11 de mayo 2022
Una estrategia de presión diplomática y financiera más constante y sobre todo, hacer uso de muchas más herramientas que las sanciones individuales, además de empoderar al liderazgo opositor en el país, son parte de las recomendaciones que el politólogo Manuel Orozco hace para contrarrestar lo que denomina la “política extorsiva” del régimen orteguista en sus desesperados esfuerzos por ser reconocido como un Gobierno legítimo y con pleno derecho.
Orozco, director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del reconocido centro de pensamiento Diálogo Interamericano, realizó para esta instancia un informe en el cual analiza la impunidad con la que opera el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y presenta sus recomendaciones para que la presión internacional sea más efectiva para apoyar un eventual de apertura hacia la democracia en Nicaragua.
Las conclusiones de este informe fueron expuestas y debatidas en una conferencia virtual organizada por Diálogo Interamericano denominada en inglés A Push for Freedom: Ensuring a Democratic Transition in Nicaragua Through International Pressure en la que participaron Emily Mendrala, subsecretaria adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Deborah Ullmer, directora regional para América Latina del Instituto Nacional Demócrata y Cynthia J. Arnson, miembro del distinguido centro de pensamiento Woodrow Wilson Center y especialista en temas centroamericanos.
El debate fue moderado por Rebecca Bill Chavez, presidenta de Diálogo Interamericano y en el mismo también participó Orozco. En el informe, el politólogo destaca seis claves para mejorar la efectividad de la presión de la comunidad internacional en la búsqueda de una apertura política por parte del régimen orteguista que lleve al país al retorno de la democracia.
Estas claves son:
- Es vital que los Estados Unidos y la comunidad internacional reconozcan la existencia y legitimidad de líderes claves de la oposición, quienes están involucrándose en el ambiente político y construyendo su propia fuerza, a pesar de la represión.
- La Ley Renacer contiene herramientas económicas, incluyendo la opción de aplicar revisiones al Tratado de Libre Comercio con Centroamérica, para incrementar la presión en Nicaragua, aunque su aplicación e implementación han sido lentas.
- Nicaragua necesita tener una hoja de ruta diplomática que incluya involucramiento bilateral, multilateral, regional y con la diáspora nicaragüense organizada.
- Estados Unidos puede usar sus políticas para levantar la moral de los nicaragüenses al ser un portavoz hacia la comunidad internacional y continuar haciendo visible la condena internacional hacia las violaciones de los derechos humanos, la ilegitimidad de las elecciones y las acciones políticas y moralmente indefendibles del régimen.
- Estados Unidos puede incluir a Nicaragua como parte de la estrategia regional de las causas intrínsecas de la migración y tener un abordaje humanitario hacia los nicaragüenses que migran hacia Costa Rica y Panamá.
- Las personas en el círculo de poder del orteguismo están conscientes de que son muy altos los costos de quedarse con el régimen y con un líder cuya vida útil podría ser menor a dos años. Proveer suficientes incentivos para renunciar al régimen, mientras continúan las sanciones y las denegaciones de visas al círculo de poder, es una combinación efectiva de herramientas que podría generar una fractura real dentro del régimen.
Orozco señaló que el régimen apuesta al desequilibrio militar que se está dando en la región, la presión política en Estados Unidos debido a la oleada migratoria que impacta sus fronteras y a usar a los presos políticos como “fichas de cambio”, para forzar a la comunidad internacional a reconocerlo y legitimarlo como un Gobierno pleno.
El politólogo advirtió en una entrevista en el programa Esta Semana del domingo ocho de mayo que Nicaragua ha comprado armas, principalmente a Rusia, en los últimos diez años, con un valor similar al de las importaciones de armas del resto de Centroamérica, especialmente Honduras, El Salvador y Guatemala, lo que estaría generando un desequilibrio militar en la región.
Orozco: “No brindar reconocimiento a cambio de una extorsión”
“La comunidad internacional tiene que estar clara de que no puede brindar reconocimiento a cambio de una extorsión. Hay que mantener una presión continua, incluyendo acciones regionales como la suspensión en la OEA y la revisión de las cláusulas en acuerdos como el Cafta y el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica y la Unión Europea”, señaló.
“En los convenios con las instituciones financieras regionales, hay cláusulas referidas a temas como lavado de dinero, delitos financieros, corrupción y respeto a los derechos humanos que Nicaragua ha incumplido básicamente”, añadió durante su intervención.
Incluso, cuando Orozco se refirió al panorama actual de la crisis sociopolítica, afirmó que la “población (nicaragüense) está tan desmoralizada que tiene miedo de hasta usar una computadora”, en alusión a la persecución impuesta por el régimen por medio de instrumentos represivos como la Ley de Ciberdelitos.
EE. UU. llama a comunidad internacional a unir esfuerzos
Emily Mendrala, subsecretaria adjunta de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, expuso las medidas tomadas por el país norteamericano para presionar al régimen, entre sanciones individuales a funcionarios del régimen, restricciones de visa y resoluciones promovidas en el seno de la OEA y las Naciones Unidas.
Expresó que la Administración del presidente norteamericano Joe Biden seguirá apostando a todas las herramientas políticas y diplomáticas que tengan a su disposición para mantener la presión al régimen orteguista.
“Hacemos un llamado al régimen de Daniel Ortega para libere inmediatamente a los presos políticos injustamente encarcelados por denunciar los abusos en Nicaragua, y a la comunidad internacional a que se unan a nuestros esfuerzos para que Nicaragua pueda aspirar a elegir a sus líderes por elecciones libres y justas y a recuperar el respeto por sus libertades fundamentales”, afirmó Mendrala.
Nicaragua, el país más inestable de la región
Deborah Ullmer, directora regional para América Latina del Instituto Nacional Demócrata, afirmó que “Nicaragua es el país con mayor desestabilización política en la región centroamericana” y abogó por una mayor celeridad a Estados Unidos y la comunidad internacional para ejecutar las medidas de presión en contra del régimen.
“Debe acelerarse y debe hacerse más para garantizar que el Gobierno de Estados Unidos tenga una política clara y consistente para participar efectivamente en los esfuerzos multilaterales para facilitar una transición democrática pacífica en Nicaragua”, insistió Ullmer.
Cynthia J. Arnson, del Woodrow Wilson Center, dijo estar de acuerdo con las seis propuestas claves expuestas por Orozco para empujar la presión internacional, pero discrepó sobre que sea Estados Unidos el que deba llevar la iniciativa en contra del régimen.
“Prefería el enfoque de los líderes centroamericanos, que tener que apostar a una solución hecha en Estados Unidos. Yo observaría particularmente el rol que esta alianza para la democracia y la democracia creada por Costa Rica, Panamá y República Dominicana, que podrían funcionar como intermediarios potenciales”, apuntó.