21 de diciembre 2018
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) estimó en su Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2018, que nuestra economía se contraerá 4.1% en 2018, después de crecer 4.9% en 2017, lo que explica por “la complicada situación sociopolítica actual, que ha tenido implicaciones directas e indirectas sobre diversas actividades económicas, principalmente el turismo, el comercio y el sector pecuario”.
La perspectiva para 2019 no es nada halagüeña: la Comisión calcula un decrecimiento de -2.0% que, de hecho, será el segundo más alto del hemisferio, solo superado por la (ahora) paupérrima Venezuela (aunque flote sobre un océano de petróleo), que sufriría una contracción de -10.0%, con Argentina en tercer lugar, cayendo -1.8%.
En el otro extremo, Brasil y México, las dos mayores economías de la región, crecerían 2.0% y 2.1%, respectivamente, mientras la isla caribeña de Dominica encabezaría el crecimiento regional, con una expansión de 9.0%, seguida por República Dominicana (5.7%), Panamá (5.6%), Antigua y Barbuda (4.7%) y Guyana (4.6%).
Aun sin las dificultades que encara la economía nacional, las previsiones para 2019 se ven difíciles para toda la región -Nicaragua incluida- porque se espera un aumento en la volatilidad de los mercados financieros internacionales, que podría limitar -o encarecer- el acceso al crédito.
El riesgo es mayor para nuestro país, a partir de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rubricara la NICA Act, que establece sanciones económicas, individuales y colectivas que podrían llevar a que los organismos financieros multilaterales cierren el grifo del crédito a Nicaragua.
Las vacas flacas venezolanas
“El país enfrenta desafíos en materia de financiamiento internacional. Por un lado, la cooperación venezolana se ha reducido significativamente, desde un máximo de 563.8 millones de dólares en 2011, a 30.9 millones en 2017 y solo 9.2 millones de dólares en el primer semestre de 2018”, detalla el documento.
La Cepal advierte que la aprobación de sanciones por parte de Estados Unidos “limitaría el financiamiento multilateral”, a la vez que advierte cómo “las principales firmas calificadoras de riesgo han revisado a la baja su evaluación del país”.
Ante la “profunda incertidumbre” con respecto al desempeño económico de Nicaragua durante 2019, por causa de los problemas sociopolíticos que vive el país, la Cepal proyecta una contracción del PIB de 2.0% lo que se explica en parte por la baja en el desempeño de actividades como la construcción, el turismo y los servicios financieros.
A su modo, los economistas de la Comisión también asumen la inevitabilidad de un acuerdo político como requisito para recuperar la confianza de las fuentes externas de capitales, cuando señalan que “se esperan serias dificultades en relación con el acceso al financiamiento internacional y el ingreso de inversiones, si no se restablecen la confianza y la certidumbre económica en el país”.
Al cierre del año, el déficit del Gobierno central antes de donaciones alcanzará una cifra equivalente al 2.8% del PIB, por encima de la registrada en 2017 (1.5%), que disminuiría al 2.3% en 2019. Del mismo modo, se estima que el déficit después de donaciones en 2018 será de 2.1% del PIB, (y de 1.9% en 2019), versus el 0.6% alcanzado al cierre de 2017.
Cae la recaudación, sube la deuda
Al analizar otras variables, el informe de la Cepal detalla una caída de 1.5 puntos del PIB en los ingresos totales del Gobierno central, que pasarán del 18.7% observado en 2017, a 17.2% en 2018. Entre enero y agosto, “los ingresos del Gobierno central disminuyeron 8.2% en términos reales con respecto al mismo período del año anterior. A partir de abril ha habido reducciones en la recaudación tributaria, en especial la del IVA a las importaciones, y el IVA interno”, detalla.
En el apartado dedicado a la deuda pública total, detallan que esta alcanzó el 51.3% del PIB en el primer semestre del año, “lo que significa un incremento de 4.3 puntos porcentuales respecto al cierre de 2017. La deuda pública externa aumentó 1.8% en este período y la deuda pública interna, un 25.8%”.
Finalmente, destacan que las reservas brutas al mes de septiembre se ubicaron en torno a 2,302 millones de dólares, lo que representa una caída de 456 millones de dólares respecto al cierre de 2017, sugiriendo que la depreciación anual del córdoba podría ir más allá del 5% anual, siendo que el tipo de cambio se apoya en las cada vez más menguantes reservas internacionales que guardan las arcas del Banco Central.