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Consenso en la OEA: “La crisis de derechos humanos en Nicaragua es un tema de urgencia”

Relatora Esmeralda Arosemena: CIDH continuará “monitoreando y denunciando” la crisis de Nicaragua, aun con la salida del país de la OEA

Esmeralda Arosemena

Esmeralda Arosemena, relatora para Nicaragua en la CIDH. // Foto: Cortesía

Alejandra Padilla

16 de octubre 2023

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La comisionada Esmeralda Arosemena de Troitiño, relatora para Nicaragua de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, advirtió que el cierre de instituciones educativas, y los recientes encarcelamientos de sacerdotes y líderes indígenas en el país, demuestran un agravamiento de la crisis de derechos humanos que vive Nicaragua desde 2018. Por eso, sostiene que los países de la región deben “continuar atentos” a la situación de Nicaragua y destaca la relevancia de la última resolución de la OEA en condena al régimen de Ortega, aprobada por aclamación el 11 de octubre. 

“Es un compromiso político de nuestros Estados, para trabajar de una manera que se mantenga este señalamiento a un país que se aparta del cumplimiento de los ideales de la vida humana, que es la defensa de las personas en su dignidad”, aseguró Arosemena en entrevista con Esta Semana y CONFIDENCIAL.


El 11 de octubre, la CIDH presentó a los Estados miembros de la OEA una actualización verbal sobre la crisis de Nicaragua, en la que demandaron al régimen Ortega Murillo cesar la persecución en contra de la Iglesia católica, las comunidades indígenas y las universidades.

“Vamos a seguir en esta vigilancia, desde esta perspectiva, en el cumplimiento de las obligaciones que tiene Nicaragua cuando ha ratificado una multiplicidad de convenios interamericanos en los que tendría que tener alguna responsabilidad”, aseguró la relatora, al recordar las obligaciones del Estado de Nicaragua en materia de derechos humanos, incluso después de su salida de la OEA en noviembre próximo.

Este miércoles 11 de octubre, la CIDH presentó a los Estados miembros de la OEA una actualización verbal sobre la situación de Nicaragua. ¿Cuál es el énfasis del Informe de la CIDH?

Es importante para la Comisión que la situación de Nicaragua permanezca en el conocimiento de toda la comunidad internacional, que no se normalice una situación de agravamiento de las condiciones del sistema democrático, el tema de los espacios cívicos, una ciudadanía que pierde la posibilidad de su desarrollo social, de su desarrollo cultural, educativo, económico y religioso. Incluso en las áreas de los grupos indígenas. Entonces, hay un agravamiento de la situación de los derechos humanos y de las condiciones en las que el sistema político de hoy en Nicaragua está efectivamente ausente de toda posibilidad de la vida democrática. Ese es un énfasis que hemos hecho llegar al Consejo Permanente como un llamado a los órganos de la OEA, a los Estados miembros de la OEA, para que esto se analice con la urgencia y la necesidad de protección. 

El Consejo Permanente de la OEA aprobó por aclamación una nueva resolución sobre la crisis de derechos humanos de Nicaragua, condenando los recientes encarcelamientos de sacerdotes y el cierre de la UCA, el Incae, y otras instituciones educativas. ¿Cuáles son los puntos claves de esta resolución? 

Además de abogada, soy educadora, docente universitaria, y recuerdo con una satisfacción muy grande, que en Centroamérica teníamos la UCA y decíamos que era la posibilidad de tomar cursos de posgrados en nuestros países. Yo soy de Panamá y tuve la oportunidad de tomar un curso en Estudios de Género con la UCA. Entonces, el cierre de las universidades es el mejor ejemplo de lo que hoy implica la falta de democracia en este país, porque cuando tu cierras los espacios de educación universitarios, estás limitando el progreso, el desarrollo de nuestras juventudes. Este aspecto es violatorio de los principios de libertad académica, en el desarrollo de la autonomía universitaria, y que están afectando a miles de estudiantes. 

El papel de la Iglesia jesuita, de los padres jesuitas en este ámbito de educación, es innegable. No solo en la universitaria; las compañías jesuitas han tenido esta trayectoria en la vida educativa desde la niñez, en escuelas primarias y secundarias. Entonces, esto es intolerable, exige una posición. Yo vuelvo a hacer el llamado al Estado nicaragüense en base en esos principios que dice defender. 

También hago un énfasis en el tema de un grupo históricamente discriminado y excluido, los pueblos indígenas, Nicaragua está asumiendo una posición de desprotección, pero también de despojo de sus derechos. Y hablo efectivamente, de lo que representa hoy esta costa del Caribe en Nicaragua, el tema de la privación de libertad al jefe del partido Yatama, a una de las diputadas. 

A la propia Iglesia le están limitando sus actos de fe en una población fundamentalmente religiosa. Y también se está mermando el nombre de una democracia, que no sé cuál es la definición que le pueden estar dando hoy. 

¿Cuál es la relevancia política que tiene esta resolución en este momento, con todas las arbitrariedades que está cometiendo el Estado de Nicaragua? 

Lo más importante de una posición del Consejo Permanente del Grupo de Estados, es que hay un reconocimiento de una situación de crisis en la que, como Estados, como organismo, se tiende un puente de comunicación con un país que, si bien va a salir ya el próximo mes, pero salir de la OEA no implica dejar de tener estas responsabilidades con los derechos humanos.

La resolución lo que pretende (hacer el) llamado a Nicaragua de establecer un diálogo serio, un diálogo real, efectivo, que pongamos sobre la mesa cuáles son realmente sus demandas como país que se dice estar en una condición de lucha por la democracia cuando los poderes públicos están coartados, donde no hay frenos y contrapesos.

La crisis de Nicaragua y su salida de la OEA

En noviembre, Nicaragua se desvinculará de manera definitiva de la Organización de los Estados Americanos. ¿Cuáles son las implicaciones del retiro de Nicaragua de la OEA en materia de derechos humanos?

Tiene que responder. Y para la Comisión Interamericana esto nos permite dar un seguimiento a través de nuestros mecanismos. Nosotros tenemos el Meseni, que hemos logrado a través de esta herramienta, poder monitorear la situación de los derechos humanos en Nicaragua. Vamos a seguir en esta vigilancia, en el cumplimiento de las obligaciones que tiene Nicaragua cuando ha ratificado una multiplicidad de convenios interamericanos en los que tendría que tener alguna responsabilidad. 

Entonces, al salir de la OEA, pierde políticamente ese espacio del que estamos hablando. Esa es la pérdida. Pero en las responsabilidades tiene y continúa con sus obligaciones en el tiempo de la vigencia de los distintos tratados interamericanos que ha firmado y también los tratados internacionales, porque de los tratados internacionales hay responsabilidades. 

Es decir, que Nicaragua, aún fuera de la OEA, estaría obligada a acatar sus compromisos en derechos humanos con la Corte IDH, la Convención Americana. Pero en caso de que no cumpla, ¿quién puede obligar al Estado de Nicaragua a cumplir con estos tratados que ha ratificado? 

Esta es responsabilidad de la región. El llamado regional de los países. Este compromiso político de nuestros Estados, para trabajar de una manera que se mantenga este señalamiento a un país que se aparta del cumplimiento de, yo no diría ni compromisos, el cumplimiento de los ideales de la vida humana, que es la defensa de las personas en su dignidad, en la búsqueda de la satisfacción de sus derechos fundamentales.

¿Existen herramientas del sistema interamericano para recurrir y denunciar las arbitrariedades del Estado de Nicaragua, con su salida de la OEA?

El Mecanismo de Seguimiento va a seguir trabajando. La Comisión sigue entonces con ese mandato que tiene de monitorear la observancia de los derechos humanos en nuestra región y haremos las denuncias que sean necesarias para cuando se determine la violación de estos derechos. 

El llamado final que tenemos que hacer como organismo está en, primero, la necesidad de poner en libertad a todos los presos políticos, la necesidad de que exista un órgano judicial independiente. La demanda personal y que como Comisión le hago yo a Nicaragua, es que necesitamos saber hoy el paradero y el estado de salud de Brooklyn Rivera y Nancy Henríquez.

¿Qué puede hacer la CIDH a raíz de la salida de Nicaragua de la OEA? 

Nosotros vamos a seguir monitoreando, vamos a seguir denunciando. No estamos en la OEA, entonces, estamos en el sistema universal. Y el sistema universal también tendrá que actuar como defensor de la democracia y de los derechos humanos. 

¿Qué se puede esperar del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y del Grupo de Expertos Internacionales que ha sido creado por la ONU?

Lo que tenemos que hacer como organismos internacionales, es tener las posibilidades de trabajar en conjunto, de asegurar también la vida de las personas con las que podemos conseguir información, mantener y seguir denunciando en todos los foros posibles. Hay que seguir denunciando. 

¿Qué le diría a las víctimas de la represión en Nicaragua que están demandando verdad y justicia? 

Es una posición muy dura. Les doy mi mensaje, primero de solidaridad, mi mensaje de que como Comisión estaremos allí vigilantes. No podemos entrar, pero estaremos de una u otra forma utilizando todas las herramientas que tengamos a nuestro alcance, para seguir en este monitoreo de su situación, de sus condiciones y mantener, como he dicho repetidas veces, una denuncia permanente. 

Que sepan que la Comisión Interamericana va a continuar dándoles el apoyo y el respaldo que como víctimas se quiere y que estamos trabajando para recabar toda una historia de lo que está pasando desde antes de 2018. Conocemos de asuntos que sucedieron antes de 2018 y estamos documentando toda esa información para que en el momento que pudieran a darse los juicios, la exigencia de justicia y la respuesta de justicia para tener memoria y verdad de los hechos ocurridos, y de quienes son los responsables de estos hechos y exigir la responsabilidad de estos hechos.

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Alejandra Padilla

Alejandra Padilla

Periodista y productora audiovisual nicaragüense. Licenciada en Ciencias Políticas. Cofundadora de varias organizaciones de sociedad civil vinculadas a la lucha por los derechos de la comunidad estudiantil en Nicaragua. También se ha desempaño en proyectos de transformación digital para empresas y organizaciones.

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