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Carmen Aristegui: “No hay democracia sin periodismo crítico”

La periodista mexicana defiende la “tarea de investigar y generar debate público” como “fundamental para Nicaragua y el mundo"

Journalist Carmen Aristegui, director of the website Aristegui Noticias and of the CNN interview program “Aristegui”. Photo: EFE.

Octavio Enríquez

4 de mayo 2023

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Los poderosos le hacen la guerra a la prensa independiente en América Latina, pero la valiente periodista mexicana Carmen Aristegui, de 59 años, se apega a un credo profesional para hacer su trabajo en la plataforma Aristegui Noticias y en su programa de CNN.  El periodismo “no es un terreno de algodones, ni cosas por el estilo”, pero a ella le resulta un trabajo “inigualable”.

Aristegui es un referente de periodismo crítico en la región. Está de visita en New York, en Estados Unidos, en ocasión de la conferencia mundial por el Día de la Libertad de Prensa, que se celebra cada mayo desde hace 30 años, desde donde conversó con el programa Esta Noche, transmitido este miércoles 3 de mayo. 


Los riesgos para informar son muchos y diversos en el mundo. El año 2022 terminó con 44 homicidios de periodistas en América Latina, más de la mitad de los ocurridos en el mundo, según la UNESCO.

Los periodistas se enfrentan entonces a amenazas como el crimen organizado en su natal México, o a furibundos líderes políticos que se atreven a calificar a la profesión como “enemigo del pueblo” para justificar de ese modo su posterior hostigamiento.

Entre los abusos de derechos humanos y ataques al periodismo, el caso de Nicaragua destaca. La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo cerró y confiscó tres medios de comunicación, quitó la nacionalidad a 11 periodistas y expulsó al exilio a otros 185, obligando a ejercer el oficio desde Costa Rica, Estados Unidos y España.

El 26 de abril pasado, Aristegui recibió el Premio de “Periodismo Diario Madrid”, cuya dotación económica cedió a CONFIDENCIAL, una de las víctimas de la persecución dictatorial. La periodista mandó un mensaje de esperanza vía zoom a los miembros de nuestro colectivo y a los nicaragüenses en general, a pesar del panorama adverso que se cierne sobre el país. “Sigan adelante. Desde México y todos los lugares del mundo, se reconoce, se aprecia, se aquilata lo que representa frente a tantos desafíos y tantas agresiones, la decisión de seguir”.

Aristegui predica con el ejemplo, porque ella misma ha resistido al poder. Su valentía le ha costado represalias a ella y su equipo, como ocurrió cuando fueron despedidos de MVS Noticias en marzo de 2015, a consecuencia del escándalo suscitado por una investigación que documentó el origen de la casa del expresidente Enrique Peña Nieto, un icónico caso de corrupción seguido como ejemplo de buen periodismo en la región que mereció reconocimientos de periodismo como el premio Gabo y el del Instituto de Prensa y Sociedad en 2015.

Tres días antes del “Premio de Periodismo Diario Madrid”, Aristegui fue reconocida también como “heroína de la libertad de prensa 2023”, un galardón otorgado por el Instituto Internacional de Prensa (IPI).

Carmen, gracias por estar aquí en el programa Esta Noche. Hablemos primero de las buenas noticias. Usted recibió en días recientes el Premio Diario de Madrid. Además, el Instituto Internacional de Prensa la nombró “Heroína Mundial de la Libertad de Prensa 2023”. ¿Cómo ha asumido estos reconocimientos?

Te imaginarás que fue un golpe doble fuerte, porque son dos premios importantes y el reconocimiento de un trabajo que he desarrollado a lo largo de muchos años. Debo decirte que, en particular, el Premio Diario Madrid que acabo de recibir en la capital española, para mí tiene un significado especial, porque yo soy hija y nieta de refugiados españoles en México.

El exilio español, como sabemos–el de la dictadura franquista–marcó a países como México, con gente que tuvo que hacer su vida ahí. Fue una ceremonia muy emotiva, importante y pues un estímulo para seguir adelante.

Precisamente sobre ese discurso le quiero preguntar. Usted hizo un llamado a defender la libertad de expresión cada día. ¿Cuáles son las principales amenazas que está enfrentando el periodismo en la actualidad?

Hay amenazas gravísimas. Empecemos por las vidas de las personas. En el caso mexicano, según Artículo 19, esta organización tan importante, murieron asesinados 12 periodistas en 2022. Hablamos de un país que tiene ya una larga lista de periodistas asesinados, más de 100 en los últimos años y otros países que han vivido circunstancias similares, donde se arranca la vida de periodistas por hacer su trabajo.

¿Qué más grave que esa amenaza? Desde luego. Y pasemos a países como Nicaragua, por supuesto. Y lo que está viviendo un país que tiene literalmente instalada una dictadura, que es capaz de arrancar o intentar arrancar, porque lo puede hacer—en términos entre comillas legales— la nacionalidad, la patria, expropiar bienes, arrebatar redacciones.

Y todo un equipo de personas y de periodistas como Carlos Fernando Chamorro y todo el equipo que hace el trabajo de CONFIDENCIAL, que se ha visto afectado, impedido por un poder dictatorial, que pretende de esa manera arrancar las libertades y pretende, por fortuna–sin lograrlo– callar a los periodistas. Esa es otra amenaza. Esta es una realidad que continúa y que, por supuesto, hay que señalar con mucha insistencia y poner toda la luz que se puede poner en circunstancias como las que vive Nicaragua. Y para no ir tan lejos en cosas como las que está viviendo en este momento Guatemala.

¿El caso del periodista José Rubén Zamora?

(José Rubén) Zamora está pues viviendo un proceso sumamente delicado. Tienes ahí un caso en donde se echa mano del sistema judicial guatemalteco para encarcelar a una figura prácticamente icónica del periodismo guatemalteco y a partir de eso, otros casos de judicialización de la vida de los periodistas; en este caso con cárcel y en otros con juicios que pueden fastidiarle la existencia a quienes se dedican a los medios de comunicación y al periodismo. Conocemos diferentes casos en el continente donde se echa a andar la maquinaria judicial para presentar cargos, señalamientos, denuncias, que, en algunas ocasiones, pueden llegar a la cárcel. Ese es otro desafío permanente. Están ahora también fenómenos como tal, como los que vive El Salvador, México, como los que vive y ha vivido Brasil.

Usted mencionó al diario El País que hay una “guerra contra el periodismo crítico” y citó varios nombres: Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil, Bukele en El Salvador, Giammattei en Guatemala, Nicolás Maduro en Venezuela. ¿Por qué el periodismo incomoda tanto a los poderosos?

Les incomoda, per se, el periodismo. Les incomoda que se expongan los asuntos que son de interés público y que no los dejan bien parados. En los casos en donde hay un abuso de poder, o hay corrupción o circunstancias que la gente tiene derecho a saber y que los gobiernos prefieren que no se informe. Básicamente el periodismo tiene en el músculo, pues, una definición clave de la tarea crítica. Y el periodismo intrínsecamente lleva a cabo un ejercicio de esa naturaleza. Y eso es algo que incomoda, que no se da a los poderosos.

Y cuando no son demócratas y no aceptan y entienden y valoran que la crítica y la prensa libre e independiente es una herramienta sine qua non de las democracias, es que vienen los manotazos, las agresiones desde el poder. Cuando no se tiene demócratas en los gobiernos, cuando no se tiene a gente que entiende que el papel de la prensa es relevante y que, aunque resulte incómodo al poder, es indispensable tener subsistencia vigorosa y plena.

¿Cuál es el error que cometen principalmente estos gobernantes cuando se relacionan con la prensa?

No sé si yo usaría la palabra error como lo haces tú, pero supongamos que es un error de gobernantes que consideran a la prensa crítica enemiga. Este modus operandi de mandatarios que se inspiran o que evocan figuras como las de Donald Trump, quien fue capaz de decir con todas sus letras que la prensa era enemiga del pueblo.

Bueno, hemos visto replicarse lamentablemente y preocupantemente esta posición de gobernantes en contra de la prensa y se desatan campañas directamente promovidas desde el más alto poder político en contra de personas que nos dedicamos al periodismo y a la tarea de comunicación.

Y es difícil y es fuerte que los propios gobernantes–desde las más altas tribunas– señalen y crucifiquen con nombre y apellido a figuras que les resultan incómodas y hacen una serie de acusaciones y señalamientos que se replican después de manera muy potente en redes sociales, en espacios de comunicación.

Pero me temo que también hay una buena parte de la maquinaria que se echa a andar con automatización, con bots, para potenciar mensajes de odio que buscan dañar reputación a los mensajeros, a quienes llevan la información y quienes pueden tener un servicio hacia la sociedad, haciendo periodismo o comunicación.

Hablando de Nicaragua, usted decidió ceder la dotación económica de su premio a CONFIDENCIAL, un gesto que nos inspira a seguir haciendo periodismo desde el exilio. ¿Qué le diría usted a los colegas que están en situación de persecución?

El mensaje directo es que sigan adelante. Desde México y todos los lugares del mundo–me parece– se reconoce, se aprecia, se aquilata lo que representa frente a tantos desafíos y tantas agresiones, la decisión de seguir adelante. Que esa determinación, esa valentía, esa fuerza que se requiere como lo que ustedes tienen para seguir informando, publicando; con los programas, la tarea de investigar, corroborar, generar debate público. Es fundamental para Nicaragua y para el mundo.

García Márquez dijo que el “periodismo es el mejor oficio del mundo”. ¿Cómo lo siente usted?

Me gusta la frase de García Márquez. Y sí. Es verdad que, a pesar de los pesares, y a pesar de tener tantísimas cosas en contra de la tarea periodística, no es para nada un terreno de algodones ni cosas por el estilo, hacer periodismo es algo inigualable. Y yo estoy absolutamente convencida de la utilidad y necesidad de un periodismo crítico, serio, riguroso para una sociedad. No hay democracia posible sin ese ingrediente, sin la libertad de expresión, sin la libertad de publicar las cosas que la gente necesita saber, sin esos elementos que hacen de una democracia… ¡democracia!

Usted mencionaba lo de las muertes de los periodistas y siempre estas van acompañadas de impunidad. ¿Cree que los gobernantes están haciendo lo suficiente para combatir la impunidad y estos crímenes?

Tan no lo están haciendo… que siguen ocurriendo los asesinatos de periodistas. Y como sabemos, la impunidad es una trágica invitación a seguir haciéndolo. Es verdad también que hoy en países como el mío hay grandes diferencias, una enorme inequidad en todos los ámbitos. Hay diferentes espacios en la República mexicana–que es muy grande– en donde informar directamente sí pone en riesgo a las personas de morir.

Hay lugares del país donde el crimen organizado puede estar asociado con las autoridades municipales. Y hay una colusión que permite que el crimen crezca. Y se convierta en un riesgo para los periodistas.

Es terrorífico que alguien esté pensando en que lo van a matar. Lo digo pensando en personas que se encuentran en lugares donde efectivamente hay un serio riesgo de comunicar algo. Hay periodistas que envían su información, solicitando que su nombre no aparezca en los créditos, porque saben que, si se identifica su nombre, puede estar en riesgo de ser atacados.

¿Cómo le hacés para superar todas estas cosas en tu trabajo diario?

Uno debe batallar también para evitar que la paranoia se instale en nosotros y que el miedo nos inmovilice. Le tengo mucho respeto al miedo. Es una condición propia de los seres humanos tener miedo. Es una alerta a tu organismo para que subás los rigores, para que te conduzcás con mayor precaución de ciertos asuntos en términos de dónde estás parado, o si vas a hacer algo, redobla el esfuerzo para que ese algo venga mejor hecho, para que sea algo más riguroso, imbatible. Eso técnicamente te protege en términos de agresiones en tu contra y de dejar flancos abiertos cuando el territorio es minado.

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Octavio Enríquez

Octavio Enríquez

Periodista nicaragüense, exiliado. Comenzó su carrera en el año 2000, cuando todavía era estudiante. Por sus destacadas investigaciones periodísticas ha ganado el Premio Ortega y Gasset, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio a la Excelencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, y el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).

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