13 de febrero 2024
Las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer (LGBTIQ+) continúan siendo víctimas de constantes discriminaciones y agresiones en Nicaragua, siendo las mujeres trans las que sufrieron más de la mitad de estos hechos durante 2023, de acuerdo al informe anual del Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGTBIQ+ en Nicaragua.
Según el documento, en 2023 se registraron al menos 42 denuncias de agresiones de personas LGBTIQ+ en todo el país. De estas, en 22 casos las víctimas fueron mujeres trans. En 14 casos las víctimas fueron homosexuales, en 4 casos eran lesbianas, 1 hombre trans y 1 persona no binaria.
Sin embargo, advierten que hay un subregistro, porque muchas de las víctimas no se atreven a denunciar por temor, para no sufrir más discriminación, por la inacción de las autoridades o porque "la respuesta de la justicia sigue siendo deficiente o inexistente en la mayoría de los casos".
Tres personas LGTBIQ+ asesinadas por crímenes de odio
El Observatorio, que pertenece a la Asociación Feminista La Corriente, documentó en 2023 tres delitos de odio por motivos de orientación sexual e identidad de género. El primero fue el caso de Juana Mena Hernández, "mujer trans que falleció el 7 de marzo del 2023, tras ser golpeada brutalmente por su pareja Sidar Murillo, capturado posteriormente por la Policía en Masaya".
El segundo delito de odio registrado fue el de un adolescente de 16 años, asesinado por su padre en la comunidad El Aguacate, en Jinotepe, Carazo. Tras intentar salvar a su madre de la brutal paliza que le propinaba Juan Ramón García Martínez, el adolescente fue atacado con un arma blanca que le provocó heridas de gravedad.
"Algunos vecinos del lugar señalaron que el agresor lo rechazaba abiertamente por tener ‘otras preferencias sexuales’ y que lo había amenazado en reiteradas ocasiones", indica el informe.
El tercer crimen de odio fue el de “La Mendoza”, “mujer trans de 36 años, cuyo nombre impuesto es Ariel José Mendoza Espinoza, asesinada el 7 de abril, ocho días después de ser reportada como desaparecida”. Ella habitaba en el barrio Villa Canadá, Managua, y se ganaba la vida vendiendo dulces en el mercado El Mayoreo.
El cuerpo de "La Mendoza" fue encontrado en un predio baldío con signos de violencia y “semiquemada”. De acuerdo con las investigaciones de la Policía fue presuntamente estrangulada.
Los lugares más peligrosos en Nicaragua
El Observatorio detalla que los lugares donde ocurrieron la mayor cantidad de situaciones de violencia y discriminación contra las personas sexualmente diversas fueron, en primer lugar, las viviendas o casas de habitación (12) y, en segundo lugar, las calles (10).
Otros lugares donde también ocurrieron situaciones de violencia y discriminación contra las personas LGBTIQ+ fueron mercados (3), bares y restaurantes (3), Zona Franca (2), centro de salud (1), centro de trabajo (1), universidad (1), parque municipal (1), motel (1), transporte público (1), callejón (1), hospital (1), predio baldío (1), Iglesia católica (1), instituto técnico (1), frontera terrestre (1), y redes sociales (1).
Los municipios donde se registraron la mayoría de los hechos fueron: Managua (17 casos), Chinandega (4), Nagarote (3), Masaya (2) y Bluefields (2).
En los siguientes municipios se registró una denuncia: Villa El Carmen, Los Brasiles, Mateare, Granada, Jinotepe, El Viejo, Chichigalpa, Puerto Cabezas, Peñas Blancas, Isla de Ometepe, Rivas, León y Ocotal.
Agresiones verbales y físicas a mujeres trans
En los primeros tres meses de 2023 una mujer trans perteneciente a la etnia creole "fue víctima de una brutal golpiza por parte de un vecino en el barrio Punta Fría de Bluefields", indica el informe.
"Según la agredida, mientras el agresor la golpeaba y amenazaba con matarla, le dijo que lo hacía porque 'me caen mal los homosexuales', dejando claro la directa relación entre los discursos y los crímenes de odio", refiere el documento.
A mediados de 2023, el Observatorio también reporta que una mujer trans "fue agredida verbalmente" por una funcionaria pública, por haber asistido a un acto de entrega de diplomas con vestimenta "femenina".
"Esta actitud abiertamente discriminatoria contrasta no solo con lo establecido en la Constitución Política, sino con normativas difundidas por instituciones del Estado que prometen combatir la discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género", denuncia el informe.
Otro caso documentado en el tercer trimestre de 2023, fue el de una agresión sufrida por un grupo de mujeres trans en la ciudad de Mateare, tras salir de una fiesta municipal. "Cinco hombres les pidieron dinero para comprar una botella de licor, ante su negativa las persiguieron y agredieron", relata el Observatorio.
"A mí me agarraron dos, me golpeaban como si fuera una piñata, me reventaron la nariz, la boca, solo les pedía que no me mataran, yo sentía que ya me enterraban algo”, denunció una de las mujeres trans.
Otra de las denuncias registradas fue el de una mujer trans de 41 años que fue víctima de "un violento ataque cuando caminaba con una vecina y un pariente a tomar taxi". Un hombre, sin motivo alguno empezó a gritarle insultos y al pedirle que cesara la golpeó por la espalda con un objeto y luego le quebró la nariz.
El Observatorio también denunció delitos sexuales contra la población LGBTIQ+, como el caso de una mujer trans que decidió regresar a Nicaragua luego de haber emigrado a Costa Rica, quien fue detenida por militares.
"Yo venía con otras personas, nos detuvieron y nos pidieron que le diéramos dinero para dejarnos pasar, yo no traía mucho, con costo lo de mi transporte, pero por miedo tuve que darle una parte; dejaron ir al resto, a mí no, uno de ellos me dijo, así, descaradamente, chupámela si no, no te vas. Tenía mucho miedo, yo estaba dispuesta hacer todo para que no me hicieran nada. Otro de ellos decía, dale cochón colaborá, si no, aquí vas a pasar y tenés que darnos más billete”, relató la víctima.
Deficiente respuesta de las autoridades
Al analizar las situaciones de violencia y discriminación ocurridas durante 2023, el Observatorio menciona que el peso de una cultura conservadora, discriminatoria y profundamente machista está en la base de la violencia que sufren las mujeres y cuerpos disidentes.
"En Nicaragua no existen centros públicos de atención/refugio para las víctimas de la violencia machista, incluyendo la violencia que se ejerce hacia los cuerpos disidentes, por lo que las víctimas se ven obligadas a convivir con los agresores cuando estos pertenecen al entorno familiar, laboral o comunitario incrementando los niveles de vulnerabilidad, o bien huir para ponerse a salvo de las agresiones", destaca el informe.
“Las instituciones públicas también forman parte de ese entramado cultural opresivo, castigador y violento que, actuando al margen de los marcos nacionales e internacionales de derechos humanos, los coloca no solo como cómplices, sino como perpetradores de la violencia”, señala el informe.