25 de diciembre 2024
El papa pidió a las autoridades políticas soluciones para promover la armonía social en todo el continente americano y en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua, durante su mensaje de Navidad desde la logia central de la basílica de San Pedro, este miércoles 25 de diciembre.
“Que el Niño Jesús inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, con el fin de encontrar lo antes posible soluciones eficaces en la verdad y la justicia, para promover la armonía social, en particular en Haití, Venezuela, Colombia y Nicaragua”, pidió el papa en su mensaje.
Y agregó: “Que se trabaje, especialmente durante este Año jubilar, para edificar el bien común y redescubrir la dignidad de cada persona, superando las divisiones políticas”.
Nicaragua se ha mantenido en la agenda papal por muchos años. Ya en los primeros días de la Rebelión de Abril de 2018, el pontífice se declaró “preocupado” por la situación en Nicaragua y, tras el rezo del Regina Coeli ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, pidió el “fin de la violencia” en el país.
“Estoy preocupado por cuanto está sucediendo en estos días en Nicaragua, donde, tras una protesta social, se han producido enfrentamientos que han causado algunas víctimas”, dijo desde El Vaticano. Era la primera semana del estallido social, y la cuenta de muertos causados por la violenta represión del régimen apenas comenzaba.
Luego, en agosto de 2022, expresó su “preocupación” por la persecución a la Iglesia católica en Nicaragua e instó a “un diálogo abierto y sincero”, para que “se puedan seguir encontrando las bases para una convivencia respetuosa y pacífica”.
Los cuestionamientos del papa Francisco a Ortega y Murillo
En febrero de 2023, Francisco lamentó la condena a cárcel de monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, y animó a los responsables políticos a la “búsqueda sincera” de la paz en Nicaragua.
“Las noticias que llegan desde Nicaragua me han dolido no poco, y no puedo no recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, a quien quiero mucho, condenado a 26 años de cárcel y también a las personas que han sido deportadas a Estados Unidos”, dijo el pontífice tras el Ángelus dominical, en referencia a los 222 excarcelados políticos que fueron desterrados hacia Estados Unidos.
El jefe de la Iglesia católica fue más allá cuando, en una extensa entrevista con el medio argentino Infobae, calificó como una “dictadura hitleriana” al régimen de Daniel Ortega de quien dijo “con mucho respeto” que padece “un desequilibrio” mental. Francisco dijo que la dictadura encabezada por Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, era “grosera” y “guaranga”, a la vez que elogiaba al obispo Rolando Álvarez, de quien aseguró: “Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”.
Durante su misa de año nuevo de 2024, el santo padre reiteró que “sigo con preocupación todo lo que está ocurriendo en Nicaragua”, y trasladó a los sacerdotes que estaban presos en ese momento, así como a sus familias y a toda la Iglesia nicaragüense, su “cercanía en la oración”.
Apenas una semana después, durante en el tradicional discurso de comienzos de año ante el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el papa volvió a expresar su profunda preocupación por la prolongación de la crisis sociopolítica en Nicaragua y las dolorosas consecuencias que ha dejado a la sociedad, en particular, a la Iglesia católica, que hasta ese momento acumulaba 203 religiosos y religiosas perseguidas, desterrados o encarcelados por la dictadura.
Pide por los conflictos en Ucrania y Oriente Medio
Como es tradicional, Francisco aprovechó su mensaje de Navidad para recordar los conflictos y los problemas en el mundo, antes de impartir la bendición ‘Urbi et Orbi’ ante una plaza de San Pedro a la que acudieron unas 30.000 personas.
El papa también pidió “que callen las armas en la martirizada Ucrania” y “que se tenga la audacia de abrir la puerta a las negociaciones y a los gestos de diálogo y de encuentro, para llegar a una paz justa y duradera”.
Y continuó: “Que callen las armas en Oriente Medio. Con los ojos fijos en la cuna de Belén, dirijo mi pensamiento a las comunidades cristianas de Israel y Palestina, en particular a Gaza, donde la situación humanitaria es gravísima”.
“Que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se ayude a la población extenuada por el hambre y la guerra”, añadió el pontífice.
Y aseguró que lleva “en el corazón también a la comunidad cristiana del Líbano, sobre todo del sur, y a la de Siria, en este momento tan delicado”, y animó a buscar soluciones que permitan la reconciliación nacional en Libia.
“Que se abran las puertas del diálogo y de la paz en toda la región, lacerada por el conflicto”. añadió y también recordó los conflictos en Myanmar o en Sudán, entre otros.
Francisco recordó que este martes se abrió la Puerta Santa con la que inició el Jubileo, que se celebra cada 25 años, y deseó “que ayude a reconciliarnos con nosotros mismos, entre nosotros, incluso con nuestros enemigos”.
“En esta Navidad, inicio del Año jubilar, invito a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones”.