9 de marzo 2023
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La Unión Nacional de Presas y Presos Políticos Nicaragüenses (UPPN) denunció que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha brindado a todos los familiares información sobre el estado de salud de los 35 reos de conciencia que permanecen en distintas cárceles del país, entre ellos el obispo Rolando Álvarez, recluido en la cárcel La Modelo.
En una entrevista con CONFIDENCIAL, Yaritzha Mairena, representante de la organización, señaló que la oposición nicaragüense debe “tomar conciencia” de la importancia de “mantener viva la exigencia de justicia por todos los crímenes contra las personas prisioneras políticas en Nicaragua”, quienes aún sufren las secuelas físicas y psicológicos de la cárcel.
“Todavía no se ha brindado una atención adecuada a las víctimas ”, insistió Mairena.
Desde mayo de 2022, la UPPN —integrada por excarcelados políticos— sostiene de forma permanente la campaña “Justicia con memoria”, que le da voz a las víctimas directas del régimen en su búsqueda de justicia.
¿Qué información tienen sobre los reos de conciencia que continúan en las cárceles?
Hemos tratado de mantener comunicación con los familiares de los presos políticos, para ver la situación en la que se encuentran los 35 que quedaron en las cárceles. Lo que nos han dicho es que muchos no han podido tener contacto con sus familiares, desde que se dio la excarcelación de los 222, y eso es realmente preocupante, porque no se sabe en qué estado están, ni dónde los movieron, si los movieron.
Estamos pendientes también del alza de la lista (de presos políticos), porque va incrementando con las nuevas detenciones y el asedio constante, experimentado desde la excarcelación de los 222. Tenemos entendido que ha habido un incremento en el asedio hacia los excarcelados políticos, y se teme que haya represalias en contra de personas que continúan en el país y ‘están fichadas’ por el régimen, como los expresos políticos de 2019.
Vos fuiste presa política entre 2018 y 2019. ¿Cuáles son las secuelas físicas, emocionales, personales que les deja la cárcel?
Hay personas que todavía tienen las secuelas de patologías médicas, que se desarrollaron durante el periodo de su detención arbitraria, como hongos, gastritis, problemas de presión (arterial) —que muchas personas no padecíamos y ahora sí—, úlceras, caída del cabello, problemas en la piel. Eso provoca además otro tipo de secuelas graves como migraña, dolores de cuerpo, dolores de estómago, dolores en el colon.
La restricción de movimiento, en el caso de las personas que tuvieron lesiones en los huesos o que sufrieron quemaduras y heridas mal sanadas; esas personas tienen ciertas restricciones de movimiento y dolor constante en las articulaciones.
En las torturas psicológicas podríamos mencionar un montón, pero creo que voy a reducirlas en: ansiedad, depresión, claustrofobia, espasmos, disociación, aislamiento, la incapacidad para volver a retomar sus proyectos de vida, paranoia, insomnio, pesadillas y de acciones de suicidio.
El año pasado ustedes lanzaron la campaña “Justicia con memoria”, y con ella presentaron un informe titulado: “Detenidos, torturados y desplazados”, con el relato de excarcelados políticos de la dictadura, ¿qué dice este informe sobre los tratos en las cárceles, y los testimonios de los prisioneros?
Hacemos una descripción de las torturas y de las secuelas que se han vivido desde la prisión arbitraria, pero también es importante mencionar que presentamos una descripción de lo que ha sido vivir como excarcelado político en Nicaragua. Las personas han tenido que sobrevivir el constante asedio, las amenazas, la persecución y la criminalización, que implica un montón de aspectos como la negación del servicio de salud, de la educación y otras gestiones que se hacen en las instituciones del Estado. Los excarcelados políticos que han tratado de acceder a pasaportes y documentos de identidad, también se les ha negado
Tuvimos hace poco la detención del profesor Juan Bautista Guevara, miembro de la organización. Fue golpeado y amenazado para que se fuera del país. Tuvo que salir huyendo por estas amenazas. Esto es recurrente en los excarcelados, y esto ha provocado otro tipo de secuelas, incluyendo la imposibilidad de tener una estabilidad que les permita superar los traumas, porque en cualquier momento pueden llegar a detenerte y acusarte de cualquier delito.
Desde 2019 ustedes sostienen una campaña permanente por la liberación de todos los presos políticos, ¿en qué consiste? ¿cómo se puede mantener la demanda de liberación bajo el Estado de sitio policial en Nicaragua?
Desde UPPN hemos hecho hincapié en que se debe hacer una estrategia conjunta entre todas las fuerzas opositoras para lograr la libertad de los presos políticos. En Nicaragua, por el alto nivel de represión, no se podría recurrir a movilizaciones ni a protestas para la liberación de los presos políticos; sin embargo, hay otros mecanismos. Hemos insistido mucho en la utilización del ciberactivismo y de las redes sociales, para crear una imagen de colectividad o unanimidad en la exigencia de la liberación de los presos políticos, pero el trabajo no solo debe seguir ahí, sino también hacer uso de los instrumentos necesarios para seguir demandando la liberación de los presos políticos políticos a nivel internacional, lograr el apoyo de otros Estados pro democracia.
También lograr que de alguna forma se vayan implementando ciertos mecanismos de acceso a la justicia para crear presión contra el régimen, porque se debe demostrar, en este momento más que nunca, que la prisión arbitraria es un crimen de lesa humanidad.
En abril próximo se cumplirán cinco años de la rebelión cívica de abril, ¿qué ha quedado de esa lucha y las aspiraciones de abril?
El pueblo de Nicaragua sigue firme en la exigencia de justicia, libertad y democracia; sin embargo, la represión y la criminalización constante ha provocado que la gente no quiera pronunciarse al respecto.
Ha provocado también problemas dentro de la oposición para organizarse. Es tiempo que la oposición se unifique en una sola estrategia —ya no una plataforma—, que realmente permita la liberación de los presos políticos y el acceso a la justicia para las víctimas.
Es lamentable que a seis años de la insurrección cívica de abril, muchas víctimas de torturas sigan necesitando atención médica y que no se les haya atendido adecuadamente. Los expresos políticos deben ser tratados con la seriedad que merecen, no podemos seguir diciendo que es un tema para después.
¿Cuáles son los desafíos de hoy: con los principales liderazgos en el exilio, desterrados, o despojados de su nacionalidad, y con un estado policial y de terror en el país?
El mayor reto que tenemos como oposición es la creación de un discurso unificado, que no solamente sean palabras, sino también una estrategia de presión en contra de la dictadura. Siempre hemos tenido el problema de que muchas personas hablan, pero sus discursos no van en consonancia con lo que denunciamos. Son esas disonancias en la oposición las que tenemos que corregir.
Es necesario que la oposición se reconozca a sí misma, que entendamos que nos necesitamos todos y todas, porque el pueblo está unido y sabe que quiere, sigue siendo consecuente con la demanda de justicia, libertad y democracia.
