7 de marzo 2024
El cardenal Leopoldo Brenes confirmó que presentó su renuncia al papa Francisco, al cumplir sus 75 años de edad, el 7 de marzo de 2024, según establece el Derecho Canónico de la Iglesia católica. En una entrevista transmitida por la Arquidiócesis de Managua, el cardenal y arzobispo aseguró que fue una carta que redactó con varios días de anticipación, y en la que no estableció al Papa ninguna condición sobre su salida.
"No se sabe, no se sabe (cuánto tiempo pasa para que el Papa acepte la renuncia)", dijo el cardenal. Agregó que en "algunos (es) un mes. También depende de la situación en la que uno esté (porque) el Papa puede decir: 'Ve, usted está enfermo'. Y a veces el mismo obispo pone (como) condición: 'Renuncia irrevocable'".
Luego, aclaró que, en su caso, no estableció condiciones en su renuncia, "porque me parece que sería de mala educación ponerle términos al Papa, porque no estamos en ese plan". También, previamente, dio detalles sobre su salud física y chequeos médicos regulares, y su entrevistador, Lázaro Gutiérrez, destacó sus excepcionales resultados en recientes pruebas de esfuerzo.
Qué dijo y qué calló el cardenal Leopoldo Brenes
En la entrevista de más de 110 minutos, el cardenal Brenes repasó sus 75 años de vida y 50 de servicio sacerdotal. También su relación con sus maestros, mentores, otros sacerdotes y obispos, su familia y en especial con su madre Lilliam Solórzano, fallecida en septiembre de 2022. Sobre ella contó anécdotas, la rutina que compartían, sus últimos momentos, y cómo sobrelleva su ausencia.
A lo largo de su intervención aseguró sentirse "satisfecho" y "contento" con su servicio, y "listo" para dejar el cargo, y reiteró que estará "a la orden" para la transición con su sucesor, que sería el quinto arzobispo de Managua.
Según el cardenal Leopoldo Brenes, cuando el Papa acepte su renuncia, dispondría de su tiempo libre para visitar a diferentes sacerdotes en el país y descansar. E igual descartó llegar a salir del país, porque --dijo-- "soy poco para salir", aunque no mencionó que el régimen orteguista ha desterrado a 44 sacerdotes (entre ellos dos obispos) y ha impedido el reingreso de decenas de ellos, entre nacionales y extranjeros.
¿Quiénes alcanzaron mención y quiénes no?
El arzobispo de Managua se refirió a su predecesor ya fallecido, el cardenal Miguel Obando y Bravo, con quien recordó haber tenido "una relación de mucha confianza", "de cercanía", como "un padre", "un amigo", y quien "aún en sus últimos años fue un punto de referencia" para él.
También mencionó a los obispos Bosco Vivas (emérito de León, ya fallecido) y los jubilados Abelardo Mata, de Estelí, y Bernardo Hombach, de Granada, y al actual obispo de esa Diócesis, Jorge Solórzano.
Dijo, por ejemplo, que algunos sacerdotes --aun de otras diócesis-- lo buscan para conversar. "No sé si no tienen la confianza con su obispo", dijo, pero calló sobre los obispos desterrados Rolando Álvarez, de Matagalpa, e Isidro Mora, de Siuna. Tampoco mencionó a su obispo auxiliar Silvio Báez, exiliado en abril de 2019, a petición del Papa, por amenazas de muerte en su contra.
El cardenal Brenes se definió como un servidor del Gobierno del Vaticano, pero no se refirió la ruptura de las relaciones diplomáticas del régimen orteguista contra la Santa Sede, que cumple su primer año.
Igual, destacó el apoyo de los feligreses, y citó como ejemplo el respaldo en la colecta del Miércoles de Ceniza para los sacerdotes mayores de edad. Sin embargo, no dijo nada sobre cómo la dictadura ordenó bloquear el fondo de retiro sacerdotal, en julio de 2023. Ni tampoco habló de las cuentas bloqueadas por la misma dictadura a toda la Iglesia católica de Nicaragua, en mayo de ese año.
El jerarca dijo que la Arquidiócesis de Managua cuenta con unos 200 sacerdotes, pero no mencionó a la media docena de ellos que fueron encarcelados en diciembre de 2023 y desterrados en enero de 2024.
Más obispos en edad límite, con dos desterrados
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) estaba integrada por diez obispos: uno por cada una de las ocho diócesis, y dos en la Arquidiócesis de Managua: el cardenal y arzobispo Leopoldo José Brenes Solórzano, y el obispo auxiliar Silvio José Báez, quien fue forzado a exiliarse en 2019, por amenazas de muerte en su contra, publicó en enero de 2024, CONFIDENCIAL, en una reportaje de Mosaico CSI.
Ante la renuncia de monseñor Abelardo Mata Guevara, por razones de edad, en julio de 2021, la Diócesis de Estelí quedó en administración apostólica del obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, de 57 años. Pero, este y el obispo de Siuna, monseñor Isidoro Mora Ortega, de 53 años, fueron desterrados el 13 de enero de 2024.
El presidente de la CEN y obispo de Jinotega, fray Carlos Enrique Herrera Gutiérrez, también cumplió 75 años en diciembre de 2023 y, conforme al Derecho Canónico, debió presentar su renuncia, aunque puede permanecer en el cargo hasta que el papa Francisco se la acepte. El 7 de marzo de 2024 fue el turno del cardenal Leopoldo Brenes.
Los otros obispos son más jóvenes: Jorge Solórzano Pérez, de Granada, tiene 62 años; Francisco José Tijerino Dávila, de Bluefields, tiene 60; Sócrates René Sándigo Jirón, de León, y Marcial Humberto Guzmán Saballos, de Juigalpa, tienen 58.
El mensaje de Rosario Murillo al cardenal "Polito"
La vicepresidenta y vocera de la dictadura, Rosario Murillo, felicitó al cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, en su monólogo del mediodía, en ocasión de su cumpleaños número 75, en medio de las tensas relaciones entre el Gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia católica.
"Hoy estamos junto a su eminencia, reverendísima, el cardenal Leopoldo Brenes, a su familia y, por supuesto, con el pensamiento también puesto en su madre, doña Lilliam, que lo trajo a este mundo, celebrando su 75 aniversario de vida", expresó Murillo, esposa de Ortega, en un mensaje a través de medios oficiales, en Managua.
"A él, a su eminencia Leopoldo José, Polito, le expresamos el cariño de las familias nicaragüenses, y el muy especial reconocimiento por esa labor tan meritoria que viene desempeñando con un mensaje pastoral consecuente con el buen pastor", resaltó.
Murillo envió al alto jerarca un "saludo de buena voluntad desde un cristianismo verdaderamente fraternal, respetuoso, solidario, practicante, que es la cultura en nuestra Nicaragua bendita".
Los "días de campanas y cristales rotos"
La vocera y vicepresidenta comentó, además, que "gracias a Dios hemos venido dejando atrás los días de campanas y cristales rotos, esos días terribles cuando intentaron romper el sentido de familia y comunidad, así como también la alianza de reconciliación y unión en nuestra Nicaragua", en alusión a las manifestaciones que estallaron en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la Seguridad Social y que el Ejecutivo sostiene que fue un intento de golpe de Estado.
"Intentaron, pero no pudieron y no podrán, porque eso está en nuestras venas, esa unión por el bien común, desde un cristianismo fraternal y solidario", agregó.
Murillo consideró que Brenes es un discípulo del fallecido cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua Miguel Obando y Bravo, muy cercano a la dictadura orteguista, después de "reconciliarse" tras unas tensas relaciones en los años noventa.
El 21 de febrero de 2023, Ortega calificó de "mafia" a la Iglesia y la acusó de ser antidemocrática por no permitir que los católicos elijan por voto directo al Papa, a los cardenales, a los obispos y a los sacerdotes.
También ha llamado "terroristas" a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional con el que se buscaba una salida pacífica a la crisis que vive el país desde 2018.
Ortega los ha calificado de "golpistas" y los ha acusado de ser cómplices de fuerzas internas y de grupos internacionales que, a su juicio, actúan en Nicaragua para derrocarlo.
Los ataques de la dictadura a la Iglesia católica de Nicaragua
El Gobierno sandinista ha detenido a 55 religiosos y excarcelado y desterrado a 44 de ellos, en el marco de la crisis sociopolítica que vive el país desde abril de 2018, denunciaron en la víspera tres organizaciones humanitarias en un informe titulado ´Ataques a la libertad religiosa en Nicaragua´.
De los 55 religiosos nicaragüenses que han sido detenidos, al menos 22 de ellos han sido despojados de su nacionalidad, según ese informe elaborado por la Fundación Panamericana para el Desarrollo, el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, y Alcance de ayuda en las Américas.
Entre los religiosos desnacionalizados se encuentran Rolando Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, y Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua.
El 14 de enero de 2024, el Gobierno acordó con la Santa Sede el "envío" al Vaticano de los obispos nicaragüenses encarcelados Rolando Álvarez e Isidoro Mora, de 15 sacerdotes y dos seminaristas a los que tenía privados de libertad.
La excarcelación de los religiosos nicaragüenses ocurrió dos semanas después de que el papa Francisco, tras el rezo del primer Ángelus del año, expresara su "preocupación" por la detención de sacerdotes católicos en Nicaragua, y pidiera que "se busque siempre el camino del diálogo" para superar los problemas.
Las relaciones del Gobierno del presidente Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de las relaciones diplomáticas entre ambas partes.
*Con información de EFE.