que la autora recibió un ataque brutal a sus cuentas en Twitter y Facebook.
El ataque a la comunidad internacional
El mismo comportamiento, de enfado y de crítica agresiva, han recibido las cuentas de la comunidad internacional que esta reciente semana publicaron tuits en los que se condena la represión a los precandidatos y líderes políticos.
El ataque a la expresidenta costarricense Laura Chinchilla sirve como ejemplo de cómo estuvo operando esta semana la red orteguista para incidir en el relato político que critica al presidente Daniel Ortega.
Chinchilla publicó: “En las últimas horas el régimen #OrtegaMurillo la ha emprendido, contra las mujeres. @VioletaG @TamaraDvila3 desaparecidas, @DoraMTellez y @anavijil incomunicadas y con cerco policial. Dirigentes, activistas, feministas, rebeldes, valientes. ¡Da la cara Daniel, no seas pendejo!”. Y empezó el ataque orteguista llamándola corrupta y mandándola a callar, además de calificativos denigrantes sobre su físico e integridad.
En las últimas horas el régimen #OrtegaMurillo la ha emprendido, contra las mujeres. @VioletaG @TamaraDvila3 desaparecidas, @DoraMTellez y @anavijil incomunicadas y con cerco policial. Dirigentes, activistas, feministas, rebeldes, valientes.
¡Da la cara Daniel, no seas pendejo! pic.twitter.com/7J5LD0NNho— Laura Chinchilla M. (@Laura_Ch) June 13, 2021
A las dos horas, la expresidenta costarricense volvió a publicar: “El feroz ataque que han emprendido contra mí en RRSS es una muestra de su intolerancia y misoginia. Critican mi falta de decoro por el calificativo usado para Daniel. Pues créanme que me quedé cortísima y sólo por respeto a mis seguidores”. Y el ataque continuó. Chinchilla no estuvo sola, pues en su mayoría el contenido que publicaron los usuarios fue de apoyo y celebración por sus palabras.
Rotundo fracaso de los ataques
La red orteguista en redes sociales ha venido fortaleciéndose desde los sucesos violentos de abril de 2018, cuando los y las nicaragüenses recurrieron a las redes para denunciar la matanza y documentar los abusos y asesinatos que perpetró el régimen contra la población. Los rojinegros entendieron mal el fenómeno, pues creyeron que habían perdido la batalla de la opinión pública nacional e internacional debido a oscuras tramas conspirativas entre los denunciantes y las plataformas dueñas de las redes sociales. Por eso siempre sus críticas son hacia las empresas dueñas de las redes, que –dicen- no toleran “a la gente de izquierda”.
Empezaron a capacitarse en el uso de las redes, abrieron sus cuentas y emprendieron campañas educativas para hacer participar a los nicaragüenses con quienes han entablado clientelismo político: si alguien ha recibido un favor sandinista (un puesto de trabajo o una beca universitaria, por ejemplo) tiene que pagar participando con al menos un “Me Gusta” cuando las operaciones de propaganda se ponen en marcha.
Estos ataques recientes empezaron cuando se llamó a la precandidata Cristiana Chamorro a atender una solicitud del Ministerio de Gobernación que inició una investigación sobre delitos inventados de lavado de dinero. El pico más alto de la conversación digital ocurrió cuando la Policía desplegó un operativo para allanar la casa de la precandidata. Chamorro, cuyos comentarios en redes sociales detonaban mucha interactividad entre sus seguidores. El caso de arresto domiciliara Chamorro detonó la crítica de la comunidad internacional y así empezó el partido rojinegro a nombrar como #LaHuacaGolpista y #Danto21 a su operación de propaganda en las redes sociales.
Los siguientes arrestos y las amenazas e intimidación hacia los periodistas para envolverlos en los delitos inventados por la Fiscalía han ido acompañados de abundante contenido y mucha actividad en las redes sociales orteguistas.
El despliegue ha sido máximo, pero no obtienen los resultados deseados. Han acudido a las cuentas de la comunidad internacional antes descritas para dejar su propaganda, pero tanto el contenido como la fruición con la actúan les hace reconocibles, por lo que nadie entra en su conversación y les ignoran. Además, en las redes sociales de Nicaragua casi todas esas cuentas las tienen bloqueadas los usuarios – debido a que son percibidos como los “paramilitares de las redes sociales”- por lo que nadie les mira. Su propaganda solo la miran entre ellos mismos.
La campaña de terror de Ortega-Murillo continúa este fin de semana con más arrestos arbitrarios. Los miembros de la OEA deben enviar una señal clara esta semana: basta de represión. La región no puede solo sentarse a esperar a ver quién será el siguiente.
— Julie Chung (@WHAAsstSecty) June 13, 2021
Otro problema que tienen es que debido a su comportamiento automatizado (bot) y de generación de spam –esto es, que replican y replican el mismo contenido diariamente, y solo entre sus mismas cuentas se dan “Me Gustas” y “Retuits”- las empresas Twitter, Facebook y Tik Tok les han advertido de la irregularidad y en muchas ocasiones les suspenden las cuentas, como revelamos en CONFIDENCIAL anteriormente.
Una novedad en el comportamiento orteguista de estos recientes ataques a la comunidad internacional es que en su estrategia han protegido a las cuentas fuertes que tienen y han enviado a sacrificar a cuentas menores, sabedores de que traspasar esas fronteras es motivo de penalización –y suspensión de sus cuentas- por las empresas dueñas de las redes sociales. Aunque, después de la actividad reciente, Twitter restringió la actividad de una de sus cuentas que sirven de locomotora de la estrategia orteguista.
Todos y todas las usuarias de las redes sociales en Nicaragua deben comprender que la batalla por la opinión pública no se gana con estratagemas en las redes sociales, sino con la credibilidad que cada usuario practica enunciando su verdad y participando en buena lid en la conversación digital.