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Municipalidad de Asturias premia a la Articulación de Movimientos Sociales

La organización nicaragüense, nacida al calor de la Rebelión de abril, fue distinguida “por su trabajo en pro de la libertad y los derechos humanos”

La alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú (derecha), entregó el "Premio a la Vida y los Derechos Humanos", a Neyma Hernández, en representación de la Articulación de Movimientos Sociales. Foto: Cortesía

Iván Olivares

17 de diciembre 2022

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La exiliada nicaragüense Neyma Hernández recibió en nombre de la Articulación de Movimientos Sociales (AMS), el Premio a la Vida y los Derechos Humanos, otorgado por la municipalidad de Langreo, em Asturias, España, “por su trabajo en pro de la libertad y los derechos humanos, que ha realizado desde su fundación en 2018”.

La opositora dedicó el premio “a nuestros hermanos y hermanas de lucha que se encuentran en las cárceles, y a los familiares que resisten con ellos”, citando a Alex Hernández, de Masaya; Osmar Vindell, secuestrado en Nagarote; el economista y experto electoral Harry Chávez; Guisela Ortega, de Managua; e Irving Larios, que pudo haberse ido al exilio, pero eligió seguir resistiendo desde adentro.


Ese galardón se suma a otros que este año han reconocido el trabajo de las organizaciones opositoras o la trayectoria de presos o presas políticos, como el premio que la Asociación de Diseño Profesional de Nueva York entregó esta semana a la Asociación Madres de Abril (AMA), por su libro de arte interactivo; el doctorado honoris causa que la Sorbonne Nouvelle otorgó a Dora María Téllez, o el premio René Cassin de Derechos Humanos 2022, que otorgó el Gobierno Vasco a la reconocida comandante guerrillera.

La Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad civil, nació en medio de las protestas y los tranques que montaron los ciudadanos en las entradas de los barrios y las ciudades para defender sus vidas y sus territorios, de los ataques de las mortíferas ‘caravanas de la muerte’, que luego serían parte de la ‘Operación Limpieza’, con la que el régimen mostró que prefería matar, antes que negociar.

Neyma, originaria de Tipitapa, es una antigua obrera de la maquila que participó de la Rebelión de abril, y sufrió la represión de distintas maneras: tanto al recibir el refilón de una bala que puso su vida en peligro, como cuando, en 2019, fue parte del grupo de jóvenes que fueron capturados y encerrados en El Chipote por llevar agua a las madres que hacían huelga de hambre en la iglesia de San Miguel Arcángel de Masaya, y pasaron a ser conocidos como “la banda de los aguadores”.

Neyma voló desde México —país de su exilio, donde trabaja como conductora de vehículos en la aplicación Uber— hasta España, para recibir el premio, recordando a la figura del sacerdote Gaspar García Laviana, que en 1969 viajó desde Asturias hasta Tola (Rivas), para predicar, primero con la palabra, y después, con sus acciones, siendo asesinado el 11 de diciembre de 1978, por la dictadura que gobernaba Nicaragua en esa época. La otra dictadura. La de Somoza.

“Gaspar fue una gran inspiración para toda una generación de chavalos y chavalas nicaragüenses. Su ejemplo fue una guía para enfrentar la injusticia”, dijo Hernández, para honrar el sacrificio del misionero de la orden del Sagrado Corazón.

40 años para volver al pasado

Al hacer un repaso de lo ocurrido en las más de cuatro décadas desde la muerte del sacerdote, Neyma dijo que “en estos años pasamos de un momento en el que había una mística revolucionaria alrededor de un proyecto político en el que el poder tenía como fin servir al pueblo, a otro en el que el poder se convirtió en un fin en sí mismo. Primero de un grupo, y después de una persona, hasta que llegamos a la Rebelión de Abril de 2018”.

Ella explica cómo el estallido tuvo su origen en la indignación. De las familias campesinas, por ejemplo, que veían cómo la concesión canalera otorgada por cien años a Wang Jing les privaría de sus propiedades, les arrancaría de sus tierras, e inundaría los cementerios en que estaban enterrados sus familiares.

Indignación es también la que sentían las feministas, “por los feminicidios que cada año venían en aumento y por la violación a los derechos de las mujeres”, así como también había indignación entre la diversidad sexual por “la violencia de un Estado homofóbico, machista y patriarcal”, al igual que los estudiantes “por el irrespeto a nuestra autonomía universitaria”, o los ambientalistas, tanto por las concesiones mineras, como por la destrucción de los bosques.

“Los pueblos indígenas estaban indignados por la invasión creciente a sus territorios ancestrales. Los pueblos afrodescendientes estaban indignados por el irrespeto a su Ley de autonomía y por el racismo institucionalizado. La ciudadanía estaba indignada por el progresivo cierre de los espacios para la participación ciudadana y política”, complementó.

En ese estado de cosas, el 11 de abril de 2018, jóvenes y estudiantes salieron a protestar por el incendio de la Reserva Biológica Indio Maíz, un lugar que la mayoría de ellos no conocía, ni quizás llegue nunca a conocer, pero con la preocupación de “conocer la grave situación de nuestra reserva, jóvenes con conciencia social y ambiental que seriamos la muestra de que en mi país las cosas iban a cambiar y que no, no era cierto que estábamos bien”.

Lo que pasó después, es algo que ninguno de esos jóvenes hubiese imaginado. “Un mes después, nos estaríamos organizando barrio a barrio y ciudad por ciudad con organizaciones y personas que tenían muchos años de luchas sociales y que ya advertían los desmanes autoritarios del orteguismo”, de donde nació la Articulación de Movimientos Sociales, “en medio de las protestas y de los tranques que defendían la vida y los territorios”.

“Las Dignidades” contra la indignación

Al agradecer la entrega del galardón, la nicaragüense expuso que el Plan de Lucha “Las Dignidades”, refleja en palabras los sueños de construir una Nicaragua en la que ya no haya más poder concentrado en cúpulas corruptas, y en la que se acaben las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres, donde prime “un modelo de desarrollo más sostenible y una convivencia basada en el cuidado”.

“Nuestro Plan de Lucha ‘Las Dignidades’, no busca que regresemos a lo que era Nicaragua antes de abril del 2018, donde la impunidad y la injusticia andaban a sus anchas. Por el contrario: buscamos luchar por las demandas ciudadanas de justicia, libertad y democracia para todo el pueblo oprimido en todas las dimensiones de la vida”, señaló.

Hernández dijo que “en la Articulación de Movimientos Sociales creemos firmemente en la necesidad de impulsar una resistencia civil no violenta, con una posición firme de defensa de los derechos humanos, que nos permita expulsar a esta dictadura a la vez que cuidamos la vida, porque solo de esa manera podremos cambiar nuestra historia llena de dolor, luto y sangre, para que nuestra Nicaragua Nicaragüita, sea libre como una vez lo soñó Gaspar”.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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