16 de abril 2023
En la víspera del quinto aniversario de la Rebelión de Abril, los nicaragüenses de la diáspora y el exilio realizaron misas, ferias, plantones y marchas en España, Estados Unidos, Costa Rica, Canadá y otros países para continuar denunciando las violaciones de derechos humanos en Nicaragua, demandar justicia, reparación y no repetición.
La mayor concentración tuvo lugar este domingo en Miami, Florida, Estados Unidos, donde la comunidad nicaragüense marchó primero por las principales vías turísticas de la ciudad y luego realizaron una segunda manifestación desde el templo de Santa Ágatha —que actualmente acoge al obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez— hasta el parque Rubén Darío.
La primera manifestación realizada en Miami, denominada la marcha de las cruces, tuvo un recorrido de cuatro kilómetros aproximadamente. Activistas políticos, excarcelados, universitarios y defensores de derechos humanos cargaron cruces de madera y ondeaban la bandera de Nicaragua para denunciar al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Antes de la segunda manifestación en Miami, los nicaragüenses participaron en la misa dominical en el templo de Santa Ágatha oficiada por monseñor Báez, quien recordó a los 355 nicaragüenses asesinados durante las protestas de 2018 y brindó un mensaje de esperanza para sus familiares y todas las víctimas del régimen.
“Hoy hacemos memoria de ellas (las víctimas) no para odiar y pedir venganza, ni para reproducir en nosotros los mecanismos criminales del opresor. Recordamos a las víctimas para orar por ellas y sus familias, para no repetir las injusticias del pasado y honrar su memoria exigiendo justicia y comprometiéndonos por el ideal por el que ofrendaron su vida”, expresó el obispo carmelita durante la homilía.
Báez, quien se encuentra en el exilio desde 2019 por una solicitud del papa Francisco, también invitó a los asistentes a la misa a que trabajen en favor de la unidad. “Después de años dolorosos de represión, injusticia y muerte, seguimos divididos y enfrentados. La polarización es muy grande, pareciera que estamos condenados a no entendernos ni unirnos jamás. No hay paz social sin paz interior en las personas”, subrayó.
También reflexionó sobre las heridas que ha causado el régimen en el pueblo nicaragüense: “Los pueblos sometidos, apresados y exiliados, privados de sus libertades e irrespetados en sus derechos humanos son pueblos con heridas sangrantes. Esas heridas van a resucitar, como las de Jesús. Creer en el Señor resucitado es vivir con la certeza de que las llagas del pueblo no son para siempre” agregó.
Báez recuerda el "espíritu" de abril
En posteriores declaraciones a la prensa, Báez señaló que las protestas del 18 de abril de 2018 marcaron un hito histórico en Nicaragua que no debe ser olvidado, porque se creó, dijo, un tipo de convivencia que debe volverse un modelo para el futuro.
"Allí desaparecieron los colores políticos, no hubo ideologías excluyentes, nadie se peleó con nadie. Allí todos pensamos en Nicaragua y por eso el espíritu de abril debe permanecer para el futuro. Nicaragua va a ser mejor y distinta solo si seguimos fieles al espíritu que a todos nos unió en abril de 2018", manifestó el obispo.
Reiteró su reclamo por la "libertad incondicional e inmediata" del obispo de la diócesis de Matagalpa, Rolando Álvarez, un crítico del Gobierno de Ortega quién se encuentra en la cárcel La Modelo.
"Yo creo que Rolando no debe estar en la cárcel, porque es inocente", señaló Báez.
Interrogado sobre las arremetidas de Ortega contra la Iglesia católica y la reciente declaración del 19 de abril como el Día de la Paz en Nicaragua, el obispo auxiliar de Managua dijo que hay que saber interpretar el lenguaje del presidente, porque no gobierna para Nicaragua sino para sus bases.
"En el fondo, cuando lo oímos hablar así debemos pensar que es signo de debilidad, de desesperación. Sabe que está solo dentro y fuera del país", agregó.
Protestas en diferentes partes
Al final de la celebración religiosa, los asistentes marcharon hacia el parque Rubén Darío en Miami alzando cruces, la bandera de Nicaragua y la fotografía del obispo de la diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, condenado por el régimen a 26 años de cárcel por supuestos delitos de conspiración.
Otro grupo de nicaragüenses en Washington DC, Estados Unidos, se manifestó en Freedom Plaza, un lugar de reunión para protestas políticas y mítines en ese país. Ahí gritaron consignas y denunciaron las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses.
En Costa Rica, un grupo de mujeres nicaragüenses realizó la Feria Pinolera de Abril. En el evento expusieron fotografías de mujeres durante las protestas de 2018, el fallido diálogo nacional y de las presas políticas del régimen nicaragüense.
En España la comunidad nicaragüense se manifestó la noche del sábado. Un grupo de compatriotas se congregó en la Plaza de España, en Zaragoza, donde proyectaron videos cortos sobre la situación sociopolítica de Nicaragua y demandaron justicia y libertad para los más de cuarenta presos políticos del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Finalmente, un grupo de nicaragüenses en Toronto, Canadá, realizaron un plantón para demandar las violaciones a los derechos humanos cometidas por el régimen de Ortega y demandar libertad para los presos políticos.