13 de diciembre 2016
Encarada con la perspectiva de seguir creciendo entre 4% y 5% anual -bueno pero insuficiente, ante los grandes rezagos sociales y económicos del país- Nicaragua necesita comenzar a discutir en serio cuáles son los sectores prioritarios y cuáles son las estrategias a aplicar, para que estos crezcan más.
Entrevistados para el programa de televisión ‘Esta Semana’, los economistas Mario Arana (Director de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua, APEN), y Juan Sebastián Chamorro (Director de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social, Funides), opinan que hay que estudiar la revisión de de las exoneraciones fiscales, y la situación financiera del Seguro Social, coincidiendo con las observaciones que ha hecho del Fondo Monetario Internacional desde hace varios años.
Arana dijo saber que el gobierno hizo una estimación “bastante pormenorizada” del costo de las exoneraciones, “y la conclusión es que son mayores de lo que se creía”.
Aunque admite que le parece pertinente “revisar el sistema de exoneraciones y racionalizarlo, porque no todo se puede seguir exonerando”, el economista también menciona uno de los principales argumentos del sector privado, a saber, que si les quitan exoneraciones pierden competitividad.
“Hay que escucharlos, porque esta economía es sumamente cara, y no tiene los niveles de competencia que ayudarían a que bajen los precios y tengamos menores costos de energía, de financiamiento, de transacción, etc.”, aseguró.
Arana recomienda “pensar más estratégico hacia el futuro”, porque “tal vez el dilema no sea tener o no exoneraciones, sino tener una estrategia donde ganemos en productividad, en competitividad, a base de acciones priorizadas que le den un respiro al sector privado”.
Entre otras acciones, enumera que hace falta disminuir el costo de la energía, lo que pasa por “revisar las pérdidas técnicas y no técnicas que tiene el distribuidor; revisar a futuro el precio de los contratos de energía, y no seguir sosteniendo esta alta estructura de costos”.
Otra necesidad urgente es tener un puerto en el Caribe, lo que representaría un ahorro para los exportadores de al menos 800 dólares por furgón, porque ya no tendrían que ir hasta Puerto Cortés, o Puerto Limón. “Ese tipo de acciones podrían hacer una gran diferencia en la competitividad de los sectores”, aseguró.
‘Festín’ de exoneraciones
Juan Sebastián Chamorro recordó un estudio elaborado por el también economista Mario Flores en 2015, que cita distintos trabajos previos, incluyendo uno del BID que cifra el costo de las exoneraciones fiscales en un rango de entre 400 y 500 millones de dólares.
Chamorro opina que algunas de estas exoneraciones son “inamovibles”, y que se trata de un tema bastante complejo que involucra negociación política, porque no se puede negar el argumento de la competitividad y el de los subsidios que reciben los productores de los países con los que Nicaragua compite.
“Nosotros hemos planteado a los funcionarios del Fondo Monetario Internacional que se puede buscar una reducción del IVA, en dos puntos porcentuales, a cambio de exoneraciones. Así, de alguna manera se brinda un alivio de la carga impositiva, a cambio del desmantelamiento de algunas exoneraciones. Este tipo de propuestas puede acercar a un punto intermedio entre las necesidades recaudatorias del Estado, y un incremento de la competitividad del sector privado”, valoró.
En referencia a la situación de las finanzas del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), que tutela el sistema de pensiones en el país, Chamorro dijo que las delegaciones del FMI tienen diez años de estar haciendo referencia a ese tema, pero en los últimos tres años, el Instituto ha caído en un déficit operacional anual, de alrededor de mil millones de córdobas, “y esto es muy preocupante para la integridad del sistema”.
En su opinión “el mensaje del Fondo con relación a los espacios fiscales, si lo querés leer entre líneas, es que ya no se aguantan más incrementos a los impuestos o a las cotizaciones al seguro social, y que el bolsón en el que se podían buscar recursos frescos adicionales, está en el desmantelamiento de algunas exoneraciones que ellos consideran que han cumplido ya la meta de promover algún sector, y como cualquier tipo de exoneración, debe estar definido en el tiempo”.
Brecha comercial sigue creciendo
De cara al año venidero, Arana prevé que después de tener dos malos años, (las exportaciones tradicionales cayeron 8% en 2015 y entre 6% y 7% para 2016, compensado por una recuperación de las exportaciones de zona franca), lo más probable es que esto comience a mejorar el próximo año porque un mejor invierno nos dará mayores índices de producción, y porque los precios internacionales de algunos rubros como azúcar y café han tendido a mejorar”.
El problema es que aunque las exportaciones se recuperen, eso no obviará el hecho que se perdieron dos años, por lo que Arana se pregunta cómo manejar la brecha comercial, siendo que las importaciones han crecido a un ritmo mayor y se ha ampliado esa brecha, sin olvidar que hay que proteger las reservas internacionales.
“Hay algunos desafíos, pero hay que ir a lo neurálgico y lo estratégico, porque el problema del seguro social se puede resolver con más inversión o reduciendo la informalidad en el empleo. Lo que hay que ver es cómo centrarnos en una agenda que esté en lo estratégico (en aquello que verdaderamente nos puede hacer más competitivos) de manera deliberada, y apostamos, como decía el último estudio de Funides, a los sectores con más alta productividad”.
En ese sentido, Chamorro dijo que Funides comparó la estructura de la economía en 2005 con la de 2014, y encontró que era prácticamente igual.
“Los sectores habían crecido por dinámicas internas de cada uno, pero la estructura es la que ya conocemos: predominantemente agropecuaria, de materias primas, con alguna mejora en la sofisticación de algunos productos de exportación, lo que dice que existe buen potencial para profundizar tecnológicamente la matriz de exportación”.
Hay que tratar de identificar sectores claves, como el turismo, que puede absorber mucha mano de obra en actividades más productivas a través de todos los servicios que los turistas necesitan, y tratar de encontrar los cuellos de botella que dificultan el crecimiento de ese sector, comenzando por elevar la enseñanza del idioma inglés.
La amenaza del ‘Nica Act’
Aunque existe la tendencia de ignorar la recién aprobada ‘Nica Act’ que impone sanciones económicas a Nicaragua, en respuesta al retroceso democrático que exhibe el país, el economista Mario Arana opina que Nicaragua debería lidiar con ese tema desde el punto de vista político, “porque es una sombra que no le conviene al desempeño económico de Nicaragua”.
El experto recuerda que “hay una serie de tendencias que han variado, y ya no son tan favorables para nuestro país: los precios de nuestras exportaciones, los flujos desde Venezuela, aunque nos hemos beneficiado de los bajos precios del petróleo, (y eso ha mantenido el crecimiento y el dinamismo económico), por lo que hay que cuidar las condiciones actuales para seguir creciendo, y tratar de crecer más, si fuera posible”.
Juan Sebastián Chamorro recuerda que la Nica Act ya se aprobó en la Cámara de Representantes, “lo que significa que ya tiene la mitad del proceso de formación de Ley, y la congresista Ileana Ros-Lehtinen volvió a hablar y dio a entender que esto sigue en la agenda legislativa”.
Chamorro considera importante “enviar un mensaje a los que lo estaban minimizando –que esto no es para minimizar- y a los que estaban creyendo que esto sería beneficioso para generar un proceso de diálogo: no, esto no es beneficioso, porque va a generar una reducción del crecimiento económico, que necesitamos que siga siendo alto”, sentenció.
El Director Ejecutivo del Funides dijo que realizaron varias simulaciones que permitieron demostrar que si bien es cierto, los efectos de esa ley no se sentirían en el curso de los dos primeros años, una vez aprobada sí podría tener efectos muy nocivos en el largo plazo, porque esta ley permanece mucho en el tiempo.
“La Ley Helms-Burton que tiene que ver con el tema de la propiedad, nos afectó desde 1994 y permaneció vigente por asuntos políticos, hasta que fue eliminada este año. La Nica Act es permanente, y las sanciones que incluye son permanentes”, añadió.
Empresarios resienten ‘ruido’ político
El Tercer Informe de Coyuntura Económica presentado recientemente por Funides señalaba la percepción de los empresarios, quienes decían que el factor político afectaba negativamente el clima de negocios, lo que Chamorro interpreta como una reacción ante la confluencia de eventos negativos observados entre mayo y septiembre de 2016, que es cuando se levantó esa encuesta.
“Nosotros preguntamos siempre sobre temas como la corrupción, el costo de la energía, el crédito, el entorno político. El entorno político -como un factor que afectaba negativamente en los negocios- llegaba a 29% en abril de 2016. Entre abril y septiembre, cuando ocurren todos estos eventos, los empresarios comienzan a expresar su mayor preocupación porque el clima político comienza a afectar al clima de inversiones”, y el número de los ‘preocupados’ aumenta de 29% a 68%.
El economista también explicó que “cuando preguntamos por la situación de su empresa con relación a septiembre del año pasado, baja de +21% a -6% y cuando hablamos del clima de negocios en general, vemos que bajó del 74% al 39%, que cayó bastante, aunque sigue siendo positivo. Claramente, la discusión en torno a los temas políticos es lo que tiene inquietos a los empresarios”, valoró.