2 de mayo 2023
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Pobladores de barrios en Carazo, Masaya y Matagalpa han reportado un agravamiento de la escasez del suministro de agua potable en sus hogares, teniendo que desvelarse para poder abastecerse. El problema es recurrente en cada estación seca; sin embargo, con temperaturas superiores a los 33 grados centígrados, la población ha resentido mucho más la falta de agua, aseguraron afectados consultados por CONFIDENCIAL.
“Ha sido un dolor de cabeza para todos”, señala “Carmen”, habitante de una zona rural de San Marcos, Carazo. Cuenta que desde enero el suministro de agua potable en teoría tendría que llegar tres noches por semana, pero hay ocasiones en que esperan hasta las 2:00 a. m., sin que se restablezca.
El problema de la escasez de agua principalmente en áreas rurales y semirrurales, es cada vez más complejo. En ocasiones, dice “Carmen”, el agua sólo llega un día a la semana. De esta forma han tenido que soportar el calor de Semana Santa y el actual bochorno, generado por las altas temperaturas propias de abril, el mes más caliente de la temporada seca.
La Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) no explica las razones de la escasez y tampoco suministra un horario estable para que la población pueda organizarse para recoger agua. No tienen certeza de cuándo volverán a beber o bañarse directamente del grifo. “Carmen” asegura que existen comunidades en Carazo que han pasado hasta dos semanas completas sin agua potable y el suministro por cisternas es muy limitado.
En Masaya la situación no es tan grave como en Carazo, pero ahora cuentan con menos horas de suministro de agua potable que en enero de 2023. “Luis”, habitante de la ciudad, explica que el agua “se va a diario”. Se está haciendo más normal eso”, indica. Al igual que “Carmen”, no han tenido explicaciones sobre la interrupción del servicio, así que lo único que queda por hacer es recoger en barriles.
En varios barrios de Matagalpa también padecen la escasez de agua. Mediante redes sociales, los pobladores han denunciado la situación y a la vez, reclamaron el cobro mensual de Enacal por un servicio ineficiente, y que en algunos casos, los recibos llegan con montos alterados, cuando no tienen acceso al agua.
Una de las principales recomendaciones médicas ante las altas temperaturas registradas en la última semana en el país, es mantenerse hidratado. Sin embargo, en zonas afectadas por la escasez de agua esto se convierte en un verdadero desafío.
Olas de calor
Según el Observatorio de Fenómenos Naturales (Ofena), las altas presiones predominan sobre el territorio nacional, generando temperaturas mayores a 33 grados centígrados y en el caso de Occidente, de hasta 38 grados, con una sensación térmica de 40 a 42 grados centígrados.
El bochorno es una queja constante de los nicaragüenses a través de redes sociales. La población espera con ansias la llegada de la temporada lluviosa, pero las previsiones del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) es que las lluvias aparecerán hasta la tercera semana de mayo, aunque se podrían registrar precipitaciones moderadas en varias regiones del país. Se espera que la canícula sea más intensa por el predominio del fenómeno El Niño, que representa menos lluvia para Centroamérica.
Incremento de incendios en la Reserva Biológica Indio Maíz
Con el aumento de la temperatura y material combustible, los incendios se han disparado. Durante los primeros cuatro meses de 2023, se han detectado 458 incendios en la Reserva Biológica Indio Maíz, en el sureste de Nicaragua, alertó el Gobierno Territorial Rama y Kriol junto a las comunidades Indian River, Greytown y Corn River en un comunicado, en el que expresan su preocupación por la situación del área protegida, en la que además se han reportado focos de quemas en el centro geográfico de su núcleo.
En la última semana de abril se ha registrado un incremento de los puntos de calor, según el monitoreo que mantiene el Gobierno Territorial. El 26 de abril presentó un pico de 85 posibles quemas forestales.
Es “un incremento preocupante en la frecuencia y la distancia dentro de los límites de la reserva de estos eventos en comparación con años anteriores, lo que sugiere un avance de la frontera pecuaria dentro de la misma”, advierten en el comunicado.
Agregan que estos incendios “son un indicador del abandono institucional y la incapacidad de los entes encargados de la protección de la Reserva”. En 2018, la negligencia del Estado ante un incendio en Indio Maíz, que devoró 5484.7 hectáreas durante diez días, fue considerado por organizaciones de derechos humanos como un detonante de la Rebelión de Abril, que fue reprimida por el régimen orteguista, dejando 355 víctimas mortales, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Amenazas contra pueblos indígenas
El Gobierno Territorial denunció que la situación de la Reserva se debe a la incapacidad de las autoridades nacionales para protegerla y a la vez, al oportunismo de colonos provenientes de otras zonas del país, que, aprovechando el abandono institucional, usurpan su territorio y sustituyen el bosque por potreros o minería ilegal.
“Cada vez más nos vemos obligados, no solo a abandonar las zonas que durante generaciones hemos ocupado, sino que nuestra cultura cada vez más se ve diluida como una consecuencia más de la invasión de espacio y la imposición cultural de la que venimos siendo víctimas”, señalan en el comunicado, publicado este 28 de abril.
El llamado de los ramas y kriol es que las autoridades gubernamentales y municipales garanticen la protección de los recursos naturales y el respeto a la autonomía, tomando medidas concretas para la defensa de la Reserva, la preservación de su biodiversidad y la seguridad de las comunidades que en ella habitan.
El ambientalista Amaru Ruiz ha señalado en múltiples foros internacionales el abandono en que se encuentran las áreas protegidas en Nicaragua, facilitando el cambio de uso de suelo mediante la ganadería y aumentando la violencia en territorios indígenas.
Según un reportaje de CONFIDENCIAL, 70 indígenas miskitos y mayangnas de la Costa Caribe de Nicaragua han sido asesinados por colonos invasores en los últimos diez años. Mientras, otro centenar ha sido víctima de secuestros, violaciones sexuales, desplazamientos forzados, traumas psicológicos y heridas, que los han dejado con amputaciones o en estado cuadripléjico, en el peor de los casos.
Sin embargo, el régimen de Daniel Ortega continúa inerte ante la desprotección de las reservas y las denuncias de asesinatos por parte de comunidades indígenas en Nicaragua, que siguen impunes.
