Logo de Confidencial Digital

PUBLICIDAD 1M

PUBLICIDAD 4D

PUBLICIDAD 5D

Régimen orteguista militariza cementerios

Inusual presencia policial en los cementerios del país: agentes y fuerzas especiales se paseaban armados en entradas y callejones de los camposantos

Tania Romero, madre de Matt Andrés Romero, asesinado por paramilitares en una marcha por la libertad de los presos políticos. Carlos Herrera | Confidencial

Confidencial Digital

3 de noviembre 2018

AA
Share

Tania Romero llora a la par de la tumba de su hijo. Se queda en silencio viendo su nombre escrito en una pieza de cartón y no puede contenerse. En la modesta tumba, ni siquiera hay una lápida, solo un montón de tierra y flores frescas y plásticas que varios han dejado ahí. Su hijo apenas tenía 16 años. Era estudiante de secundaria y el día que lo mataron, de un disparo en el pecho, se había unido a una marcha. Salió de su casa solo con una botella de agua y cinco córdobas para regresarse. Su nombre era Matt Andrés Romero y es, hasta ahora, el último adolescente asesinado en las protestas contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Una represión brutal que ha dejado al menos 325 muertos confirmados.

“Para mi hoy ha sido horrible. Nunca me imaginé venir en esta fecha. Nunca. Nosotros pedimos justicia. Esperamos que muy pronto haya justicia de Dios. Eso es lo que todos estamos rogando en la familia. La justicia de Dios que es perfecta. Justicia por todos los muertos, no solo por mi hijo”, dice consternada Romero.

Matt Andrés Romero está enterrado en una colina del cementerio Milagro de Dios, del Distrito V, de Managua. A solo unos metros de donde están enterrados los seis miembros de la familia Velázquez Pavón, que murió calcinada en el barrio Carlos Marx, y donde yacen los restos de cientos de personas asesinadas, como ellos, por la represión oficial contra las protestas ciudadanas que iniciaron en abril.

Este cementerio, rodeado de barrios humildes de la capital, es uno donde hay más víctimas de la represión enterradas, como Tomás Hernández, que murió de un balazo en el pecho en Ciudad Belén. Su pareja, que ha llegado a ponerle flores y prefiere no identificarse por temor, recuerda que a Tomás le faltaban ocho días para cumplir 21 y años y tenía un hijo de un año.


“A él lo enterramos con temor porque decían que lo iban a venir a sacar. Yo desde que lo enterré no había venido por miedo. Traigo al niño para que no se olvide de su papá. El niño a veces me pregunta por él. A veces se pone a ver los videos de cuando traíamos muerto  a su papa y me dice: ‘Mama mi Can’, ‘Mama allí va Can’. Así le decía a él”, dice entre lágrimas.

Homenaje azul y blanco

En ese cementerio también yace Orlando Córdoba, el adolescente de  15 años que murió a balazos el día de las madres. Su tumba luce arreglada. En la lápida tiene plasmada una imagen de él junto a su batería. Está llena de flores y plantas y hay varias chimbombas azul y blanco que su familia colocó cuidando que no se reventaran. Ayer, que fue día de los muertos, su familia lo lloró en silencio, mientras el maratonista Alex Vanegas, doña Flor Ramírez ―"la bailarina patriótica"―, y varias personas llegaron a enflorar a sus deudos, gritaron: "¡Orlando Córdoba, presente! ¡Presente!".

Vanegas y doña Flor llegaron al camposanto desde primeras horas del dos de noviembre, para homenajear a varios de los jóvenes que murieron en las protestas y que sus familias por miedo no pudieron ir a visitarlos, limpiar sus tumbas y ponerles flores, como es costumbre nacional en el Día de los Difuntos. Los agentes policiales y fuerzas especiales de la Policía que circulaban armados por el cementerio, arrestaron a Vanegas por sexta vez.

Asedio en los cementerios General y Oriental

En el Día de los Difuntos, el Cementerio General, fue vestido de colores morado, blanco y amarillo. Decenas de vendedores ambulantes se sentaron en las afueras del cementerio para poder vender las flores, que pronto adornarán la lápida de un ser querido.

Una vendedora, que prefirió omitir su nombre, comentó que en comparación a otros años, la afluencia de personas fue baja. “El año pasado, para las nueve de la mañana, yo ya había vendido unos 400 pesos en nieves, hoy no llevo ni 100”, comparó. Además de las ventas bajas, lo particular de este año fue la nutrida presencia policial.

En años anteriores, la Policía se ha limitado a dos o tres agentes de tránsito para regular el tráfico en las calles aledañas a los cementerios. Esta vez, varias patrullas y motos estaban parqueadas afuera de los camposantos y los oficiales de línea y de la Dirección de Operaciones Especiales se paseaban armados con fusiles en la entrada y callejones, donde la gente con temor los observaba de reojo. Muchas familias de los asesinados por el régimen de Ortega y Murillo precisamente evitaron las visitas por temor a represalias. Otros no pudieron llegar porque están presos por el régimen o se han tenido que ir del país, para proteger sus vidas.

En el Cementerio General, el sacerdote José Ramón presidió una eucarística en honor a los difuntos. Sin embargo, el ambiente se puso tenso cuando decenas de jóvenes afines al Gobierno entraron con camisetas alusivas al partido y miraban con recelo a las personas que estaban en la misa. Los murmullos de las personas presentes eran “ahí vienen los sapos”, “ya ni en este día dan respeto”.

También una mujer de cabello rubio, que usaba una camisa azul, se levantó de su silla, para tomar fotos a las personas que estaban a su alrededor. Se notaba inquieta.

“A mí me pareció bien extraño (verla). No entiendo para qué estaba tomando fotos. Yo me sentí intimidado”, dijo un feligrés, que año con año visita a su abuela difunta, en el Cementerio General Managua.

El escenario fue similar en el Cementerio Oriental. Ahí decenas de agentes policiales resguardaban en lugar, haciendo que los presentes sintieran temor e intimidación. “No es normal que haya policías en el cementerio porque intimidan a las personas”, opinó Socorro Solís, una mujer que visitaba a sus deudos.

En este cementerio, el cardenal Leopoldo Brenes, ofició una misa, y al finalizar fue consultado por varios periodistas sobre la recolecta de firmas en contra del obispo auxiliar, monseñor Silvio Báez. Brenes, rodeado de medios oficialistas que habían cubierto la presencia de la alcaldesa Reyna Rueda en la eucaristía, respondió de prisa: “Nadie es monedita de oro para caerle bien a todos. Nosotros somos estamos sirviendo a Dios”, y se fue.

Arrestos en cementerios de varios departamentos

La presencia de oficiales de la Policía y turbas sandinistas en los cementerios no solo ocurrió en Managua. En Estelí, una persona que trabajaba limpiando y pintando tumbas fue arrestada porque familiares de uno de los muertos en el contexto de las protestas le pidieron pintar una lápida en azul y blanco.

También en un cementerio de Ocotal, Nueva Segovia, en varias tumbas  colocaron banderas rojinegras. En Camoapa, municipio de Boaco, simpatizantes del régimen de Ortega, destruyeron arreglos azul y blanco que pusieron en algunas tumbas.

La presencia policial inusual también incomodó a los pobladores de Masaya y León, donde hay decenas de jóvenes asesinados, a quienes sus familiares nunca pensaron visitar este año, y menos ahogarse en un reclamo de justicia que el régimen ha ignorado. En Masaya, donde más de treinta fueron asesinados y la ciudad se erigió como símbolo de la resistencia cívica, el patrullaje de policías fuertemente armados comenzó desde la víspera del Día de los Difuntos y aún por la noche las patrullas seguían circulando por toda la ciudad, y vigilando los camposantos. En las redes sociales los comentarios abundaron con un mismo tono: la conciencia de los asesinatos no le permite al régimen tener la paz de la que hablan, y mantienen el asedio y represión contra un pueblo que ya dijo "¡basta!".


Archivado como:

PUBLICIDAD 3M


Tu aporte es anónimo y seguro.

Apóyanos para que podamos seguir haciendo periodismo independiente en el exilio. Tu contribución económica garantiza que todas las personas tengan acceso gratuito a nuestras publicaciones.



Confidencial Digital

Confidencial Digital

Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996.

PUBLICIDAD 3D