27 de diciembre 2017
Managua es un caos. Las deficiencias del transporte público, el atasco del tráfico que ahora ya no se limita a las tradicionales “horas pico”, el mal uso de suelo, y otras consecuencias del crecimiento desordenado de la ciudad, necesitan atención con urgencia, y la cooperación japonesa tiene en marcha la elaboración de un Plan Maestro de Desarrollo Urbano para la ciudad de Managua, que estaría listo en las próximas semanas.
Durante décadas, la cooperación japonesa ha prestado atención a la infraestructura vial de Nicaragua. Al menos veinticuatro de los principales puentes que conectan diferentes zonas urbanas y productivas del país han sido construidos con ayuda del pueblo nipón. Ahora, es el turno de la capital.
El embajador japonés Yasushi Ando está convencido de que en Managua urge mejorar la circulación vial y encontrar nuevas formas para construir la ciudad, una capital huérfana de centro desde el terremoto de diciembre de 1972, cuyo fantasma nunca ha dejado a su población que hoy fácilmente supera el millón de habitantes. Ante cada construcción, particular o pública de la capital, la pregunta que nunca falta es: ¿y si hay un terremoto? El embajador Ando responde con firmeza: “Japón sabe de eso”.
La Managua del futuro
“Las calles y avenidas ya no aguantan más con solo rotondas. Se necesitan ampliar avenidas y calles y encontrar otros sistemas para el mejoramiento vial que alivien el tráfico de Managua”, afirma el embajador, que ha hecho una carrera diplomática de más de treinta años en países de Latinoamérica y tiene dos años y medio en Nicaragua.
El Plan Maestro de Desarrollo Urbano para la ciudad de Managua está a cargo de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), que ha adelantado que la capital necesita tener cuatro sistemas de transporte masivo en el mismo número de ejes viales, en una ambiciosa modernización que tomará unos veinte años. Pero el diplomático detalla que hay otras medidas de corto plazo que comenzarán con el proyecto de ampliación de la Pista Juan Pablo II y otras inversiones en la congestionada Carretera a Masaya.
Una de las propuestas que se están evaluando, afirma el embajador, es la habilitación de una “vía especial” para autobuses, que ilustra con las construcciones del Transmilenio que funciona en Colombia, o el Transantiago, de Chile.
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Además, menciona que se estudian otras ideas para aliviar el transporte público, como la habilitación de un tren, que sabe despierta varias nostalgias en Nicaragua, aunque su nueva versión sería un sistema más moderno, de llegar a concretarse.
Un borrador del Plan Maestro de Desarrollo Urbano para la ciudad de Managua, discutido en diciembre de 2016 y al cual tuvo acceso CONFIDENCIAL, revela que algunos de los principales problemas identificados en Managua son: incremento del volumen de tráfico, red vial insuficiente, mala condición de las vías y andenes, falta de lugar para parqueo e insuficientes señales de tráfico. Además, ubicación y funciones problemáticas de las terminales de buses, insuficiente número de ingenieros de tráfico y planificación de transporte insuficientes y falta de control de operación del transporte público.
Una vez que JICA concluya el Plan Maestro, corresponderá a las autoridades nicaragüenses tomar una decisión al respecto. “Esto está en manos (de ellos) después de que hagamos la presentación del Plan Maestro, para que lo estudien y examinen y puedan escoger el mejor proyecto adecuado para Nicaragua (…) Ojalá que decidan tan pronto (sea) posible”, estima el embajador.
Además, el diplomático considera que es necesario que se haga una licitación internacional de los proyectos, en los cuales no duda que Japón pueda participar para mejorar la reconstrucción y “liberación” de las vías de Managua. “Eso —destaca— es muy importante, porque en este momento solo se está agrandando para afuera”.
El embajador también señala la necesidad de no olvidar la conservación de las áreas verdes y, en ese sentido, cree que es tiempo que Managua apueste por la extensión urbana en construcciones verticales, que podrían ser de diez o veinte pisos. “No debe haber miedo —sostiene— Japón tiembla más”.
Descarta apoyo económico a OEA
El embajador Yasushi Ando considera que “sin lugar a dudas el principal símbolo de la cooperación japonesa en Nicaragua son los veinticuatro grandes puentes que hemos construido por todo el territorio nacional”, desde el establecimiento de la cooperación económica y técnica en 1990.
“También —agrega— hemos construido dos hospitales generales de referencia nacional, 33 centros de salud y más de 490 centros escolares”. En total, desde 1990 a la fecha, la cooperación japonesa ha otorgado a Nicaragua 970 millones de dólares.
El diplomático explica que cada año, generalmente en agosto, Japón participa en una reunión técnica con autoridades de la Cancillería de la República para definir los planes de cooperación de ese período, basados en los ejes o pilares de la política de cooperación económica que su país traza para cada década.
La política vigente para los próximos años en Nicaragua fue elaborada en marzo de 2013 e incluye tres ejes. El primero es el apoyo a la infraestructura social para mejorar la base económica de Nicaragua. El segundo es el desarrollo social para las poblaciones empobrecidas de zonas rurales y barrios necesitados de la capital, con atención en educación, salud e higiene. Y el tercero es la conservación del medioambiente con énfasis en la prevención de desastres y el ahorro energético.
Con base en esos ejes, el embajador descarta la posibilidad de que Japón apoye económicamente o sea parte de algún fondo para financiar los más de 18 millones de dólares que la Organización de los Estados Americanos (OEA) busca para un programa de trabajo de tres años en Nicaragua. La OEA firmó un acuerdo con el gobierno de Daniel Ortega, que también incluye una misión de observación para los comicios municipales de noviembre, pero aún no encuentra donante y el acuerdo está en impase.
“Japón ayuda directamente al pueblo nicaragüense, a personas que necesitan según los tres pilares importantes que hemos trazado (…) La OEA tiene que buscar una manera de organización de su presupuesto (…) No sé cómo están trabajando”, responde Ando.
La fecha para la reunión de este año en Cancillería aún no está definida, pero el embajador afirma que la comunicación con el gobierno actual “es fluida” y precisa que “Japón aún mantiene el alto nivel de cooperación con Nicaragua, siendo uno de los principales países cooperantes de manera bilateral en la última década”.
Justamente durante una visita a Nicaragua, en mayo pasado, el ministro de Estado para Asuntos Exteriores de Japón, Kentaro Sonoura, ratificó la voluntad del gobierno y pueblo japonés de “continuar una colaboración más estrecha con Nicaragua”, pero esta se concentra en la cooperación para infraestructura, educación, salud, producción y desarrollo rural y prevención de desastres naturales.
De 2006 a 2014, Japón ha aportado a Nicaragua 255 millones de dólares en cooperación financiera y técnica. El hospital regional de Boaco, una planta de generación de energía fotovoltaica en Carazo y el puente de Paso Real en Matagalpa, son algunos de los principales proyectos.
La construcción del Puente Santa Fe, en San Carlos, es otro de los proyectos insignias. El comandante Ortega viajó a San Carlos en marzo de 2012, para colocar la primera piedra de la obra, que menos de un año y medio después ya estaba concluida, pero Ortega no asistió a la inauguración.
[destacado titulo="Café nica con “grandes oportunidades”"]
*Nicaragua produce muy poca carne para la alta demanda de Japón, pero el café tiene un mercado potencial, asegura embajador Yasushi Ando
Las relaciones comerciales entre Nicaragua y Japón se registran desde el boom algodonero, en el Occidente del país, hasta las recientes inversiones de empresas japonesas en el sector manufacturero y las exportaciones de café, destaca el embajador Yasushi Ando.
Sin embargo, la comunidad japonesa en Nicaragua es de apenas 156 personas, que en su mayoría trabajan en la embajada nipona, la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) o son jóvenes voluntarios. No es el caso de Brasil, donde se cuentan a 1.6 millones o de Perú, donde son más de cien mil. Pero las marcas japonesas están muy presentes en el mercado nica, como Toyota, Mitsubishi o Nissan.
“Actualmente, Japón se encuentra entre los primeros puestos de participación en las exportaciones e importaciones de Nicaragua. Sin embargo, —contrasta el embajador— el nivel de exportaciones de Nicaragua aún es muy bajo para Japón”. En 2015, Nicaragua solamente tenía el 0.4% de la participación en el mercado nipón.
El producto estrella de Nicaragua es el café. Para ese mismo año, Nicaragua exportó a Japón 17.3 millones de dólares en café.
“En Japón hay café de cualquier país del mundo y el café nicaragüense tiene grandes oportunidades en el mercado japonés”, destaca el embajador, que cita como ejemplo cafés de Jamaica y Panamá que se venden muy caros. “Nicaragua también tiene muy buen futuro, si puede producir muy buena calidad café”, sostiene.
No ocurre igual con la carne, pues afirma que Japón es un mercado muy grande y exigente, mientras Nicaragua tiene una ganadería muy pequeña para su demanda. A cambio, sugiere apostar por exportar más calidad, aunque sea en pocas cantidades.
En Nicaragua funcionan unas seis empresas japonesas, con una de ellas generando 14 mil empleos en León. Además, existe el Foro de Negocios de Nicaragua – Japón, al que pertenecen una veintena de empresas nicas que tienen relaciones comerciales con la isla. [/destacado]