16 de mayo 2025

Productores enfrentan el ciclo agrícola con los ojos puestos en las lluvias

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Arancel se aplicaría a los envíos hechos por indocumentados, migrantes con residencia, visas de trabajo, o amparados con cualquier beneficio migratorio
Vista del edificio del Congreso estadounidense en Washington, DC, en abril de 2024. // Foto: EFE/Michael Reynolds
Congresistas del Partido Repúblicano presentaron dos proyectos de ley que pretenden gravar con impuestos las remesas familiares, que envían más de veinte millones de migrantes desde Estados Unidos a México, Haití, República Dominicana, Jamaica, El Salvador, Guatemala, Hondura, Nicaragua y otros países.
La propuesta “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, presentada esta semana por los republicanos para su evaluación en la Cámara de Representantes, incluye un impuesto especial del 5% a las remesas.
También espera ser debatido en la Cámara Baja el proyecto de “Ley de Inversión en Seguridad Fronteriza” que plantea un cobro del 37% sobre las transferencias de dinero enviadas a los cinco países cuyos ciudadanos o nacionales tuvieron el mayor número de entradas ilegales a Estados Unidos.
Ambas propuestas republicanas respaldan la política migratoria del presidente estadounidense, Donald Trump, que ha hecho del combate a la inmigración indocumentada una de sus prioridades.
El impuesto del 5% se aplicaría a los envíos hechos por indocumentados, inmigrantes con residencia permanente, visas de trabajo o amparados con cualquier beneficio migratorio. Los ciudadanos estadounidenses estarían exentos del gravamen. Más del 80% de los migrantes nicaragüenses en Estados Unidos no son ciudadanos norteamericanos, y solamente un 10% de los nicaragüenses que viven en Estados Unidos completó los trámites para obtener la ciudadanía.
A modo de ejemplo: con esta ley en 2024, los ciudadanos que enviaron remesas a Nicaragua desde Estados Unidos, habrían pagado en conjunto, un tributo de más de 217 millones de dólares. Entre enero y marzo de 2025, ya habrían enterado otros 60.4 millones de dólares al fisco estadounidense.
Desde su primer mandato Trump ha apoyado la imposición de gravámenes a las remesas, que este año le ayudarían a balancear los recortes prometidos en su campaña de reelección.
La propuesta “Gran y Hermoso Proyecto de Ley” pretende otorgar exenciones de impuestos a las familias trabajadoras, además de incrementar los beneficios fiscales a ancianos y familias con niños. El costo de financiar las exenciones fiscales y apoyar iniciativas de seguridad fronteriza se calcula en 3.9 billones de dólares, que serían cubiertos cobrando impuestos a las universidades, a algunas oenegés y a las remesas.
El envío de este tipo de transferencias son determinantes para la subsistencia de las familias y las economías de los países que las reciben. Según el director del programa de Migración, Remesas y Desarrollo del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, en Nicaragua cerca de un millón de hogares reciben ayuda de sus familiares en el extranjero.
El investigador calcula que el Estado nicaragüense se beneficia al obtener ingresos de más de 800 millones de dólares en concepto de impuestos.
Se espera que el Legislativo le dé un trámite rápido al “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”, y aunque actualmente no cuenta con los votos necesarios para ser aprobado, los activistas temen que el impuesto a las remesas del 5% pueda mantenerse en una propuesta enmendada que logre el respaldo de la mayoría.
La meta es que el proyecto sea aprobado en la Cámara Baja y Alta del Congreso antes del Día de los Caídos, el 26 de mayo, y que esté listo para que el presidente Donald Trump lo firme antes del Día de la Independencia, el 4 de julio.
Dado lo inesperado de la propuesta, nadie puede decir con certeza cómo reaccionarán los remesantes nicas en Estados Unidos, pero es fácil prever tres comportamientos. El primero es que ellos asuman el costo adicional de 5%. El segundo, que lo resten del monto a enviar. El tercero es una combinación de ambos. Tratar de determinar cómo afectará a Nicaragua depende de otra variable, y es cuánto será el incremento porcentual de las remesas para este año.
Las primeras observaciones sugieren que no solo los países receptores sufrirán ante la tarifa impositiva en discusión. Las empresas estadounidenses, y la misma economía de ese país también pueden esperar sufrir consecuencias. Tres grandes empresas cuyo giro de negocios es el envío de estas transferencias, ya comenzaron a padecerlas.
Un reporte de la Agencia EFE indica que las acciones de la multinacional de servicios financieros, Western Union, cayeron 2.75% apenas se conoció la propuesta de ley el pasado martes 13 de mayo. Las acciones de su competidor, Remitly Global, bajaron 0.86%, mientras que PayPal, que también permite enviar dinero al instante, retrocedía 0.21% en la bolsa de Nueva York.
El envío de remesas depende de un amplio ecosistema de pequeñas empresas que, junto a las grandes corporaciones, ya pagan impuestos y generan miles de empleos en todo el país, los que podrían verse afectados ante una hipotética disminución de los montos transferidos.
Adicionalmente, la implementación de esta ley puede favorecer —sin pretenderlo— a algunos bancos, pero también a quienes operan con criptomonedas, sistema que procura estar fuera del radar de las autoridades bancarias y tributarias. Dado que los remesantes pueden optar por enviar dinero a través de canales no regulados, crece el riesgo de que la delincuencia organizada disimule sus propios envíos de dinero proveniente de actividades ilícitas, tratando de que pasen inadvertidos en medio del torrente de nuevas transacciones.
Imponer un tributo a las remesas es “una injusticia”, tal como declaró la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, al considerar una verdad muy básica: regularizados o no, los migrantes pagan impuestos en Estados Unidos. La explicación técnica es que la mayoría de los migrantes ya pagan impuestos sobre la renta, y las remesas son una transferencia de ingresos.
La propuesta de ley encierra la ironía de que aumentará los costos de transferencia, en un momento en que la tecnología y el acceso financiero están mejorando las finanzas digitales, lo que generalmente apunta en la dirección de disminuir los costos de transacción.
Aunque en primera instancia, la Administración Trump puede esperar que el 5% a las remesas sirva para compensar las pérdidas fiscales que conlleva la implementación del ‘Único, Grande y Hermoso Proyecto de Ley’, hay un escenario en que el resultado es perder-perder.
Esto es posible porque una disminución en el monto de las remesas, tiene un efecto directo en el consumo privado de los países que las reciben. Según Orozco, entre el 20% y el 30% del consumo privado observado en Centroamérica y el Caribe, es impulsado por las remesas. Y una reducción del consumo reduce las importaciones desde Estados Unidos. Entre el 30% y el 40% del comercio total que ocurre en la mayoría de los países que más dependen de las remesas, se basan en productos importados desde Estados Unidos.
“Existe una correlación positiva entre el número de remesas recibidas y las importaciones de productos estadounidenses”, aseguró el experto.
Finalmente, también recordó que las personas que reciben remesas tienen menos probabilidades de migrar. “Existe una correlación entre las intenciones de migración y los receptores de remesas que ahorran: quienes reciben remesas y formalizan sus ahorros tienden a migrar menos”.
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Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.
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