8 de octubre 2018
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La fusión de la Nica Act y la Ley para los Derechos Humanos y la Lucha contra la Corrupción en Nicaragua, aprobada el 26 de septiembre en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, conocida ahora como la “Ley Magnitsky nica” diseñada para sancionar al régimen de Daniel Ortega, podría ser aprobado antes de que termine el año por “consentimiento unánime”, afirmó Arturo Cruz, exembajador de Nicaragua en Washington.
El exembajador de Nicaragua en Washington, explicó en el programa televisivo Esta Semana, que en el proyecto de ley, los senadores han excluido a los familiares de la pareja presidencial y a los militares de los sujetos que podrían se objeto de sanciones.
Pregunta: ¿Cuáles son los plazos políticos que tiene en el proceso legislativo de Estados Unidos la eventual aprobación de la fusión de estas dos leyes que le llaman popularmente la Magnitsky Nica? ¿Se aprobará este año?
R: Sí. Definitivamente tiene que aprobarse. Recordá que el 115 Congreso termina a finales de diciembre y si no se aprueba para entonces, la ley tiene que ser reintroducida el próximo año. Siempre he sido cuidadoso en anticipar los procedimientos del Congreso Norteamericano. Puedo concluir casi con certeza que será aprobada antes del 115 Congreso. Hay una voluntad política notable.
P: ¿La ley tiene un apoyo bipartidista?
R: Para darte una idea, el proyecto de ley del senador Menéndez fue introducido el 18 de julio en la tubería. El receso de agosto siempre es prolongado, y sin embargo, el 26 de septiembre, el Comité en pleno de Relaciones Exteriores, con la venia del senador Bob Corker, el republicano presidente del Comité, se hizo lo que se le conoce como el markup. Y ahí fue donde definitivamente se fusionaron los dos proyectos de ley.
Ya el tres de octubre, hace unos días, se puso ese proyecto de ley en el calendario del Senado en pleno para que sea aprobado y obviamente va a ser aprobado por lo que se conoce como consentimiento unánime.
Como se modificó el proyecto de ley, tiene que regresar a la Cámara. El problema con la Cámara es que en este momento está en receso, y está en receso prolongado, porque toda la Cámara está en proceso electoral y durante ese receso hay sesiones que se le conocen de proforma. Muchos alegan que en esa sesión de proforma puede pasar ese proyecto de ley que saldría del Senado a la Cámara y pasaría por suspensión de la regla.
En el peor de los escenarios, supongamos que eso no se puede, pasaría definitivamente en la famosa sesión del “pato herido” que le llaman, que es después de las elecciones legislativas a principios de noviembre. Entonces viene ya el viejo congreso a juntarse de nuevo y ahí definitivamente no hay forma, veo yo, de que esto no sea aprobado en la Cámara. Y de ahí va al escritorio del presidente.
P: ¿Qué pasa después? El Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro indicarían quiénes son los sujetos políticos o económicos nicaragüenses o allegados al régimen, que serían objeto de sanciones de la Magnitsky Nica. ¿Cuáles son los alcances de esas sanciones?
R: El proyecto de ley original que tiene que ver con el Nica Act incide en préstamos del futuro, no necesariamente en la cartera activa y no en todos los préstamos, porque todo lo que tiene que ver con ayuda a programas de necesidades básicas, la ley de los Estados Unidos, es muy protectora de ese tipo de programas. Pero sin duda alguna tiene un impacto, no solamente en términos de los préstamos del futuro, sino sicológicos también.
En cuanto al otro proyecto de ley que es por el cual creo yo que hay entusiasmo de parte de todos los miembros del Senado y de la Cámara, es una “Magnitsky nicaragüense”. Ese es un proyecto de ley que le dice al Departamento de Estado que con la cooperación de la comunidad de inteligencia en 180 días desde que se promulga la ley, debe presentar un informe sobre los principales miembros del Gobierno, de la Corte Suprema, del Consejo Electoral y miembros de la Asamblea, en el que se detalla quiénes ellos perciben como violadores de derechos humanos o involucrados en actos de corrupción. Y sobre la base de ese informe, tomar sanciones.
En este proyecto de ley que es el que se discutirá en la Cámara pronto, una vez que el Senado lo apruebe por consentimiento unánime, se excluyeron explícitamente a familiares del presidente y de la vicepresidenta, y se excluyeron a miembros del Ejército. Pero a la misma a vez, esta es una ley que caduca hasta en el 2023, o sea, que si hubiera un ejercicio de insistir en reelegir al gobernante actual o a la vicepresidenta que se quisiera elegir, esta ley es un mensaje diciéndoles, esto se termina en diciembre de 2023.
Fachada del edificio del Capitolio, en Washington DC. EFE/Michael Reynolds.
P: ¿Lo que estás diciendo es que miembros de la familia presidencial están excluidos de ser sancionados por ese tipo de ley?
R: No está expresamente. Ahora, eso no quiere decir que en el Global Magnitsky no se pueda tomar esa medida. Pero este proyecto de ley, es uno de los proyectos de ley que te define quiénes son los que van a estar puestos bajo la lupa, y excluyeron a los militares y a los miembros de la familia del Gobierno.
P: Cuando hablas de los militares estás hablando a nivel individual. La institución militar que tiene inversiones en EEUU en la bolsa de valores. Escuchamos al senador Rubio y a la congresista Ileana Ros-Lehtinen propone que se sancione ese tipo de inversiones. ¿Eso está excluido?
R: Indiscutiblemente creo que hay voluntad no solamente de los miembros del Congreso, sino del propio Departamento de Estado, vía el Tesoro, de empezar a ver qué medidas se pueden tomar en cuanto a las inversiones del Ejército como institución en los Estados Unidos.
Elecciones anticipadas o colapso económico
P: ¿Qué persiguen los promotores de esta ley y sus respectivas sanciones? ¿Esperan que el presidente Ortega como resultado de estas presiones negocie elecciones anticipadas, o que se produzca una retaliación o una escalada de represión, como ya está ocurriendo en el país? El presidente Ortega tiene su propia “Ley para Financiamiento del Terrorismo” que puede aplicar indiscriminadamente.
R: Independientemente de que si estás en el Congreso o en el Ejecutivo, la verdad es que hay un consenso total en cuanto a que con este Gobierno, con el régimen presente, hay un gran rechazo emocional, inclusive. Eso no quiere decir de que ellos no tengan el reconocimiento de que sí hay una opción política de elecciones adelantadas en un contexto de una arquitectura política nueva, que ellos no estén dispuesto con entusiasmo, a pesar de todas esa reservas, de tomar en cuenta esa salida.
Pero la verdad del caso es que si de alguna manera no ven esa posibilidad realizándose en los próximos meses, aprovechando inclusive la venida del nuevo embajador (Kevin Sullivan quien todavía no está confirmado). Ellos quieren aprovechar esa ventana de oportunidad que representa el nuevo embajador, y tomando en cuenta que este es un proyecto de ley que todavía tiene su tiempo, para ver si de alguna manera independientemente de que hay mucho escepticismo hacia la buena voluntad del Gobierno, pueden encontrar esa salida anticipada.
Porque ellos le temen a un escenario, y te lo dicen de manera callada pero te lo dicen, que es una economía destruida y el presidente gobernando.
P: Si esa puerta se cierra y si por el contrario se recrudece es el curso de represión, que ya está imponiendo el presidente Ortega en Nicaragua, y por el otro decrecimiento y colapso económico, ¿cuál es el futuro?
El portaaviones como te lo he dicho en otras ocasiones sigue su dirección. Van a ir escalando.
P: Un portaaviones es una nave militar ¿Estás hablando de esa clase de opciones?
R: No, esa opción está fuera del juego totalmente y hay que ser muy claro, e inclusive se los aclaró en algún momento algunos funcionarios destacados de la diplomacia norteamericana, de que no esperen eso. Portaaviones es como metáfora, en el sentido de que una vez que establece una dirección, moverlo una pulgada es muy difícil.
Fisuras del régimen pueden convertirse en grietas
P: ¿Cómo ves la prolongación de ese escenario en Nicaragua? Hay gente que dice que se puede repetir lo que ha pasado en Venezuela o Siria. ¿Es replicable ese tipo de prolongación de una crisis en el país?
R: La economía nicaragüense es en extremo frágil, este era un crecimiento que había que cuidar y darle una arquitectura política que nunca se le dio, para que fuera sustentable en el tiempo. Y uno de los grandes temores que personalmente yo tengo, es por ejemplo los logros (económicos) que se han realizado en la Zona Franca, sabiendo que más adelante muchos de estos empleos se van a ver complicados, y que volver esos empleos después de que la relación se normaliza, es muy difícil.
Indiscutiblemente los norteamericanos no quieren llegar a ese escenario, pero es que independientemente de que sí quieran o no quieran, ya se estableció una línea y es casi por inercia. No es que nadie la está dirigiendo de manera explícita y que digan ‘ahora vamos a hacer esto o aquello’. No. Se estableció una política que es ‘usted da una salida política adelantada en el contexto de una nueva arquitectura política y nosotros podemos conversar’. Si no, las medidas se van a ir tomando casi por inercia.
P: ¿El colapso económico de esta economía frágil que estás describiendo puede ser un incentivo para un arreglo político o para que se profundice esa inercia?
R: Ojalá que sea para un arreglo político, pero si no, la inercia ahí está.
P: El Frente Sandinista, el aparato gubernamental, la maquinaria oficial que en este momento aparece cooptada y alineada con Daniel Ortega y Rosario Murillo, ¿puede aportar a la solución de esta crisis o está completamente sometida a esa lealtad personal?
R: Esa pregunta es central, sobretodo porque si se fuesen a dar elecciones anticipadas, es indiscutible que el aparato sandinista se complica, porque en ese contexto, está el tema de candidaturas, y en este momento hay voces subterráneas de individuos muy fuertes, con cierta militancia histórica, que no hay dudas, abrirían esta discusión.
P: Y en el escenario de una crisis que no hay elecciones anticipadas, ¿esa maquinaria oficial, la burocracia civil y militar, también colapsaría con el régimen, o tiene algún espacio político para tomar acciones?
R: Es que ahí viene el tema. Este proyecto de ley enfatiza más el tema de las sanciones, que el tema de los (bancos) multilaterales, por ponerlo así. Y no hay duda que tiene un propósito también dirigido a crear esas fisuras, que ya están, lo que pasa es que esas fisuras se pueden volver grietas.
La advertencia del Tesoro
P: ¿Cómo se interpreta el anuncio que hizo el viernes la Red de Delitos Financieros del Tesoro en la que alerta sobre posibles movimientos de fondos provenientes de la corrupción gubernamental de Nicaragua hacia el sistema financiero de Estados Unidos?
R: Básicamente es una manera de decir que el Tesoro está vigilante y que el tema de Nicaragua es prioridad, y que está en su lupa. Y ya el Tesoro pareciera que se está alineando plenamente con todas las diferentes instancias del Ejecutivo.
Recordá que al Tesoro este tipo de medida no dejan muchas veces de no ser de su gusto. Pues bien, esta es una manera de identificarse plenamente en esa línea, y son a ellos que les corresponde en gran medida aplicar parte de esta ley.
P: ¿En este momento hay algún hilo de comunicación o negociación entre el presidente Ortega, Washington, la OEA y la ONU?
R: La última vez que de alguna manera hubo una reunión entre el Gobierno y los miembros del Ejecutivo y después con el Senado, fue hace algún tiempo cuando el canciller nicaragüense se reunió con el embajador Trujillo, se reunió con el equipo principal del Departamento de Estado para América Latina, y posteriormente tuvo una reunión con el senador Rubio, y el embajador Campbell estaba presente en eso. A partir de ese momento pareciera que no hay comunicación.
