14 de mayo 2025

50 kilómetros por hora, el nuevo límite de velocidad en las carreteras de Nicaragua

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD 4D
PUBLICIDAD 5D
Inseguridad, desempleo, escuálidos salarios, crisis política, limitaciones económicas y corrupción, siguen siendo el día a día de los nicaragüenses
Un grupo de mujeres venden alimentos en una calle de Managua, el 30 de abril de 2025. // Foto: EFE/ STR
La desesperanza sigue siendo moneda corriente en Nicaragua, un país donde tres de cada cuatro personas declaran que no tienen dinero suficiente para cubrir sus necesidades, y 96.2% vive en una sensación de inseguridad. De ahí que casi dos tercios (63.1%) de las personas que contestó el décimo sondeo de Hagamos Democracia, dijo que se iría de Nicaragua si tuviera oportunidad. Al final, se han ido tantos que el 25% de los consultados dijo tener un familiar que emigró en los últimos tres meses.
Cuatro veces al año, Hagamos Democracia coordina la realización de una consulta entre ciudadanos que aún viven en el país. En este décimo ejercicio, el universo de los consultados pasó de 200 a 400 personas, mientras se ampliaba el número de municipios, desde los 20 de los sondeos anteriores, hasta los 37 en la actualidad.
El presidente de Hagamos Democracia, Jesús Téfel, reconoce que no le puede llamar encuesta, dado que este ejercicio no tiene los rigores necesarios para calificar como tal. En las circunstancias actuales, en Nicaragua no es posible hacer una encuesta sin poner en peligro a encuestados y a encuestadores. Con todo, defendió la utilidad del ejercicio, porque “permite auscultar el día a día de las personas que siguen viviendo en Nicaragua”.
Más de tres cuartas partes de los consultados (76.6%), declaró que sus ingresos son insuficientes para cubrir sus gastos mensuales. Sus salarios explican claramente por qué: 16.2% indicó que gana entre 3500 y 5000 córdobas. Otro 19.2% reportó ingresos en el rango de 5500 a 7000. 31.7% devenga entre 7500 y 10 000, y solo la quinta parte (21.7%) obtiene más de 11 000 córdobas.
Es agobiante leer que la sexta parte de los consultados gana “entre 3500 y 5000 córdobas”, pero como señala el Informe “un alarmante 11.22% de los participantes en esta encuesta indicó que sus ingresos mensuales son iguales o menores a C$ 3500, es decir, aproximadamente iguales o menores a US$ 95, conforme a la tasa de cambio estática de C$ 36.84”.
Esos niveles de ingreso se corresponden con la precariedad del empleo. El ejercicio estadístico encontró que el 35% de los consultados indicó que sí tiene empleo. 20.7% respondió que no lo tiene. El 45% que queda en medio, declaró trabajar por cuenta propia. Las respuestas difieren sobremanera de las alegres estadísticas del Banco Central de Nicaragua que proclaman -sin decirlo- que el país ha alcanzado la utopía del pleno empleo.
El 97.3% de las personas que respondieron al sondeo presentaron en conjunto, una sensación mayoritariamente negativa. El Informe destaca que manifestaron “una visión pesimista y desalentadora sobre el futuro del país”, mientras que solo 2.7% expresó lo contrario. “Estos resultados reflejan la persistencia de una situación política y social adversa que no ofrece señales de mejora para la población nicaragüense, mientras no se resuelvan los principales problemas nacionales, especialmente los de carácter político y su impacto en el flujo migratorio, tanto regular como irregular”, añade.
Aunque la política, la libertad y la democracia importan, el dinero importa aún más. El 51% dijo que su pesimismo se fundamenta en razones económicas, mientras otro 40% citó a la crisis política que se venía incubando en el país, y explotó en abril de 2018. El 9% restante apuntó a la corrupción.
Todo ese conjunto de datos mantiene casi inalterable una realidad: el nicaragüense sigue buscando soluciones más allá de su propia tierra. Si en la consulta de septiembre de 2024, el 69.7% expresó su anhelo de emigrar, el ejercicio de abril encontró que 63.1% de quienes respondieron el cuestionario dijo que migraría si tuviera oportunidad.
El análisis de Hagamos Democracia considera que esa diferencia de 6.6 puntos porcentuales “empieza a marcar una leve tendencia a bajar respecto a consultas anteriores”. Al tratar de entender las razones de ese descenso -siendo que el país no ha mejorado ni parece que vaya a hacerlo pronto a un nivel que satisfaga a la mayoría de los ciudadanos- las miradas apuntan en dirección a Washington y a su ciudadano más relevante: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Al respecto, se menciona el endurecimiento de las leyes y medidas migratorias; la eliminación del parole humanitario, el fin del programa de movilidad segura y la política que busca aumentar las deportaciones, como elementos que pueden haber disuadido a quienes pensaban emigrar. Otra posibilidad es que los que querían irse, ya se fueron. El cierre de las fronteras nicaragüenses para quienes quieren volver al país sería un elemento disuasorio más, ante la percepción de que, si migran, podría ser que no pudieran volver a entrar nunca a Nicaragua.
Tres son los destinos preferidos de la mayoría: Estados Unidos (52%); España (27%); Costa Rica (18%). El resto mencionó otros destinos, siendo Canadá el más nombrado.
Corrupción e inseguridad configuran un caldo de cultivo que se combina para profundizar la desesperanza. Dado el carácter local de la consulta, se les preguntó si conocían actos de corrupción en sus municipios. Un alarmante 72.3% respondió que sí. Entre los principales actos de corrupción atestiguados, destacan: uso indebido de bienes públicos (68.3%); nepotismo (51.7%); malversación de fondos públicos (34.8%); licitaciones amañadas (34.5%); sobresueldos (20.0%).
El presidente de Hagamos Democracia, Terán, teoriza que si la corrupción municipal es tan evidente que 72.3% de los consultados la ha atestiguado, (en particular, ese 51.7% que habla de nepotismo) pudiera ser porque “las purgas, y el cierre de los círculos de poder, los obligan a contratar gente de su entorno”. Familiares, pues.
“¿Qué más nepotismo que el que vemos en la copresidencia, en donde tienen a todos los hijos trabajando? Eso de alguna manera ha venido bajando a otros niveles -como el de los secretarios políticos- que ponen a sus hijos, a sus hermanos, a sus cuñados en puestos clave. Los alcaldes también tienen a sus familiares trabajando en las alcaldías”, describió Terán.
La percepción de inseguridad sigue siendo alta: 96.3% cree que la criminalidad ha aumentado, dato que coincide con el del trimestre pasado. “Esto denota que la situación de seguridad ciudadana en el país se mantiene en deterioro, sin que los aparatos policiales y judiciales demuestren la capacidad o el interés de hacerle frente a esta creciente crisis”, dice el Informe.
Esa sensación de inseguridad se atribuye en especial a tres factores, siendo el primero la presencia de grupos armados irregulares. Contar con el consentimiento de las fuerzas del orden les permite delinquir libremente y actuar en coordinación con el régimen para reprimir opositores. El segundo es tener unas fuerzas de seguridad enfocadas en el control político, en lugar de perseguir delitos o garantizar la seguridad ciudadana. El tercero, es la liberación de miles de presos comunes que están siendo enviados a sus hogares.
En el fondo, la sangría constante de ciudadanos es vital para que muchas familias puedan subsistir. Casi la mitad de los consultados (43.9%), dijo recibir remesas familiares, mientras que el 56.1% restante indicó que no. El 69% de los que sí las reciben, indicó que este ingreso es fundamental para su subsistencia, ya que sin él no podrían cubrir sus gastos hasta fin de mes, resaltando la alta dependencia de la economía nacional con respecto a esas transferencias.
Las remesas “constituyen una prioridad para los migrantes y un sostén fundamental para sus familias dentro del país. Sin embargo, este fenómeno también beneficia al Gobierno, ya que contribuye a la sostenibilidad macroeconómica y fortalece el colchón financiero del Estado, reflejado en el aumento de las reservas internacionales del Banco Central”, señala Hagamos Democracia.
PUBLICIDAD 3M
Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.
PUBLICIDAD 3D