30 de agosto 2022
AA
El estado policial de facto impuesto a los nicaragüenses por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha minado su confianza sobre la capacidad para lograr cambios políticos por medio de las elecciones, ha agravado su temor para hablar de temas políticos, incluso con su familia, y anhelar notablemente en recuperar derechos como la libre expresión y otras libertades civiles, incluso por encima de la mejoría en las condiciones económicas o el acceso a servicios fundamentales.
Estos son los hallazgos del estudio Cultura política de la democracia en Nicaragua y las Américas 2021: Tomándole el pulso a la democracia, desarrollado por el Barómetro de las Américas, un estudio auspiciado por el Latin American Public Opinion Project (LAPOP) y la Universidad Vanderbilt.
El capítulo sobre Nicaragua se enfocó en auscultar sobre corrupción, migración y las libertades políticas y la revalorización de la democracia, dado el contexto de agravamiento del sistema de libertades civiles en el país desde 2018.
El trabajo de campo para la recolección de estos datos en Nicaragua se realizó entre el 3 de junio y el 22 de agosto de 2021, por medio de 2997 entrevistas telefónicas realizadas por la encuestadora Borge y Asociados, por lo tanto no se midió el impacto de la farsa electoral del 7 de noviembre y eventos represivos ocurridos en 2022, como la cacería de oenegés, el cierre y confiscación de medios de comunicación y la persecución y encarcelamiento de sacerdotes de la Iglesia católica.
Nicaragua vive una revalorización de la democracia
José Miguel Cruz, Director de Investigación en el Kimberly Green Latin American and Caribbean Center de la Florida International University, y quien estuvo a cargo de la presentación del estudio, expresó que en Nicaragua se está registrando lo que denominó “revalorización de la democracia” como un sistema preferible de Gobierno en el país, debido a la evidente falta de derechos cívicos por el estado policial impuesto por la dictadura.
Uno de los hallazgos más relevantes es el persistente temor de los nicaragüenses (64%) para hablar temas políticos, incluso con familiares.
El estudio determinó que este porcentaje disminuyó en comparación con 2019, cuando se estableció que hasta 78% de los consultados expresó miedo en abordar estos temas.
También el estudio reveló que un 70% de los encuestados dijo preferir recuperar sus derechos civiles como la libertad de expresión y política, por encima de un sistema represivo y totalitario que garantice mejoras económicas y acceso a servicios básicos.
7 de cada 10 prefieren un sistema pro libertades
Esto representa un notable crecimiento en relación con los resultados de este mismo estudio cuando fueron presentados el año pasado, y se registró que un 55% de los nicaragüenses encuestados dijo preferir mayores libertades democráticas, que beneficios económicos.
“Después de varios años de percibir una tendencia hacia la baja en la percepción favorable de la democracia como el régimen de Gobierno preferido, lo que estamos viendo en esta última encuesta es como los indicadores dejan claro que la democracia es nuevamente considerada como la mejor forma de gobierno”, analizó el investigador Cruz.
“Esto hay que combinarlo con el hecho de que siete de cada diez nicaragüenses expresaron su preferencia de un sistema que garantice libertades, antes que un sistema que garantice estabilidad económica. Esto es notable, porque en el pasado la tendencia en Nicaragua era una mayor preocupación hacia los temas económicos, sobre los temas políticos”, añadió.
El estudio también destaca que la satisfacción con la democracia en Nicaragua se encuentra en su punto más bajo desde que se realizan estos análisis, registrando tan sólo un 41%, cuando en 2004 este punto alcanzó un 54%, siendo su pico más alto en 2016, con un 62%.
Elecciones ya no representa un símbolo de cambio
El desánimo es tal que en la misma encuesta especializada incorporó como pregunta, “¿Cuál es la forma en que usted cree que puede influir más para cambiar las cosas?”, y sus resultados establecieron que las elecciones ya dejaron de ser un mecanismo confiable para lograr cambios políticos.
Sólo 21% de los consultados expresó que por medio del voto se podían lograr cambios políticos favorables, 9% respondió que a través de la protesta callejera, pero hasta un 50% respondió que en Nicaragua no es posible influir para lograr dichos cambios.
Como contraste, el estudio registró que a esta misma pregunta, pero en 2008, 52% de los encuestados respondieron que el voto era la mejor ruta para lograr estos cambios, un 16% dijo que por medio de la protesta callejera y solo un 11% respondió que no era posible lograr un cambio.
“Antes la gente veía en las elecciones como un mecanismo útil e importante para cambiar la dirección del país. Eso ya no más, y es claramente lamentable. Eso tiene que ver con esta revalorización de la democracia de la que hemos hablado”, insistió Cruz.
También el estudio destacó que sólo un 39% de los consultados expresaron “sentir que sus derechos básicos están protegidos” y este mismo porcentaje fue el que se registró cuando se preguntó si consideraban que en 2021 se registró una mejoría en la protección a los derechos fundamentales de los nicaragüenses.
Más de la mitad del país quiere migrar
El estudio también se refirió al incremento del flujo migratorio de Nicaragua, principalmente hacia Estados Unidos, motivado principalmente por el deterioro de la situación económica y el sistema democrático en el país desde la masacre a las protestas ciudadanas de 2018.
Los resultados indican que entre 2019 (30%) y 2021 (52%), las intenciones de migrar de los nicaragüenses se dispararon en 22 puntos porcentuales. Esto coloca a Nicaragua como el cuarto país en Latinoamérica con mayor intención para migrar, solo detrás de Haití, Jamaica y Honduras.
53% de los consultados expresaron que su principal motivo para salir de Nicaragua era la falta de oportunidades económicas, 21% alegó falta de oportunidades educativas y otros 21% respondió que lo hacía por otras razones.
Sin embargo, el investigador Cruz afirmó que la crisis política está relacionada directamente como uno de los principales motivos argumentados por los nicaragüenses para emprender la búsqueda de oportunidades en otro país.
“En Nicaragua tradicionalmente las intenciones de migrar nunca habían superado un 33%, desde que hacemos estos estudios. El salto significativo entre 2019 y 2021 en las intenciones de migrar es muy relevante. Es más de la mitad de la población la que quiere migrar”, destacó Cruz.
“Aunque la mayoría argumenta que lo hacía en busca de mejores oportunidades económicas, hubo un 21% que no quiso precisar cuáles eran los motivos por lo quería salir. Sin querer caer en la especulación, pero es muy probable que aquí hayan otras razones más vinculadas a la situación política”, añadió.
“Igualmente se puede decir que muchos ciudadanos alegaron razones económicas, que es una respuesta más neutra que decir razones políticas. Desde mi punto particular, yo pensaría que aquí hubo un poco de la gente protegiéndose a sí misma, cuando es claro como la crisis política cubre la dinámica nicaragüense en general”, puntualizó.
A nivel regional, el estudio del Barómetro de las Américas 2021 abarcó a 22 países de la región latinoamericana, con un promedio de 3000 entrevistas en cada nación.
