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Dictadura de Ortega: Un obstáculo para los venezolanos en rumbo al “sueño americano”

Migrantes venezolanos varados en Costa Rica denuncian cobro de 150 dólares en Nicaragua y reaccionan a anuncio de Estados Unidos

Migrantes venezolanos varados en Costa Rica denuncian cobro de 150 dólares en Nicaragua y reaccionan a anuncio de Estados Unidos

Octavio Enríquez

16 de octubre 2022

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A medida que avanzaba en la selva del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá, la comerciante venezolana María González, de 41 años, le repitió a su hijo de seis una mentira que otros padres le dicen a los menores para que no se dejen vencer: “Juan Andrés, esto es un juego. El premio será conocer Disney”. 

Según su relato, el niño continuó, aunque las condiciones fueron endureciéndose en la travesía. González se golpeó una rodilla en las piedras de un río y –extenuada– pidió a su esposo, Marcos Herrera, que la abandonara a su suerte. Otros padres cargaban a sus hijos sobre los hombros cuando el nivel del río era muy alto, y varios ancianos también lucían desesperados.


González y su familia forman parte del éxodo masivo de venezolanos que dejan un país sin libertades y destruido económicamente por la dictadura de Nicolás Maduro, para buscar el “sueño americano” en Estados Unidos, enfrentando penurias que se multiplican en el trayecto.

La migrante relata que decidieron irse de Venezuela hace 45 días, con 300 dólares en el bolsillo, cruzaron a Colombia, pasaron a la selva y durante tres días sobrevivieron a punto de dulces y agua hasta que llegaron a Costa Rica el 6 de octubre y en este país buscaron la ciudad de Alajuela, desde donde les quedan 3828 kilómetros para llegar al Río Bravo en México.

Su esposo comenta que se sienten tristes por las noticias que vienen desde Estados Unidos, después que el Departamento de Seguridad Nacional anunció, el pasado 13 de octubre, un programa que los deja prácticamente por fuera de cualquier posibilidad de legalización.

La pareja estaba recogiendo dinero de la venta de dulces en el semáforo cercano al parque Juan Santamaría para enfrentar el resto del periplo.

María González y su esposo Marcos Herrera en Alajuela, Costa Rica. // Foto: Octavio Enríquez

Las autoridades estadounidenses dijeron que acogerán hasta 24 000 venezolanos, priorizando a los que lleguen legalmente, tengan un patrocinador y cumplan con los requisitos de seguridad y salud pública. En un comunicado oficial, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas, dijo que devolverán a México a todos los que crucen de forma irregular por la vía terrestre, como planeaba la familia de González si logra recalar en México.

“(Las autoridades estadounidenses) Nos dejaron en ‘shock’, y casi que, en el aire, no sabemos ni para dónde ir, ni dónde quedarnos. Estamos prácticamente en la calle”, lamentó la mujer, que piensa en la posibilidad de quedarse en Costa Rica, donde han recibido ayuda, no solo vendiendo los dulces, sino con gente que le ha abierto las puertas de su casa y le han ofrecido hasta trabajo.

Es la única venezolana de seis entrevistados por CONFIDENCIAL y Esta Semana, que baraja la posibilidad de quedarse, mientras los otros insisten en seguir afrontando los riesgos sin garantías de alcanzar su objetivo.

¿Qué pasará con los demás venezolanos?

La cifra de 24 000 venezolanos que serán legalizados por Estados Unidos, según los datos del mismo comunicado oficial, representa el 41.3% de quienes fueron capturados entre agosto y septiembre del año fiscal 2022: 25 000 en el primer mes mencionado y 33 000 en el segundo.

Diego Chaves González, gerente senior de la iniciativa de América Latina y el Caribe de Migration Policy, desde Bogotá, en Colombia, califica como irrisoria la cifra mencionada por las autoridades norteamericanas y cuestiona qué pasará luego que se cumpla la misma en las primeras dos o tres semanas a partir del anuncio oficial.

“Son decisiones paliativas, el llamado de la declaración de Los Ángeles a la acción colectiva tiene muchas aristas. Entre más colectivamente se tomen las decisiones se van a poder tomar mejores decisiones”, advierte Chaves González, refiriéndose a la declaración firmada el pasado 10 de junio por veinte países de la región en Estados Unidos.

Según el experto en temas migratorios, la postura de Estados Unidos podría incentivar la irregularidad. En ese sentido, urgió a una acción más estratégica de cara a una nueva realidad migratoria en suelo estadounidense, muy distinta a la de décadas atrás.

El anuncio de Chaves en Costa Rica

El funcionario de iniciativa de América Latina y el Caribe de Migration Policy, en Bogotá, también opina que el otro pronunciamiento realizado por el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves –de poner 60 buses para trasladar a los migrantes venezolanos– iría en contravía de la medida de Estados Unidos y eso generaría dificultades en los demás países.

“Hay que trabajar en cómo perfilar mejor a la población migrante, mirar si hay algunos procesos de retorno que se puedan dar en las fronteras de algunos países de América Latina. Por ejemplo, Colombia, Chile, Perú y Ecuador están haciendo un proceso de regularización. Creo que quizás se puedan generar una serie de incentivos”, sugiere el especialista.

Gonzalo Carrión, coordinador del colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, valora como positiva la propuesta de Costa Rica, ya que la iniciativa busca humanizar el tema de la migración. 

Venezolanos varados en San José, Costa Rica, después de cruzar la selva panameña de Darién. // Foto: Elmer Rivas.

La Presidencia costarricense explicó a CONFIDENCIAL la propuesta de Chaves, en un correo enviado este viernes 14 de octubre, tras una consulta periodística. En la comunicación sostiene que esperan que la decisión de Estados Unidos desaliente a los migrantes de seguir la ruta del Darién. 

“Es un plan de contingencia (el de los buses) que comenzaría a regir en el momento que los buses de transporte público autorizados para realizar las rutas de Paso Canoas a San José, y de San José a la frontera norte no den abasto con la demanda de traslado de personas, mientras el transporte público que es pagado por los migrantes pueda cumplir con la demanda solicitada no se haría necesario poner en acción dicho plan”, explicaron las autoridades.

De acuerdo con las cifras de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), desde 2015 más de 7 millones de venezolanos se encontraban en una situación de desplazamiento forzado.

Ortega, una amenaza para migrantes

Braulio Abarca, del mismo colectivo Nicaragua Nunca Más, valora que el camino para llegar a Estados Unidos está lleno de riesgos para los migrantes, entre ellos que puedan ser objeto de la amenaza del crimen organizado. 

Abarca y Carrión coinciden en que la crueldad del régimen de Nicaragua se constituye en otro riesgo a enfrentar.

En agosto, CONFIDENCIAL publicó la denuncia de venezolanos sobre cómo las autoridades de Migración de Nicaragua los extorsionan con el cobro de 150 dólares por un supuesto salvoconducto que nunca les entregan. En septiembre, el diario costarricense La Nación también documentó nuevas denuncias sobre este cobro de la dictadura que obstaculiza el paso de los venezolanos que no cuentan con el dinero para el cobro ilegal.

“Es una decisión arbitraria (del Estado de Nicaragua). Muchas de las personas que viajan en situaciones de desplazamiento forzado no cuentan con los recursos y eso obliga a trabajar en lo que sea a los migrantes y en condiciones inhóspitas. Este cobro indebido representa una gran preocupación para las personas que viajan”, lamentó Abarca.

La dictadura de Ortega ya ha provocado crisis migratorias en el pasado, bloqueando el paso de cubanos, haitianos e incluso nicaragüenses. En agosto de 2020, la dictadura no se inmutó cuando dejó varados durante dos semanas a más de un centenar de sus nacionales, a quienes le exigía la prueba negativa de covid-19, en la frontera costarricense.

Abarca mencionó que los migrantes se encuentran expuestos a otras situaciones peligrosas como ocurrió cuando 15 venezolanos murieron en un accidente de tránsito, en julio pasado, en Estelí, al norte de Nicaragua.

En 2015, el régimen demostró también su indolencia y crueldad, bloqueando la frontera con Costa Rica para impedir el paso a haitianos y cubanos, un drama que alcanzó su punto más elevado cuando una docena de ellos perecieron ahogados, mientras intentaban cruzar ilegalmente el Río Sapoá.

“Es la crueldad del régimen (de Ortega) con los suyos que los expulsa, y con la población migrante que pasa. Ellos merecen la máxima consideración”, recalcó Carrión.

El Gobierno de Costa Rica incluso dijo en el correo enviado desde Presidencia que, ante un eventual cierre de fronteras en Nicaragua, estaría estudiando varias acciones para atender a los migrantes como coordinar ayuda internacional humanitaria con otros países para atender las necesidades elementales de quienes queden varados.

El drama venezolano

Pedro Luis Briceño, un venezolano que vive en Costa Rica desde hace dos años y ocho meses, reacciona conmovido cuando se le pide un comentario sobre los miles de compatriotas suyos que deambulan buscando ayuda en Alajuela, San José, o cualquiera de las provincias del país.

El ingreso de venezolanos de Panamá a Costa Rica ha crecido de 200 a 3700 diarios, según cifras mencionadas por el presidente costarricense.

“Es algo de verdad que no tiene definición ver a nuestra gente pidiendo para seguir el camino y poder alcanzar el sueño americano todo por una mala administración del gobierno venezolano con unos ideales que en ninguna parte de mundo han funcionado”, dice Briceño, quien asegura que la medida tomada por Estados Unidos era previsible por la salida en masa de los venezolanos.

Briceño insiste en que ningún país, incluido Estados Unidos, está preparado para soportar una carga social de la magnitud que impone la migración forzada. Según EE. UU., más del 25% de la población venezolana se fue de su país: 2.4 millones de los cuales están residiendo en Colombia. La noticia de su desplazamiento hacia el norte suele ser noticia recientemente de primera página en las grandes cabeceras norteamericanas.

A 1774 kilómetros de distancia de su natal Valencia, la comerciante venezolana María González y su esposo Marcos Herrera luchan por sobrevivir. En el viaje, ellos han conocido a otros venezolanos que se mueven en los parques y cerca del mercado de Alajuela con el mismo objetivo de recoger dinero para seguir. Manuel Riera, silencioso, carga un cartel a unos cinco metros de la pareja. En letra de molde clama para quien pueda prestarle atención: “Hola, soy venezolano, apoyanos con lo que pueda por favor: ¡Pura vida!”.

Manuel Riera, migrante venezolano, conoció en el trayecto al matrimonio Herrera González, y también está en Alajuela. // Foto: Octavio Enríquez

Venezolanos en San José con ánimos “ponchados” tras sobrevivir a Darién

Los testimonios de los venezolanos recién llegados a Costa Rica, tras cruzar la selva panameña de Darién, son dramáticos. Rosa María Ramos asegura a Esta Semana que “es doloroso ver que muchos niños se murieron porque no tenían comida”.

Ramos se encuentra en la terminal de buses 7/10, donde suelen pernoctar los venezolanos que van llegando a San José, Costa Rica. Algunos incluso suelen dormir en el lugar. Ella cuenta que se quedó sin comida y sin ropa porque debieron botar las prendas en la selva. 

La migrante dice que no sabe cómo pagará los 150 dólares exigidos por Nicaragua para transitar por el país, luego que se quedó sin dinero. Tampoco lo sabe Wilfraimer Reyes, quien hace cuatro días llegó con su esposa y sus tres hijos menores de edad.

Reyes se sorprendió al escuchar la información sobre el programa de acogida de solo 24 000 migrantes, anunciado por Estados Unidos.  “Me causó un impacto la decisión (de Estados Unidos), porque queremos trabajar para mantener a nuestra familia”, dijo.

Marilyn Idrogo, quien salió de Venezuela el 20 de septiembre, valora que el anuncio les bajó “los ánimos que traíamos desde que atravesamos el tapón del Darién”, pero igual que los otros seis entrevistados por Esta Semana afirma que seguirán su camino hasta el destino final.

Idrogo dijo que muchos de los migrantes vendieron todas sus cosas para lograr hacer la travesía, por lo que le pide flexibilidad al presidente Joe Biden, a quien le dice que no son “malandros. Vamos con la mentalidad de dar un granito de arena de nuestra experiencia y trabajo para poder dar un crecimiento económico más a EE. UU.”.

A Yuri Rodríguez le tomó diez días cruzar la selva y también considera que los migrantes no se detendrán, a pesar de la disposición estadounidense.

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Octavio Enríquez

Octavio Enríquez

Periodista nicaragüense, exiliado. Comenzó su carrera en el año 2000, cuando todavía era estudiante. Por sus destacadas investigaciones periodísticas ha ganado el Premio Ortega y Gasset, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio a la Excelencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, y el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).

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