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El legado democrático de Pedro Joaquín Chamorro ante la dictadura

Banderas del 10 de enero: Elecciones libres; no reelección; libertad de prensa; combate a la corrupción; democracia y pluralismo con justicia social

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal camina por una de las calles de Managua, en la década de los 70.

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, mártir de las libertades públicas y héroe nacional, camina por una de las calles de Managua, en la década de los 70. // Foto: Archivo

Carlos F. Chamorro

10 de enero 2025

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Este 10 de enero se conmemoran 47 años del magnicidio de mi padre, el periodista, director de La Prensa, y luchador político democrático contra la dinastía somocista, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado bajo la dictadura de Anastasio Somoza Debayle en 1978.

Su doloroso asesinato marcó un antes y un después en la historia de Nicaragua. La indignación generalizada que provocó en todos los sectores del país y el reclamo de justicia, desembocaron en un estallido de protesta nacional, que desató la insurrección popular contra Somoza.

Dieciocho meses después, la dictadura de Somoza que parecía imbatible, fue derrocada por una gran alianza de unidad nacional e internacional, liderada por el movimiento político-militar del Frente Sandinista.

Al concluir el proceso constituyente en 1987, el 10 de enero quedó instituido en la Constitución de la República como un tributo al Mártir de las Libertades Públicas, marcando la fecha en que en Nicaragua se inicia un nuevo período de Gobierno, y refrendando un compromiso de Estado con el legado de Pedro Joaquín Chamorro de democracia plena y elecciones libres;  no reelección, separación de la cosa pública de los intereses privados, lucha contra la corrupción; y reformas democráticas con justicia social.


Los principios y valores de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal de pluralismo político y rendición de cuentas, libertad de prensa y libertad de expresión, se promovieron en la transición democrática que inició en 1990 mi madre Violeta Barrios de Chamorro, antes que empezara el descarrilamiento de la democracia con los pactos Alemán-Ortega en 2000, hasta que finalmente se inició la regresión autoritaria bajo la dictadura Ortega Murillo, a partir de 2007.

En 2012, la Asamblea Nacional declaró a Pedro Joaquín Chamorro, Héroe Nacional, pero el discurso de odio de Daniel Ortega y Rosario Murillo, y su desesperación por atornillarse en el poder, ha intentado por todos los medios borrar su legado de la memoria colectiva. Lo han denigrado, perseguido, y han intentando encarcelarlo, pero han fracasado una y otra vez.

Durante el estallido de la rebelión de abril en 2018, las banderas de democracia, libertad y justicia social de Pedro Joaquín Chamorro resurgieron con más fuerza en las calles, y esos mismos ideales inspiran hoy la resistencia cívica, en Nicaragua y en el exilio, que demanda el fin de la dictadura y elecciones libres.

Este 10 de enero de 2025 se inauguran 19 años consecutivos de la dictadura familiar Ortega Murillo, que representa la antítesis de los valores que simboliza Pedro Joaquín Chamorro. Una nueva dinastía que pretende legalizar una dictadura totalitaria imponiendo una Constitución “chamuca”, a la medida de los intereses de la familia gobernante.

Nicaragua está dominada por una tiranía, atrincherada en el bunker de “El Carmen” que le tiene miedo a la libertad. Los dictadores señalados de crímenes de lesa humanidad no se atreven a recorrer las calles de su país, sin una voluminosa escolta policial armada hasta los dientes. Ortega y Murillo ordenan y mandan, pero ya no gobiernan. Y tampoco pueden ofrecerle una salida de paz, democracia, y progreso a los nicaragüenses, porque no pueden gobernar sin Estado policial y sin presos políticos. Eso lo saben muy bien los productores, los empresarios, y los profesionales; los jóvenes y emprendedores que están emigrando de forma masiva de un país sin futuro. Lo saben también los mismos sandinistas, y los empleados públicos, civiles y militares, que son rehenes de la dictadura.

Ortega y Murillo pueden prolongar la crisis terminal de su régimen por un tiempo, imponiendo mayores cuotas de dolor y sacrificio a la nación, pero más temprano que tarde la resistencia de los nicaragüenses enterrará a la dictadura. Y en la hora más difícil de la reconstrucción de Nicaragua, ante la tarea monumental de edificar desde cero un país sin instituciones y desmontar las estructuras de la dictadura para dar paso a la democracia, con justicia sin impunidad, nuevamente, el legado de Pedro Joaquín Chamorro, la coherencia entre sus ideales y el ejemplo de su vida, deberá ser uno de los pilares fundacionales de la nueva república democrática.

En homenaje al 10 de enero de Pedro Joaquín Chamorro, a continuación publicamos una selección de sus textos emblemáticos sobre: libertad de prensa; la condena por “traición a la patria”; la crisis de la dictadura somocista; y el proyecto de una Nicaragua democrática.


Pedro Joaquín Chamorro escribiendo
El periodista y héroe nacional Pedro Joaquín Chamorro Cardenal durante una jornada laboral. // Foto: Archivo

Sin libertad de prensa no hay libertad de pensamiento

Sin libertad de prensa, no hay libertad y los periodistas debemos ser militantes de la libertad de prensa e información. Guatemala 1975

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal

Es esta la segunda vez, en los últimos diez años, que la Asociación de Periodistas de Guatemala (A.P.G.), me distingue con el galardón de la libertad de prensa. Ya antes, el año de 1965, había recibido el mismo honor de esta prestigiada asociación y debo decir en voz alta, que la presencia en mis oficinas de La Prensa, de la placa conmemorativa de aquella distinción, ha contribuido grandemente a mantener mi decisión de permanecer en la misma brecha de quienes como ustedes, entendiendo que la libertad de prensa e información es un derecho inalienable de la humanidad, no desmayan en reclamar su vigencia.

Al agradecer otra vez este galardón que renueva mi compromiso con el periodismo guatemalteco, lo cual vale decir, con Guatemala misma, deseo sobre todo establecer la significación intrínseca, impersonal, institucional, del premio en sí.

Pienso yo, compañero, que el establecimiento mismo de un premio “Libertad de Prensa” es el mejor testimonio de adhesión, por parte de ustedes, a uno de los valores fundamentales de la existencia social. Porque la humanidad, a través del largo y contradictorio proceso de la historia, se ha abierto camino asentando lo bueno y destruyendo lo malo, dejando así consolidado el concepto de la libertad de prensa e información, como uno de los derechos inalienables del hombre.

Más aún, la libertad de prensa es el sustrato básico sobre el cual se asienta la vigencia efectiva de todos los derechos fundamentales de la persona humana.

Sin libertad de prensa, no hay libertad de conciencia.

Sin libertad de prensa, no hay libertad de pensamiento.

Sin libertad de prensa, está disminuido incluso el derecho a la vida.

Sin libertad de prensa, no hay libertad.

Pero la libertad en sí misma, y ese es el gran problema de todos los tiempos, no puede ser una simple ficción jurídica, un concepto semántico, sino que debe tener una existencia social concreta, y de allí que necesite para existir, de una activa militancia que ponga todo su esfuerzo, y sus cinco sentidos en conquistarla diariamente.

Y eso es en definitiva lo que debemos ser los periodistas: militantes de la libertad de prensa e información, base fundamental como he dicho, de todos los derechos de la persona humana. 

*Palabras pronunciadas en Guatemala en 1975. Reproducción del texto original publicado en La Prensa en el libro Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, El Periodista 2008 (Editoriales sobre Libertad de Expresión y la República de papel en Nicaragua, 1948-1977).


La condena: 21 de diciembre 1959

Publicado en Diario de un Preso: “Nadie puede resucitar sin haber sido crucificado. Este es pues el fin…pero es también el comienzo”

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal

Hoy va a pasar lo mismo que las otras dos veces.

El escenario es igual. Los jueces son iguales. Los curiosos, iguales.

Nosotros los presos siempre tenemos permiso para lavar la ropa, para remojar con jabón nuestro uniforme de rayas. Para retorcerlo bien y ponerlo a secar durante un buen rato, y a “planchar” después, aplastándolo con las manos, contra el suelo.

Luego nos dejan juntos y jugamos a las cartas en las pequeñas celdas, hasta que los pasos de la escolta que ha de conducirnos se oyen en el pasillo.

Nos ponemos la camisa y salimos afuera.

Hace sol. Caminamos en un patio y luego por los interiores de un cuartel oloroso a creolina y sudor. Después subimos a una camioneta dentro de la cual hay ya algunos soldados y detrás de nosotros suben más soldados.

Descendemos de la Loma de Tiscapa para entrar en otro cuartel y nos detenemos frente a la llamada Sala de justicia.

Allí están ya los jueces vestidos de gala. Llevan sus uniformes kaky abrochados con botones dorados. Sus mangas y hombreras lucen parchecitos de color con insignias y latitas que brillan; están sudorosos, recién bañados, pero con las frentes perladas de sudor.

Así ha sido las otras veces.

Anuncian que van a hablar los defensores, y estos suben al estrado con un legajo de papeles. Dicen frases hermosas, hacen citas legales, toman vasos de agua, y bajan después con aire de triunfo.

Pero nadie les hace caso.

Luego le toca el turno al Fiscal y lee diez o catorce páginas preparadas de antemano. Su uniforme es nuevo; sus anteojos negros parecen dos cuencas oscuras, y su micrófono emite sonidos altisonantes, tremendos.

Nos llama asesinos, traidores, malos hijos de Nicaragua, forajidos, equivocados, etc., etc., y alaba las bondades del Gobierno.

Así ha sido siempre.

Dan las seis de la tarde. Se pone el sol frente a Managua y los corrillos de la sala van repletándose con más curiosos; es gente que trabaja en el cuartel y ha terminado sus labores, de modo que está en libertad de divertirse un rato.

Afuera están nuestros familiares. Muy afuera, al otro lado de los muros. Están de pie nuestras madres y nuestras esposas, esperando un resultado que ya conocen. Están en la calle vecina.

El sol se ha puesto. Son los días próximos a la Navidad; días bellos y frescos, llenos de cánticos y corrientes de aire.

Nos condenaron más o menos a las diez de la noche.

No me fije exactamente la hora. Qué me importa la hora…?

Qué me importa que me hayan condenado…?

Volvemos a la Loma de Tiscapa en la misma camioneta. Managua es una extensa alfombra de luces; irregular, caprichosa, con manchas opacas.

Chirrian las aldabas de las puertas. Calzan los barrotes en su lugar de siempre. Coloco mi ropa encima de una caja y me recuesto en la cama.

Tres veces y vuelto condenado a este mismo lugar, con la misma ropa, a la misma cama, y cargado del mismo cansancio.

Las tres veces he sentido lo mismo: es necesario resucitar.  Hay que resucitar!.

Dice un amigo mío a quien quiero como hermano, que un fracaso es como una crucifixión, y que nadie puede resucitar sin haber sido antes crucificado.

Este es pues el fin…pero es también el comienzo.

*“La condena” es el último capítulo del libro “Diario de un Preso”, de Pedro Joaquín Chamorro C. publicado en 1962, como un testimonio de la cárcel sufrida después de la rebelión de Olama y Mollejones. Periodista y luchador democrático antisomocista, Pedro Joaquín Chamorro fue asesinado hace 47 años por la dictadura somocista el 10 de enero de 1978. En 2012, fue declarado Héroe Nacional de Nicaragua con el título de "Mártir de las libertades públicas" por Decreto Legislativo de la Asamblea Nacional.


Un joven Pedro Joaquín Chamorro Cardenal en su oficina
Un joven Pedro Joaquín Chamorro Cardenal en su oficina en el diario La Prensa, en Managua. // Foto: Tomada de la Revista Magazine

“Estamos gobernados por un ausente”

“Somos hombres libres y estamos comprometidos a fondo con la liberación total del nicaragüense”. Discurso pronunciado en 1976.

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal

Compañeros:

Ya es sabido  que en todas partes por donde vamos, en este trajinar diario de UDEL (Unión Democrática de Liberación), encontramos los problemas ordinarios y a veces muy dolorosos que sufre nuestro pueblo. Sabemos que falta el agua en el OPEN. Que el agua de Matagalpa tiene lodo lo mismo que la de Boaco. Conocemos los problemas del campesino, y vemos como en las fincas de Nicaragua se mejoran las razas  de ganado, van mejorándose las razas y se mejoran las cercas, y se introducen pastos nuevos a un costo  considerable, pero los campesinos nicaragüenses no se mejoran. No se mejora su nivel de vida, ni su expectativa de salud, sino que continúan idénticos, iguales desgraciadamente a cómo eran hace treinta o más años, llenos de pobreza, de miseria, sin alimentación adecuada y sin escuela. Y nos encontramos también con la falta de libertad de organización sindical, y con el fracaso de los reclamos obreros, porque la libertad y la igualdad de oportunidades para el obrero hacen falta. Falta también la libertad de expresión, abunda la represión. Los juicios militares ominosos, las cortes militares y los abusos de las llamadas autoridades, con la violación sistemática a los derechos humanos.

Nos encontramos con la división y la mentira en todas partes. Con la falsificación, hoy mismo, en estos momentos para dar un ejemplo se desarrolla en nuestro país un llamado Congreso de periodistas democráticos,   aquí, donde están censuradas la prensa y radio, se nos hace todavía la ofensa de reunir a un congreso de gentes que se llaman periodistas y que se califican democráticos.

Hemos estado viendo y viviendo  estos fenómenos diariamente, y casi se podía decir que estamos acostumbrados a ello. Ha andado UDEL por todo Nicaragua y frente a esa subversión de valores, ha dicho que la respuesta no es particular, concreta, para cada caso, sino una respuesta política general, que significa el establecimiento de un nuevo sistema, de otro sistema, dentro del cual el gobierno sea del pueblo, y no enemigo del pueblo, como es ahora.

Pero a todos esos males ya conocidos, viene ahora a sumarse otro peor. Sí, hay algo mucho peor compañeros, y es el caso del abandono en que el poder central ha dejado todo. Porque el sistema es malo ciertamente pero a su maldad intrínseca se suma este abandono, este ausentismo en las decisiones y en los planes que los nicaragüenses estamos viviendo. Y allí está por ejemplo el caso de nuestras fronteras abandonadas, de nuestra riqueza natural abandonada, de nuestros recursos perdidos en manos de extranjeros. De nuestro caudal de aguas, como el Río San Juan, que es energía, energía necesaria para el desarrollo y para la subsistencia, abandonada en manos de extranjeros, cedida por las presiones de los intereses particulares, como también se ceden las riquezas de nuestros mares, y del subsuelo de la tierra. Peces, oro, maderas, agua, energía geotérmica, todo al garete, todo entregado al extranjero, sea centroamericano o de fuera del área.

¿Y por qué ocurre esto…?  ¿A qué se debe esto…? ¿Por qué ni siquiera dentro de los defectos del sistema que de por sí es malo, hay una sombra de Gobierno…?

Porque compañeros estamos gobernados por un ausente, por un medio nicaragüense al cual no le importa  Nicaragua, sino sus asuntos particulares. Somoza es ese, un ausente, y no solo de espíritu porque sus intereses no están aquí, sino que también está físicamente ausente porque no pasan quince días sin que decida ir al exterior. ¿Y por qué…? ¿A qué va…? Pues acaba de decir el secretario de información que va a hacer negocios y va a hablar con banqueros y con inversionistas, como si el único negocio de un Jefe de Estado no fuera el hacer justicia a su pueblo, el proporcionar progreso  a su pueblo, el estar con su pueblo en las horas difíciles. Pero lo que pasa compañeros, es que como digo, Somoza no es de aquí, y a él, poco le importa lo nuestro, razón por la cual nosotros necesitamos, queremos, exigimos gobernantes que sean verdaderamente nicaragüenses en cuerpo y espíritu. Que conozcan al obrero. Que quieran al campesino, que quieran su tierra, que viajen por nuestros caminos, y no por Houston o Miami.

Y digo lo anterior, lo de los negocios, porque así lo informó el secretario de prensa de Somoza, porque su constante ausencia de Nicaragua es debido a razones de inhabilitación para trabajar en los asuntos nacionales, con más razón debía de dejar el lugar que ha usurpado y dejar a otro la responsabilidad que él no asume. Porque Nicaragua no puede, no debe seguir así, al garete, sin una ruta trazada, que es lo que ahora ocurre y con lo cual sufrimos todos, porque nadie pone remedio a las tolvaneras de León, ni a las especulaciones con los granos básicos, ni se pone atención al cobro de lo que el país debe de percibir por sus recursos naturales, y esas condiciones además de haber perdido desde hace tiempo la libertad, ya estamos a punto de perder todo lo demás.

Y frente a esta situación desastrosa, ¿qué hay de positivo…? ¿Qué hay que debamos y  podamos hacer los nicaragüenses…?

La respuesta compañeros es UDEL. Este movimiento que va creciendo y debe crecer muchísimo más todavía hasta llegar a ser un gran ejército de ciudadanos, un ejército civil que tenga la fuerza suficiente para tomar el poder y desarrollar su programa, un programa que no ha sido cuestionado por nadie porque todos saben que es cabal, que es bueno. Porque a nosotros nos ataca la ultraizquierda y también la ultraderecha, pero nunca fundamentan sus ataques en una crítica al programa de UDEL, debido a que es un programa racional, justo y práctico para Nicaragua.

En UDEL, y eso ya es sabido pero debemos repetirlo hasta la saciedad, caben todos, liberales, conservadores, socialistas, socialcristianos, independientes, y obreros organizados, y caben todos porque UDEL  es una unidad patriótica y nacional en donde todos hemos dejado a un lado parte de nuestras ideologías, es decir la parte de ellas que pueda ser conflictiva con otras. No es que hayamos renunciado a nuestras ideologías, a nuestra propia identidad, sino que hemos suscrito todo aquello en que estamos de acuerdo para llevar a cabo esta lucha, lucha por el implantamiento de una República popular, independiente  de los imperialismos, social y democrática, donde la riqueza  esté mejor distribuida, justamente distribuida y el trabajador tenga su lugar en el gobierno, así como lo tiene en el esfuerzo diario sea este económico o político.   

Hacia eso marchamos, y en estos meses últimos del año vamos a realizar un gran esfuerzo para concentrar en Masaya, el 12 de diciembre en nuestro segundo aniversario a una gran multitud de gentes.

Allí una vez más vamos a levantar el Estado de Sitio que es lo que hemos venido haciendo con estas concentraciones, demostrar que no nos dejamos imponer la bota somociana, que somos hombres libres y que estamos comprometidos a fondo con la liberación total del nicaragüense. Comprometidos a hacer en Nicaragua una república social, una república democrática, una república independiente y popular.

Esto es lo que queremos decir cuando gritamos nuestra primera promesa: Nicaragua volverá a ser República.

*Discurso pronunciado por Pedro Joaquín Chamorro el 5 de septiembre de 1976 en el Hotel Majestic, Diriamba.


El periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal posa para una fotografía. // Foto: Tomada de La Prensa

Fragmentos del “Diario Político” (1975-1977)

  • Unidad para establecer un régimen de democracia política, de justicia económica y social, y de efectiva independencia externa de nuestra Patria”.
  • “E.F. me contó (hace días) de su entrevista con el prócer, a la cual concurrió junto con otros miembros de la Empresa Privada. Todo fue suavidad, dice él y quedó establecido un puente para futuras pláticas, pero esa vía servirá –es mi criterio— solamente para ellos, y no al resto del país, pues son incapaces de plantear reclamos de tipo nacional, es decir politicos y solamente se interesan por las cuestiones económicas vistas desde su propio ángulo”. 14 de febrero 1975
  •  “Lo importante es que nuestra gente de arriba está feliz con el régimen porque para ellos la vida se agota en el “profit”, y por otra parte el pueblo después de 40 años de opresión, corrupción  y desencantos, solo espera milagros”.  15 de marzo 1975.
  • “Nuestra tesis: dos grupos oligárquicos entendidos con la GN y ayudados por EU, gobiernan para ellos y se reparten todo, aplastando a una clase media emergente, que quiere tener su expresión en UDEL (Unión Democrática de Liberación)”. 8 de julio 1975.
  • “La unidad sobre la que se fundamenta UDEL no solo cubre la etapa de la lucha contra Somoza, sino también la etapa posterior al somocismo, la cual deberá estar regida por el programa de UDEL cuyo contenido esencial es garantizar la construcción de una sociedad democrática, pluralista e independiente, en la cual serán respetadas todas las ideologías y organizaciones”. 16 de septiembre 1975.
  • “El signo de la Managua posterior al terremoto es la avaricia, el desenfreno por el dinero y el negocio fácil, además de la dispersión”. 23 de diciembre 1975.
  • “Las giras por Rivas me llenaron de ánimo porque vi otra vez la miseria del campesino, su atraso, y al mismo tiempo la enorme bondad de su ánimo. No es posible que las cosas sigan de este modo y se debe luchar más a fondo por cambiarlas.” 16 de abril 1975.
  • “Ni mil anos de censura, cárcel o cualquier otra pena van a obligarme a un compromiso sobre eso (aceptar la suspensión de la censura a cambio de no criticar en La Prensa los negociados de Somoza) porque sería hacerme cómplice de la deshonestidad, refiriéndole a punto seguido el último negocio con la energía geotérmica a través del cual, Somoza, se ha apoderado de un recurso natural del país para explotarlo con una compañía ad-hoc y vender la electricidad al estado”. 2 de febrero 1976.
  • “La prioridad nuestra es que se vaya Somoza. Si se puede hoy, mejor, si no cuando se pueda y que NUNCA quede su sistema”. (el subrayado está en el original) 20 de diciembre 1977.
  • “Unidad para iniciar un proceso de democratización que abra camino a transformaciones estructurales en base a las cuales establecer un régimen de democracia política, de justicia económica y social, y de efectiva independencia externa de nuestra Patria”.

*Fragmentos del libro “Diario Político”, publicado en 1989.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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