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José Miguel Insulza: La OEA debe tratar de “subsistir” en la era Trump

El exsecretario general del la OEA habla del futuro de la organización y augura tiempos “difíciles” para el multilateralismo

Luis Almagro con Albert Ramdin en la OEA

El secretario general saliente de la OEA, Luis Almagro (der.), felicita a su sucesor el surinamés Albert Ramdin (izq.), por su elección el 10 de marzo de 2025. // Foto: EFE/Lenin Nolly

Elmer Rivas

18 de marzo 2025

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La Organización de Estados Americanos (OEA), eligió al canciller de Surinam, Albert Ramdin, como el nuevo secretario general de la organización, en sustitución del uruguayo Luis Almagro. El surinamés asumirá el principal cargo de la OEA en la era de Donald Trump, un tiempo en el que se cuestiona el papel y la influencia del organismo en la región.

El desafío está en “tratar de tener una organización que vuelva a dialogar, que intermedie en los conflictos, y que no tome partido”, valora el exsecretario general de la OEA (2005-2015), José Miguel Insulza.

En una entrevista transmitida en el programa Esta Semana por el canal de YouTube de CONFIDENCIAL a causa de la censura televisiva en Nicaragua, el excanciller chileno reconoce que “la Carta Democrática Interamericana es muy sólida en cuanto a los principios democráticos, pero es mucho menos sólida en cuanto a los instrumentos para mantener la democracia”.

Insulza cuestiona la gestión de Almagro en la OEA, habla de la “vil tiranía” Ortega Murillo que se retiró del organismo “sin brillo” y sin ganar nada. Augura tiempos “difíciles” para el multilateralismo y la OEA en la era Trump, y menciona los desafíos del nuevo secretario general, señalado de tener cercanía con China.

“Que sea una persona ligada a China, francamente me causa risa, no sé de dónde se pudo haber sacado eso”, asegura.

“La OEA debe tratar de subsistir y evitar los conflictos graves entre sus miembros. No son momento para grandes aventuras, sino momentos sobre todo para prudencia y consistencia”.

Los organismos multilaterales y la democracia

¿Cómo ha evolucionado el peso y la influencia de la OEA en la promoción de la democracia en el continente en los últimos 20 años?

Se dedica fundamentalmente a codificar la legislación del continente, a atender los problemas de derechos humanos y a fortalecer la democracia. Para eso se editó una Carta Democrática Interamericana. Hay varias visiones distintas a lo que se puede hacer. Una es decir, aquí todos tienen que ser de todas maneras lo más demócratas posible y el que no, va a ser excluido o sancionado. Y otro es decir, mire, nosotros somos una organización internacional, no tenemos imperio sobre los países, pero podemos colaborar muy sustantivamente a mediar, intermediar los problemas. Resolver los problemas y reducirlos al máximo posible, sin perjuicio de que algunas veces eso ya no es posible.

La postura que yo tomé en mi gestión en la OEA era tratar de que estuvieran incluidos todos los países de América, y que todos tuvieran discrepancia y diferencias, pero que las pudiéramos ventilar tanto las discrepancias internas de cada país como las discrepancias entre países en el seno de una organización como la OEA. Creo que mi amigo Luis Almagro optó por un camino distinto, que es convertirse en una especie de representante de los países en los cuales se practica la democracia y, por lo tanto, eso motivó una cierta separación de algunos países.

En este período se tuvo la pérdida de dos países que quisieron salirse de la OEA: Venezuela y Nicaragua. Nicaragua simplemente porque es una tiranía y consideró que le pesaba mucho que la OEA estuviera siempre preocupada por el tema de los derechos humanos, y todo lo demás. Finalmente se retiró sin ningún motivo real, sin brillo en absoluto. No consiguió nada. A nadie le importó mucho en realidad, pues Nicaragua se había convertido hace ya tiempo en un país que creaba más problemas en la OEA.

Venezuela se retiró de la OEA y en lugar de discutir eso, se puso un Gobierno paralelo que no era el Gobierno de Venezuela. Finalmente revela esta incapacidad que se nos genera de mediar los problemas entre los países. Entonces, lo que nosotros tenemos que ver y Albert Ramdin lo planteaba muy derechamente es si vamos a ser mediadores de los conflictos de los países o vamos a tomar partido en los países. Yo creo que ese es el principal tema.

Pero esa falta de soluciones a las crisis de Nicaragua y Venezuela, ha puesto en duda también la capacidad de la organización y los Gobiernos para aplicar la Carta Democrática, esos principios fundamentales de la organización, entonces ¿qué papel juega la OEA?

Juega el papel de todos los organismos internacionales. No hay ningún organismo internacional que sea supranacional. Los organismos internacionales son multilaterales. Por lo tanto, lo único que se puede hacer con un país, si alguien considera que se salió totalmente del marco del acuerdo, es sacarlo. Yo creo que es un grave error, y Naciones Unidas lo ha demostrado. Naciones Unidas tiene el problema que no puede mediar de ninguna manera, salvo que estén de acuerdo los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y eso es una debilidad.

Pero ese es el sistema internacional que tenemos. No hemos tenido nunca un sistema internacional con organismos supranacionales. Nunca hemos tenido una especie de gobierno mundial o regional que le pueda decir a los países tú haces esto y tú haces esto otro.

La Carta Democrática Interamericana, yo siempre he dicho que es el programa político de la democracia en América. Es como todos quisiéramos que fuera la democracia en función de ese modelo, usted puede decir qué países son más los más democráticos o no, o menos democráticos, pero su objetivo siempre tiene que ser que estén todos ahí. Y al que no le guste lo que está haciendo algún país, pues se lo dice. El señor Ortega se sintió más cómodo ejerciendo su tiranía por su cuenta en un país pequeño que, hoy día, está aislado del resto del mundo.

Los desafíos de la OEA

En este mismo programa usted me dijo hace tres años que la OEA es lo que sus países miembros quieren que sea, entonces ¿qué representa hoy la OEA?

Lo dijo el fundador de la OEA, don Alberto Lleras Camargo: “la OEA es lo que sus países miembros quieren que sea”. Es una organización de 32 miembros. Debería apuntar a que estuvieran todos y en la cual los temas del desarrollo de la democracia, los temas de los derechos humanos, los temas del derecho de las Américas, que están bastante abollados en los últimos años. Debería de ser su preocupación principal.

Dicho eso, ¿la OEA necesita reformarse, modernizarse para tener mayor protagonismo e incidencia en el continente?

Creo que necesita dialogar mucho más, tener mucho más comprensión. Yo no me sentiría ofendido si el secretario general de la OEA visite alguno de los países que se han ido, porque no están. Siempre que lo haga objetivamente, van a plantear cuáles son las razones por las cuales es necesario que esos países estén. Hay una Cumbre de las Américas en República Dominicana este año. Y está en duda cuántos países van a ir. Ahí está una tarea inmensa para el secretario general. Él tiene que conseguir convencer a todos de que todos tienen que estar presentes y convencer, por lo tanto, a los que están fuera, de que es necesario que estén presentes en la cumbre ahora que el ideologismo impera en las Américas. Eso va a ser bastante difícil.

¿Ha perdido relevancia el peso o la influencia de la OEA en el continente?

Nunca ha tenido tanta ni tan poca. Depende mucho del país. Yo creo que la OEA siempre ha tenido mucho más influencia en los países de tamaño medio y más hacia el norte, que hacia el sur de América. Pero la verdad es que siempre ha tenido bastante relevancia. Porque no se ha creado ningún otro organismo que tenga estatuto, que tenga sede permanente, que tenga tratado, y que tenga recursos. Todas las otras reuniones que se hacen, la CELAC, las cosas de ese tipo, son simplemente reuniones de países, no son una institución. La OEA es una institución, más débil a veces, más fuerte a veces, pero siempre una institución.

El futuro de la OEA en la era Trump

El nuevo Gobierno del presidente Trump está dinamitando las relaciones diplomáticas y comerciales con sus propios países aliados en la OEA, como Canadá, México y Panamá. ¿Qué impacto tiene eso en el continente y en la OEA?

Donald Trump no cree en los organismos internacionales. No es que no le guste la OEA, es que no le gusta la OTAN, no le gusta la Unión Europea, no le gustan las Naciones Unidas. Los organismos internacionales enteros, todos ellos van a pasar ratos difíciles en tiempos de Trump, porque los organismos internacionales parten de la base que todos deben participar y articular puntos de vista. Y si hay un país que es grande y fuerte y poderoso y pone recursos, puede ejercer una cierta hegemonía en los países. Pero Trump no está teniendo una política de hegemonía, tiene una política de primacía, que no es lo mismo.

El canciller de Surinam, Albert Ramdin, fue su secretario adjunto durante su gestión en la OEA. Ha sido elegido secretario general para 2025 2030. ¿Qué desafíos tiene al frente de la organización y cuáles son las prioridades?

El tema fundamental es tratar de tener una organización que vuelva a dialogar, que no haya bandos. Y eso no es fácil porque sin dudas que en América Latina hay dos fenómenos: cada país anda por su cuenta, pero en torno a los grandes temas, los países se agrupan para eso. Tener a la OEA como un organismo de diálogo en que los diferentes pueden hablar entre sí. Yo creo que es un desafío muy fundamental.

Yo reconozco que la Carta Democrática Interamericana es muy sólida en cuanto a los principios democráticos, es mucho menos sólida en cuanto a los instrumentos para mantener la democracia. Pero debe servir como el programa de la República Democrática. Para poder realizar un diálogo serio.

Ramdin ha sido señalado de tener simpatía o cercanía con China y con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. ¿Eso es cierto? ¿Qué dice la experiencia diplomática de Ramdin?

A mí me invitaron cuando estuve en la OEA muchas veces a China y no puede ir desgraciadamente nunca. Creo que Albert estuvo alguna vez, pero que sea una persona ligada a China, francamente me causa risa, porque en realidad no sé de dónde se pudo haber sacado eso. El Gobierno de Estados Unidos —y eso habla bien de él en este caso—, no objetó la elección de Ramdin; y por el contrario, el vocero encargado por el presidente Trump de América Latina, el señor Claver-Carone dijo que ese cuento de que uno de los candidatos era representante de China y el otro de Estados Unidos, es una pura tontera.

Ramdin ha dicho que Nicaragua dejará de ser una prioridad en la OEA porque ya no pertenece a la organización, pero en Nicaragua se ha constitucionalizado una dictadura familiar, continúan las violaciones a derechos humanos, los destierros, la promoción de la patria y la migración por razones políticas, que también afecta todo eso al continente. ¿Qué se puede hacer por Nicaragua desde la OEA?

Yo hablé de tiranía, en este caso. Las dictaduras de alguna manera son permeables a la situación externa, a lo que se dice fuera de ellas. Hasta el Gobierno de (Nayib) Bukele, que es bastante parecido a una dictadura, busca tener contacto con la gente de otros países. Nicaragua tiene embajadas, pero esas embajadas no hacen nada, no se relacionan con nadie porque nadie tiene ninguna idea acerca qué hacer respecto de Nicaragua. Y mientras no se termine la vil tiranía de Ortega y Murillo, ese pobre país va a seguir retrocediendo. Todavía hay muchos que comercian con ellos. Pero la verdad es que nadie invertiría un peso en Nicaragua a riesgo de que lo agarren un día y le quiten todo lo que tiene y lo echen del país.

El presupuesto de la OEA depende especialmente del aporte económico que ofrece Estados Unidos más que el resto de países, pero la Administración Trump ha manifestado poco interés en la organización y en cualquier otra. ¿Qué desafíos tiene el sistema interamericano de la OEA bajo la era Trump?

Yo creo que Estados Unidos va a pagar sus cuotas en la OEA, pero no va a poner más de que lo que exactamente tiene que poner como está ocurriendo Naciones Unidas y con otros. Por lo tanto, los países de América Latina que eligieron por unanimidad a Albert Ramdin, tendrán que ayudarlo. La OEA la financian siete u ocho países y, por lo tanto, esos países tendrán que decidir cuánto les interesa. No es demasiado dinero, en escala de lo que se gasta en temas internacionales en el mundo no es demasiado dinero lo que se pide. No se trata de aumentar mucho los gastos, se trata de modificar la composición del gasto que se hace.

¿Qué desafíos supone la era Trump para el sistema interamericano?

La que tiene todos los países de América Latina y todos los países de los organismos internacionales. Estamos en un período de gravísimo debilitamiento del multilateralismo, y yo creo que la OEA debe tratar de subsistir en primer lugar, evitar los conflictos graves entre sus miembros, ponerlos a dialogar y tener siempre una actitud de diálogo y de consenso. No son momento para grandes aventuras, sino que son momentos sobre todo para prudencia y consistencia.

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Elmer Rivas

Elmer Rivas

Periodista y productor general de los programas Esta Semana, Esta Noche y Confidencial Radio, dirigidos por Carlos F. Chamorro. Exiliado en Costa Rica desde junio de 2021.

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