12 de julio 2023
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El embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz, puede ser objeto de un proceso disciplinario que culminaría en una eventual destitución, debido a que su comportamiento al participar en una marcha convocada por la dictadura de Daniel Ortega, violenta el artículo 41 de la Convención de Viena, que regula la actuación de los representantes diplomáticos.
Expertos colombianos y nicaragüenses consultados por CONFIDENCIAL explicaron que el comportamiento de Muñoz al participar en la marcha y sus posteriores declaraciones a los medios de propaganda de la dictadura exaltando al orteguismo, contravienen las normas de comportamiento de un representante diplomático.
“Esto es admirable, lo que yo he sentido desde el 30 de septiembre que llegué a Nicaragua cuando estoy de embajador. Es un pueblo alegre, un pueblo amable, un pueblo bonito y sobre todo un pueblo que está convencido de su revolución”, dijo el embajador en una caminata por las celebraciones del 44 aniversario de la revolución sandinista, llevada a cabo en la ciudad de León.
Sin embargo, el futuro diplomático del embajador Muñoz dependerá de las decisiones políticas que tomen en Bogotá sobre su comportamiento en Nicaragua.
La Cancillería de Colombia citó en Bogotá a Muñoz, para que explique su participación en la marcha. La polémica del embajador colombiano se da en medio de un contexto delicado en las relaciones de Colombia y Nicaragua, debido a que este jueves 13 de julio se conocerá un nuevo fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre el litigio territorial que mantienen ambos países.
Repercusiones diplomáticas, políticas y legales
Sandra Bordas, analista colombiana en temas internacionales y profesora de Ciencias Políticas, resaltó que la proximidad del fallo de la Corte Internacional es un componente que agrava el comportamiento del embajador Muñoz.
“El artículo 41 de la Convención de Viena dice claramente que los embajadores y el personal diplomático están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos del Estado anfitrión. El embajador de Colombia en Nicaragua ha violado el artículo 41 de la Convención de Viena que suscribe Colombia y lo que creo que debe proceder en este caso, es que la Cancillería inicie un proceso disciplinario que lleve eventualmente a su destitución como embajador”, opinó.
La Corte Internacional se pronunciará este jueves por el litigio que tienen Colombia y Nicaragua sobre la delimitación de la plataforma continental, que el país centroamericano pide extender más allá de 200 millas marinas desde su costa.
“No podemos dejar de contar que nuestra agenda con Nicaragua en estos tiempos, cuando estamos a un día de que se dé el fallo de La Haya, es tremendamente frágil y complicada y por ello, la participación en política doméstica del embajador de Colombia tiene implicaciones mucho más graves, no solamente desde el punto de vista legal, sino que también del político”, añadió Bordas.
Tras el revuelo suscitado por su participación en la marcha y sus posteriores declaraciones, el embajador Muñoz publicó un comunicado en el que enfatiza su labor como “representante de Colombia”, que considera que debe de “dejar de ser vista únicamente como un símbolo o una figura decorativa”.
“Como lo ha dicho nuestro presidente, Gustavo Petro, la diplomacia del Gobierno del cambio debe ser una diplomacia franca, mirando directamente al otro, simpatizando con el otro para lograr los objetivos que como embajador es mi obligación cumplir”, señaló Muñoz.
El embajador aseguró que tiene “buena comunicación” con el Gobierno nicaragüense, lo que ha permitido varios avances en términos diplomáticos, y que en sus labores como embajador es su “obligación”, por cuestiones de “presencia estratégica”, “participar en reuniones y/o actividades importantes para el Gobierno Sandinista”.
Justificación del embajador obvia carácter partidario de la marcha
La Convención de Viena también establece que una de las funciones de los embajadores es “enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y de la evolución de los acontecimientos en el Estado receptor e informar sobre ello al Gobierno del Estado acreditante y fomentar las relaciones amistosas y desarrollar las relaciones económicas, culturales y científicas entre el Estado acreditante y el Estado receptor”.
Un experto en relaciones diplomáticas nicaragüense explicó —bajo condición de anonimato— que las justificaciones brindadas por el embajador Muñoz para participar en la marcha buscan estar cubiertas por estos lineamientos de la Convención de Viena. Sin embargo, el carácter partidario de la marcha desmonta los argumentos del diplomático colombiano.
“Participar en actividades claramente partidarias, ostentando símbolos partidarios, acompañando esta participación con declaraciones de clara identificación con políticas gubernamentales, van mucho más allá de lo que es la función de observar y enterarse de las condiciones y evolución de los acontecimientos en el Estado donde se encuentra acreditado”, explicó el especialista.
“La función de un embajador no es ‘simpatizar’ con el otro, sino observar e informarse de manera objetiva y neutra sobre los acontecimientos internos del país, pues de lo contrario estaríamos ante una posición de injerencia, inaceptable bajo el derecho internacional”, añadió.
Embajador flanqueado por operadores de la dictadura
En la marcha, el embajador colombiano estuvo flanqueado por reconocidos operadores de la dictadura orteguista en León; como Evertz Delgadillo, exsecretario político del Frente Sandinista en este departamento; Manuel Calderón Chévez, quien fue defenestrado de su cargo como alcalde de León en 2012 y ha sido denunciado de “ser jefe paramilitar” en la ciudad; y Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional y sancionado por Estados Unidos por su rol como represor del régimen.
“Los embajadores y representantes de Gobiernos extranjeros y organismos internacionales comúnmente son invitados como observadores a eventos políticos importantes, actos en los que se les reserva un lugar especial, acorde con su función de enterarse e informar a su Gobierno sobre los acontecimientos políticos. Pero eso es muy diferente a tener una participación directa y activa en celebraciones político partidarias, que difícilmente pueden entenderse como ‘estratégicas”, comentó el especialista.
“Está participación en la marcha está muy alejada de la función de protección de los intereses del Estado acreditante y sus nacionales, que es alegada por el embajador Muñoz para justificar su actuación. Se trata de proteger y defender ‘intereses de Estado’ , y no de defender intereses político partidarios”, puntualizó.
“Estamos frente a una actuación desafortunada de un agente diplomático que abiertamente se inmiscuye en los asuntos internos del país, con una total ignorancia de los límites y condiciones en que debe ejercerse la función diplomática”, subrayó.
La Cancillería colombiana, más allá de llamar a Muñoz para que brinde explicaciones en Bogotá, no se ha pronunciado oficialmente sobre el incidente.
En un giro irónico, lo que sí ocurrió este martes, es que el presidente colombiano Gustavo Petro, recibió las cartas credenciales de la nueva embajadora de Nicaragua designada por el régimen, Milagros del Carmen Urbina Rocha.
