8 de junio 2017
El Frente Amplio por la Democracia (FAD) presentó este miércoles un análisis sobre el sistema electoral y las votaciones municipales de noviembre próximo, en el que concluyen que en Nicaragua el “sistema electoral está colapsado”.
El FAD presentó un documento titulado “Monitoreo del proceso electoral municipal 2017”, que se divide en nueve indicadores en los que sustentan la afirmación anterior.
Los nueve indicadores son: Negación al derecho de organizarse y participar, cedulación partidaria, competencia desleal, transmisión de datos sin transparencia, Poder Electoral parcializado, manipulación dolosa de material electoral, ausencia de controles en el proceso de votación y conteo, observación electoral, y deficiencias de la Ley Electoral.
Evaluarán indicadores "no resueltos" y "pendientes"
El jurista José Pallais, miembro del FAD, explicó que cada indicador contiene varias características, y serán evaluados de dos maneras: “no resuelto” y “pendiente de verificación”. “Los no resuelto son los que el gobierno y el Consejo Supremo Electoral ya tuvieron la oportunidad de corregir y no lo han hecho; los pendiente de verificación son los eventos que todavía no han sucedido”, explicó Pallais.
El FAD cataloga de “no resueltos” la discrecionalidad en el otorgamiento y cancelaciones de personerías jurídicas, como es el caso del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), que lleva ocho años esperando respuesta.
Criticaron además la cedulación controlada por el partido de gobierno, la utilización de las instituciones públicas para hacer proselitismo, la manipulación de las actas en los centros de votación, los magistrados del CSE controlados por el comandante Ortega, entre otros tópicos que, según el FAD, fueron recogidos en los últimos informes de observación electoral de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA).
“No hay ninguna señal que indique la posibilidad de elecciones municipales creíbles”, aseguró Violeta Granera, excandidata a vicepresidenta, quien hace una año fue inhabilitada por una decisión política del gobierno del comandante Daniel Ortega.
Granera comentó que expertos del FAD y especialistas independientes en temas electorales trabajaron en esta matriz de monitoreo, que prevén publicar cada 30 días, ya que hay algunos indicadores que todavía no han podido ser verificados, porque no han sucedido, como por ejemplo el conteo de votos el día del sufragio.
El impase entre Ortega y la OEA
Respecto al impasse en el diálogo que el gobierno de Ortega mantiene con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, el FAD cree que el “acompañamiento electoral” de la organización no será suficiente para dotar al proceso municipal de credibilidad.
El FAD --que aglutina a diferentes partidos políticos inhabilitados, sindicatos y miembros de la sociedad civil-- asegura que hace falta una amplia observación. A cinco meses para las elecciones, lamentan que no se ha instalado ninguna misión en el país, pese a que hay interés de organismos como el Centro Carter.
“En el caso de la OEA, a la fecha, no hay información pública sobre el contenido ni el alcance de su participación”, dijo Pallais.
TEMA A PROFUNDIDAD: Impasse Ortega-OEA envía “mala señal”
Para que un proceso electoral sea creíble, según el FAD, debe permitírse a los observadores operar sin cortapisas, además de enviar invitaciones no solo a organismos internacionales sino los nacionales. “En esta matriz están los vicios repetidos como herramienta para ejecutar el fraude como política de Estado”, señaló Pallais.
El FAD no objeta las decisiones de otros partidos políticos que sí cuentan con personería jurídica, como Ciudadanos por la Libertad, que se alista para las elecciones bajo el argumento del acompañamiento de la OEA.
“No vamos a decir lo que tienen qué hacer, pero ya la gente sabe en Nicaragua que no hay confianza para depositar su voto”, dijo Ana Margarita Vijil, presidenta del MRS y miembro del FAD, en referencia a la alta abstención registrada en las elecciones generales de 2016.
Granera dijo que han conversado con liderazgos políticos opositores en municipios que no son controlados por el Frente Sandinista, y entienden su determinación de conservar esos gobiernos locales.
“Estamos seguros que de haber contado con elecciones verdaderas, la mayoría de los municipios saldrían del control de alcaldes y concejales orteguistas, aunque no así del control de la dictadura”, explicó Granera.