8 de febrero 2024
El expresidente de Panamá, Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, se instaló a su gusto y con varias comodidades en la embajada de Nicaragua en ese país, luego que este miércoles 7 de febrero de 2024 la dictadura de Daniel Ortega le otorgó un “asilo” en la sede diplomática en la capital panameña.
El exmandatario fue condenado en julio de 2023 a más de diez años de prisión y al pago de una multa de más de 19 millones de dólares por lavado de dinero. Martinelli se autodeclaró como un “perseguido político” —el sábado 3 de febrero, un día después de la ratificación de su condena— y aseguró sin pruebas que “fuerzas del mal buscan” inhabilitarlo como candidato presidencial.
Medios de comunicación panameños reportaron que Ricardo Martinelli se equipó y abasteció con un sinnúmero de enseres, artefactos, bebidas y comida, para mientras espera la decisión del Gobierno de Laurentino Cortizo sobre si le otorga o no un salvoconducto para salir hacia Nicaragua.
De acuerdo con el diario La Prensa de Panamá, primero llegaron unos técnicos en refrigeración para instalar unos aires acondicionados; luego aparecieron otros trabajadores para medir e instalar una especie de malla o lona para cubrir las ventanas de la habitación en la que dormirá el expresidente (2009-2014).
También llegó de inmediato a las inmediaciones de la embajada el cuerpo especial de la Policía de Panamá, conocidos como “Linces”.
“Se observó a trabajadores entrar y salir, al tiempo que se hacían mediciones, para lo que aparentaba ser la antesala de varios trabajos de acondicionamiento de la vivienda en la que opera la Embajada de Nicaragua en Panamá. La sede diplomática se observa deteriorada”, según el diario.
Ricardo Martinelli ya despacha en embajada nica
Además de instalarse en la sede diplomática nicaragüense, Ricardo Martinelli ya despacha en la embajada y ha recibido la visita de su esposa Marta Linares y de sus más cercanos colaboradores y abogados. El magnate no se ha dejado ver y sus palabras estuvieron en boca de sus voceros.
Luis Eduardo Camacho, portavoz de Martinelli, dijo a los periodistas frente a la embajada que el exmandatario “no va a salir” del edificio, y que Martinelli eligió Nicaragua porque conoce el país, ya que estudió en 1977 en el campus Francisco de Sola del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), confiscado por la dictadura de Ortega en septiembre de 2023.
En el programa “Conclusiones” de la cadena internacional CNN, el exjefe de Estado aseguró que “tiene muchos amigos en Nicaragua”, aunque se negó a contestar si Ortega y Rosario Murillo eran sus “amigos”, pese a que el periodista le repitió varias veces la pregunta: ¿Daniel Ortega y Rosario Murillo son sus amigos? También se rehusó a calificar como “una dictadura” al Gobierno del FSLN.
Al parecer, Martinelli estará dentro de la embajada el “tiempo pertinente” que la Cancillería panameña considere para otorgarle un salvoconducto que asegure la salida del exmandatario hacia suelo nicaragüense, según sus abogados.
Mientras tanto, la embajada, ubicada en un céntrico barrio de la capital, en un intento por impedir a la prensa las escasas vistas al interior, puso frente a las ventanas banners de publicidad sandinista y echó constantes baldes de agua a los periodistas.
Ricardo Martinelli se suma a una lista de más de 130 aliados políticos y prófugos de la justicia que han encontrado un escondite en Nicaragua y, en la mayoría de los casos, obtenido la nacionalidad nicaragüense para evitar la extradición.
Entre esos nuevos nicaragüenses están los expresidentes de El Salvador Mauricio Funes (2009-2014) y Salvador Sánchez Cerén (2014-2019); altos exfuncionarios hondureños y guatemaltecos, científicos rusos y diplomáticos afines al régimen.
Panamá “no puede otorgar” el salvoconducto
Tras acceder a la petición de asilo, la Cancillería orteguista solicitó al Gobierno de Panamá brindar las seguridades para la “pronta salida y traslado humanitario” del expresidente hacia Nicaragua.
En una nota, la Administración panameña detalló que se han limitado “a poner en conocimiento de las autoridades competentes la referida comunicación y no se ha llevado a cabo ninguna otra acción”.
La exfiscal general de Panamá, Ana Matilde Gómez, dijo a la agencia EFE que Martinelli “es un delincuente condenado en firme por un delito penal común y no político, por lo que el Gobierno panameño no puede otorgarle” el salvoconducto por esa causa.
“Por lo tanto, deberá permanecer en la Embajada de Nicaragua sin realizar declaración políticas, porque si lo hace perdería su condición de refugiado en dicha embajada”, agregó la catedrática y exdiputada independiente, que señaló a Martinelli de ser “valiente para violar la ley, pero cobarde para acatarla”.
En ello coincidió el analista panameño José Eugenio Stoute, que opinó que esta es una situación “delicada para el Gobierno de Panamá, no así para el de Nicaragua”, porque si Cortizo “concede la salida” del país a Martinelli “esto va a ser un escándalo tremebundo”.
“Entre delincuentes se entienden, el otro (el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega) es un violador de derechos humanos y otras cosas que no sabemos, pero este (Martinelli), sabemos que es un lavador de dinero, declarado (...) y reconocido así por la Corte Suprema de Justicia”, añadió la exfiscal general.
Ricardo Martinelli no se libra del caso “New Business”
El magnate panameño logró salir ileso en dos juicios por la supuesta interceptación ilegal de comunicaciones a 150 personas durante su mandato, en la causa conocida como “pinchazos”, pero no corrió con la misma suerte esta vez.
Ahora, la Corte Suprema no admitió un recurso de casación con el que buscaba anular la sentencia por este caso de blanqueo conocido como “New Business”, como informó el 2 de febrero un edicto judicial, dejando en firme la decisión emitida en julio de 2023.
El caso “New Business” involucra la compra irregular de la editorial de medios Epasa, y se remonta a 2017.
En el camino quedaron más de una docena de recursos y amparos presentados por la defensa del expresidente que también fueron rechazados, y que para algunos no buscaban más que dilatar el proceso a fin de no afectar su nueva candidatura presidencial, que quedó inhabilitada por la confirmación de la condena.
Martinelli estuvo detenido preventivamente entre junio de 2018 y junio de 2019 en un chalet celda de El Renacer, una cárcel de mínima seguridad situada en las afueras de la capital panameña. Su paso por esa prisión fue polémico: sufrió males físicos que lo llevaron al hospital, le suspendieron durante un mes las visitas por amenazar a los guardias, según se informó en octubre de 2018.
Ante una queja de Martinelli, el Sistema Penitenciario tuvo que aclarar que se le trataba como a cualquier otro reo del lugar, pues acudía a sus citas médicas, hacía sus diligencias, salía al patio de manera “regular” e iba a misa.
Odebrecht y otros casos judiciales
Martinelli fue proclamado en junio de 2023 candidato presidencial para las elecciones del 5 de mayo de 2024, al triunfar en las primarias del partido Realizando Metas, fundado por él en 2021 tras perder el control de su primer colectivo, Cambio Democrático (CD), con el que gobernó.
El CD se le fue de las manos mientras estuvo preso un año en Estados Unidos, que lo detuvo en 2017 con fines de extradición, algo que finalmente hizo en 2018 para que enfrentara en Panamá el primero de los dos juicios por las “escuchas”.
En julio de 2022 y siendo procesado por el escándalo de Odebrecht, presentó los papeles para ser candidato presidencial independiente, pero unos días después los retiró. Incluso pensó postularse a la alcaldía de la capital.
Conocido por su extrovertida personalidad, el exmandatario no vaciló en afirmar que el de los “pinchazos” fue un “juicio político” urdido por su sucesor, que había sido su vicepresidente, Juan Carlos Varela, del Partido Panameñista, tras una alianza que se fraguó al amparo de una reunión en la embajada de EE. UU. y que se rompió en agosto de 2011 dejando este último el Gobierno por la supuesta corrupción que, dijo, percibía.
Tanto Martinelli como Varela, que gobernó Panamá entre 2014 y 2019, fueron acusados en 2023 por el Gobierno de EE. UU. de estar vinculados “a gran escala” y en “importantes casos de corrupción”.
Dos hijos del expresidente Martinelli pagaron cárcel por el caso Odebrecht en EE. UU., donde se declararon culpables de blanquear 28 millones de dólares y de haber llevado a cabo sobornos en favor de la compañía brasileña “por órdenes del padre”, como alegó la defensa.
El exmandatario también es investigado en España por presunta corrupción por sobornos que la constructora española FCC confesó haber pagado en Panamá, y por otro caso por supuesto espionaje a una mujer en Mallorca.