12 de diciembre 2023
Con la eliminación de los exámenes de aptitud y psicométrico, en tres de las mayores universidades públicas de Nicaragua, la dictadura se autoconcedió más “control político” en el proceso de admisión de estos centros, ya que —según catedráticos nicaragüenses— los orteguistas decidirán quién entra o no.
Para los académicos, esta “medida populista” no beneficiará a los bachilleres, ya que incrementará la demanda y disminuirá los filtros para la admisión.
Esta medida fue aplicada para las 13 carreras que ofrece la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), y una parte de la oferta educativa de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), en sus sedes de Managua y León.
Las únicas carreras que aún continuarán aplicando pruebas de habilidades y de aptitudes en la UNAN Managua y León son: Medicina, Bioanálisis Clínico, Odontología, Optometría Médica y Psicología debido a la alta demanda de admisión.
El examen psicométrico es una prueba de razonamiento a través de figuras que evalúa el nivel de aprendizaje, análisis y la valoración crítica de los estudiantes. Mientras, la prueba de aptitudes valora a través de preguntas de opción múltiple las habilidades y conocimientos básicos.
La suspensión de los exámenes se anunció días después que la dictadura reformó la Ley de Autonomía Universitaria, y traspasó el control de todas las instituciones universitarias al Consejo Nacional de Universidades (CNU), y prometió educación gratuita en las casas de estudios públicas.
“Están dejando a las universidades, que cumplen una función totalmente política, que tengan total discrecionalidad para decidir quién entra o no en ellas”, señala el académico Ernesto Medina.
Cancelación de exámenes no da más cupos
El proceso de admisión de las universidades sufrió reformas desde 2021, cuando el CNU eliminó los exámenes de admisión de español y matemáticas de todas las universidades públicas. Desde entonces, las casas de estudios superiores sólo aplican unas pruebas de aptitud y psicométrico.
El anuncio de 2021 provocó que la prematrícula en la UNAN-Managua incrementara el 67%, al pasar de 18 142 aspirantes en 2020 a 30 371 al siguiente año. Sin embargo, los cupos sólo alcanzaron para 12 200, un 40% de los solicitantes.
En 2022, hubo 27 500 aplicaciones de admisión, pero sólo 12 843 bachilleres entraron. Este año el número de aspirantes se redujo a 22 799 y hubo 13 775 cupos.
Lo mismo ocurrió en la UNAN-León que antes de la eliminación de los exámenes de español y matemáticas sólo había 11 000 aspirantes y después se elevó hasta 16 632.
En la UNI el número de postulantes se ha mantenido entre 3000 y 3200 desde 2020, y los cupos en 2000. Para ser admitido en esta universidad se tomaba en cuenta: el 80% los resultados de las pruebas de admisión y un 20% las calificaciones. Ahora la decisión será completamente en este último criterio.
¿Cuáles materias considerarán?
Tanto la UNI como la UNAN -León publicaron en sus redes sociales un escueto comunicado en el que informaban que ya no aplicarían ambos exámenes. Sin embargo, no detallaron cuáles son las materias a considerar en el promedio.
La UNAN-Managua sí describió en su página web que las materias que darán el promedio serán:
- Historia (IX grado),
- Geografía (X grado),
- Matemáticas (X y XI grado),
- Lengua y Literatura (X y XI grado),
- Química (X grado),
- Biología (XI grado)
- Física (X y XI grado).
Sin embargo, el documento de la universidad no detalla cuánto es el promedio para ser admitido en primera, segunda, tercera o cuarta opción. Se desconoce cómo se elegirán a los bachilleres.
Lo que sí han aclarado es que no podrán prematricularse ciudadanos que ya completaron una carrera universitaria, tengan o no el título. Ni los estudiantes que “estén suspendidos de manera definitiva o temporal por aplicación del Reglamento de Disciplina Estudiantil” de la UNAN o de otras universidades.
Eliminación de exámenes oculta educación precaria
Medina descarta que esta eliminación sea parte de un proceso de modernización ni de agilización, más bien “es un intento por cubrir los vacíos con que llegan los bachilleres a las universidades”.
Subraya que cualquier metodología en función de rendimiento académico o exámenes, pondrá “al descubierto el desastre que tenemos en la educación secundaria”.
Adrián Meza, exrector de la cancelada Universidad Paulo Freire, señala que en Nicaragua, desde hace años, los maestros de educación primaria y secundaria son “obligados” a aprobar a todos los estudiantes.
“Nosotros teníamos un programa de atención a docentes rurales (de secundaria) y una de las quejas recurrentes es que no podían aplazar (reprobar) a ningún estudiante”, comenta.
“Luego, si en la universidad, la lógica del sistema apunta hacia el desprecio por el mérito, el resultado final es un desastre”, lamenta.
Medina, quien fue rector de la UNAN-León, recuerda que los exámenes de admisión se implementaron ante la “desconfianza” de las notas presentadas por los colegios, porque había centros que “inflaban” las calificaciones para que sus egresados consiguieran cupos.
“Ahora volvemos a esa situación, que no se ha corregido, porque nadie controla lo que hacen los colegios con sus evaluaciones, con sus notas. El final de toda esta historia es que las personas que definen el ingreso a la universidad lo harán con criterios puramente políticos”, valora Medina.
El daño a la educación se verá reflejado a futuro, opina Meza. “Con qué capital humano y con qué nivel de calificación va a enfrentar Nicaragua los desafíos de su futuro?”, cuestiona y agrega “el legado del régimen Ortega-Murillo en materia de educación es realmente un legado de desastre, más allá de cualquier otra consideración política o ideológica”.