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“Los sistemas de integración democráticos no pueden funcionar con una dictadura en su seno”

Expresidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís: Nicaragua debería ser expulsada del SICA, pero hay que buscar una salida jurídica y diplomática

Fachada de la sede del SICA

Carlos F. Chamorro

30 de marzo 2025

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La vacancia en la secretaría general del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), provocada por la renuncia hace año y medio del nicaragüense Werner Vargas, y por la obsecación de la dictadura Ortega Murillo de imponer un candidato que responda, no a los principios democráticos del SICA sino a la dictadura de Managua, esta provocando una situación que podría derivar en una “parálisis estructural, institucional, definitiva”, considera el expresidente Costa Rica, Luis Guillermo Solís.

En una entrevista en el programa Esta Semana que se transmite este domingo 30 de marzo de 2025 a las 8.00 PM, en el canal de Youtube de CONFIDENCIAL, Solís analizó el ataque virulento de la cancillería de Nicaragua contra el gobierno de Costa Rica, que ejerce la presidencia pro témpore del SICA: “Es un ataque más, no es la primera vez, no será la última, en torno a un tema en donde está clarísimo lo que establece el protocolo de Tegucigalpa que la persona que ocupe la Secretaría General del SICA, tiene que ser independiente, autónoma, y una persona íntegra, y los candidatos de Nicargua no podrían operar autónomamente, siendo funcionarios muy cercanos a la pareja dictatorial”.

Solís advirtió que “los sistemas de integración (democráticos) modernos, no pueden funcionar con una dictadura en su seno, en el medio del sistema”, y aunque considera que los gobiernos democráticos “deberían plantearse la expulsión de Nicaragua, no sé cómo podemos acomodar eso en la actual normativa”. El expresidente abogó por buscar una salida “jurídica y diplomática”, e instó al régimen de Nicaragua a contribuir y dejar que las cosas se hagan conforme los principios democráticos del SICA.

El ataque del régimen de Ortega

¿Cómo se lee desde Costa Rica el ataque virulento lanzado por la cancillería de Nicaragua contra el gobierno de Costa Rica en respuesta a la solicitud de la presidencia pro-témpore del SICA, de que el régimen Ortega Murillo debe presentar candidatos idóneos para la Secretaría General de esa institución?

Un ataque más, no es la primera vez, no será la última, y todo en torno a un tema en donde está clarísima la posición de la presidencia pro-témpore costarricense, es lo que establece el protocolo de Tegucigalpa que la persona que ocupe la Secretaría General del SICA tiene que ser independiente, autónoma, y una persona íntegra, yo sobre la integridad de los candidatos de Nicaragua no tengo nada que decir, pero me parece que sobre su autonomía es evidente que ninguno de ellos o de ellas, ha operado o podría operar autónomamente, siendo funcionarios muy cercanos a la pareja dictatorial.

Entonces, no sé cuál es la queja de Nicaragua, han tenido bloqueada la elección de la Secretaría General durante un año, al menos, y creo que la presidencia pro témpoder tiene que buscar una salida, tampoco sé cuál será, es complicado, pero me parece que no da lugar a la protesta de Nicaragua, y menos en los términos en que la hacen.

Luis Guillermo Solís
Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica. Archivo | Confidencial

24 horas después, el gobierno, el régimen Ortega Murillo, emitió un nuevo comunicado que parece una carta de amor al pueblo de Costa Rica, cuestionando siempre a su gobierno, ¿qué significa ese cambio de lenguaje?

Es el oportunismo. Estamos prontos a conmemorar un año más de los asesinatos y la tragedia de abril en Nicaragua, y creo que se empieza a curar en salud el régimen. Yo lo lamento mucho, porque si ha habido un gobierno condescendiente con Ortega, ha sido el de Rodrigo Chaves, que tomó distancia de las críticas muy duras que hicimos los gobiernos anteriores de diferentes partidos políticos.

Se habrá llevado una sorpresa, tal vez, el presidente Chaves de que su política de pragmatismo y de realismo, como lo llamaban en Nicaragua, no ha funcionado. Ahí está la demostración clara de cómo es que los dictadores responden a quienes incluso les tienden la mano por las razones que fueran.

A mí me parece que también esa declaración del gobierno por medio de su vicepresidenta, y después la firmada por Jaentschke, que también, a propósito del SICA, no son de recibo. Yo no me siento insultado, aunque sí me siento aludido, por supuesto, en la carta, porque nos receta linduras a todos los expresidentes que hemos adversado esa dictadura, porque me parece que más bien es una condecoración la que nos hacen. Pero sí creo que es injusta la referencia, que además es la misma de siempre, añeja Costa Rica, que he tenido contenciones hegemónicas sobre Nicaragua, y recuerdan el 56, y como si eso fuera algo que tenga que ver con la actualidad en la situación de Nicaragua, que es muy querida, y especialmente para mí.

El cambio en la posición de Chaves

Mencionaba que el gobierno actual del presidente Chaves, en sus primeros años de gobierno, ha mantenido una actitud pragmática o complaciente con el régimen de Ortega. ¿Ha cambiado esa actitud o esa posición en estos últimos meses?

Me imagino que el gobierno va a decir que no, que sigue siendo la misma, y que siempre tuvieron una actitud de enfrentamiento en temas de derechos humanos, y que no hay tal suavidad en la relación, y que como vecinos no podíamos seguir en esta peleadera, las cosas que Chaves ha dicho.

Yo sí creo que ha habido un despertar de que la cosa no va caminando bien, han llegado nuevos gobiernos con voluntad de enfrentar a Ortega, al SICA, ya no se contaba con el de Honduras, por supuesto, pero creo que el gobierno de El Salvador, el Guatemala, que ha tomado una línea muy de confrontación democrática con esa dictadura, y el de Panamá, pues arropan a una presidencia pro témpore que le llega a Costa Rica por default, y tiene que asumir una posición como la que está asumiendo, en donde probablemente hay otros países que se lo están exigiendo, ya no podemos seguir con un sistema de integración totalmente paralizado, por la obcecación y la irracionalidad del régimen dictatorial de Nicaragua.

La renuncia de Werner Vargas se produjo hace año y medio y se la impuso el régimen de Nicaragua porque no logró imponer en el SICA la agenda de Rusia y China que promueven Ortega y Murillo para la región. ¿Cuál es la salida a este estancamiento?¿Cambiaría acaso esta situación con otro candidato de Nicaragua, que no sea el ex canciller Moncada, que no sea el ahora canciller Jaentschke, si la política del régimen es la promoción de la agenda de Rusia y China?

No, yo no creo que haya ninguna posibilidad de nombrar a ninguno de los representantes que mande el régimen de Nicaragua a la Secretaría General, porque todas esas personas están claramente identificadas y están sometidas, son sujetos de presión y de definición política del régimen. No veo cómo esto se pueda resolver.

Mi gran preocupación es que, estando convencido de que hay que seguir buscando una salida jurídica y diplomática a esta parálisis, tengo la sensación de que eso no va a ser posible. Y me acongoja mucho pensar que el SICA pueda malograrse como sistema, y que tengamos que pasar a un momento muy parecido al que pasamos después de la guerra del fútbol, por la obsecación del régimen Ortega Murillo de seguir enviando candidatos y exigir su nombramiento a la Secretaría General. Y esto puede llevar al SICA a una parálisis estructural, institucional, definitiva.

Al final de cuentas, los sistemas de integración modernos, no pueden funcionar con una dictadura en su seno, en el medio del sistema.

La Unión Europea, por ejemplo, que es el único y más importante y desarrollado sistema de integración del mundo, no pudo funcionar plenamente mientras estuviera un dictador gobernando en España o un dictador gobernando en Portugal. Esos niveles de autonomía, de independencia, de comunidad en valores y en principios, no se puede lograr con un gobierno como el que tiene Nicaragua, eso está clarísimo.

Ahora, si por lo menos ese gobierno contribuyera y deja que las cosas se hagan, pues está bien, pero en un sistema que tiene como regla el consenso, un gobierno que maja la escoba una y otra vez, y lo hace deliberadamente y ofensivamente con respecto a las otras partes del sistema, me parece que nos pone en un lugar totalmente inconveniente.

Buscar una salida jurídica y diplomática

El régimen de Nicaragua recientemente se retiró sin pena ni gloria de la Corte Centroamericana de Justicia, otro organismo regional en el que no participan todos los gobiernos de la región. ¿Tendría algún impacto que Nicaragua mañana se retire del SICA o puede ser separado o expulsado del SICA, como proponen algunos líderes de la oposición nicaragüense?

Por eso es que digo que se tendrá que buscar una salida jurídica y diplomática, porque estamos ante un sistema que tiene normativas, que tiene ya mucha agua que ha pasado bajo esos puentes, insistiendo que el sistema tiene que ser democrático. Forma parte de los acuerdos de Esquipulas, se construyó en un momento en que aspirábamos a una madurez democrática en Centroamérica, el protocolo de Tegucigalpa que modifica el Tratado de San Salvador es de 1991, o sea, de hecho el SICA precede a muchos de los acuerdos de paz en Centroamérica, porque se veía en él un puntal para el desarrollo democrático.

Entonces, a mí me parece que claramente habría que plantearse la expulsión de Nicaragua, pero no sé cómo podemos acomodar eso en la actual normativa, porque eso no estaba previsto. No hay una sanción a un gobierno que contravenga los principios fundacionales del sistema, pero no podemos seguir ilusionados con un sistema al que queremos funcional si una de las partes tercamente insiste en paralizarlo, utilizando, un principio que está siendo permitido por Nicaragua, no ahora, con lo del secretario general, desde hace mucho tiempo que es el del consenso, como un arma de chantaje contra el resto de los países, eso no es de recibo.

Sacar a Nicaragua también tiene sus complicaciones, por la misma razón que las tiene el sacarla del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, ahí también ha habido mucha cautela, de cómo se procede, porque puede tener implicaciones ulteriores y puede abrir puertas que son indeseables, Pero tampoco podemos seguir en el estado en el que estamos, en donde no hay forma de quitarle el bloqueo que Nicaragua le tiene impuesto al sistema de su conjunto.

Esta coincidencia que mencionó antes, que se ha dado entre Guatemala, Costa Rica, también El Salvador, Panamá y República Dominicana, para ponerle freno, a la pretensión del régimen de Nicaragua de imponer su política dictatorial en torno al SICA, ¿puede ser un contrapeso, puede ponerle límites a esta tendencia autoritaria de Nicaragua en la región?

Podría ciertamente llevar a escenarios de mayor presión sobre Nicaragua, que dicho sea de paso es bastante invulnerable a presión internacional. Han hecho cosas que son francamente irracionales y poco ha pasado, porque esto ya trasciende la capacidad de los estados miembros del SICA, como por ejemplo rechazar los acuerdos sobre cambio climático, o retirarse de instituciones internacionales, buscando un aislamiento que yo solo he visto ser deseable deliberadamente en regímenes como el de Enver Hoxha en Albania, en los años 50, después de la Segunda Guerra Mundial. Pero el bloque centroamericano y caribeño que forma parte del SICA es escuchado, tiene espacios internacionales en donde esto puede tener una influencia importante, y creo, muy particularmente en uno de los espacios donde sí se le puede chimar a la dictadura un poco, que es en el del comercio internacional, allí una acción concertada de los gobiernos de miembros del SICA puede tener alguna incidencia pronto, vamos a ver si la nueva administración en Washington escucha también este mensaje, no es fácil que lo haga en el contexto en que está funcionando esa misma administración.

Trump y el tratado CAFTA

Cómo puede incidir en este escenario el nuevo gobierno de Trump que ha definido claramente prioridades relacionadas con deportaciones, relacionadas con los intereses económicos de Estados Unidos, no habla de democracia, ni habla tampoco de integración…

Su interés en estos momentos es la defensa de los espacios propios. Centroamérica, excepción hecha del canal de Panamá, por las razones históricas no le otorga a los Estados Unidos ninguna ventaja estratégica. Tan es asi que Nicaragua ha sido un centro de operaciones rusos y nada ha pasado, los Estados Unidos ni siquiera lo registran y se lo digo con conocimiento de causa porque abogué una y otra vez en diferentes instancias bilaterales y multilaterales para que aquello fuese reconocido y se hiciera algo al respecto, pero ahí siguen metidos los rusos que además están haciendo todo lo posible para que no haya paz en Ucrania y tienen hasta una actitud favorable en Washington.

Entonces que vaya a meterse el gobierno de Trump a democratizar entre comillas a un país, no lo creo, Bukele tiene su propia agenda y entonces en esas agendas propias el peso específico del SICA o de la democracia nicaragüense es relativamente pequeño.  

Uno pensría que el gobierno de Estados Unidos tendría una posición mucho más clara definitiva y contundente con Venezuela, que si tiene un asset estratégico que es el petróleo y más bien ahí están esos devaneos rarísimos que empezaron con Biden, abriendo los mercados del petróleo venezolano de los Estados Unidos y ahora Trump, que había dicho que cerraba, ahora abrió y extendió las licencias de la Chevron por unos meses más entonces uno se da cuenta que aquí hay mucha tela que cortar y que los intereses bajo mesa están, son mucho más más cordiales de los que la retórica sugeriría.

Estados Unidos ha dicho que Nicaragua es un mal socio comercial que se está beneficiando de el Tratado de Libre Comercio del CAFTA, han insinuado que tendría un interés de una exclusión, otros hablan de imponer restricciones bilaterales de parte de Estados Unidos a Nicaragua sin excluirla del CICA, ¿cómo reaccionaría la región ante ese tipo de políticas?

Con mucho cuidado, porque ciertamente de las pocas cosas que uno se puede imaginar podrían impactar fuertemente a Nicaragua, es una una exclusión del tratado de libre comercio con los Estados Unidos. Por otro lado, las sanciones individuales a los países o a las personas han tenido poca consecuencia en el fortalecimiento de las instituciones democráticas y de la conducta de estos regímenes.

Y en tercer lugar, en esto de los tratados, los gobiernos, aunque no el de Estados Unidos evidentemente, son cuidadosos. Porque la letra del tratado, si no se respeta escrupulosamente, puede llevar a escenarios de mucha tensión e incluso destruir cosas que están caminando bien.

Nicaragua no es, ni mucho menos, el país que más se está beneficiando del tratado de libre comercio. Todos los países de Centroamérica se benefician más que Nicaragua. Si nos ponen a competir con los verdaderos competidores de la economía norteamericana, nos van a quitar el tratado a todos.

Esta debería de ser la regla general para todos los que tienen tratados con los Estados Unidos porque todos nos estábamos beneficiando de eso,  Estados Unidos también al tener productos de mejor calidad o de igual calidad o mejor calidad a menos precio.

Entonces también hay que tener mucho cuidado en lo que se acepta como mecanismo resolutorio de este impase de manera tal que no terminemos todos metidos en una misma bola de barro rodando la colina abajo, con un gobierno en Washington que más bien la empuja.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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