
18 de febrero 2025
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En 2024 la ayuda de Usaid a Nicaragua fue de 26 millones de dólares. Los nicaragüenses sentirán el impacto dentro y fuera del país
Un estadounidense muestra un cartelón con el mensaje “Usaid saves lives (Usaid salva vidas), durante una protesta en EE. UU. por las decisiones contra Usaid. // Foto: EFE/EPA/Will Oliver
La suspensión de fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) impacta negativamente a nivel global, y Nicaragua no es la excepción. Los organismos nicaragüenses de la sociedad civil en el exilio, que trabajan por la defensa de los derechos humanos y de la democracia, son algunos de los actores que resienten la medida como un duro golpe que los desequilibra, aunque afirman que la falta de apoyo no los dejará fuera de combate.
La suspensión del apoyo de Usaid es una decisión del presidente Donald Trump, que amenaza la continuidad de programas y proyectos y perjudica a millones de personas que hasta ahora se beneficiaban de la cooperación estadounidense. En 2024, el aporte de Usaid a Latinoamérica fue 2300 millones de dólares, un poco más del 5% del aporte de la Agencia a nivel global durante el mismo año.
Las oenegés nicaragüenses en el exilio, “evidentemente trabajan sobre la base de recursos de apoyo de la cooperación internacional y, una parte importante de estas, estaban vinculadas con programas del Gobierno de Estados Unidos. Entonces esa suspensión afecta directamente”, advirtió la directora del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM), Elvira Cuadra.
Lo que comenzó como una medida temporal de noventa días para “reducir el gasto público y la burocracia, reevaluar la eficacia de los programas y prevenir el posible uso indebido de los fondos” se ha transformado en una situación incierta para Usaid, una entidad que “ha llegado el momento de que muera”, según el magnate Elon Musk, nombrado por Trump como responsable del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE. UU.
Un juez federal bloqueó temporalmente la decisión el 10 de febrero de 2025, pero Trump planea reducir el personal de Usaid de 10 000 a 290 puestos, que son considerados “esenciales”, según The New York Times. También ha transferido su control al Departamento de Estado, poniendo fin a seis décadas de operaciones de la Agencia, que ha destinado miles de millones de dólares a programas humanitarios en 130 países del mundo. En Latinoamérica, la oficina de Usaid quedaría reducida a ocho personas.
Para Cuadra, que dirige un centro de pensamiento dedicado al estudio de la sociedad de Nicaragua y el resto de la región, “las organizaciones nicaragüenses en el exilio van a tener una disminución importante, pero no definitiva de sus actividades”. Además, la socióloga nicaragüense destacó que “las acciones de incidencia, el trabajo de acompañamiento, y defensoría de derechos, se hace en gran medida por compromiso, por convicción y —a veces— con lo poco que tienen los propios exiliados”.
Gonzalo Carrión, abogado y defensor del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, reconoció que la decisión de EE. UU. afectará en “gran medida” a las organizaciones civiles. Sin embargo, también destacó que las oenegés nicaragüenses en el exilio mantienen firme su compromiso de documentar las violaciones de derechos humanos, acompañar a las víctimas y mantener viva la voz de la sociedad civil nicaragüense.
“Estamos afectados, pero seguimos en pie. No olvidamos cuál es nuestro compromiso con la población”, advirtió Carrión. En el contexto de esta suspensión de ayuda de EE. UU., “nos planteamos que seguiremos haciendo nuestra labor como defensores de derechos humanos”, agregó.
Carrión recordó que el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, al igual que la mayoría de organizaciones nicaragüenses en el exilio, nació “en medio de la adversidad” y —gracias al compromiso de los activistas— ha logrado consolidarse como una de las organizaciones más firmes en la defensa de los derechos humanos de la población nicaragüense. Por esa razón es optimista al pensar que otras fuentes de financiamiento surgirán en la marcha.
Para Cuadra, la suspensión de ayuda de EE. UU. se sentirá tanto dentro como fuera de Nicaragua. Señaló que en el país “Usaid todavía tenía algunos programas que beneficiaban a poblaciones muy vulnerables, eso también se suspende y las personas quedan prácticamente en la desprotección”. En el exilio, agregó, “no es que los organismos tengamos la vida resuelta, claro que nos va afectar”.
La medida de EE. UU. pone en riesgo los programas que se desarrollan en el exilio. Entre ellos los servicios de asesoría legal para trámites migratorios, el acompañamiento a las víctimas del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el trabajo de defensa de derechos humanos, la búsqueda de justicia, la protección a grupos vulnerables y la ayuda humanitaria a personas refugiadas.
En el caso de Nicaragua, la cooperación de Usaid ha tenido varios altibajos en los últimos siete años. En 2018, cuando inició la crisis sociopolítica del país, la agencia estadounidense aportó 24 millones de dólares en programas de democracia, derechos humanos, educación, desarrollo económico, salud, seguridad y asistencia humanitaria, de acuerdo con datos oficiales de ayuda externa de Estados Unidos.
En 2019, la ayuda de Usaid a Nicaragua ascendió hasta los 34 millones de dólares, siendo ese el año en que más cooperación se registró. Sin embargo, al año siguiente, en 2020, la cooperación cayó a 25 millones de dólares y en 2021, experimentó un ligero repunte de 31 millones de dólares.
Para 2022, la cooperación de Usaid a Nicaragua experimentó su mayor caída, aportando únicamente 21 millones de dólares, en 2023 se registró otro ligero repunte de 25 millones de dólares y finalmente, en 2024, la ayuda ascendió a 26 millones de dólares.
Aunque la pérdida de ayuda extranjera para Nicaragua inició en 2018, esta se acentuó entre 2022 y 2024, con la cancelación de más de 5600 organizaciones civiles, a las que el régimen de Ortega y Murillo ha acusado de “agentes extranjeros” y de “no reportar sus estados financieros”.
“La misma Usaid en Nicaragua tuvo que reducir su programa significativamente, porque además se eliminó todo el tejido de organizaciones sociales que Nicaragua construyó a lo largo de varias décadas”, enfatizó Cuadra.
En este momento, el futuro de las organizaciones civiles, tras la suspensión de ayuda de EE. UU., es “bastante incierto”, alertó la socióloga nicaragüense. En América Latina “la mayoría de los fondos de cooperación para este tipo de organizaciones venían de programas de EE. UU., particularmente en Centroamérica, entonces la afectación es general”, agregó.
Carrión subrayó que existe la posibilidad de buscar apoyo en otros países desarrollados, sin embargo, sostuvo que en los últimos años los países europeos han reducido significativamente su cooperación con América Latina, incluida Centroamérica, y tienen otras prioridades en su agenda, “cosas que están más cerca de sus propios países”.
En ese sentido, Stephani López, consultora en políticas migratorias, dijo a la agencia Efe que si bien existen otras fuentes de financiamiento, como préstamos de organismos multilaterales, estas “no son suficientes para cubrir el vacío dejado por Usaid”, lo que obliga a los Gobiernos y a las organizaciones civiles a asumir un rol más activo en la sostenibilidad de sus proyectos.
Según datos oficiales del Gobierno de EE. UU., en 2024 Usaid distribuyó más de 44 000 millones de dólares en ayuda global. De esta suma, alrededor de 2300 millones de dólares fueron dirigidos a iniciativas en Latinoamérica, representando un pilar fundamental para diversos programas.
“Estados Unidos es un donante clave y su ausencia es insustituible. Incluso si sumamos todas las contribuciones europeas en Colombia, no alcanzarían ni la mitad de la ayuda estadounidense”, dijo a Efe Elizabeth Dickinson, analista senior de Crisis Group para la Región Andina.
En Colombia, los aportes de Usaid ascendieron a casi 400 millones de dólares en 2024, destinados a programas humanitarios, cooperación judicial, seguridad, educación, sanidad, paz, igualdad, medioambiente, cultura y migración. La situación es similar en otros países de la región.
La reducción de la cooperación estadounidense también afecta áreas técnicas claves en Brasil y Perú, donde las autoridades han expresado preocupación por la posible disminución de fondos destinados a la protección de la Amazonía y la lucha contra el narcotráfico.
En Guatemala, el congelamiento de 275.3 millones de dólares pone en riesgo proyectos en áreas como justicia, educación, salud, derechos de las mujeres y agricultura, mientras que en Honduras, donde en 2024 se recibieron cerca de 100 millones de dólares, sectores clave como educación, salud, agricultura y atención a migrantes, así como la lucha contra la corrupción, se verán afectados.
La decisión de EE. UU. de congelar la ayuda extranjera tiene en vilo a todas las organizaciones civiles en el mundo, pero la medida ha sido celebrada por gobiernos de la región.
En El Salvador, Nayib Bukele, celebró la medida de EE. UU. y hasta aseguró que “la mayoría de los Gobiernos no quieren que los fondos de Usaid fluyan hacia sus países” porque gran parte de ese dinero es utilizado para financiar grupos de oposición.
“Aunque se comercializan como apoyo al desarrollo, la democracia y los derechos humanos, la mayoría de estos fondos se canalizan hacia grupos de la oposición, oenegés con agendas políticas y movimientos desestabilizadores”, apuntó Bukele en un mensaje en inglés en publicado en la red social X, propiedad de Elon Musk.
En Honduras, el Gobierno de Xiomara Castro ha minimizado la medida estadounidense. Incluso, el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, dijo que las más afectadas con la decisión anunciada por Trump serán algunas oenegés que son críticas del Gobierno.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum celebró la suspensión de la ayuda al considerar que ha financiado a grupos opositores, a pesar que organizaciones que apoyan a migrantes, mujeres y personas LGBTI alertan del riesgo de desaparecer.
Mientras tanto, en Nicaragua el régimen de Ortega y Murillo, que ha perseguido y cancelado a más de 5600 oenegés en los últimos dos años, no ha expresado ni una sola palabra sobre la suspensión de Usaid y del impacto que esta medida tendrá en el país.
La reducción de Usaid generará un enorme vacío que los Gobiernos deberán afrontar, porque la aportación estadounidense representaba hasta ahora el 47% del gasto global en asistencia humanitaria, “un reto presupuestal significativo, en un contexto de desafíos fiscales comunes en toda la región”, advirtió Elizabeth Dickinson.
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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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