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Los malabares de la pequeña clase media

Nicas con ingresos de 500 a 2,500 dólares son profesionales, empresarios o productores, que deben ingeniárselas para “resolver” sus necesidades

Nicas con ingresos de 500 a 2

Arlen Cerda

24 de agosto 2017

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La arquitecta Elsy Malta, de 34 años de edad, es una profesional de clase media. Tiene un título universitario, un empleo, un ingreso de 500 a 800 dólares mensuales y un auto que está pagando en cuotas. Elsy es parte del segmento socioeconómico que el Banco Mundial define como clase media, y en el que en Nicaragua —la economía más pequeña de Centroamérica— se calcula que se ubica un 18% de la población.

Por definición, se presume que la clase media tiene acceso a adquirir una casa, servicios, bienes de consumo durables, acceso a educación y salud de mayor calidad, comodidades y ahorros que no puede permitirse la población de los segmentos pobres ni vulnerables. Sin embargo, Elsy aún no puede comprarse una casa propia.


“No es una opción fácil. Tenés que tener un monto ahorrado para poder aplicar a un préstamo de vivienda, entonces la opción de muchos es rentar y tenés que ajustarte a tu presupuesto”, relata.

Elsy Malta

Elsy Malta estudió arquitectura y comenzó una maestría en Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, que no ha logrado terminar. Confidencial | Facebook

Según Esly, es común que entre su círculo de amistades y allegados, para optar a la adquisición de una casa no basta con tener un empleo. “Debés pensar en que tenés que innovar y tener alternativas ‘b’ o ‘c’: un negocio propio o alterno a tu trabajo (para lograr comprarte una casa), que son las opciones que mucha gente está haciendo ahorita”, valora.

Rango salarial de la clase media

La clase media de Nicaragua es una de las más pequeñas de América Latina. Según el Documento Sistemático de País del Banco Mundial, solo 18 de cada 100 nicaragüenses tiene un ingreso que le permite identificarse como clase media.

  • Descargá aquí el Documento Sistemático de País, del Banco Mundial (inglés)

“Yo me considero en la escala de las pocas personas que tiene la opción de tener un trabajo, con un salario bueno. Mucha gente no tiene esa opción”, compara Elsy.

El Banco Mundial define a la clase media como aquellos con un ingreso per cápita de 10 a 50 dólares diarios de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA).

El economista Sergio Santamaría, del Centro de Investigación y Asesoría Económica (CINASE), explica que cuando el Banco Mundial habla de 10 a 50 dólares de ingreso diario se refiere a dólares medidos en capacidad de compra, no a dólares corrientes.

“Es decir que a ese nivel de ingreso de precios internacionales, en Nicaragua 50 dólares de PPA, por ejemplo, significaría en dólares corrientes un poco más de 1.7”, detalla.

En palabras aún más simples, un nicaragüense de clase media debe tener un ingreso de 500 a 2,500 dólares mensuales.

Actualmente, Elsy Malta trabaja en la coordinación del voluntariado nacional de una ong. Confidencial | Tomada de Facebook

Entre las clases medias más pequeñas

El director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), Juan Sebastián Chamorro, añade que además de la clasificación del Banco Mundial sobre la clase media global, existen otras definiciones de clase media que pueden ser más subjetivas o no.

En general, detalla Chamorro, se define como familia de clase media a una que “tiene algún nivel de consumo que puede ser caracterizado por algunos bienes durables”, como mejores condiciones en el hogar, electrodomésticos, algún vehículo o la posibilidad de brindar una mejor educación a los hijos.

El economista independiente Adolfo Acevedo agrega que “en comparación con el resto de la población, la clase media tiende a tener empleos relativamente mejores, relativamente mejor ingreso, mejor acceso a servicios públicos, como electricidad, agua potable, etcétera”.

Además de ser una de las más pequeñas de la región, Acevedo recuerda que de acuerdo con el Banco Mundial, la clase media nicaragüense también crece lento.

Este grupo creció de un 11% de la población en 2005 a 18% en 2014. En el mismo periodo, la clase media en América Latina se expandió del 23.7% al 35%”, cita Acevedo.

clase media nicaragua

La clase media de Nicaragua es una de las más pequeñas de Latinoamérica. Confidencial | SDC Banco Mundial

Para el 2014, el porcentaje de la clase media nicaragüense solamente era mayor al de Honduras y Guatemala (12% y 9%, respectivamente), que tienen poblaciones más numerosas. En cambio, en Costa Rica ese mismo segmento económico ascendía al 47.1% de la población, incluso por encima del porcentaje de Panamá.

Chamorro menciona que “llama la atención que si bien es cierto ha habido una reducción de los niveles de pobreza, (lo que) ha aumentado (es) la vulnerabilidad, no ha aumentado la clase media, porque uno no salta automáticamente de la pobreza a la clase media, uno queda en ese rango, con cierta probabilidad y riesgo de volver a caer a la pobreza”.

Priorizar gastos y planificarse

El trabajo que Elsy tiene actualmente no está relacionado con su carrera, sino con la coordinación de la red nacional de voluntarios de una organización que trabaja en la atención a la niñez con discapacidades.

“Me gusta mi trabajo”, afirma Elsy, “porque en algún momento uno o muchos tienen el trabajo que consiguieron y no el trabajo que quieren tener”. Pero también comparte que “quisiera tener mi estudio de arquitectura y que mis clientes llegaran y que les diseñara o construyera la casa de sus sueños”.

El país no te permite y muchos de mis colegas no trabajan en eso y han tenido que inventarse otras formas de desarrollarse profesionalmente”, señala.

Elsy no tiene hijos, de manera que con sus ingresos aún puede permitirse el costo de paseos familiares, salidas con amigos e incluso vacaciones al interior de Nicaragua o al extranjero, pero aclara que los viajes son “en plan mochilero” y que las salidas procura limitarlas a ocasiones especiales como cumpleaños, bodas o babyshower.

No salgo mucho. Hay que priorizar gastos”, subraya.

Además, menciona que la compra de su automóvil no se trata de un lujo, sino de una inversión con la expectativa de optar a un mejor trabajo, con un mejor salario.

Si querés cumplir tus sueños, tenés que planificarte. No es algo que podás decir: ‘Se me ocurrió comprar mi casa’, y mañana me la compro. Tiene que ser un proyecto a largo plazo, tenés que empezar por ahorrar la prima. Entonces tenés que ser consciente y responsable y no poderte dar el lujo de irte de fiesta y gastar el salario en salidas. Tenés que revisar bien en dónde vas a comprar, qué es lo que vas a comprar y que sea lo indispensable”.

 

Ana María Estrada, propietaria de la tienda Mujeres Virtuosas, de Jinotepe. | Confidencial

Reinventarse los ingresos

Ana María Estrada es propietaria de la tienda de artesanías y cultura nicaragüense, Mujeres Virtuosas, ubicada en Jinotepe. Tiene 47 años de edad y dos hijos que estudian el tercer y segundo año de su carrera universitaria.

Ana María estudió Trabajo Social, pero cuando salió en busca de un empleo solo le ofrecían salarios de unos mil córdobas, entonces optó por fundar su propio negocio, que hoy tiene más de doce años funcionando.

“Yo todos los días vengo a mi trabajo y vivo dispuesta a trabajar en todo lo que corresponda, a aprovechar mi tiempo, a ser diligente, a producir otras cosas, a ofrecer otros productos a mis clientes, a darles una atención personalizada. A veces vienen personas por productos que nunca se me habían ocurrido y he aprendido a nunca decir no a esas peticiones o a esas necesidades de los clientes. Entonces de una u otra manera, en mi trabajo, siempre termino resolviendo”, comenta.

El negocio genera a Ana María un ingreso mensual promedio de 1,500 a 1,800 dólares, en las mejores temporadas. Además, obtiene una renta de 550 dólares por una propiedad que tiene en Managua.

Sin embargo, también recuerda que el inicio no fue sencillo. “En los primeros años uno empieza con el temor de ver y decir: tengo esta cantidad de dinero en mis manos y esto no me completa los gastos de mi casa (…) en el transcurso del tiempo y con la experiencia he ido aprendiendo a dejar ese temor a un lado”, asegura.

Con sus ingresos Ana María reinvierte continuamente en su negocio, mantiene su casa, su vehículo, servicios básicos e impuestos y garantiza la educación universitaria de sus dos hijos.

“El objetivo es ir creciendo, emplear a más personas, sobre todo emplear a mujeres, que es uno de los objetivos con los que empezó este emprendimiento”, detalla.

“Logarlo —añade Ana María— es algo de todos los días. Es mucho esfuerzo y mucha perseverancia”.

Impuestos recaen en la clase media

El economista Juan Sebastián Chamorro estima que en la incipiente clase media nicaragüense, “el problema está en que así como tienen ciertas oportunidades, también recae sobre ellos el sistema tributario”.

Ana María relata que “en un negocio, al inicio uno puede tener muchas expectativas, pero en el camino, con las experiencias, esas expectativas se te suben, se te bajan y se te va acomodando”. En temporadas bajas, su ingreso previsto en la tienda puede reducirse hasta la mitad.

El economista Adolfo Acevedo también detalla que además del Impuesto sobre la Renta (IR) que se aplica de manera escalonada a los salarios nicaragüenses, en el caso de la clase media “el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) y también los derechos arancelarios a la importación, tienden a recaer más fuertemente sobre este sector”.

“Darle vuelta al dinero para que rinda”

También en la ciudad de Jinotepe, Alejandro Páramo y su esposa Heydi Vásquez han establecido un pequeño grupo de negocios familiares para completar sus ingresos mensuales como profesionales.

Alejandro es arquitecto con un máster en gerencia empresarial y trabaja de forma independiente a través de contratos. Heydi se graduó en Relaciones Internacionales y luego se preparó como abogada y notaria, para colaborar en un Bufete Jurídico. Solo con sus ingresos profesionales, a Alejandro y Heydi les resultaría muy difícil poder criar y educar a sus hijas de 11 y 7 años de edad.

Heydi Vásquez con su hija de once años de edad. Confidencial | Tomada de Facebook

“Decidimos formar algo bonito, algo legal, algo que tuviera un respaldo, que nos conocieran, aunque fuéramos pequeñitos, pero que comenzáramos como algo serio. Entonces decidimos darle el nombre de la Familia Más”, explica Heydi sobre los negocios familiares que actualmente son la ferretería “Ferre Más x Menos” y la tienda de ropa y accesorios de moda “Más Boutique”, que están inscritos a su nombre.

El emprendimiento de Alejandro y Heydi empezó con el uso de un crédito de consumo personal. Con esos recursos, instalaron un cibercafé que ahora han tenido de cerrar por el boom de la conexión inalámbrica a internet, y reinvirtiendo y ahorrando lograron abrir los dos negocios actuales.

“Ha sido un esfuerzo con el objetivo de respaldar a nuestras hijas, porque queremos que ellas alcancen sus metas profesionales, pero de igual manera ver que a ellas no les cueste tanto como nos ha costado a nosotros”, asegura Heydi tras relatar que les tomó por lo menos cuatro años lograr acceso como microempresarios al sistema financiero nacional.

“Lo que hacemos nosotros, como dicen, es darle vuelta al dinero, si a mí me sale un trabajo de mi oficio como abogada, entonces ese ingreso yo lo reinvierto, para como dicen, reproducir un poco más. Igual él. Entonces esa es la manera en cómo nosotros estamos coordinando nuestros ingresos”, comparte Heydi.

La abogada y emprendedora confiesa que “hay momentos en que que yo le digo a él: ‘Ya, ya no más, me siento cansada’, porque son tantas cosas a la vez”, y mientras lo dice, no logra controlar las lágrimas.

Alejandro Páramo con sus dos hijas, a quien afirma les enseña el valor de ahorrar y emprender. Confidencial | Tomada de Facebook

“No te educan para crear”

Alejandro es muy crítico sobre la realidad económica de Nicaragua. Él considera que en el país no existe clase media baja ni clase media alta, “porque aquí la mayor parte de los nicaragüenses vivimos el diario, vivimos el día” y opina que “las estadísticas están maquilladas”.

“A mediano plazo —comparte Alejandro— aspiramos a que estos negocios crezcan, que los negocios se consoliden, y una vez que los negocios se consoliden, pues emigrar a otros negocios para seguir emprendiendo, para seguir luchando”.

Chamorro considera que “en la medida en que esta clase media se va reforzando, ayudaría mucho al crecimiento económico del país”.

Alejandro, por su parte, reclama que “el principal problema que nosotros enfrentamos es la forma en que nos crían nuestros padres y la forma en cómo nos educan en las universidades”.

“Te educan para que vivás junto con tus padres, que seas bueno en lo que hacés, pero que vayás a buscar un trabajo; no te educan para que vos vayás a crear tu propio trabajo o que tengás mente empresarial”, critica.

A criterio de Heydi, lastimosamente tener preparación, tener un título aquí en Nicaragua no te asegura una estabilidad económica, no te asegura un buen porvenir”.

Acevedo reconoce que “el ingreso que tenés por mayores niveles educativos es cada vez menor” y considera que eso “tiene que ver con que cada año estás graduando miles de universitarios, pero la economía no lo demanda”.

“¡No hubiera perdido tanto tiempo!”, dice Alejandro, “imagínese: yo comencé hace cinco años a ser empresario junto con mi esposa. ¡A los 34 años de edad! ¿Perdí cuánto tiempo? ¡Prácticamente catorce años desde que salí de la universidad! Hoy con mis hijas no, a mis hijas yo les inculco, les educo que ellas pueden crear, que estudien, que se gradúen, porque es importante y necesario, pero que sepan que pueden emprender”.

Ana María, de Mujeres Virtuosas, también comparte esa lección.

“Una de mis mayores motivaciones para mis hijos es que sean hombres emprendedores, que crean que todo lo que ellos quieran en la vida lo pueden lograr. Lógicamente sí merece mucho esfuerzo y mucha dedicación que también siempre les hago saber”, detalla.

Ana María Estrada, con su hijo mayor, quien le ayuda en la tienda y estudia tercer año de Marketing. | Confidencial

Chamorro comenta que también las aspiraciones de la clase media “se logran a través del concurso de una serie de factores, donde definitivamente está el gobierno, con políticas económicas sanas, estabilidad macroeconómica, fomento a la inversión, Estado de Derecho, todo lo que tiene que ver con el imperio de la Ley, el respeto a la propiedad privada”.

“Y naturalmente —agrega— la importancia del sector privado que juega un papel fundamental en esto, en la atracción de nuevas inversiones, conseguir socios internacionales que traigan nuevas tecnologías y que se aproveche de los recursos que el país tiene para ofrecer y fomentar las exportaciones, fomentar la producción nacional”.

Alejandro, también ve otros retos cotidianos: “Cuando la gente mira con un negocio a alguien, dice: ‘Ah, mirá, la está haciendo, la está partiendo’, como decimos nosotros en el buen nicaragüense, y yo le digo a la gente, bueno sí, tengo bendiciones y esa bendición me la ha dado Dios, pero mi día empieza a las tres de la mañana y hay veces que no termina, hay veces que paso de viaje y al día siguiente tengo que venir a trabajar y poner mi mejor cara al cliente y a donde ande, aunque lleve dos o tres días desvelado porque los números no dan”.


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Arlen Cerda

Arlen Cerda

Periodista. Desde 2003 ha trabajado en medios tradicionales y digitales.

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