18 de mayo 2019
A Eddy Montes Praslin se le atribuye una frase que podría ser su epitafio: “Yo lucho por ustedes, porque mi tiempo ya pasó”. Esa “lucha” la inició en 2018, cuando llevaba comida y medicina a los estudiantes sublevados en las calles de Matagalpa, y terminó para él este jueves en la cárcel La Modelo: un custodio penitenciario lo mató de un balazo. La ironía más dolorosa es que la muerte de este preso político, de nacionalidad estadounidense, pudo evitarse si el Gobierno de Daniel Ortega lo hubiese liberado como parte de su compromiso en la mesa de negociación política en el INCAE.
El nombre de Eddy Montes Praslin estaba en la lista conciliada de la Cruz Roja Internacional, pero ahora pasó a otra lista, la de los asesinados por el régimen y cuyos casos continúan impunes a la espera de que una Fiscalía Independiente esclarezca los crímenes.
Montes Praslin era conocido como un hombre de paz. Los demás presos políticos de La Modelo —muchos de ellos jóvenes—lo llamaban “El pastor”. El hombre, de 57 años, se dedicaba a promover cultos religiosos. Pero ahora está muerto de un balazo de arma de guerra, mientras por lo menos 90 de sus compañeros resultaron heridos y lesionados —17 con fracturas en sus extremidades y heridas de arma blanca—, en un acto brutal de represión desatado por las fuerzas del sistema penitenciario.
El crimen de Montes Praslin pone de manifiesto la necesidad imperiosa de que en Nicaragua se instale una Fiscalía Independiente que esclarezca la masacre, tal como recomendó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) en su demoledor informe final, que evidenció que el Gobierno cometió crímenes de lesa humanidad.
“Desde mi punto de vista, es imprescindible que el Estado nicaragüense permita el reingreso de los órganos internacionales de protección, como el MESENI (CIDH) y OACNUDH. Para constituir una Fiscalía Especial que apoye en esclarecer los hechos, y avanzar en las investigaciones se requiere de condiciones que garanticen su independencia, y en este sentido, la presencia de ambos órganos es urgente, no solo para tutelar los derechos humanos de las y los nicaragüenses, sino para acompañar la construcción de la institucionalidad necesaria que garantice el acceso a la justicia a las víctimas”, dijo a Confidencial Claudia Paz y Paz, una de las integrantes del equipo investigador del GIEI.
El Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) calificó los sucesos de La Modelo como “un operativo de muerte”. Paz y Paz, quien desde hace unos meses funge como directora de CEJIL para Centroamérica y México, pidió al gobierno “una exhaustiva investigación”.
“Desde el CEJIL condenamos estos hechos, que se enmarcan en un contexto represivo, en contra de personas que ya se encuentran en una situación de profunda vulnerabilidad”, aseguró el organismo en un comunicado.
“Exhortamos al Estado que, desde ya, transparente la información respecto de las personas heridas e investigue cuanto antes las responsabilidades materiales e intelectuales de este operativo de muerte”, insistió.
Por su parte, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia demando “una investigació independiente con participación internacional” sobre el asesinato de Montes y la liberación inmediata de todos los presos políicos.
Eddy Jafet Montes, hija de Eddy Montes, culpó del crimen de su padre al dictador Daniel Ortega.
“Yo culpo al Gobierno (por la muerte de mi papá), culpo al presidente (Daniel Ortega) porque él controla todo lo que pasa en ese país y lo que pasa es porque él lo permite”, dijo Montes vía telefónica desde California, Estados Unidos.
La noche del viernes Montes denunció que el Instituto de Medicina Legal (IML) se negaba a entregar el cadáver de su padre y a permitir que el cuerpo fuera valorado por un médico forense privado.
EE. UU. demanda informe creíble
El embajador de Washington en Managua, Kevin Sullivan, pidió explicaciones por la muerte de su ciudadano. El diplomático aseguró que se reunió con familiares de Montes Praslin para expresar condolencias, y al mismo tiempo demandó para la familia “un informe completo y creíble”.
El embajador Kevin Sullivan al presentar sus credenciales al canciller Denis Moncada. Cortesía | Confidencial
“La muerte del ciudadano EE.UU. Eddy Montes a manos de autoridades carcelarias de La Modelo me causó profunda tristeza. Hoy me reuní con su familia para expresarle nuestras condolencias. Merecen informe completo y creíble del injustificado uso de fuerza letal contra un preso desarmado”, dijo Sullivan. En otro mensaje, el embajador reveló que se reunió con el canciller de la dictadura, Denis Moncada.
“Hoy me reuní con el Ministro MINREX para demandar una investigación completa y transparente de este trágico incidente que dejó también otros presos heridos. Todos ellos deben ser liberados lo más pronto posible para evitar más sufrimiento e injusticia”, escribió el embajador.
Montes Praslin no solo era ciudadano norteamericano, sino que era veterano de la Armada de Estados Unidos. El preso político fallecido estuvo asignado a una base de California hasta 1990, cuando dejó la vida militar para emprender en el negocio de bienes raíces. El hombre regresó a Nicaragua tres años después a su natal Matagalpa.
Versiones opuestas
La versión del Ministerio de Gobernación es que el jueves, a eso de las dos o tres de la tarde, los presos políticos intentaron un motín en La Modelo. Ante la supuesta sublevación, los centinelas actuaron “en defensa propia”. Según la institución de la dictadura: “Eddy Antonio fue parte del grupo de presos que se abalanzó contra personal penitenciario del perímetro de seguridad, forcejeando con uno de los centinelas con claras intenciones de quitarle el arma reglamentaria y atentar contra la vida de los funcionarios, el que en defensa propia hizo un solo disparo a pesar de portar un fusil automático”.
Sin embargo, frente a la versión oficial, está el testimonio de los presos que fueron testigos del asesinato. En un audio distribuido por el Comité Pro Liberación de los Presos Políticos, uno de los privados de libertad narró la escena, mientras que por otra vía mostraron los casquillos de las balas que fueron disparados, las fotografías de los heridos, y las pruebas de un nuevo acto de terror irracional.
Fuentes del sistema penitenciario narraron también a CONFIDENCIAL una versión distinta a la de Gobernación. “Fueron varios disparos de AK los que se escucharon en la Galería 16, lugar adonde sucedió el incidente. A esa hora, todos los guardas de La Modelo y hasta personal administrativo fue a la (Galería) 16. Luego, como media docena de camionetas con antimotines vinieron a La Modelo”, dijo la fuente penitenciaria.
Según el relato de esta misma fuente, a eso de las 3:30 de la tarde salieron de La Modelo camionetas transportando heridos, aunque no precisó si se trataban de presos políticos o funcionarios penitenciarios.
El relato de los presos
Más de 20 horas esperaron las madres de los presos políticos afuera de la cárcel La Modelo para ver a sus hijos, luego que estos fueron golpeados por antimotines y custodios del Sistema Penitenciario Nacional, pero al salir del penal toda la angustia sufrida se transformó en rabia y dolor al ver a sus familiares brutalmente golpeados y sin atención médica.
De acuerdo con las madres que ingresaron al penal –aproximadamente- 90 reos de conciencia que se encuentran en las galerías 16-1 y 16-2 tienen múltiples golpes, pero hay 17 presos políticos con fracturas en sus extremidades y heridas de arma blanca. Al momento de la visita buena parte de los reos no habían recibido atención médica.
Jacqueline Valdivia, madre del preso político Nairobi Olivas, expresó que su hijo está muy afectado física y emocionalmente debido a que presenció el asesinato del Montes, quien prácticamente murió en sus manos cuando él y otros reos de conciencia intentaban auxiliarlo.
“Él (Olivas) anda falseando, renqueando porque lo golpearon, pero lo que más le duele es la muerte de su amigo, que para él era su consejero, eso es lo que más les está doliendo a ellos. Él lo presenció todo (el asesinato Montes, a quien) le dispararon por la espalda, le dieron por aquí (la parte baja de la espalda) y le salió por acá (el abdomen). Hubieron antimotines y custodios, ellos como que estaban eufóricos”, enfatizó Valdivia.
La mujer relató que la refriega en el penal inició porque “algunos custodios comenzaron, como lo que son unos vulgares, a sacarles el dedo, a decirles terroristas y ellos (los presos políticos) los insultaron; entonces, uno de ellos (los custodio) desde una torre hizo disparos y ahí comenzó todo. Ellos los provocaron, pero lo que más lamentan (los reos) es la muerte de don Eddy, porque era muy linda gente y nos han pedido que si es posible acompañemos a sus familiares”, subrayó.
Cuando Jessenia Estrada, madre del preso político Byron Corea Estrada, salió de ver a su hijo expresó la indignación que le causó ver el estado lacerante en que se encuentran los reos de conciencia.
“Están golpeados todos, les dieron con barras de hierro, con bayonetas, les tiraron con (fusiles) AK 47, escopetas, todos los chavalos están golpeados y masacrados, están mal y nadie los ha ido a revisar, nadie… No es cierto el comunicado del Gobierno, es mentira. No hubo un disparo por accidente, las paredes están acribilladas”, denunció Estrada.
“Llegaron a buscar a los líderes estudiantiles como Byron Estrada, Nairobi Olivas y Chester Membreño, de Masaya. Les ponían la cabeza en el suelo y los agarraban a patadas, los machacaban y les gritaban… Nosotros les decimos al Gobierno que todas las madres nos vamos a ir a poner al Carmen, porque ahí nos tienen que dar a nuestros hijos, nuestros hijos son inocentes”, sentenció Estrada.
Sobre el asesinato de Montes, la madre de Estrada señaló que su hijo solo le dijo que hubo varios disparos y que quien mató al preso político fue alguien al que “le dicen La Cobra”.
Entre los presos políticos que están más delicados se encuentra el profesor de Masaya, Gabriel Putoy, su hermana Alba Putoy salió consternada de la cárcel y denunció, aún con la voz entrecortada, que su pariente tiene “una pierna desbaratada (fracturada). Mi hermano no podía (caminar) y casi chineado lo sacaron de la buseta, está bien golpeado, a él le rosearon gas pimienta en el cuerpo, en sus parte intimas hasta en el ano le echaron”, dijo.
Otra que salió llorando del penal fue Cindy Téllez, hermana del preso político Daniel Antonio Téllez, ella denunció que la golpiza contra los presos políticos cesó únicamente por la intervención del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
“Les voy aclarar algo, la Cruz Roja fue la que los salvó de que hubieran más muertos y más heridos de gravedad, porque cuando la Cruz Roja entró ya ellos estaban completamente morados, en el suelo, don Eddy (Monte) ya había muerto. Fue la Cruz Roja la que le proporcionó el material para la curación y todo”, relató Téllez
¿Quiénes dispararon?
Uno de los comunicados de Gobernación justificó el ataque bajo la premisa de que “se presentó por novena vez grave alteración al orden interior de parte de los presos por delitos contra el orden público, quienes en los últimos días han destruido la infraestructura de la galería penitenciaria provocando quema de colchones asignados, destrucción del sistema eléctrico, del techo de la galería, malla perimetral y agresión a funcionarios penitenciarios”.
La ley de Régimen Penitenciario (número 473) hace la salvedad del ingreso de armas de fuego a los penales cuando se traten de “circunstancias de motín, secuestro, fuga y la preservación de las instalaciones del centro penal”. De lo contrario, dice la legislación, “en los Centros Penitenciarios se prohíbe el acceso armado al interior penal y áreas conexas en donde se movilicen privados de libertad”.
Gonzalo Carrión, abogado y defensor de derechos humanos del colectivo Nicaragua Nunca +, resaltó que los comunicados de Gobernación sostienen que se trató de una “grave alteración al orden interior”, y, según él, dicha circunstancia no ameritaba el “uso desproporcionado de la fuerza”.
“En el supuesto que fuera cierto lo que dice el Ministerio de Gobernación, cuando habla de disturbios, para estos casos está el uso de la fuerza preventiva con la técnica adecuada para disturbios. Ni la alteración del orden público ni de bienes justifica el uso de armas de fuego o privación de la vida. El resultado solo demuestra el uso brutal de la fuerza y privación arbitraria de la vida. Cuando menos, la muerte de este preso político se tipifica como homicidio”, afirmó Carrión.
Sostuvo que el Ministerio de Gobernación no reveló el nombre del supuesto custodio que abrió fuego en defensa propia, pero en cambio en el segundo comunicado descalificó a la víctima fatal atribuyéndole una serie de delitos, y el haber herido a policías en Matagalpa en mayo de 2018.
“Descalifican a la víctima en vida para justificar lo que hicieron. Es lo que han hecho con todos los muertos de las protestas: decir que eran terroristas o delincuentes para que la sociedad diga que se merecerían morir”, criticó Carrión.
Ataque con Cruz Roja Internacional de visita
El régimen sandinista aseguró en sus comunicados que el supuesto motón carcelario se produjo “mientras se atendía visita del Comité Internacional de la Cruz Roja (CIR), en los establecimientos penitenciarios Tipitapa (La Modelo) e Integral de Mujeres”.
La Cruz Roja emitió un comunicado explicando que la dirección de la penitenciaría le solicitó “mediar la situación en los pabellones 16 y 17, donde el CICR facilitó la salida de los heridos que fueron atendidos por el equipo médico del penal. También el personal del CICR se entrevistó con varios detenidos”.
La Cruz Roja dijo que ingresó nuevamente este viernes a La Modelo “para continuar con sus visitas a las personas privadas de libertad en Nicaragua”, pero hasta la publicación de este artículo no han emitido otro comunicado.
Plantón en la Catedral
Decenas de ciudadanos realizaron un plantón cívico en el patio frontal de la Catedral de Managua, en protesta por el asesinato del preso político. Jóvenes excarcelados, madres de asesinados en las protestas y ciudadanos autoconvocados cantaron el himno nacional, guardaron un minutos de silencio, y gritaron consignas en contra de Ortega y Rosario Murillo.
La protesta inició a las dos de la tarde, pero desde mediodía los accesos peatonales al templo fueron cerrados, y solo se podía ingresar por las entradas este y norte de la Catedral. Todas las entradas estaban vigiladas por agentes de policías, que mantuvieron sitiado los alrededores de la parroquia.
Los ciudadanos, en su mayoría con camisetas negras, llegaron con banderas de Nicaragua, pancartas e imágenes del preso político asesinado.
Por la tarde se conoció que la líder universitaria Zayda Hernández, de 25 años, fue presuntamente secuestrada por la Policía Nacional cuando intentó entrar al templo, para participar en el plantón.
Miembros de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) denunciaron que Hernández fue detenida por agentes policiales, cuando trató de ingresar por la entrada este de la Catedral, que está frente a la sede central de la Policía Nacional, en Plaza El Sol. Hasta el cierre de esta edición no se conocía el paradero de la joven, que participó en el primer intento de diálogo nacional.