11 de enero 2024
La incautación en Rusia de una tonelada de cocaína procedente de Nicaragua desnudó las carencias de la llamada estrategia “muro de contención”, coincidieron investigadores y expertos en temas de seguridad nacional. Esta política gubernamental, encabezada por la Policía y el Ejército, es una de las bazas que el régimen usa para exigir el fin de las sanciones estadounidenses.
Para erigir este supuesto “muro de contención” la dictadura ha destinado, en los últimos años, millones de córdobas en recursos humanos y equipamiento para patrullaje marítimo, aéreo y terrestre, según las fuerzas de seguridad nacionales.
Uno de los expertos destacó que la “ineficiencia del muro” se revela en el tamaño del cargamento, ya que mover una tonelada de cocaína desde Nicaragua hasta Rusia, requiere un gran “trabajo en términos de logística y organización”.
“No son dos o tres tacos de cocaína que podés cargar en una mochila, estamos hablando de centenares de paquetes de droga. Ahí fallaron todas las instituciones nicaragüenses”, subrayó.
El Servicio Federal de Aduanas ruso detalló que los narcos “escondieron” más de 1000 paquetes marrones etiquetados con las letras “BBB” y “DIOR”, en la parte superior de un contenedor que partió de Nicaragua.
Según la agencia rusa, el precio del cargamento en el mercado negro supera los 11 000 millones de rublos (unos 122.7 millones de dólares).
“No existe ningún muro de contención”
La supuesta eficacia de la estrategia gubernamental es repetida una y otra vez por los dirigentes de las fuerzas de seguridad orteguistas. En el acto del 44 aniversario del Ejército de Nicaragua, en septiembre de 2023, el general Julio César Avilés, jefe de las Fuerzas Armadas, aseguró que Nicaragua es “el país más seguro de la región, porque la estrategia Nacional del ‘muro de contención’ es altamente exitosa”.
En el mismo discurso atacó con virulencia a la prensa independiente y reiteró su lealtad al dictador Daniel Ortega. “Desde esta estrategia contenemos, desviamos y evitamos la circulación de más de 800 toneladas de cocaína por nuestro territorio”, dijo el jefe militar.
Sin embargo, para uno de los investigadores, la tonelada de cocaína incautada “confirma lo que ya se sospechaba: en Nicaragua no existe ningún muro de contención y, más bien, se les ha facilitado a las redes del narco el uso del país como plataforma de embodegamiento y tráfico”.
Explicó que ese “permiso al narcotráfico” se da de manera “directa e indirecta”. La primera porque la “corrupción, que promueve el narcotráfico, ha llegado a los niveles más altos en la Administración Pública y las fuerzas de seguridad”.
De manera indirecta se da porque “la Policía y el Ejército están más enfocados en reprimir a los opositores y garantizar la estabilidad del régimen familiar, que en combatir a la delincuencia transnacional organizada”, destacó.
El Gobierno ruso no ha informado el nombre o la nacionalidad de los contrabandistas, ni el puerto nicaragüense de origen, ni la agencia naviera encargada del contenedor.
Pese a que la noticia de la incautación se conoció a primeras horas de la mañana, hasta el cierre de esta nota, ni la Policía ni el Ejército o el Gobierno de Nicaragua se han referido al tema.
Cocaína de un grupo fuera de los “permitidos”
Javier Meléndez, investigador en temas de seguridad, alertó que “una operación como esa, desde Nicaragua, no puede explicarse sin entender que el narcotráfico es gestionado desde el Estado de Nicaragua”.
“El régimen lo administra, lo controla y decide qué cartel es el que puede operar en Nicaragua”, dijo el especialista y exdirector del Instituto de Estudios Estratégicos y de Políticas Públicas (IEEPP), cancelado por la dictadura en 2018.
Explicó que, desde sus análisis para el medio especializado InSight Crime, llegaron a la tesis de que el narcotráfico en Nicaragua “es una analogía” a lo que ocurrió durante los Gobiernos del PRI en México, que estaban coludidos con los narcotraficantes.
Otro de los expertos coincidió con Meléndez y opinó que “tanto Rusia como Nicaragua funcionan como Estados carteles”, por lo que es “probable” que el cargamento pertenezca “a un grupo fuera de los ‘permitidos’ o ‘controlados’ por ambos regímenes autoritarios”.
“Está claro —continuó— que, por las dimensiones del cargamento y el destino, hubo algún tipo de apoyo entre las autoridades para que esa droga pudiera embarcarse y salir de puerto”.