3 de marzo 2024
AA
Bajo un escenario de persecución política, en un Estado policial de facto que extiende sus tentáculos hasta las zonas más marginadas de Nicaragua, las Regiones Autónomas de la Costa Caribe asisten a sus “elecciones” regionales, el domingo 3 de marzo de 2024. Son sus novenos comicios en más de 36 años de autonomía, ahora más teñidos por los mismos vicios e irregularidades que han dominado las últimas votaciones nacionales y municipales, calificadas dentro y fuera de Nicaragua como “farsas electorales”.
Sin la participación del partido regional indígena Yatama, con sus dos principales dirigentes como parte de los más de 120 presos políticos de la dictadura, y una boleta dominada por el gobernante Frente Sandinista y sus últimos cuatro partidos cómplices, los liderazgos indígenas no esperan un desenlace diferente a las “farsas” anteriores.
En las votaciones nacionales de 2021 y municipales de 2022, el FSLN se impuso sin competencia para un cuarto período presidencial consecutivo y el control de los 153 municipios de Nicaragua. El control absoluto de las Regiones Autónomas es la última presea pendiente del FSLN.
El Consejo Supremo Electoral (CSE), bajo control del Frente Sandinista, a tono con los medios de propaganda orteguista, bautizó estas votaciones regionales como “Elecciones Victoriosas Caribe 2024”.
Sin embargo, el tribunal electoral no ha detallado los datos básicos para una votación, como la cantidad exacta de ciudadanos caribeños convocados. En algunas publicaciones habla de 500 000 inscritos en padrón electoral, y en otras dicho 400 000, mientras multiplica las irregularidades del proceso.
El Caribe empobrecido y genocidio en impunidad
Los territorios de Costa Caribe Norte y Sur de Nicaragua, aprobadas como regiones autónomas en octubre de 1987, tienen varios de los municipios con alta pobreza extrema del país, aunque también las zonas con mayores recursos naturales, como extensas reservas forestales, cada vez más mermadas por la invasión de colonos en el avance de la frontera agrícola, la explotación minera, la tala masiva de árboles y la pesca ilegal o indiscriminada.
La población de la Costa Caribe es multiétnica, integrada por pueblos indígena: sumu-mayangna, rama y miskitu o misquitos, y de pueblos de ascendencia africana: garífuna y creole; además de comunidades mestizas, que no han sufrido la violencia asesina en los últimos años.
Una investigación de CONFIDENCIAL, publicada en abril de 2023, reveló que un estimado de 70 indígenas misquitos y mayangnas han sido asesinados por colonos invasores en los últimos diez años. Mientras, otro centenar ha sido víctimas de secuestros, violaciones sexuales, desplazamientos forzados, traumas psicológicos y heridas que los han dejado con amputaciones o cuadripléjicos.
La violencia no ha parado en los últimos meses, y además de los dos dirigentes de Yatama presos, hay al menos otros cuatro indígenas entre la lista de presos políticos condenados por delitos fabricados. Mientras, en los territorios indígenas, los invasores siguen actuando con impunidad.
“Elecciones” para instaurar control político en toda Nicaragua
Según el observatorio nicaragüense de investigación y fiscalización ciudadana, Urnas Abiertas, con estas elecciones regionales, el FSLN busca controlar los Gobiernos y Consejos Regionales de la Costa Caribe por su poder de decisión “sobre el uso de los recursos naturales de las regiones autónomas, y demás aspectos políticos, sociales y culturales de las comunidades”.
El observatorio alerta que, si cumple su objetivo, “el FSLN instauraría su control político en la totalidad del territorio nicaragüense, explotando los recursos de las comunidades para financiar su maquinaria autoritaria y violentando el régimen de autonomía en Nicaragua”.
Históricamente, las votaciones regionales de la Costa Caribe generan poco interés a nivel nacional, debido a las brechas que persisten con las regiones del Pacífico y Centro del país. También son las votaciones con menor participación ciudadana, con una asistencia de menos del 35% en las votaciones anteriores de 2019.
El proceso genera menores expectativas entre la población costeña, que por primera vez en su historia no verá ningún partido regional en la boleta en la que debería elegir a sus próximos Consejos Regionales Autónomos, con 45 concejales propietarios y sus suplentes para cada región.
Sin embargo, CONFIDENCIAL ha preparado una serie de reportajes y recursos gráficos para aportar a la comprensión de este proceso, que marca no solamente un arbitrariedad más en el colapsado sistema electoral nicaragüense, sino también es un retroceso en los derechos autonómicos de la Costa Caribe.
