23 de noviembre 2022
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo eliminó el nombre del destacado expelotero nicaragüense Dennis Martínez de la fachada, el interior, logos y las redes sociales del Estadio Nacional de Béisbol en Managua.
Un equipo de CONFIDENCIAL comprobó que el nombre del exlanzador fue borrado de la fachada, mientras usuarios en redes sociales reportaron que también retiraron un mural dedicado a la carrera de Martínez, que estaba en el interior de la infraestructura deportiva.
El estadio fue bautizado en honor a Martínez para honrar su legado como el más grande jugador de béisbol nacido en Nicaragua, ganador de 245 juegos en la Grandes Ligas y autor de un Juego Perfecto —lanzado el 28 de julio de 1991—, convirtiéndose en el primer latinoamericano en lograr la hazaña.
El mural, que destacaba los grandes momentos de la carrera de Martínez, fue un regalo del régimen al pelotero cuando inauguró el estadio, lo que fue ampliamente destacado por la propaganda de la dictadura orteguista como una “idea directa del comandante Daniel Ortega”.
El estadio fue inaugurado por Ortega el 20 de octubre de 2017, en una actividad a la que solo permitieron la entrada de partidarios del Frente Sandinista.
En un emotivo momento, Martínez lanzó la primera bola en la inauguración, mientras las pantallas mostraban imágenes del Juego Perfecto que lanzó en 1991. El expelotero agradeció en unas breves palabras a Ortega y Murillo por haberle puesto su nombre al estadio. “Esto es algo de lo que yo me siento sumamente agradecido”, dijo emocionado.
Ortega dio un breve discurso, en el cual catalogó al estadio como una “obra de arte” y destacó el esfuerzo de su Gobierno para poder construirlo. El dictador no se refirió al legado de Martínez, ni tampoco aclaró las irregularidades que se dieron durante la construcción.
“Desvíos” con el dinero para el estadio
El estadio estaba previsto a ser construido con una donación de Taiwán de 30 millones de dólares. Sin embargo, este dinero fue desviado de forma repentina por el régimen bajo el argumento de que estos fondos financiarían la construcción de Ciudad Belén, una ciudadela en Sabana Grande para damnificados por las lluvias que golpearon a Managua en 2017.
Para poder construir el estadio, la Alcaldía de Managua hizo un préstamo al Banpro y otros bancos del sistema financiero nacional, sin que se supiera públicamente como se usaron los fondos de la donación de Taiwán para el estadio.
El país asiático tampoco reclamó por estas irregularidades en el uso de sus fondos donados. En una ironía del destino, cuatro años después, el régimen prácticamente expulsó a la representación diplomática de Taiwán en Nicaragua, para restablecer relaciones con la República Popular de China.
Las autoridades del Estadio Nacional, administrado por la Empresa Municipal de Instalaciones y Promoción Deportiva (Emipde), adscrita a la Alcaldía de Managua, no se han pronunciado sobre la eliminación del nombre.
El nombre del exlanzador fue también borrado de las redes sociales en la que se anuncian los próximos eventos deportivos en el Estadio.
Base de operaciones de los paramilitares
Durante la masacre a las protestas ciudadanas de 2018, el estadio sirvió como una base de operaciones de las fuerzas paramilitares y de la Policía que reprimieron a los estudiantes universitarios en las calles y avenidas cercanas.
Durante la Marcha del Día de las Madres, el 30 de mayo de 2018, desde el Estadio se apostaron francotiradores del régimen que dispararon a las participantes de la protesta. Ese día, ocho personas fueron asesinadas en esta marcha, como parte de una jornada en la que la represión de la dictadura bañó de sangre a Nicaragua, con al menos 19 muertos en todo el país debido a la violencia desatada por la Policía y los paramilitares.
El expelotero se convirtió en un crítico directo de la dictadura a raíz de la violencia desatada en 2018, y lamentó que el estadio fuese utilizado como un centro de operaciones represivas del régimen. El 1 de junio de 2018, Martínez emitió un comunicado, en el cual llamaba no seguir usando el estadio para operaciones de violencia en contra de las protestas. Esto señaló en su comunicado:
Hermanos nicaragüenses, quiero expresar mis condolencias a todas las madres de Nicaragua en el día de ayer y en especial a las que han perdido un ser querido, por lo trágico y doloroso de la situación de mi país. No es lo que una madre se merece, porque gracias a Dios por ellas estamos aquí.
Hago un llamado a la justicia, y un rotundo NO a la violencia.
Tenemos que parar ese ciclo vicioso de poder para que no se repita más. Debemos de dar ejemplo a las nuevas generaciones que con mucho amor confían en nosotros para llevar a cabo sus sueños y metas.
Me duele saber que el estadio nacional que lleva mi nombre se esté ocupando para fines de violencia afectando a mis hermanos nicaragüenses.
Un lugar donde yo soñaba para que los nicaragüenses nos reuniéramos a disfrutar del deporte que llevo en mi corazón.
Espero que comprendan que yo no tengo ninguna injerencia para que lo usen de la manera que quieran usarlo las autoridades de Nicaragua, pero si les pediría que por respeto a mi persona que me esforcé y llevé por muchos años sobre mis hombros representando a mi país con mucho orgullo dejen de usarlo para esos fines. Porque esos no son los valores y principios de mi persona.
Martínez se convirtió en un promotor del diálogo
Martínez hizo constantes llamados al régimen para que abrieran las puertas a un diálogo que restablecer las libertades civiles en Nicaragua y pusiera fin a la crisis sociopolítica provocada por la violenta represión en 2018, pero sus pedido nunca fueron oídos. La dictadura respondió con una campaña sucia en contra del expelotero, a través de sus medios de propaganda y sus operadores políticos.
Posteriormente, en un esfuerzo para lograr la unidad de las fuerzas políticas opositoras de cara al proceso electoral de 2021, Martínez se integró a la Comisión de Buena Voluntad para mediar entre la dirigencia del Partido de Restauración Democrática y la Alianza Ciudadanos por la Libertad para que antepusieran sus ambiciones políticas y conformarán una unidad electoral de cara a los comicios.
Los intentos de la comisión fracasaron y posteriormente Ortega dinamitó la credibilidad del proceso electoral al emprender una jornada represiva en la que encarceló a siete precandidatos presidenciales y los principales liderazgos opositores del país.