11 de septiembre 2024
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El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se declara en contra del “destierro” de ciudadanos de un país como “castigo” por atreverse “a exigir sus derechos”. Por eso, dice, su Gobierno acogió a los 135 presos políticos nicaragüenses desterrados por el régimen de Daniel Ortega el jueves 5 de septiembre de 2024 y que, cinco días después, fueron despojados de su nacionalidad y sus bienes confiscados.
En entrevista con CONFIDENCIAL, desde la capital guatemalteca, el mandatario también explica los acuerdos a los cuales llegó con el Gobierno de Estados Unidos para la reubicación de los desterrados, a través del programa de Movilidad Segura. Además detalla la atención médica, psicológica, hospedaje, alimentación y facilidades migratorias que ha brindado su país.
Arévalo también se refirió a la relación que su Gobierno mantiene con el régimen de Daniel Ortega y a la “forma irregular” en que las autoridades de Nicaragua han intentado llenar el vacío que dejó la “renuncia irregular” del secretario general del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Werner Vargas, en noviembre de 2023.
“Lo que los países centroamericanos le hemos pedido al Gobierno nicaragüense es que lleve a cabo estos procedimientos de forma regular para poder tomarlos en consideración”, subrayó Arévalo.
¿Por qué el Gobierno de Estados Unidos le propuso acoger al grupo de 135 presos políticos excarcelados y desterrados por Daniel Ortega?, ¿y por qué decidió aceptarlos?
En un momento en que ellos (EE. UU.) estaban en contacto con el Gobierno nicaragüense de cara a la excarcelación, estaban considerando cuáles países podrían ser el destino para estos excarcelados, para que tuvieran ese espacio de procesamiento en el marco de la identificación de cuál va a ser su destino definitivo. A nosotros nos llamaron y nos preguntaron si estaríamos dispuestos. La respuesta fue inmediatamente, sí. Lo que confirmamos a lo largo de los contactos que fuimos manteniendo en el camino. Y al final coordinamos todos los datos y todo para poder proceder y que eso tuviera lugar efectivamente.
¿Le explicaron por qué llevarlos a Guatemala y no directamente a Estados Unidos, como ocurrió con el grupo de los 222 excarcelados en 2023?
Nos dijeron que, a partir de la experiencia, habían identificado que lo más conveniente era tener un lugar desde donde se pudiera completar todos los procedimientos necesarios para poder darles refugio a las personas, de acuerdo a los criterios y a los procedimientos que los Estados Unidos de América tienen para eso.
Alternativas para los desterrados a Guatemala
¿Qué alternativas tiene este grupo de 135 presos excarcelados en Guatemala ?
En el caso de que algunos de ellos quieran quedarse en Guatemala, recuerde que los centroamericanos tienen el derecho de aplicar para solicitar permanencia, residencia e incluso ciudadanía en Guatemala, por el hecho de haber nacido en suelo centroamericano. De manera que esa es una vía que tienen abierta automáticamente.
¿Qué otros países podrían acogerlos a través del programa de Movilidad Segura?
Nosotros tenemos un arreglo de Movilidad Segura con los Estados Unidos, en donde estamos dispuestos a acoger a ciudadanos centroamericanos en tanto están haciendo estos trámites ante las autoridades norteamericanas. Eso es lo que hemos aplicado, pero yo entiendo que está en los refugiados, en los excarcelados, el solicitar algún tipo de arreglo o refugio en otros países.
¿Por cuánto tiempo les ofrecerán a este grupo de 135 presos excarcelados, hospedaje y asistencia humanitaria en Guatemala?
Ahorita tienen un proceso de 90 días, que es lo que ha sido acordado, y a partir de ese momento, si no hay una solución, ya veríamos cuáles son las condiciones en las que se puede extender.
¿En los hoteles donde están hospedados o habrá otras redes de hospedaje donde podrán estar durante todos estos 90 días?
En estos 90 días van a estar en los hospedajes donde han sido ubicados… Eso es algo que se ha arreglado en conjunto con el Gobierno norteamericano. Organizaciones como la Organización Internacional de las Migraciones, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, y otras. Esto es algo que ya está arreglado. La asistencia técnica, emocional, psicológica, alimentación, ya es parte del paquete.
El régimen de Daniel Ortega ha utilizado el destierro como una herramienta de represión política. ¿Cuál es la posición de su Gobierno ante las violaciones de derechos humanos en Nicaragua?
Nosotros estamos en principio opuestos a la violación de los derechos humanos en cualquier país del mundo, en América Latina en general y en Centroamérica en particular. Nosotros mismos tenemos un exilio de operadores de justicia, jueces, fiscales, abogados, periodistas, gente que se ha opuesto a la cooptación de justicia que existe en nuestro país y que son víctimas de la utilización del sistema de justicia como una herramienta política. Son criminalizados, son agredidos, son hostigados y obligados a refugiarse en Estados Unidos, en Costa Rica, en México. De manera que nosotros entendemos perfectamente esta situación y estamos en contra del destierro como un arma de castigo a quienes se atreven a exigir que se hagan valer sus derechos ciudadanos.
Arévalo no ha hablado con Ortega
¿En estos casi nueve meses que usted lleva en el poder, ha hablado alguna vez con Daniel Ortega?
No, no hemos hablado.
¿Por qué no?
No, no ha habido una oportunidad.
El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) está paralizado en este momento, la Secretaría General está vacante. ¿Por qué su Gobierno se ha negado a apoyar la terna del régimen de Daniel Ortega, en este caso, la propuesta de Valdrack Jaentschke, que ahora ha sido nombrado canciller de Nicaragua?
El procedimiento que se siguió no ha sido un procedimiento que se ajuste a lo establecido en la normativa centroamericana. En su momento el Gobierno nicaragüense presentó una terna, de la que se escogió a la persona que presidía. Posteriormente, esta persona presentó una renuncia en forma irregular y el Gobierno nicaragüense presentó una alternativa de forma irregular. Lo que los países centroamericanos le hemos pedido al Gobierno nicaragüense es que lleve a cabo estos procedimientos de forma regular para poder tomarlos en consideración.
Hay muchos cuestionamientos sobre que el régimen de Ortega pretende promover la agenda de países como Rusia y China en el SICA y en la región. ¿Cuál es la posición de su Gobierno al respecto?
Nosotros tenemos posiciones, en términos de política internacional, sumamente claras. Nosotros reconocemos al Gobierno de China-Taiwán, tenemos relaciones diplomáticas y tenemos con ellos un arreglo de colaboración y de cooperación muy activo y muy dinámico. Hemos sido muy claros en nuestra posición absolutamente crítica a la invasión rusa de Ucrania, por considerarla violatoria a los principios del derecho internacional y un pésimo precedente en términos de la construcción de un sistema multilateral anclado en las normas del derecho internacional. De manera que, independientemente de quién esté a la cabeza del SICA, las posiciones de Guatemala en política internacional son muy claras y muy firmes.
En otra entrevista, refiriéndose usted a Nicaragua, dijo que los países en donde no hay democracia afectan a todos. ¿Qué impacto tiene la situación de Nicaragua en el Sistema de Integración Centroamericana o en la región?
Nosotros estamos convencidos y la historia nos enseña que la lucha por la democracia es una lucha que avanza y tiene éxito cuando se convierte en una demanda de los pueblos y no de un solo país. Se ha hablado de las olas de democratización porque son momentos en los que precisamente, en distintos países del mundo, se da esa efervescencia que hace que las personas salgan a reclamar su calidad de ciudadanos de un Estado democrático. Y eso impulsa las transformaciones y la democratización de los países. Nosotros creemos que esa es la lógica del fortalecimiento de la democracia, que para que la democracia sea fuerte en un país tiene que ser fuerte en todos los países y que la tarea de promover el fortalecimiento de la democracia es una tarea de orden internacional, precisamente porque en su éxito está la posibilidad de que se fortalezca a nivel nacional.
Su Gobierno se ha posicionado muy claro frente a las violaciones de derechos humanos en Nicaragua, también sobre la situación de Venezuela, ¿qué pueden hacer países democráticos, como el suyo, con países como Nicaragua y Venezuela?
Manifestar nuestra solidaridad con todas las personas que luchan por la democracia y a las que se les están siendo vedados sus derechos y colaborar en la búsqueda de soluciones para que cada uno de estos países vaya encontrando la ruta que le permita romper esos círculos y encontrar su camino hacia un proceso de democratización.
