21 de marzo 2019
Las reservas internacionales en poder del Banco Central de Nicaragua (BCN), siguen cayendo en la medida en que el público continúa retirando sus depósitos en la banca nacional, advirtió Néstor Avendaño, presidente de Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copades), al ser entrevistado en el programa Esta Noche, que se transmite en línea.
El experto también detalló cómo los efectos de la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, que entró en vigor el primero de este mes, harán que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) crezca hasta tres puntos porcentuales, tan solo en marzo.
“En términos interanuales, teníamos una inflación estimada de 5.6%”, al comparar marzo 2019 con el mismo mes del año pasado, explicó Avendaño. El problema es que “las particularidades globales de los productos que perdieron sus exenciones del impuesto al valor agregado (IVA), harán que la inflación crezca entre dos y tres puntos en marzo, pudiendo llegar hasta el 8.6%”.
El peso de la inflación será mayor entre las familias, que tendrán que desembolsar más dinero para tener acceso a alimentos y productos de higiene personal y del hogar, vestuario, electricidad, combustible, transporte en bus urbano, etc.
“Si la canasta básica llega en marzo a una inflación de 8% a 10% interanual, eso indicaría un fuerte deterioro que podría reactivar a la Comisión Nacional del Salario Mínimo para dar respuesta a esa alza tan acelerada de los precios básicos”, advirtió.
En las circunstancias de la Nicaragua actual, el economista cree que “el gobierno debió haber hecho un recorte del gasto público, antes de dictar un alza de las tasas tributarias”, cuyos resultados se esperan catastróficos para las familias, las empresas, el consumo y el empleo.
USD120 millones menos en la banca
Por el lado de la administración pública, aunque esta pareciera seguir trabajando sin mayores sobresaltos (todavía tienen dinero para pagar la planilla y los subsidios), los expertos advierten que el Gobierno se está quedando sin dinero, lo que lo llevó a reformar la LCT, pero también a buscar préstamos externos, y a rebuscar en las arcas del BCN.
Una disposición firmada por el titular del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, autoriza a esa entidad a colocar Bonos del Tesoro en el BCN. “La Ley prohíbe darle dinero en efectivo al gobierno central, pero no la colocación de Bonos, siempre y cuando sean redimidos en el mismo año fiscal, o sea, antes del 31 de diciembre 2019”, explicó Avendaño.
Dado que la Ley dice que el monto máximo a otorgar se calculará con base en el promedio aritmético de la recaudación de impuestos en los dos años previos al ejercicio en que se efectúa la solicitud, “eso equivale a unos 210 millones de dólares”, explicó Avendaño.
“Eso le da al Gobierno cierta capacidad para financiar el gasto corriente, pero mi duda es la capacidad de redención de esos bonos, porque implicaría un mayor impacto inflacionario, provocado por una emisión de dinero que sería de facto, sin contar con un respaldo en un aumento en las reservas internacionales que cada día se debilitan más por la fuga de los depósitos del SFN”, dijo el experto.
El economista refirió cómo los datos de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif), muestran que, sumando ambas monedas, en enero salió un monto equivalente a 80 millones de dólares, y otros 42 millones en febrero, con una leve recuperación en los primeros diez días de marzo.
La delgada línea rosada
De los 122 millones que salieron entre enero y febrero, Avendaño calcula que unos 80 millones fueron en moneda estadounidense, cantidad que se resta a las reservas internacionales del BCN, que ahora oscilarían alrededor de 1900 millones de dólares, después de cerrar 2018 en unos 2000 millones de dólares, por lo que considera que el país está en una línea rosada en este momento.
Pensando que existe una línea roja que marca el punto de no retorno en cuanto al uso y extinción de las reservas internacionales, los datos hacen pensar a Avendaño que “esa línea roja es de color rosado en este momento”.
“Mi pronóstico era que si el BCN no tocaba las reservas internacionales que no le correspondían (entre ellas, los recursos externos para apoyar la balanza de pagos, el encaje legal que por Ley deben guardar los bancos, y las reservas del Fondo de Garantía de Depósitos, Fogade), la situación se complicaba en marzo o a inicios de abril a más tardar, y lo mantengo”, dijo el economista.
Lo dice convencido de que “el Banco Central indiscutiblemente, y en silencio (porque ya no lo publica), va a tocar recursos que no le pertenecen”.
Esa decisión permitirá que la economía respire un poco más. “Estimo seis meses más para agotar todas las reservas dentro del Banco: alrededor de 2000 millones de dólares, de los cuales, la mitad es intocable”, explicó.
“De los mil millones que sí se pueden usar, hay que pagar deuda pública externa, facilitar la intermediación comercial para facilitar el ciclo agrícola. Solo le quedarían 600 millones para atender la demanda de dólares de los banqueros para afrontar la fuga de depósitos”, detalló.