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“Ortega intenta victimizarse como un país acosado por Trump, pero ha sido ignorado”

La hipocresía de Ortega ante Trump: “Colabora de forma silenciosa con las deportaciones, y bloquea el retorno de nacionales”, analiza Félix Maradiaga

Daniel Ortega en duro ataque a Donald Trump

Rosario Murillo y Daniel Ortega, en un acto público el 30 de abril de 2025, en el que dirigió ataques virulentos contra Estados Unidos y Donald Trump. // Foto: CCC

Carlos F. Chamorro

5 de mayo 2025

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El codictador Daniel Ortega rompió el silencio que mantuvo durante los primeros 100 días de la Administración de Donald Trump, durante un acto público ante miles de efectivos del Ejército, Policías y paramilitares encapuchados, el 30 de abril de 2025, cuando lanzó un ataque virulento contra Estados Unidos. 

El gobernante que elevó a rango constitucional una dictadura familiar totalitaria, criticó al presidente Trump de colocarse por encima de la Ley, los poderes del Estado y las Cortes de Justicia en su país, y lo acusó de “crímenes de lesa humanidad”, delito por los cuales él y su esposa, la codictadora Rosario Murillo, están siendo investigados por expertos de Naciones Unidas en derechos humanos.

El politólogo y expreso político Félix Maradiaga, atribuye el discurso de Ortega a su arraigado “antinorteamericanismo”,  a pesar de que Estados Unidos es el principal socio comercial de Nicaragua, y al interés de presentarse como “víctima” del acoso y la persecución del Gobierno de Donald Trump, aunque ha sido ignorado.

“Probablemente creyó que iba a ser tomado en cuenta en los arreglos geopolíticos de la nueva Administración y quedó totalmente de fuera. Así que está recurriendo a su vieja carta de víctima”, dijo Maradiaga en una conversación en el programa Esta Semana el domingo 4 de mayo, que se transmite en el canal de YouTube de CONFIDENCIAL debido a la censura televisiva. 

Maradiaga calificó de hipócrita y ambivalente la retórica de Ortega, que por primera vez reconoció que está recibiendo nicaragüenses deportados por Trump de Estados Unidos. “Ortega, como es parte de su estilo hipócrita, recibe a los deportados, pero bloquea el retorno al país de muchos nicaragüenses que no tienen problemas migratorios”, dijo.

Félix Maradiaga habla sobre las condiciones para recuperar la democracia en Nicaragua
El ex precandidato presidencial nicaragüense Félix Maradiaga habla durante la entrevista con la AFP, el 1 de febrero de 2024 en Miami. // Foto: Jesús Olarte / AFP

Durante los primeros 100 días de la Administración Trump, el dictador Daniel Ortega mantuvo un silencio que algunos interpretaron como producto de la cautela. Sin embargo, este silencio se rompió el 30 de abril, cuando Ortega lanzó un ataque político virulento en contra de Trump. ¿A qué atribuyes este giro político?

En primer lugar, no debemos olvidar que Ortega tiene un antinorteamericanismo histórico que cada vez que él ha tenido una oportunidad, no ha ahorrado palabras, incluso vulgares, para referirse a Estados Unidos, a pesar de ser el principal socio comercial de Nicaragua. Ya ni siquiera Venezuela desde hace años es el principal proveedor de petróleo, es Estados Unidos. Así que estos exabruptos (están en) la naturaleza del dictador: un profundo antinorteamericanismo. 

Sin embargo, hay que analizar su aislamiento internacional y un intento de victimizarse, de sumarse a un bloque de países que se quieren presentar como acosados, perseguidos por la Administración Trump. Hay un bloque claramente identificado de países que quieren señalar al presidente Trump como un problema del orden internacional, cuando el verdadero problema es, por ejemplo, China. Entonces, creo que es una combinación de ambas cosas.

Ortega acusó a Trump de estar por encima de la ley, por encima de los Poderes, por encima de las Cortes y de perpetrar “crímenes de lesa humanidad”, que son precisamente los crímenes por los cuales él está siendo investigado por la ONU, incluso procesado en Argentina. ¿Cuál sería el propósito de esta provocación?

Es un acto de hipocresía. Es ridículo que alguien que está señalado, como es el caso de Ortega, de crímenes de lesa humanidad, se atreva a señalar a cualquier otro jefe de Estado y más a un jefe de Estado de un país democrático, como es el caso de Estados Unidos. 

Obviamente toda democracia tiene sus problemas internos, los votantes norteamericanos resolverán sus problemas internos, pero Ortega es un paria internacional. Ortega está señalado no solo por Naciones Unidas, no solo por la OEA, sino que incluso sus vecinos centroamericanos lo han empezado a aislar fuertemente. Creo que es un acto de desesperación, un intento de victimizarse. Probablemente creyó que iba a ser tomado en cuenta en los arreglos geopolíticos de la nueva Administración y quedó totalmente de fuera. Así que está recurriendo a su vieja carta de víctima.

Estados Unidos anunció recientemente el desvisado de otros 250 funcionarios del régimen de Ortega y en un informe del Departamento de Estado describió al régimen Ortega Murillo “entre los adversarios a combatir”, para que rinda cuentas. Pero aparte de esas dos menciones, no pareciera que Nicaragua ocupe algún lugar entre las prioridades de la política exterior de Estados Unidos.

Efectivamente, desde una visión geopolítica global Nicaragua no está entre las prioridades. Estados Unidos tiene muchos otros temas fundamentales, pero en el ámbito hemisférico, en América Latina, es una preocupación de la Administración actual. No olvidemos que el secretario de Estado, Marco Rubio, es un profundo conocedor de la situación de Nicaragua. Así que yo creo que Nicaragua efectivamente está en el radar. Hay que dimensionar con mucha prudencia las expectativas. Creo que Estados Unidos tiene una agenda bastante cargada de temas complejos, pero Nicaragua está definitivamente en el radar, Ortega por supuesto que está.

Las relaciones comerciales entre Nicaragua y Estados Unidos siguen transcurriendo con normalidad en el marco del CAFTA, a pesar de que el secretario de Estado, Marco Rubio, dijo que Nicaragua no es una democracia y que estaban estudiando qué acciones adoptar en relación con eso. ¿Esa es la agenda de Estados Unidos, o acaso hay algún canal, algún intento de negociación como está ocurriendo, por ejemplo, entre Estados Unidos y Venezuela?

En el caso de Nicaragua no sabemos, por lo menos aquellos que hemos estado tocando puertas en la Administración y conversando con algunos técnicos y personas cercanas a la actual Administración, no hay ninguna señal de acercamiento con respecto al CAFTA. Sabemos que se abrió un proceso de consulta, varias personas presentamos testimonios escritos o testimonios orales. Creo que a través de los aranceles el CAFTA podría quedar fácilmente desfasado. Pero hay otros productos, por ejemplo, el café, el tabaco, que no necesariamente necesitan ya de una protección especial porque son altamente competitivos y significan un porcentaje altísimo de los de los casi 4000 millones de dólares de intercambio de exportaciones de Nicaragua a Estados Unidos.

El CAFTA está también en el radar de la actual Administración y es altamente probable que en algún momento pueda ser revisado o suspendido. A pesar de que es un acuerdo regional y hay implicaciones políticas y jurídicas para romper algo que fue acordado regionalmente.

En ese discurso que pronunció, ante miles de efectivos del Ejército, policías, y paramilitares encapuchados, Ortega admitió por primera vez que durante estos meses han estado llegando vuelos de Estados Unidos a Nicaragua con nicaragüenses deportados, incluyendo algunos nicaragüenses que estaban presos en la base militar de Guantánamo en Cuba. Estos vuelos se han mantenido hasta ahora en secreto, pero de lo que dice Ortega se desprende que los siguen recibiendo con normalidad. ¿Está colaborando Ortega con Trump en materia de las deportaciones?

Lo está haciendo de manera silenciosa, ambivalente e hipócrita. Por un lado, está recibiendo a las personas deportadas que tenían órdenes de deportación pero, por otro lado, a nicaragüenses que no tenían ningún problema migratorio y que voluntariamente han querido regresar a Nicaragua, en muchísimos casos se les ha prohibido sin ninguna justificación abordar los aviones. Esto es algo que por lo menos en mi caso y estoy seguro que otros opositores lo han hecho, lo hemos documentado, lo hemos presentado en informes por escrito al Departamento de Estado y a Homeland Security

De la misma forma, nos hemos unido para pedir un tratamiento especial a los nicaragüenses que son perseguidos (en Nicaragua). Sin embargo, Ortega, como es parte de su estilo hipócrita, recibe a los deportados, pero bloquea el retorno al país de muchos nicaragüenses que no tienen problemas migratorios. Y esto la Administración (Trump) lo sabe.

Decías que Ortega pretende victimizarse al lanzar estos ataques contra Estados Unidos, es decir, espera una reacción. Está intentando fomentar alguna suerte de confrontación, porque hasta ahora ha sido ignorado. Nadie ha dicho una sola palabra en Estados Unidos, nadie lo ha tomado en cuenta.

Es que esa es la palabra clave, ignorado. Ortega es un megalómano, él cree que tiene un gran peso internacional, se cree el heredero de Fidel Castro en el ámbito internacional y él –a la par de la dictadora– tienen una visión exagerada de su propio liderazgo internacional y, lo que más les duele, es ser ignorados, no ser tomados en cuenta, incluso por sus propios exaliados de la izquierda internacional. Ortega es un paria para la izquierda internacional. 

Miremos sus confrontaciones con varios socialistas europeos, sus confrontaciones con el presidente (Gustavo) Petro, de Colombia. Ortega a veces prefiere cometer errores. Ortega prefiere cometer desaciertos políticos a cambio de engrandecer su ego y su megalomanía, y ese es un error de cálculo. Cuando el enemigo comete errores no hay que interrumpirlo. Le va a costar caro, porque lo que le convendría, como a todo dictador, es más bien estar fuera del radar, pero su deseo de ser tomado en cuenta, y lo que le molesta ser ignorado internacionalmente, lo ha llevado a hacer estas declaraciones.  Se quiere victimizar y ser parte de un bloque de países antiTrump.

¿Gana algún punto Ortega con Putin y con China al lanzar este tipo de ataques contra Estados Unidos?

No gana ninguno porque es un socio barato. Ortega ha tenido una actitud servil, una actitud vendepatria  a cambio de nada, (que no comparten) los principales aliados de Rusia. En el año 2023, en la reunión de la CELAC, incluso Cuba y Venezuela firmaron la declaración conjunta en la reunión de la CELAC con la Unión Europea (que expresa “profunda preocupación” por la guerra en Ucrania), y Ortega no lo hizo por ser absolutamente servil a Rusia. 

Eso no se ha traducido en ninguna inversión o en apoyo económico. Y lo mismo está haciendo con China. Entonces, Ortega es un vendepatria, y el hecho de que es un socio barato y servil no le gana puntos. Esto es un intento desesperado por ser tomado en cuenta.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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