
16 de febrero 2025
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Con una carrera musical de más de 40 años, el nicaragüense ha trabajado también con Joan Sebastian, Álvaro Torres, David Bisbal y Paquita la del Barrio
El músico nicaragüense César Benítez junto a la cantante y actriz mexicana Gloria Trevi durante una presentación//Foto: Cortesía
César Benítez dio sus primeros pasos musicales a manera de juego. En la Managua terremoteada de 1972 “creaba melodías” con botellas plásticas llenas de agua o “hacía presentaciones”, con instrumentos improvisados, en los convivios familiares en el barrio Cristo del Rosario.
En ese entonces, el músico nicaragüense tenía ocho años. Hoy, a sus 59 años, César Benítez cuenta con un extenso bagaje musical y artístico adquirido tras trabajar con grandes estrellas mexicanas como Juan Gabriel, Joan Sebastian, Gloria Trevi, Cristian Castro y Paquita la del Barrio.
“En 2001, comencé a trabajar con Juan Gabriel. Estuve con él casi 15 años, primero con su orquesta, luego como arreglista y, los últimos ocho años, como su director musical”, relata el nicaragüense.
Llegó a trabajar con Juan Gabriel porque lo contrataron para abrir su gira con su banda y para hacerle arreglos musicales a sus canciones. “A Juan Gabriel le gustó mucho y me pidió que trabajara con él”, detalla.
“De Juan Gabriel aprendí a ser más intuitivo con la música. Él tenía una intuición musical increíble”, recuerda.
“Él (Juan Gabriel) era como mi papá musical. Yo me quedaba temporadas con él en Cancún, haciendo maquetas para diferentes artistas latinos. Ahí conocí a muchos artistas, grabé e hice muchos arreglos para esos artistas”, comenta César Benítez.
El nicaragüense dejó de trabajar para Juan Gabriel en 2013, porque consideró que ya había cumplido un “ciclo”. Y al mes de separarse del “Divo de Juárez”, lo llamó Gloria Trevi.
La cantante mexicana le dijo que necesitaba un director musical y que lo habían recomendado. “Le respondí que no podía porque quería descansar, pero al otro mes (Gloria Trevi) me volvió a llamar y me dijo: ‘Dame seis meses para trabajar conmigo, y después te puedes ir’. Esos seis meses se han convertido en 12 años de trabajo”, relata el músico.
“Soy su director musical y pianista, también hago secuencias y arreglos. En su último disco produje seis canciones como orquesta y también hice canciones para su serie Ellas soy Yo”, asegura César Benítez.
Un orquestador es un músico que compone y distribuye las notas musicales para cada instrumento dentro de una orquesta sinfónica, incluyendo violines, trompetas, pianos, trombones y otros instrumentos.
César Benítez proviene de una familia humilde sin ningún vínculo con la música. Su papá Adrián Benítez era un sastre y su mamá María Inés Lagos una ama de casa. Su talento y afición por la música eran innatos.
El pianista nicaragüense Agenor Duarte reconoció la destreza musical del niño César Benítez, y le dijo a don Adrián que “su hijo tenía mucho talento”, lo cual ilusionó al papá, quien lo inscribió en “todas las academias de música que pudo”.
“Estudié en la Escuela Musical Yamaha; aprendí a tocar el violín, el órgano y el piano. Fui el segundo violín en la sinfónica juvenil del conservatorio de música”, destaca el músico.
“En la sinfónica juvenil estábamos ensayando un tema de Vivaldi y escuché a toda esa orquesta haciendo cosas diferentes y como todo se enlazaba armónicamente. En ese momento me dije: ‘Quiero escribir para toda esta gente’”, rememora el orquestador.
Sus primeras presentaciones musicales fueron en eventos sociales. En una ocasión reemplazó al maestro Tránsito Gutiérrez, quien quedó “sorprendido” con su talento y le ofreció trabajar con él durante las vacaciones escolares.
Luego conoció a los Galos de doña Gala, y audicionó para ser parte del grupo musical; quedó tocando el teclado y luego el piano.
“En un acto del Frente Sandinista, hicimos una presentación en la plaza y ahí me vio Luis Enrique Mejía Godoy. Él llegó a mi casa a invitarme a ser parte de Mancotal”, sostiene César Benítez.
La “invitación” de Luis Enrique coincidió con un tercer llamado al Servicio Militar obligatorio que recibió el joven César.
“A Luis Enrique le dije: ‘si me sacas del Servicio Militar me voy con ustedes’”, recuerda.
César Benítez no fue a la guerra y se unió a Mancotal y Luis Enrique. Durante dos años y medio viajaron por México, Sudamérica y Europa. En una presentación en los Estados Unidos, en 1986, se quedó en ese país.
César Benítez llegó a los Estados Unidos en 1986, con la idea de ganar dinero y llevarse a sus padres al gigante del norte, dejando a un lado su carrera como pianista de la banda nicaragüense Mancotal.
A pesar de no tener planes de continuar en la música, al poco tiempo un conocido lo invitó a tocar en un bar y comenzó a presentarse en más bares y restaurantes.
“Un día, un productor del salsero nicaragüense Luis Enrique me llamó para grabar dos videos con el cantante; ahí lo conocí. Luego, un productor del (cantante) Álvaro Torres me invitó a tocar el piano con el músico salvadoreño”, relata.
Después de su colaboración con Álvaro Torres, el nombre de César Benítez se fue conociendo entre los artistas latinoamericanos y fue así que llegó a trabajar con Maricela, Joan Sebastian, Cristian Castro, Ana Bárbara, David Bisbal y Paquita la del Barrio.
Actualmente, el orquestador nicaragüense tiene su propio estudio musical “Corchea Music” en Los Ángeles, California, y quiere seguir trabajando y orquestando para grandes artistas.
“Quiero darles mi experiencia a los nuevos jóvenes; hacer workshop, dar clases de producción; quiero producir más música, producir nuevos artistas, desarrollar talentos”, agrega.
César Benítez tiene una amplia experiencia en la producción y dirección musical. Sus logros los adjudica a la perseverancia, talento y estudios. En los Estados Unidos, se graduó en film score (música cinematográfica) en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA); y además estudió jazz, música moderna y orquestación.
Además, entre su gira como productor musical de Gloria Trevi, está escribiendo su libro autobiográfico, donde cuenta todas sus anécdotas y aprendizajes de toda su carrera artística a lo largo de más de 40 años de trayectoria.
“Quiero que los jóvenes retomen nuestro camino. Quiero dejar un legado bonito y que miren de dónde vengo, que vengo de un barrio y un país humilde y que se pueden lograr cosas increíbles”, enfatiza el orquestador nicaragüense.
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