
25 de enero 2025
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Crean nueva estructura para dirigir el CNU y universidades son reducidas a obedecer, según reglamento publicado en La Gaceta
De izquierda a derecha: Ramona Rodríguez, presidenta del CNU y rectora de la UNAN-Managua; Almarina Oliveira Solís, vicepresidenta del CNU y rectora de la UNAN-León; y Jaime López Lowery, director ejecutivo del CNU nombrados por la dictadura de Daniel Ortega.
El Consejo Nacional de Universidades (CNU) fue transformado en un “órgano de fiscalización" al otorgarle poderes para que tome las decisiones sobre la educación superior y las universidades sólo deberán acatar lo que ordene la nueva estructura impuesta por la dictadura, refleja el reglamento de ley sobre su funcionamiento publicado en el diario oficial La Gaceta.
“Con este reglamento confirman la desaparición de la autonomía universitaria en su totalidad y las universidades pasan a ser un instrumento dirigido por un presidente omnipotente, con un gran aparato burocrático que sustituye todas las funciones que normalmente hace una universidad”, valora el académico, Ernesto Medina.
El Reglamento de Funcionamiento del Consejo Nacional de Universidades fue publicado un año después que la dictadura reformó, sin consultar, la Ley 89, Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior y la Ley 582, Ley General de Educación.
Las reformas cambian totalmente la estructura del CNU al crear una dirección superior integrada por un presidente, un vicepresidente y un director ejecutivo, nombrado por la Presidencia, por un período de cinco años. Antes el presidente y vicepresidente del CNU era elegido por los representantes de las universidades miembros de este órgano rector.
La participación de las universidades se reduce a un “Consejo Consultivo” del cual se desconoce sus funciones y queda “totalmente al arbitrio de la dirección superior que si quiere lo llama o no lo llama para consulta”, apunta Medina.
La presidencia y vicepresidencia del CNU está a cargo de las rectoras de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) y UNAN -León, Ramona Rodríguez y Almarina Oliveira Solís, respectivamente. El director ejecutivo es Jaime Francisco López Lowery. Este último es “la voz oficial del CNU, y dirige y coordina las instancias que la integran”.
Mientras, Rodríguez figura como la representante legal del CNU y es quien nombra a los directivos, a los miembros de las comisiones, suscribe contratos y convenios internacionales, autoriza la adquisición, enajenación y gravamen de los bienes, preside el Comité de Auditoría y Finanzas.
Tras la reforma, el CNU tiene la capacidad de "crear, administrar, regular y cancelar las universidades estatales, comunitarias e interculturales, así como las sedes de estas".
Además de estos tres funcionarios se crea una serie de direcciones, comisiones y subcomisiones que están a cargo de directores nombrados por la presidenta del CNU.
“Se crea una estructura gigantesca, súper pesada, con unas 18 direcciones. Yo no sé en qué ministerio hay 18 direcciones de segundo nivel de decisión. Y la pregunta es cuánto cuesta este aparato. ¿Tiene sentido tener una estructura tan grande y dirigida por un equipo de tres personas que ni siquiera están de tiempo completo? El único que está de tiempo completo en la oficina del CNU, es el director ejecutivo”, cuestiona Medina.
Además, apunta, de dónde saldrán las personas que estarán al frente de estas direcciones y cómo se van a financiar.
“Seguramente tiene que ser gente que sale de las universidades. Entonces, van a sangrar a las universidades para crear un órgano burocrático”, opina Medina, quien considera que la verdadera naturaleza del CNU es ser el “fiscal de las universidades”.
“Ninguna institución puede funcionar normalmente si está sometida a la autoridad de un órgano cuya única función es la sanción y la fiscalización”, lamenta.
La reforma establece que será el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP) quien distribuirá el 6% constitucional. Sin embargo, el reglamento detalla que es el CNU quien le pasará una “propuesta” de distribución de los fondos. En esta se incluye, la partida que será para mantener la estructura misma de este órgano rector.
“Si es un órgano rector, prácticamente un súper ministerio, que se financie con fondos del Ejecutivo como se financian todos los ministerios. No se puede usar el 6% constitucional que ha costado tanta sangre, tantos sacrificios de las universidades, para mantener a un órgano burocrático que ni siquiera va ayudar a las universidades a hacer mejor su trabajo, sino que va a fiscalizar y sancionar”, lamenta el académico.
Ahora las universidades deberán entregarle al CNU su planificación presupuestaria durante el cuatro trimestre del año y esta será analizada para presentar la propuesta que le pasarán al MHCP.
Sin embargo, advierte Medina, “de nada sirve que la universidad haga un presupuesto en base a sus necesidades si al final es el ministerio quién va a decir cuánto le van dar y cuál va a ser el techo”.
Con las reformas también imponen un sistema de entrega del presupuesto a cuenta gotas. Los fondos se repartirán en tres partes y se darán mensualmente.
En la primera semana entregarán un 50% del gasto corriente, en la segunda el otro 50% y en la tercera semana el 100% del gasto capital.
“Que alguien explique cuál es la lógica que tiene que tiene eso y lo que significa para las universidades estar trabajando así. Me parece que es un absoluto disparate, producto de gente que no tiene nada que hacer”, opina Medina.
Además, cada universidad tendrá que presentar a la dirección del CNU un informe técnico de ejecución presupuestaria a más tardar diez días de que se acabe el mes para recibir los siguientes desembolsos.
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Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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