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Manuel Orozco: La economía de Ortega no financiará la “sucesión dinástica”

El crecimiento de las remesas, la extorsión tributaria, y las exportaciones a EE. UU., no son sostenibles a mediano plazo ante la corrupción

Manuel Orozco en Esta Semana

El nicaragüense, Manuel Orozco, de Diálogo Interamericano. Foto/ Elmer Rivas

Carlos F. Chamorro

31 de julio 2023

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En un ensayo publicado en CONFIDENCIAL el politólogo e investigador del Diálogo Interamericano Manuel Orozco describió el modelo económico del régimen de Ortega basado en cuatro pilares: la expulsión masiva de migrantes y las remesas familiares; la creciente “informalización” de la economía; la extorsión tributaria y aduanera contra las empresas privadas;  y las exportaciones a Estados Unidos al amparo del tratado CAFTA. 

En esta entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL, Orozco explica que este modelo económico no es sostenible a mediano plazo, ante el creciente malestar interno que provoca entre los servidores públicos la corrupción, y ante el rechazo que genera en el propio Frente Sandinista el proyecto de “sucesión dinástica” de Daniel Ortega a Rosario Murillo en 2026.


En el análisis que publicaste en CONFIDENCIAL sobre el modelo económico de la dictadura de Ortega, afirmas que Nicaragua se convertirá este año en el país de América Latina con la tasa más alta de dependencia en las remesas familiares. Esto significa un cambio grande en relación de 2022 a 2023 ¿Cuáles son los datos? 

Es un cambio grande, prácticamente a partir de 2021. Pero, sí, este año la proyección es de 5000 millones de dólares, de una economía de 15 000 millones, es prácticamente el 33% del Producto Interno Bruto. Eso refleja un 50% de crecimiento en relación con el año pasado. El año pasado ya habían crecido 50% y solamente en lo que va a junio del 2023, de enero a junio, estamos hablando de 2500 millones de dólares. Y generalmente la tendencia básicamente va a ser en una dirección similar, terminando en 5000 millones por lo menos.

Expulsión masiva: 750 000 nicaragüenses desde 2018

¿Cómo se explica este crecimiento, los migrantes están enviando más remesas o ha aumentado el número de migrantes en el último año?

El envío promedio de remesas no ha crecido sustancialmente. Lo que ha crecido es la participación relativa de los migrantes que se han ido a Estados Unidos y que envían remesas en relación con tiempos anteriores. 

Por ejemplo, antes de 2018, solamente 60% de las remesas provenía de Estados Unidos, ahora es más de un 82%. Entonces eso cambia en términos del volumen total y la cantidad de dinero recibido. 

El migrante en Estados Unidos está enviando alrededor de 320 dólares por transferencia. Si, hay un crecimiento que trata de (cubrir) el costo de vida en Nicaragua, que es más de 550 dólares mensuales. 

Sin embargo, lo que refleja es un crecimiento del número de personas que ha salido, de 2018 a 2023 han salido casi 750 000 personas. Este año serán alrededor de 125 000 personas. El año pasado salieron más de 350 000 personas y ese bloque de 350 000 personas es el que está explicando el crecimiento de las remesas este año. Obviamente, para el próximo año el ritmo de crecimiento no va a ser el mismo y eso resalta interrogantes de cómo va a tratar de resolver esa situación el régimen. 

 ¿Las razones principales de esta emigración masiva desde la crisis de 2018 son de carácter político o hay algún factor también económico de atracción de Estados Unidos que favorece la emigración?

Es una combinación de razones. En el caso de Nicaragua, en particular, la principal determinante que expulsa a la gente, es política. Nosotros hemos visto una correlación estadística entre la intención de emigrar y las situaciones políticas. Por ejemplo, entre mayor desagrado hay sobre Daniel Ortega mayor la intención a migrar, entre mayor desagrado hay sobre el fraude electoral de 2021 hay más migración. Entre mayor desagrado hay sobre el encarcelamiento de los presos políticos en 2021, también aumenta la intención de migrar. 

De hecho, en términos prácticos, cuando vos ves la estadística del número de nicaragüenses que sale de Nicaragua a Estados Unidos, a partir abril de 2021, ahí ves básicamente que coincide con la represión política del país y hay una tendencia escalonada que llega hasta diciembre de 2022, cuando Estados Unidos introduce el parole y la migración irregular se reduce de 35 000 personas en diciembre del 2022 a 5000 en enero. Esa ha sido la tendencia 5000 personas, más los que están entrando por la vía del parole.

El poder de los migrantes 

¿Cuál es el impacto en la economía nacional de este flujo de remesas, de esos 3 300 000 de dólares en 2022 y esa proyección de 5000 millones de dólares en este año 2023? ¿Cómo impacta en el consumo, en los impuestos, en el funcionamiento de la economía?

Se puede medir en términos económicos en varios niveles. Primero, el nivel microeconómico, el número de hogares que la recibe. Segundo, la cantidad de dinero que refleja esa entrada de dinero en relación con el ingreso total del hogar. En tercer lugar, el efecto que tiene sobre la intermediación sobre el pago de transferencias de dinero en la economía local, que tiene un efecto sobre la contribución tributaria, el Impuesto al Valor Agregado y el selectivo en particular. Y en cuarto lugar, el impacto macroeconómico como tal, el aumento de entrada de divisas al país. 

Para diciembre de 2023 serán prácticamente un millón de hogares los que estarán recibiendo remesas en el país. Y Nicaragua, que es un país de menos de 7 millones de habitantes, tiene prácticamente 1.6 millones de hogares. Entonces estamos hablando de más del 70% de los hogares en Nicaragua que están dependiendo de remesas, el ingreso que reciben de remesas te permite compensar el costo de vida.

 El ingreso de los nicaragüenses promedio anda por menos de los 250 dólares mensuales. Los 300 dólares que recibís de remesas básicamente aumentan sustancialmente tu ingreso y te permite cubrir las necesidades básicas, pero no te permite ahorrar. 

Y aquí viene el tercer elemento. El dinero se gasta, más de un 95% se gasta porque la vida en Nicaragua es mucho más cara, relativamente hablando, que un país como Guatemala, por ejemplo, donde te queda dinero para ahorrar. En Nicaragua no te queda. 

La contribución tributaria viene siendo alrededor de 750 millones de dólares y eso es un 25% de todo el impuesto de la renta del país que anda por los 2200 millones de dólares en este año. Entonces, hay un impacto sustancial y a nivel macroeconómico es un 33% del Producto Interno Bruto. 

Migrantes frente al portón del puesto fronterizo de El Paso, Texas. Foto: EFE

Las remesas son la variable económica más importante del país en términos de su dinamismo, de su crecimiento. ¿Se puede comparar con la inversión privada o con las exportaciones?

No, las exportaciones este año van a crecer  menos de 8% a 8 200 000 000 de dólares. Las remesas van a llegar a sobrepasar las exportaciones en el corto plazo, posiblemente en los próximos dos años.

 Si hay un indicador que ha crecido con la misma velocidad, es el endeudamiento mediante la inversión pública del Gobierno. Ortega aumentó su inversión pública de 600 millones en 2018 a 1600 millones en 2023, que está financiando con el endeudamiento y también con la captación de renta tributaria por la vía de la extorsión o por la vía de las remesas.

¿Los trabajadores migrantes tienen algún poder de decisión sobre el destino final de las remesas que envían a sus familiares en Nicaragua? Te pregunto esto porque de alguna forma esos recursos también están sirviendo para financiar la economía de la dictadura. 

Es una píldora dura de tragar. Realmente, los migrantes no tienen una idea muy clara del impacto que están teniendo indirectamente sobre el mismo Gobierno que es responsable de haberlos expulsado. Esa es la perversidad del sistema dictatorial. 

Sin embargo, en general, el migrante no tiene un poder de decisión porque decide que la administración del dinero recaiga sobre el hogar que la recibe. Por respeto a la administración del hogar del familiar que se lo envías, vos depositas tu confianza en que tu familiar va a usar el dinero responsablemente. Y en segundo lugar, es una responsabilidad muy grande administrar dos hogares, el hogar del migrante y el hogar del que recibe remesas. Vos estás pendiente de las necesidades económicas del hogar, vos sabés que la gente no está yéndose de fiesta todos los días a gastar el dinero en otras cosas, y tus familiares reconocen que uno se la pasa sudando la gota gorda en este país, porque aquí si no trabajas no comes. 

Los migrantes se están dando cuenta que ese dinero también está alimentando al régimen. Y yo creo que esa realidad, puede que tenga efectos, generalmente no sobre la cantidad de envío, sino en el mensaje de cómo administrar la remesa para no contribuir a la oxigenación del régimen.

La extorsión tributaria y la corrupción 

¿Qué peso tiene dentro del modelo económico de la dictadura de Ortega lo que los empresarios denuncian como un sistema de extorsión tributaria o las famosas Dudas de Valor que se aplican en la Dirección General de Aduanas?

Del 2018 a 2023, la contribución tributaria por el impuesto de la renta, que es predominantemente el impuesto que pagan los empresarios, aumenta de 40 a 50%. Ese porcentaje, aparte de medidas de carácter predominantemente político, tienen que ver con el castigo que les hacen a los empresarios, a los que participan dentro del Cosep para aumentar la recaudación de impuestos como un castigo. Pero también hay un elemento importante que es el asociado a esta extorsión. ¿Cuánto de esa extorsión realmente se captura en esa recaudación de impuestos? Ese 10% de impuestos, estamos hablando de más de 500 millones de dólares que se están generando por la vía de ese aumento. Puede ser la mitad, puede ser un tercio, pero hay un peso fundamental, especialmente en un contexto no solamente de crisis política, sino también el hecho que el número de negocios en Nicaragua que hay hoy en día formales ha caído. Antes había 170 000 empresas formales y hoy en día estamos hablando de menos de 140 000 negocios formales, porque no pueden operar, han quebrado y muchos de ellos han quebrado justo por el tema de la extorsión tributaria, que te cobran 2 millones de dólares de multa y te dicen si nos das un tercio de eso estamos cuadrados. Pero esa extorsión realmente refleja la ausencia de la seguridad jurídica, porque no tenés a donde recurrir por esa situación cuando se da esa injusticia.

Los empresarios dicen: –estamos trabajando para el Gobierno, para no quebrar, para no cerrar. ¿Puede la corrupción pública socavar las mismas bases económicas del Gobierno? 

Esa es la dirección en la que vamos realmente. La corrupción está debilitando la fuente más importante de productividad del país, que es el sector privado, que trabaja para crear empleo, para generar riqueza y para generar producción. Estamos llegando a un límite en donde los empresarios no tienen mucho más que hacer que seguir pagando. Es un modelo medieval, mercantilista, en donde te encontrás con un Estado que te está cobrando día a día. 

Esa situación se está volviendo insostenible, no solamente porque menos negocios están funcionando, pero también por el hecho que hay muchos funcionarios públicos que se dan cuenta de que esa extorsión y ese ingreso que está entrando al país no se está invirtiendo en educación, en salud, sino que se está invirtiendo en alimentar el clientelismo, pero la clientela del régimen se está reduciendo. Entonces, hay un enriquecimiento de naturaleza cleptocrática que está causando mucho descontento dentro del sector de los empleados públicos. 

Exportaciones a EE. UU. y sanciones internacionales 

En tu análisis vos hablás de enclaves exportadores, sectores económicos que están exportando primordialmente a Estados Unidos, aprovechando las ventajas del acuerdo de libre comercio. Exportaciones de oro, de textiles, de azúcar, mariscos y otros productos. ¿Esta relación y el dinamismo de la economía en el CAFTA es invariable? ¿Se mantendrá indefinidamente?

Yo creo que no se mantiene invariablemente. Primero, la economía nicaragüense, y esta es una de las paradojas de la retórica y la desinformación de Daniel Ortega, que dice que trabaja para el pueblo pero su estrategia, su modelo económico, es realmente excluyente. La Zona Franca en particular, y el sector exportador en general en Nicaragua reflejan las características de un modelo oligárquico, en donde son diez productos de exportación que representan el 90% de las exportaciones totales del país. El 60% de las exportaciones de Nicaragua van en textiles que son administrados por menos de 100 negocios en todo el país. Son negocios que están operando en la Zona Franca muchos responsables de violaciones de derechos laborales. 

El oro funciona en relación con el comportamiento de la economía global. Si la salud de la economía global aumenta, el valor del oro disminuye y Nicaragua se ha beneficiado de los cambios en la economía global de la época de la pandemia y por eso la gente ha estado invirtiendo en oro. Pero en cuanto encontremos una estabilización económica global, el valor va a reducirse. 

La Zona Franca, en particular, no ha podido aumentar su tasa de empleo. De hecho, de 2018 a 2023 el número de empleados ha crecido solamente en 15 000 trabajadores. Más bien, este año se ha reducido y la capacidad exportadora se está desacelerando. Entonces, en el largo plazo, yo creo que la capacidad competitiva de Nicaragua se va reduciendo y eso va a representar también un reto para una eventual transición económica y política en Nicaragua, porque a tres años este modelo es insostenible.

El Gobierno de Estados Unidos ha impuesto sanciones individuales a más de 50 altos operadores del régimen y también algunas empresas vinculadas a la cúpula familiar como Caruna o DNP Petronic. En este último caso estamos viendo que las estaciones de servicio están resucitando ahora como supuestas empresas de particulares bajo bandera blanca, y el mismo Gobierno otorga contratos millonarios para financiar estas nuevas redes de empresas de la antigua DNP Petronic. ¿Quiere decir que esas sanciones tampoco son efectivas?

Las sanciones tienen un propósito en particular y es afectar  la capacidad de transgresión del agresor derechos humanos y de corrupción. En el caso de las instituciones, el impacto que tuvo sobre Caruna y sobre el Bancorp fue sacar miles de millones de dólares fuera del mercado. Ahora, el régimen está tratando de introducir mediante DNP esos millones de dólares invirtiendo en ese sector. Es una forma indirecta de lavar dinero, tratando de utilizar, por ejemplo, la red rusa del sistema de pagos para ver si ellos pueden cambiar su moneda en ese sector.

 Sin embargo, es poco sostenible. Yo creo que el público nicaragüense va a ser el principal actor que va a votar y va a decidir que no van a usar esas redes de gasolineras. 

Ahora, el régimen va a seguir buscando otras opciones de entrada de ingresos. La confiscación de universidades fue el primer ejemplo. Fue una forma de quitarle la propiedad privada a algunas empresas y pasarla de forma clientelista a otras. Ese modelo no está funcionando. Van a seguir en sectores de telecomunicaciones, van a meterse en infraestructura, que es donde operan con mucha facilidad y también van a trabajar incluso en la agroindustria. Es un proceso de reciclamiento interno, que no está generando realmente una capacidad multiplicadora de moneda y productividad. Por lo tanto, yo creo que este es un intento limitado. 

El modelo económico de Ortega y la “sucesión dinástica”

En resumen, vos decís –la economía de Ortega no está generando un dinamismo y un crecimiento económico, no está generando empleo de calidad, ni tampoco inclusión social, pero está expulsando a miles de personas. Está exportando a Estados Unidos, está extorsionando a las empresas e incluso ha logrado tener un récord de reservas internacionales, de manera que ¿puede seguir financiando en los próximos años este sistema político dictatorial? 

El régimen tiene recursos para sostenerse económicamente por lo menos dos años más bajo estas condiciones. En este momento Nicaragua está pagando el equivalente al 75% de lo que está pidiendo prestado. Entonces no iba a tener una capacidad de sostenerse fiscalmente de la forma cómo operaba el modelo. Las remesas le han venido a resolver y de alguna manera lo que está haciendo es extendiéndole una capacidad de sostenibilidad, pero es sostenibilidad del régimen, del Estado, no del país. 

Lo que estás viendo es diferentes cambios dentro de Nicaragua y la comunidad internacional, por otro lado, que están poniendo más en la esquina al régimen. Por un lado, la disidencia al interior del régimen ha crecido a un nivel de desprecio a Rosario Murillo, y ella lo sabe muy bien. Sabe que nadie la quiere, y que también tiene que asumir el rol a dos años como presidente. En segundo lugar, la economía que no está funcionando para generar riqueza en el país, pero la está sosteniendo hasta cierto período de tiempo. Y en tercer lugar, la comunidad internacional va a continuar presionando. 

De hecho, estamos entrando a una nueva ola de democratización en donde la comunidad internacional está asumiendo un rol más protagónico en presionar por reformas políticas en muchos países. Entonces, sí hay una continuidad de sostenibilidad del régimen, pero con las limitaciones de que se le está haciendo más difícil esa sostenibilidad de 2026 en adelante.

Pero en otros países, incluida la propia Venezuela, se contempla la posibilidad de una de una oportunidad de elecciones, en Nicaragua, de lo único que se habla es de una “sucesión dinástica”.

Esa es realmente la coyuntura más importante para el caso de Nicaragua. Es decir, cuál es la naturaleza que se va a desarrollar en medio de una “sucesión dinástica”, cuando hay sectores dentro del círculo de poder en contra de esa sucesión. Cuando la economía no te va a sostener lo suficiente para garantizar el clientelismo y la corrupción para todos dentro del círculo de poder, y cuando la comunidad internacional siga presionando. Entonces yo creo que lo que está desarrollando, y por eso han aumentado más las purgas, es que la insatisfacción al interior del régimen está creando ciertas condiciones de ruptura que generan una oposición a esa sucesión. Y aquí es donde va a producirse algún tipo de negociación entre reformistas al interior del régimen y una voz interlocutora del Movimiento Cívico Democrático Nicaragüense.

Pero nunca hemos visto ninguna señal de reformismo dentro del régimen. Al contrario, lo que hay es un sometimiento a la cúpula familiar y presidencial.

Es un sometimiento bajo el miedo. Lo que nosotros estamos observando y fuentes desde adentro te están diciendo es que el nivel de insatisfacción está creciendo. Yo creo que no va a haber una visibilización de esa insatisfacción, pero sí van a haber cambios en el balance de poder en el interior del círculo de poder que van a debilitar o van a empezar por aislar a Rosario Murillo  más adelante. En la medida en que se acerca esta situación de sucesión, porque los tiempos se lo están imponiendo, el nivel de insatisfacción está creciendo y ahí es donde vamos a ver los cambios. 

¿Dónde se ubica la oposición en la eventualidad de esa crisis?  

La oposición en este momento se ubica en la cola de este proceso político. El Movimiento Cívico Democrático Nicaragüense está en una etapa de reorganización, de construcción de confianza mutua, en la medida en que están reconociendo que tienen que operar como un grupo unificado, una masa crítica organizada y se está consolidando dentro de Nicaragua y fuera de Nicaragua. Obviamente es un proceso que está ocurriendo de una forma más lenta que los cambios que se están produciendo en los otros tres niveles, es decir, en la economía, en el círculo de poder y en la comunidad internacional.

 La pregunta fundamentalmente es ¿qué ocurriría si en nueve meses se produce una transición al interior del régimen y la interlocución cívica no está preparada? Yo creo que esa es una de las consideraciones que están estudiando algunos de los líderes cívicos nicaragüenses.

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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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