Logo de Confidencial Digital

PUBLICIDAD 4D

PUBLICIDAD 5D

La dictadura de Nicaragua asesinó a Roberto Samcam

Sabemos quiénes ordenaron el asesinato de Roberto Samcam, como siempre se supo que Pinochet mandó a asesinar a Orlando Letelier

Funeral de Roberto Samcam

Claudia Vargas y sus hijos, juntos a otros seres queridos, en el funeral de Roberto Samcam. // Foto: Tomada de Onda Local

Julio López Campos

AA
Share

Nadie debe llamarse a engaño ni sofisticar los análisis. Daniel Ortega y Rosario Murillo fueron los autores intelectuales y políticos del crimen de Roberto Samcam, en complicidad con altos oficiales que, sin historia política personal, organizaron y ejecutaron su muerte para granjearse la confianza del poder dictatorial. Y lo asesinaron porque saben que, para mantener al pueblo atemorizado y atomizado, deben acallar las voces disidentes, sobre todo en los cuerpos armados. 

Conocí poco a Roberto Samcam, pero muchas veces leí sus escritos y escuché sus valoraciones sobre el régimen, en particular, sobre el Ejército de la dictadura, eje de sus principales reflexiones. Su cobarde asesinato me recuerda a los generales Hugo Torres y Humberto Ortega, fallecidos en las despiadadas manos de Ortega y Murillo. Estas víctimas, procedentes de la misma matriz, señalaron desde distintas perspectivas y al precio de sus vidas, lo que no debe seguir en Nicaragua. 

Una vez más, militares de alto rango de origen sandinista están siendo asesinados por la dictadura, pues a quienes más odian y temen son a los que proceden del sandinismo, sublevados contra su tiranía. No hay que olvidar que, en los días duros, Roberto Samcam fue uno de los jefes de los Batallones de Lucha Irregular.

Por eso hay temor en todo el escalafón militar, activo o en reserva. —Estos malditos no respetan nada— dicen en privado. Y es cierto, porque nadie está seguro ni en su casa. Pero hay otros en las fuerzas armadas que observan con indignación y prudencia los crímenes y abusos del régimen. Saben que tantos años de nuestra historia patriótica no pueden terminar en manos de La Loca, como llaman a la codictadora. La están pensando y llegará el momento de pasar a la acción. No lo dudemos.

A Roberto Samcam lo asesinaron para atemorizar a toda la oposición, independiente de su signo político o ideológico. Algunos bajarán su perfil y serán más más cuidadosos, porque temer es humano. Pero estos serán los menos.

Hasta hoy, la mano criminal de la dictadura ha actuado con impunidad en Costa Rica, mientras en Nicaragua siguen asesinando, encarcelando, torturando y desnacionalizando, porque saben que la voluntad popular es que salgan del poder y paguen por sus crímenes.

Se equivocan si piensan que nos impondrán el silencio y el temor. Hoy todos y todas estamos convocados a dejar diferencias, revanchismos y sectarismos estériles, pues urge enrumbar la proa en la dirección correcta y promover la gradual y progresiva acción del pueblo para poner fin al régimen, única manera de darnos la oportunidad de una Nicaragua sin dictadura, sin olvido y con justicia, donde alcancemos todos.

Sabemos quiénes ordenaron el asesinato de Roberto Samcam, como siempre se supo que Pinochet mandó a asesinar a Orlando Letelier. Roberto, tu sacrificio por Nicaragua no será en vano, y habrá justicia.

PUBLICIDAD 3M


Tu aporte es anónimo y seguro.

Apóyanos para que podamos seguir haciendo periodismo independiente en el exilio. Tu contribución económica garantiza que todas las personas tengan acceso gratuito a nuestras publicaciones.



Julio López Campos

Julio López Campos

Politólogo nicaragüense desterrado y desnacionalizado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Recientemente nacionalizado español. Fue director de Relaciones Internacionales del FSLN en los años ochenta.

PUBLICIDAD 3D